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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><EM><FONT color=#800000 size=6>Correspondencia de
Prensa</FONT></EM><BR>Año V - 4 de diciembre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Luego de los resultados del
referendo sobre la reforma constitucional <BR></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Derrota estratégica en Venezuela;
peligro mortal para Bolivia y Cuba </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Heinz
Dieterich</FONT> </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Aporrea</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.aporrea.org/"><STRONG>http://www.aporrea.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>1. Posible fin de los gobiernos en Bolivia,
Venezuela y Cuba, entre 2008 y 2010</STRONG><BR><BR>El Presidente Chávez ha
sufrido una derrota estratégica en el referendo constitucional, que junto con la
derrota estratégica del gobierno de Evo en Bolivia y la cada vez más precaria
situación en Cuba, constituyen un panorama extremadamente grave para las fuerzas
progresistas de América Latina. Es posible que los gobiernos de Hugo Chávez y de
Evo Morales no sobrevivan los embates de la reacción en el año 2008 y que el
modelo cubano se agote en el 2009-2010, si no se toman medidas realistas de
inmediato. <BR><BR>Es un momento difícil y doloroso para iniciar un análisis
frío de la derrota, pero no es posible posponerlo, por dos razones. Esta es una
guerra, y en toda guerra la derrota y confusión del enemigo es el momento idóneo
para liquidarlo con un golpe decisivo. De la misma manera, la innecesaria y
evitable derrota en Venezuela es el producto del triunfalismo, del voluntarismo
y de la falta de debate crítico dentro y fuera del proceso. La única manera de
salvar el proceso ahora es la crítica racional de las causas del descalabro y la
comprensión realista de las opciones de triunfo que quedan. <BR><BR><STRONG>2.
El sistema de conducción oficial: razón principal de la
derrota</STRONG><BR><BR><STRONG>2.1 La Asamblea Nacional</STRONG><BR><BR>La
causa principal de la derrota en Venezuela es el sistema vertical de conducción
del proceso bolivariano. Esto es evidente en sus tres instancias formales, en
las cuales el Presidente no tiene contrapeso alguno: el parlamento, el gabinete
y el partido. El parlamento (Asamblea Nacional) es, esencialmente una caja de
resonancia de la voluntad presidencial donde los diputados, controlados por tres
“capataces”, dicen “sí” a todo lo que él plantea, aunque sea inviable. La
responsabilidad de esta situación reside en parte considerable en los diputados
oficialistas, que no quieren perder sus prebendas. <BR><BR><STRONG>2.2 El
Partido y el Gabinete</STRONG><BR><BR>Lo mismo sucede en el partido de Estado (V
República, hoy PSUV) y en el gabinete. La relación del Presidente con los
ministros del gabinete es bilateral, no colectiva. No asiste a las reuniones del
gabinete, donde, en consecuencia, las fracciones más poderosas de la Nueva Clase
Política (NCP) se las arreglan entre sí, dentro de los lineamientos generales
del Presidente y bajo su poder de veto. <BR><BR>La fracción dominante de la
Nueva Clase Política ---cuyos tentáculos van del control del aeropuerto de
Caracas vía las influencias en los servicios de inteligencia, en la Cancillería
y en los nombramientos de los generales de las FAN, hasta fuertes activos
económicos--- es la que encabeza el gobernador del estado Miranda, Diosdado
Cabello. <BR><BR>El sistema presidencial de dominación del gabinete, que se basa
en la sustitución de la negociación en bloque por la negociación bilateral, y el
reconocimiento de su poder de veto, se fundamentaba en dos elementos: el
oportunismo material y de poder de los ministros ---la Venezuela bolivariana es,
probablemente, la única democracia burguesa, donde nunca ha renunciado un
ministro--- y la conciencia compartida, de que la única garantía del poder era
la popularidad del Presidente. Al menos la segunda premisa está ahora en tela de
juicio. <BR><BR>La ventaja de este sistema para el Presidente era la
discrecionalidad del poder y una cierta distancia de los casos de corrupción,
ineptitud de los ministros y falta de seriedad en los debates del gabinete.
