<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año V - 25 de octubre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>1917 - Revolución Rusa -
2007</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Los soviets en acción<BR> <BR>John
Reed (1)</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Instituto del Pensamiento Socialista Karl
Marx </STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ips.org.ar/index.php"><STRONG>http://www.ips.org.ar/index.php</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre el coro de insultos y falsedades dirigido contra
los soviets rusos por parte de la prensa capitalista se puede escuchar una voz
estridente que grita con una especie de pánico: "¡No hay gobierno en Rusia! ¡No
hay organización entre los trabajadores rusos! ¡No funcionará! ¡No
funcionará!".Es la táctica de la calumnia.<BR><BR>Como todo auténtico socialista
sabe, y como los que hemos visto la revolución rusa podemos atestiguar, existe
actualmente en Moscú y en todas las ciudades y pueblos de Rusia una estructura
política enormemente compleja, sostenida por la mayoría del pueblo y que
funciona tan bien como ningún otro gobierno popular recién nacido ha funcionado
jamás. Los trabajadores de Rusia han construido a partir de sus necesidades
vitales una organización económica que está evolucionando hacia una verdadera
democracia industrial.<BR><BR>El Estado Soviético está basado en los soviets -o
consejos- de trabajadores y en los soviets de campesinos. Estos consejos
-instituciones características de la Revolución Rusa- se originaron en 1905,
cuando durante la primera huelga general de los trabajadores, las fábricas de
Petrogrado y las organizaciones obreras enviaron delegados al Comité Central.
Este Comité de Huelga fue llamado Consejo de Diputados Obreros. Convocó la
segunda huelga general en el otoño de 1905, mandó organizaciones a toda Rusia y
por un breve lapso de tiempo fue reconocido por el Gobierno Imperial como el
interlocutor autorizado de la clase trabajadora revolucionaria rusa.<BR><BR>Con
el fracaso de la revolución de 1905, los miembros del Consejo huyeron o fueron
deportados a Siberia. Pero ese tipo de unión resultó tan sorprendentemente
efectiva como órgano político que todos los partidos revolucionarios incluyeron
un Consejo de Diputados Obreros en sus planes para un futuro
levantamiento.<BR><BR>En marzo de 1917, cuando ante una Rusia que brama como un
océano, el zar abdicó, el Gran Duque Miguel rechazó el trono y la reclutante
Duma (el seudoparlamento zarista) fue forzada a tomar las riendas del gobierno,
el Consejo de Diputados Obreros renació de nuevo. En pocos días fue ampliado
para incluir delegados del Ejército, pasando a llamarse Consejo de Diputados de
Obreros y Soldados. Excepto Kerensky, la Duma estaba compuesta de burgueses y no
tenía conexión alguna con las masas revolucionarias. La lucha había de
continuar, debía restablecerse el orden, mantenerse el frente ...los miembros
del Comité de la Duma no estaban en condiciones de llevar a cabo esas tareas; se
vieron obligados a llamar a los representantes de los trabajadores y los
soldados - en otras palabras- al Consejo. El Consejo se hizo cargo del trabajo
de la revolución, de la coordinación de las actividades del pueblo, de la
preservación del orden. Además asumió la tarea de asegurar la revolución contra
la traición de la burguesía.<BR> <BR>Desde el momento en que la Duma se vio
forzada a apelar al Consejo, en Rusia existieron dos gobiernos, y dos gobiernos
lucharon por el poder hasta noviembre de 1917, cuando los soviets, bajo el
control bolchevique, derribaron a la coalición de gobierno.<BR><BR>Había, como
he dicho, soviets de diputados tanto obreros como soldados. Algo más tarde
surgieron los soviets de Diputados Campesinos. En la mayoría de las ciudades los
soviets Obreros y Soldados se reunían juntos; también convocaban sus Congresos
Panrusos conjuntamente. Los soviets de Campesinos, sin embargo, estaban
dominados por elementos reaccionarios y no se unieron a los obreros y soldados
hasta la revolución de Noviembre y el establecimiento del Gobierno
Soviético.<BR><BR><STRONG>¿Quiénes eran los miembros de los
soviets?</STRONG><BR><BR>El soviet se basa directamente en los trabajadores en
las fábricas y en los campesinos en los campos. Al principio los delegados de
los soviets de Obreros, Soldados y Campesinos, eran elegidos de acuerdo con
reglas que variaban según las necesidades y la población de las diferentes
localidades. En algunos pueblos los campesinos elegían un delegado por cada
cincuenta electores. Los soldados en los cuarteles tenían derecho a un cierto
número de delegados por regimiento, sin consideración a su fuerza; las tropas en
el frente, sin embargo, elegían a sus soviets de manera diferente. En cuanto a
los trabajadores en las grandes ciudades, pronto descubrieron que los soviets
eran difíciles de manejar a menos que los delegados fuesen limitados a uno cada
quinientos. De la misma manera, los primeros Congresos Panrusos de los Soviets
se basaron aproximadamente en un delegado por cada veinticinco mil votantes,
aunque de hecho los delegados representaban circunscripciones de varios tamaños.
<BR><BR>Hasta febrero de 1918 cualquiera podía votar delegados para los soviets.
Incluso si los burgueses hubieran organizado y solicitado representación en los
soviets, se les hubiera otorgado. Por ejemplo, durante los mandatos del Gobierno
Provisional, hubo una representación burguesa en el Soviet de Petrogrado -un
delegado de la Unión de Hombres Profesionales, que comprendía doctores,
juristas, profesores, etc.-.<BR><BR>El pasado marzo la constitución de los
soviets fue desarrollada con detalle y aplicada universalmente. Restringía el
derecho de voto a:<BR>Ciudadanos de todas las Repúblicas Socialistas Soviéticas
de ambos sexos que hayan cumplido dieciocho años el día de las elecciones
...<BR>Todos aquéllos que se ganen la vida a través del trabajo productivo y
útil de la sociedad y que sean miembros de los sindicatos ...<BR>Quedaban
excluidos del derecho a voto: los que emplean fuerza de trabajo par obtener
beneficio; las personas que viven de plusvalías; comerciantes y agentes privados
de negocios; empresarios, miembros de comunidades religiosas; ex-miembros de la
policía y de la gendarmería; la antigua dinastía reinante; los deficientes
mentales; los sordomudos; y todos los condenados por delitos menores mezquinos e
indignos.<BR>En cuanto a los campesinos, cada cien de ellos en los pueblos
eligen un representante para el soviet del Volost, o Municipio. Los soviets de
los Volost envían delegados a los soviets del Uyezd, o condado, el cual a su vez
envía delegados al soviet del Oblast, o provincia, para el cual también se
eligen delegados de los soviets de Trabajadores de las ciudades.<BR><BR>El
Soviet de Petrogrado de Diputados Obreros y Soldados, que operaban cuando estuve
en Rusia, puede servir como ejemplo de como funcionan las unidades urbanas de
gobierno en un estado Socialista.<BR><BR>Constaba de unos 1200 diputados, y en
circunstancias normales celebraba una sesión plenaria cada dos semanas.
Entretanto elegía a un Comité Ejecutivo Central de 110 miembros,
proporcionalmente a los partidos, y este Comité Central añadía por invitación a
delegados de los comités centrales de los sindicatos, de los comités de las
fábricas y de otras organizaciones democráticas. <BR><BR>Junto al soviet de la
gran ciudad, existían también los Rayon, o soviets de distrito. Estaban
compuestos de diputados electos para el soviet de la ciudad por cada distrito y
administraban su zona de la ciudad. Naturalmente, en algunos distritos no había
fábricas y, por tanto, tampoco representación de esos distritos, ni en el soviet
de la ciudad ni en el soviet de distrito. Pero el sistema soviético es
extraordinariamente flexible, y, si los cocineros y los camareros, o los
basureros, o los porteros, o los conductores de ese distrito se organizaban y
solicitaban representación, se les concedían delegados.<BR><BR>Las elecciones de
los delegados están basadas en la representación proporcional, lo que significa
que los partidos políticos están representados en proporción exacta al número
total de votantes de la ciudad. Y son los partidos políticos y los programas los
que votan, no los candidatos. Los candidatos son designados por los comités
centrales de los partidos políticos, que pueden reemplazarlos por otros miembros
del partido. Asimismo, los delegados no son elegidos por un plazo de tiempo
determinado, sino que pueden ser revocados en cualquier momento.<BR><BR>Nunca
antes se creó un cuerpo político más sensible y perceptivo a la voluntad
popular. Esto era necesario, pues en los períodos revolucionarios, la voluntad
popular cambia con gran rapidez. Por ejemplo, durante la primera semana de
diciembre de 1917 hubo desfiles y manifestaciones en favor de la Asamblea
Constituyente -es decir, contra el poder soviético-. Uno de esos desfiles fue
tiroteado por algún Guardia Rojo irresponsable y varias personas murieron. La
reacción a esa estúpida violencia fue inmediata. Más de una docena de diputados
bolcheviques fueron cesados y reemplazados por mencheviques. Pasaron tres
semanas antes de que el sentimiento popular se tranquilizara y los mencheviques
fueran reemplazados uno a uno de nuevo por los bolcheviques. <BR><BR><STRONG>El
Estado Soviético</STRONG><BR><BR>Al menos dos veces al año se eligen delegados
de toda Rusia para el Congreso de Soviets Panruso. Teóricamente estos delegados
se eligen por designación popular directa; en las provincias uno por cada
125.000 votantes; en las ciudades uno por cada 25.000; sin embargo en la