Estando ausente, nada de eso era responsabilidad directa suya. Sucedían cosas,
como cuando un ministro de finanzas entró a la sesión y dijo: “Tengo tantos y
tantos miles de millones de bolívares. Presenten sus propuestas. Están
autorizadas de antemano.” <BR><BR>El precio político que pagó el Presidente por
ese sistema de conducción fue la falta de información sobre la realidad, y el
relleno del gabinete y de su entorno en Miraflores, de oportunistas de la NCP
que, aunque muchas veces ineptos para los cargos escogidos, garantizaban el
control burocrático del proceso, mas no la cercanía al pueblo. Un anillo
adicional que le filtra la realidad es el del sistema de Miraflores, donde, por
ejemplo, los inspectores que él puede enviar para investigar un problema, pasan
por el cuello de botella del Ministerio de la Presidencia. Algo semejante pasaba
con los análisis de la “Sala situacional” del Palacio donde, además, pasaron por
el control de unos jóvenes “asesores” extranjeros (españoles, franceses), sin
experiencia ni nivel político, pero con muy sabrosos sueldos. <BR><BR>Esa
situación cortesana se reprodujo a nivel internacional, generándose un circuito
internacional de aplaudidores intelectuales individuales, alimentados con
premios culturales absurdos de 150.000 y 100.000 dólares, y colectivos, como
algunas páginas web de izquierda, que suprimen o marginan todo debate crítico
sobre el desarrollo de los procesos progresistas en Venezuela, Cuba y Bolivia.
<BR><BR><STRONG>3. Las señales de advertencia: los idus de
marzo</STRONG><BR><BR>El producto que se le pretendía “vender” a la ciudadanía,
la reforma constitucional, era deficiente; de hecho, tan deficiente que solo se
logró convencer a una cuarta parte del electorado. Había cláusulas tácticas
absurdas, como la ampliación del período presidencial de seis a siete años;
elementos económicamente inviables como la jornada de seis horas y propuestas
estructurales, como la refundación del Estado sobre consejos comunales, cuya
implementación presuponía la existencia de una dictadura revolucionaria en
Venezuela, para la cual no hay condición alguna. En toda la historia
latinoamericana solo ha habido dos dictaduras revolucionarias: la cubana, desde
1960 hasta mediados de los años setenta, y la del Dr. Gaspar Francia en el
Paraguay del siglo pasado. <BR><BR>La reforma constitucional era un producto del
exceso de confianza del oficialismo que creía que con la popularidad del
Presidente ---quien, inclusive en una fase crucial del proceso, se ausentó
durante una semana del país---, y los fuertes aumentos salariales a médicos,
maestros y otros sectores sociales, con abundantes aguinaldos, el regalo de la
jornada de seis horas y el ambiente navideño, iba a pasar. <BR><BR>Con todo, las
advertencias de un posible fracaso de esta innecesaria y arriesgada batalla,
estaban a la vista: el proceso electoral de diciembre 2006, donde el Presidente,
contra su propia proclamación, no consiguió 10 millones de votos, sino solo 7.3
millones; la incapacidad del poder presidencial de integrar a todas las
fracciones de la coalición gubernamental en el nuevo partido oficial, el PSUV;
la prolongada incapacidad del gobierno de convertir a Telesur en un poder
televisivo real y, finalmente, la subestimación del costo político de una
pérdida de la alianza con el General Baduel, que, a todas luces, era evitable.
<BR><BR><STRONG>4. Crisis de vida o muerte, en el 2008</STRONG><BR><BR>La
primera posibilidad institucional de que la derecha sustituya al gobierno del
Presidente Chávez, se da en enero del 2010, a través del referendo revocatorio.