práctica, son normalmente elegidos por los soviets provinciales y urbanos. Se
puede convocar una sesión extraordinaria del congreso en cualquier momento, a
iniciativa del Comité Central Ejecutivo Panruso, o a petición de soviets que
representen un tercio de la población trabajadora de Rusia.<BR><BR>Este órgano,
formado por unos 2.000 delegados, se reúne en la capital en forma de gran soviet
y decide sobre los asuntos esenciales de la política nacional. Elige un Comité
Central Ejecutivo, como el Comité Central del Soviet de Petrogrado, que invita a
los delegados de los comités centrales de todas las organizaciones
democráticas.<BR><BR>Este Comité Central Ejecutivo de los Soviets Panruso
aumentado, es el parlamento de la República Rusa. Está formado por unas 350
personas. Entre los Congresos Panrusos es la autoridad suprema, pero no debe
actuar al margen de las líneas dictadas por el último Congreso y es
absolutamente responsable de todos sus actos ante el siguiente Congreso.
<BR><BR>Por ejemplo, el Comité Central Ejecutivo puede, y lo hizo, ordenar que
se firmara el tratado de paz con Alemania. Pero no pudo hacer que este tratado
vinculara a Rusia. Sólo el Congreso Panruso tiene poder para ratificar el
tratado.<BR><BR>El Comité Ejecutivo Central elige entre sus miembros once
delegados como presidentes de comités a cargo de los diferentes departamentos
del gobierno, en el lugar de los ministros. Estos delegados pueden ser
destituidos en cualquier momento. Son absolutamente responsables ante el Comité
Central Ejecutivo. Los delegados eligen a un Presidente. Desde que se ha
constituido el Gobierno Soviético este presidente- o primer ministro- ha sido
Nicolai Lenin. Si su dirección fuera insatisfactoria, Lenin podría ser
destituido en cualquier momento por la delegación de las masas del pueblo ruso o
en el plazo de unas pocas semanas por el propio pueblo ruso
directamente.<BR><BR>La principal función de los soviets es la defensa y
consolidación de la revolución. Expresan la voluntad política de las masas no
sólo en los Congresos Panrusos, donde su autoridad es casi suprema. Esta
centralización existe porque los soviets locales crean el gobierno central y no
el gobierno central los soviets locales. A pesar de la autonomía local, sin
embargo, los decretos del comité Central Ejecutivo y las órdenes de los
delegados son válidos para todo el país, porque en la república Soviética no hay
intereses sectoriales privados que servir, y la causa de la Revolución es en
todas partes la misma.<BR><BR>Observadores mal informados, la mayoría de ellos
de la intelligentsia de clase media, acostumbran a decir que están a favor de
los soviets, pero en contra los bolcheviques. Esto es un absurdo. Los soviets
son los órganos de representación más perfecta de la clase trabajadora, eso es
verdad, pero son también las armas de la dictadura del proletariado, a la que
todos los partidos anti-bolcheviques se oponen encarnizadamente. Así, la
disposición de la gente a adherirse a la política de la dictadura del
proletariado no sólo se mide por los miembros del partido bolchevique -partido
comunista, como ahora se llama-,sino también por el crecimiento y actividad de
los soviets locales de Rusia. <BR><BR>El ejemplo más notable de esto lo
encontramos entre los campesinos, que no tomaron la dirección de la revolución,
y cuyo primer y casi exclusivo interés en ella fue la confiscación de las
grandes fincas. Los soviets de Diputados Campesinos no tenían al principio
prácticamente otra función que la solución del problema de la tierra. Fue el
fracaso en la solución a este problema el que volvió la atención de la gran masa
de campesinos hacia las razones sociales que había tras este fracaso - eso,
unido a la propaganda continua del ala izquierda de los partidos revolucionarios
Socialistas y Bolcheviques y a la vuelta a los pueblos de los soldados
revolucionarios.<BR> <BR>El partido tradicional de los campesinos es el
Partido Socialista Revolucionario. La gran masa inerte de campesinos cuyo único
interés era su tierra y que nunca había tenido fuerza luchadora ni iniciativa
política, al principio rechazó tener algo que ver con los soviets. Sin embargo,
aquellos campesinos que participaron en los soviets, pronto despertaron a la
idea de la dictadura del proletariado. Y casi invariablemente ingresaron y se
convirtieron en partidarios del gobierno soviético. <BR><BR>En el Comisariado de
Agricultura de Petrogrado hay un mapa de Rusia, salpicado de alfileres rojos.
Cada uno de esos alfileres representa un Soviet de Diputados Campesino. La
primera vez que vi el mapa, fijado en el viejo cuartel general de los Soviets de
campesinos en Fontanka, los puntos rojos se esparcían diseminados por el vasto
país, y su número no aumentaba. En los primeros ocho meses de la revolución,
había volosts, uyezds, provincias enteras, de hecho, donde sólo una o dos
grandes ciudades y quizá unos cuantos pueblos dispersos tenían un Soviet de
campesinos. Sin embargo, después de la revolución de noviembre podías ver a toda
Rusia enrojecer ante tus ojos, a medida que pueblo tras pueblo, condado tras
condado, provincia tras provincia, se levantaba y formaba su Consejo de
Campesinos.<BR> <BR>En el momento de la insurrección bolchevique podría
haberse elegido una Asamblea Constituyente con una mayoría anti-soviética. Un
mes después esto habría sido imposible. Yo vi tres Convenciones Panrusas de
Campesinos en Petrogrado. Los delegados llegaban -la gran mayoría de ellos
revolucionarios socialistas del ala derecha. Comenzaba la sesión -y siempre eran
sesiones violentas- bajo la presencia de Avksentiev o Peshekhanov. En pocos días
se desplazarían hacia la izquierda y serían dominados por seudo-radicales como
Chernov[2]. Poridonova sería elegida presidenta. Entonces la minoría
conservadora se escindiría y montaría una convención alternativa que en pocos
días acabaría en nada. Y la mayoría enviaría delegados para unirse a los Soviets
en Smolny[3]. Esto pasó cada una de las veces. <BR> <BR>Nunca olvidaré la
Conferencia de Campesinos que tuvo lugar a finales de noviembre y cómo Chernov
luchó por el control y lo perdió, y esa maravillosa marcha de proletarios
encanecidos por el polvo que marchaba hacia Smolny a través de las calles
nevadas, cantando, con sus banderas rojo-sangre ondeando en el viento helado.
Era noche cerrada. En los escalones de Smolny cientos de hombres trabajadores
esperaban para recibir a sus hermanos campesinos, y, bajo la débil luz, las dos
masas, una descendiendo y la otra ascendiendo, se fundieron rápidamente y se
abrazaban, y lloraban, y aplaudían.<BR><BR>Los soviets pueden aprobar decretos
que supongan cambios económicos fundamentales, pero deben llevarse a cabo por
las propias organizaciones populares locales. <BR> <BR>La confiscación y
distribución de la tierra, por ejemplo, se dejó en manos de los Comités de la
Tierra de los Campesinos. Estos Comités de la Tierra fueron elegidos por los
campesinos a propuesta del Príncipe Lvov, el primer jefe del gobierno
provisional. Con respecto a la cuestión de la tierra, fue inevitable llegar a un
acuerdo, según el cual, las grandes haciendas debían ser fraccionadas y
distribuidas entre los campesinos. El Príncipe Lvov pidió a los campesinos que
eligieran Comités de Tierra, que no sólo debían determinar sus propias
necesidades agrícolas, sino también medir y hacer evalúo de las grandes fincas.
Pero cuando estos comités de la Tierra intentaron funcionar, los propietarios
los habían detenidos.<BR><BR>Cuando los soviets tomaron el poder su primera
acción fue promulgar el Decreto de la Tierra. Este Decreto no era siquiera un
proyecto bolchevique, sino el programa del ala derecha (o moderada) del Partido
Socialista Revolucionario, desarrollado a partir de varios centenares de
peticiones de campesinos. El decreto abolió para siempre los títulos privados de
la tierra o recursos naturales de Rusia y dejó a los Comités de Tierra la tarea
de distribuir la tierra entre los campesinos, hasta que la Asamblea
Constituyente resolviera finalmente la cuestión.<BR><BR>Tras la disolución de la
asamblea constituyente, el decreto se hizo definitivo. <BR> <BR>Aparte de
estas pocas proposiciones generales y de una sección establecida para emigración
de la población excedente en vecindarios superpoblados, los detalles de la
confiscación y la distribución se dejaron enteramente a los Comités Locales de
la Tierra. Kalagayev, el primer Comisario de Agricultura elaboró un detallado
conjunto de reglas para guiar a los campesinos en su acción. Pero Lenin, en un
discurso ante el Comité Central Ejecutivo, persuadió al gobierno que dejara a
los campesinos llevar el asunto de una manera revolucionaria, aconsejando
solamente a los campesinos pobres que se organizaran contra los campesinos ricos
("Dejad que diez campesinos pobres se enfrenten a cada campesino rico" dijo
Lenin). <BR><BR>Por supuesto ningún campesino podía poseer su tierra, no
obstante, podía tomar lo que la tierra le ofrecía y tratarlo como propiedad
privada. Pero la política del gobierno, actuando a través del Comité Local de la
Tierra, es desalentar esta tendencia. Los campesinos que quieren convertirse en
propietarios pueden hacerlo, pero no son ayudados por el gobierno. Por el
contrario, a los campesinos que cultivan cooperativamente se les dan créditos,
simientes, herramientas, y formación en técnicas
modernas.<BR> <BR>Adscritos a los Comités de Tierra hay expertos en
agricultura y silvicultura. Para coordinar las prácticas de los Comités Locales,
se elige de entre ellos un órgano central, conocido como el Comité Principal de
la Tierra, que se encuentra en la capital, en estrecho contacto con el
Comisariado de Agricultura.<BR> <BR>Cuando estalló la revolución de marzo,
los propietarios y administradores de muchas plantas industriales, o bien las
dejaron o fueron expulsados por los trabajadores. En las fábricas del gobierno,
donde el trabajo había estado mucho tiempo a merced de burócratas irresponsables
designados por el zar, se dio especialmente esta situación.<BR> <BR>Sin
directores, encargados y en muchos casos ingenieros y contables, los
trabajadores se encontraban enfrentados a la alternativa de continuar trabajando
o morir de hambre. Se eligió un comité, con un delegado de cada "sección" o
departamento, este comité, intentó dirigir la fábrica ... Por supuesto, al
principio, éste pareció un plan sin futuro. Las funciones de los diferentes
departamentos podían coordinarse de ésta manera, pero la falta de formación
técnica por parte de los trabajadores produjo algunos resultados
grotescos.<BR> <BR>Finalmente se celebró la reunión del comité en una de
las fábricas, donde un trabajador se levantó y dijo: "Camaradas, ¿Por qué nos
preocupamos? La cuestión de los técnicos expertos no es difícil. Recordad que el
jefe no era un técnico experto; el jefe no sabía ingeniería, química o
contabilidad. Todo lo que hacía era poseer. Cuando quería ayuda técnica,
contrataba hombres que se la proporcionaban. Bien, ahora nosotros somos los
jefes. ¡Contratemos ingenieros, contables, etc., que trabajen para
nosotros!.<BR><BR>En las fábricas estatales el problema era comparativamente
simple, porque la Revolución destituyó automáticamente al "jefe" y realmente
nunca lo substituyó por otro. Pero cuando los Comités de Delegados de Fábrica se
extendieron a las fábricas de propiedad privada, fueron duramente combatidos por
los propietarios de la fábricas, la mayoría de los cuales estaban estableciendo
contactos con los sindicatos.<BR> <BR>En las fábricas privadas, además, los
comités de delegados eran producto de la necesidad. Después de los tres primeros
meses de la Revolución, durante los cuales la clase media y las organizaciones
proletarias trabajaron juntas en una armonía utópica, los capitalistas
industriales comenzaron a temer el poder creciente y la ambición de las
organizaciones trabajadoras -igual que los propietarios en el campo temían al
comité de la tierra y los oficiales a los comités de soldados y a los soviets-.
Durante aproximadamente la primera parte de junio, comenzó la campaña más o
menos consciente de toda la burguesía para detener la revolución y descomponer
las organizaciones democráticas. Empezando por los Comités de delegados de
Fábrica, los propietarios industriales planeaban barrerlo todo, incluidos los
soviets. El ejército estaba desorganizado, se desviaban suministros, municiones
y comida, y se entregaban posiciones reales a los alemanes, como Riga; en el
campo, se persuadió a los campesinos para que guardaran el grano y provocaran
desórdenes que dieron a los cosacos una excusa para "restaurar la paz"; y la
industria. Más importante que todo lo demás, la maquinaria y el propio
funcionamiento de las fábricas fueron saboteados, el transporte aún más
destrozado y las minas de carbón y metal y las fuentes de materias primas
dañadas lo más posible. No se ahorraron esfuerzos para cerrar las fábricas y
rendir a los trabajadores, a fin de que volvieran a someterse al viejo régimen
industrial. Los trabajadores se vieron forzados a resistir esto. El Comité de
Delegados de Fábrica reaccionó y tomó el mando. Por supuesto, al principio, los
trabajadores rusos cometieron absurdos errores, como se ha dicho a todo el mundo
una y otra vez. Pedían salarios imposibles, intentaron llevar a cabo procesos de
manufactura técnicamente complicados sin experiencia suficiente, en algunos
casos incluso pidieron al jefe que volviera bajo sus propias condiciones. Pero
tales casos son una ínfima minoría; en la mayoría de las plantas trabajadoras
eran lo bastante ingeniosos como para ser capaces de llevar la industria sin los
jefes.<BR><BR>Los propietarios intentaron falsificar los libros, ocultar
pedidos; el Comité de Delegados de Fábrica se vio obligado a encontrar formas de
control de los libros. Los propietario trataron de robar piezas de las máquinas;
así, el comité tuvo que reglamentar que nada debía entrar o salir de la planta
sin permiso. Cuando la fábrica iba a cerrar por falta de combustible, materias
primas o pedidos, el Comité de Delegados de Fábrica tenía que enviar hombres a
través de media Rusia a las minas, o al Cáucaso por aceite, o a Crimea por
algodón; y los trabajadores habían de enviar delegados a vender el producto.
Durante el paro de los ferrocarriles, los agentes del comité tuvieron que llegar
a acuerdo con el Sindicato de Ferroviarios para el transporte de cargas. Para
defenderlo contra los huelguistas, el Comité tuvo que asumir la función de
contratar y relevar a trabajadores.<BR><BR>Así el Comité de Delegados de Fábrica
fue una creación de la anarquía rusa, forzada por la necesidad de aprender cómo
aprender a dirigir la industria, para que cuando llegara el momento, los
trabajadores rusos pudieran asumir el control real con pocas fricciones.
<BR> <BR>Como ejemplo de la forma en que las masas trabajadoras juntas,
está el asunto de las 200.000 cargas de carbón, que se sacaron de las carboneras
de la flota de combate báltica en diciembre y fueron transferidas por los
comités de marinos para mantener en funcionamiento las fábricas de Petrogrado
durante la carestía del carbón.<BR><BR>La Factoría Obukhov era una planta de
acero que fabricaba suministros para la Armada. El presidene del comité de
Obukhov era un ruso-americano, de nombre Petrovsky, bien conocido aquí como
anarquista. Una día el encargado del departamento de torpedos dijo a Petrovsky
que el departamento habría de cerrar, debido a la imposibilidad de obtener
ciertos pequeños tubos usados por una fábrica del otro lado del río, cuya
producción se había contratado para dentro de tres meses. El cierre del
departamento de torpedos significaba que 400 hombres se quedarían sin
trabajo.<BR><BR>"Conseguiré los tubos"- dijo Petrovsky. Fue directo a la
fábrica, donde en vez de buscar al director, se dirigió al presidente del Comité
de delegados de Fábrica local.<BR><BR>"Camarada", dijo "si no tenemos tubos en
dos días nuestro departamento de torpedos tendrá que cerrar y 400 de los chicos
quedarán sin trabajo".<BR><BR>El presiente pidió sus libros y descubrió que tres
plantas privadas cercanas habían encargado varios miles de tubos. Él y Petrovsky
visitaron inmediatamente estas tres plantas y llamaron a los Presidentes de sus
Comités de delegados de Fábrica. En dos de las fábricas resultó que los tubos no
se necesitaban inmediatamente; y al día siguiente se entregaron los tubos a la
Fábrica Obukhov, y el departamento de torpedos no cerró.<BR><BR>En Novgorod
había una fábrica textil. Al estallar la revolución, el propietario se dijo a sí
mismo, "tenemos problemas. No podremos obtener beneficios mientras esta
revolución continúe. Cerremos el negocio hasta que la cosa se acabe".<BR><BR>Así
cerró la fábrica y él, los empleados de las oficinas, los químicos, ingenieros y
el director, tomaron el tren a Petrogrado. Al día siguiente los trabajadores
abrieron la fábrica. Pero esos trabajadores eran quizá un poco más ignorantes
que la mayoría de los trabajadores. No sabían nada de procesos técnicos de
manufactura, sobre la contabilidad, dirección o venta. Eligieron un Comité de
Delegados de fábrica y encontraron cierta cantidad de combustible y materias
primas almacenada, dispuestas para la manufactura de tela de algodón.<BR><BR>No
sabiendo qué se hacía con la tela de algodón una vez fabricada, primero se
proveyeron en cantidad suficiente para sus familias. Después, como algunos
telares estaban estropeados, enviaron a un taller de maquinaria cercano a un
delegado, que propuso entregar tela a cambio de asistencia técnica. Hecho esto,
llegaron a un acuerdo con la cooperativa local, para proporcionar ropa a cambio
de comida. Llevaron incluso el principio del trueque al extremo de cambiar
piezas de tela por combustible con los mineros de carbón de Jarkov, y por
transporte con el Sindicato de Ferroviarios.<BR><BR>Pero finalmente saturaron el
mercado local de tela de algodón y entonces chocaron con una demanda que el paño
no podía satisfacer -el alquiler. Esto sucedía en los días del Gobierno
Provisional, cuando aún existían propietarios. El alquiler había de pagarse con
dinero. Así que cargaron un tren de tela y lo enviaron, a cargo de un delegado,
a Moscú. El delegado dejó el tren en la estación y recorrió la calle. Entró en
una sastrería y preguntó si el sastre necesitaba tela.<BR><BR>-"¿Cuánta?" -
Preguntó el Sastre.<BR>-"Un tren" - Contestó el delegado.<BR>-"¿A qué
precio?"-<BR>-"No lo sé. ¿Cuánto pagas normalmente por la tela?".<BR><BR>El
sastre consiguió la tela casi regalada y el delegado, que nunca había visto
tanto dinero junto, volvió a Novgorod enormemente contento.<BR><BR>Así era como
en toda Rusia los trabajadores estaban adquiriendo la formación necesaria en los
fundamentos de la producción industrial e incluso la distribución, para que
cuando llegara la revolución de Noviembre pudieran ocupar sus puestos en la
organización del control obrero.<BR><BR>En junio de 1917 se celebró la primera
reunión de comités de delegados. En este momento los comités apenas se habían
extendido fuera de Petrogrado. Fue una reunión notable, formada por los
delegados de la actual base, la mayoría de ellos bolcheviques, algunos
anarco-sindicalistas; y su razón de ser era la protesta contra las tácticas de
los sindicatos. En el mundo político los bolcheviques repetían que ningún
socialista tenía derecho a participar en un gobierno de coalición con la
burguesía. La propia reunión de delegados de comités adoptó la posición de tener
la misma actitud hacia la industria.<BR><BR>En otras palabras, los empresarios y
los trabajadores no tienen ningún interés en común; ningún trabajador con
conciencia de clase puede ser miembro de una mesa de arbitraje o conciliación
salvó para hacer saber a los empresarios las demandas de los trabajadores. La
producción industrial ha de estar absolutamente controlada por los
trabajadores.<BR><BR>En un primer momento los sindicatos lucharon
encarnizadamente contra los Comités de Fábrica. Pero los Comités, que estaban en
posición de asumir el control de la industria, consolidaron y extendieron su
poder fácilmente. Muchos trabajadores podían no ver la necesidad de sindicarse,
pero todos ellos veían la necesidad de participar en las elecciones del comité
que controlaba sus trabajos de forma inmediata. Por otra parte los Comités de
delegados reconocían el valor de los sindicatos; no se empleaba a ningún
trabajador nuevo a menos que pudiera mostrar un carné de sindicato; eran los
comités de delegados los que aplicaban localmente los reglamentos de los
diferentes sindicatos. En este momento los sindicatos y los Comités de Fábrica
trabajaban en perfecta armonía cada uno de ellos en su ámbito.<BR> <BR>La
propiedad privada de la industria no está aún abolida en Rusia. En muchas
fábricas el propietario aún mantiene su título, y se le permite cierto beneficio
limitado en su inversión, con la condición de que trabaje por el éxito y el
aumento de la extensión de la empresa; pero se le ha quitado el control.
Aquellas industrias cuyos propietarios intentan cerrar la puerta a sus
trabajadores, o por el fraude o la fuerza tratan de obstaculizar las operaciones
de la planta, son inmediatamente confiscadas por los trabajadores. Las
condiciones, las horas y salarios de todas las industrias, de propiedad privada
o estatal, son uniformes.<BR><BR>La razón para esta supervivencia de un
semi-capitalismo en un estado proletario, reside en el pasado de la vida
económica de Rusia, el estado capitalista altamente organizado circundante y la
necesidad de producción industrial inmediata en Rusia, para combatir la presión
de la industria extranjera.<BR><BR>El agente por el que el estado controla la
industria, tanta el trabajo como la producción se llama Consejo de Control de
Trabajadores. Este órgano central, situado en la capital está compuesto por
delegados elegidos de los Consejos del Control de los Obreros locales, los
cuales están formados por miembros de Comités de Delegados de Fábricas,
delegados sindicales profesionales e ingenieros técnicos y expertos. Un Comité
Ejecutivo Central dirige los asuntos de cada localidad, compuesto por
trabajadores comunes, pero la mayoría trabajadores de otros distritos, para que
sus decisiones estén libres de cualquier interés sectorial. Los consejos locales
recomiendan al Consejo Panruso la confiscación de las fábricas, informan sobre
las necesidades de combustible, materias primas, transporte y trabajos en sus
distritos, y ayudan a los trabajadores en el aprendizaje para dirigir las
diferentes industrias. El Consejo Panruso tiene autoridad para confiscar plantas
y para igualar los recursos económicos de las diferentes
localidades...<BR><BR>Si no hubiera sido por las organizaciones democráticas que
existían ya antes de la revolución, no hay duda de que la revolución Rusa se
habría estancado hace mucho tiempo.<BR><BR>La organización comercial ordinaria
de distribución había sido totalmente destrozada. Sólo las sociedades
cooperativas de consumidores conseguían alimentar al pueblo, y su sistema ha
sido adoptado hace tiempo por los municipios, e incluso por el gobierno.
<BR> <BR>Antes de la revolución había más de veinte millones de miembros en
sociedades cooperativas en Rusia. Esta es una forma muy natural para los rusos,
por su parecido con la primitiva cooperación de vida rural de Rusia durante
siglos.<BR><BR>En la fábrica Putilov, donde están empleados más de 40.000
trabajadores, la sociedad cooperativa alimentó, albergó e incluso visitó a más
de 100.000 personas, proveyéndose del vestido en Inglaterra.<BR><BR>Es este el
carácter de los rusos el que olvida la gente que piensa que Rusia no puede tener
ningún gobierno porque no hay fuerza central; y cuya imagen mental de Rusia es
un comité servil en Moscú, dominado por Lenin, Trotsky, y mantenido por
mercenarios de la Guardia Roja. Más bien es cierto todo lo
contrario. Las organizaciones que he descrito se reproducen en casi todas las
comunidades de Rusia. Y si una parte considerable de Rusia se opusiera
seriamente al gobierno soviético, los soviets no durarían ni una
hora.<BR> <BR><U><STRONG></STRONG></U></DIV>
<DIV align=justify><U><STRONG></STRONG></U> </DIV>
<DIV align=justify><U><STRONG>Notas<BR></STRONG></U> <BR>1. Reed, John
(1887-1920): periodista norteamericano; se unió al partido comunista mientras se
divulgaba la Revolución en 1917, fue autor del libro “Diez días que conmovieron
al mundo”; colaboraba con el Communist Labour Party en EEUU en 1919. Murió de
tifus en la Unión Soviética. La primera edición de esta crónica fue publicada en
The Liberador, octubre de 1918. <BR> <BR>2. Chernov Victor (1876-1952)
Uno de los fundadores y dirigentes del Partido Social Revolucionario (SR), fue
Minsitro de Agricultura del Gobierno provisional, que siguió a la Revolución de
Febrero y estuvo en contra de la Revolución de Octubre.<BR> <BR>3. El
Instituto Smolny era un antiguo colegio aristocrático de señoritas.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>