Pero, Washington no esperará tanto tiempo. En la guerra se da la batalla
decisiva cuando el enemigo está derrotado y en confusión. Es decir, Washington
tratará de dar golpes decisivos a partir de este momento en los flancos débiles
de la revolución nacionalista-desarrollista latinoamericana, para convertir la
batalla ganada en una guerra ganada. <BR><BR>El primer gobierno que caería en
este escenario, es el de Evo en Bolivia, porque allá Washington ha logrado
construir una situación muy cercana al jaque mate. En Venezuela, el detonante
será, además de la subversión oligárquica-imperial, la crisis económica que
golpeará con fuerza en el 2008, si el gobierno no toma medidas de urgencia de
inmediato. <BR><BR>El oficialismo ha convertido en tabú el debate
macroeconómico. Sin embargo, cualquier economista puede inferir desde los
equilibrios funcionales necesarios para la economía de mercado, dónde va a
estallar el problema. La inflación, ya de por sí alrededor del 18%, recibirá un
nuevo auge con la inyección adicional de capacidad adquisitiva (liquidez) por el
fin de año y requerirá después un enfriamiento considerable, que será
aprovechado por la oposición. Los precios administrativos (definidos por el
Estado) y regulaciones para los alimentos básicos, las divisas internacionales y
el consumo interno de la energía, distorsionan cada vez más las relaciones de
oferta y demanda y vuelven incontrolable a la economía, causando mercados
negros, corrupción, burocracia y desabastecimientos. <BR><BR>La idea de
sustituir la inversión externa por la inversión del Estado, en lugar de
controlarla, nace, al igual que las excesivas regulaciones e irreales precios
administrativos de una sobreestimación del poder del Estado frente a las fuerzas
del mercado. La economía venezolana sigue siendo una economía de mercado
capitalista y su superestructura sigue siendo la de una democracia burguesa, y
esto determina las opciones reales que tiene la política económica de
Miraflores. La voluntad del cambio revolucionario y el deseo de ayudar a los
pobres, no logra contrarrestar esas realidades objetivas, tal como
experimentaron Mao en el “gran salto adelante” y Fidel en la zafra de las 10
millones de toneladas. El voluntarismo tiene sus límites objetivos.
<BR><BR><STRONG>5. ¿Cómo evitar la destrucción del gobierno?<BR></STRONG><BR>La
derrota del referendo debilita sustancialmente el poder del Presidente en cuatro
frentes de batalla: a) ante la oposición interna; b) dentro de los aparatos del
oficialismo, donde los delfines de la Nueva Clase Política reorganizarán con
urgencia sus escenarios del “Chavísmo sin Chávez”; c) en la política
internacional y, d) en las Fuerzas Armadas. Lo último es fundamental si tomamos
en cuenta que hace tres meses hubo un conato de rebelión en un Comando Regional
(CORE) de la Guardia Nacional. <BR><BR>Para evitar que esta derrota se convierta
en el Waterloo del Presidente, es imprescindible que renueva el sistema de
conducción del bolivarianismo a nivel del partido, del Estado y del parlamento y
que se construyan instancias que se atrevan a debatirle sus propuestas. Estas
instancias tienen que ser pluralistas, para ser funcionales, abarcando un amplio
espectro político, desde el General Alberto Mueller Rojas, militar jacobino; el
General Raúl Isaías Baduel, representante del centro político; los partidos y
sindicatos obreros de la izquierda que están naciendo; el Socialismo científico
del Siglo XXI y los movimientos sociales, entre otros sectores, que no sean
fascistas. <BR><BR>Hugo Chávez es necesario para la continuación del proceso,
pero sólo tendrá futuro, si se abre a instancias colectivas de conducción. Si
no, destruirá el proceso que ha ayudado a construir, porque no solo es cierto,
que “la Revolución devora a sus hijos”, sino también que los líderes
revolucionarios, cuando se convierten en conductores unilaterales, “devoran a la
Revolución”. <BR><BR><STRONG>6. La previsibilidad de la política
<BR></STRONG><BR>En agosto del 2005 advertí sobre los peligros de la Nueva Clase
Política para la revolución (“Venezuela: diez Tésis sobre la Nueva Clase
Política”), y en julio del 2006, sobre la previsible contraofensiva
oligárquica-imperial: mientras los “cinco pilares de poder de la oligarquía: el
económico, el militar, el eclesiástico, el mediático y el imperialismo
estadounidense-europeo siguen intactos, la guerra no ha terminado. Y de hecho,
una fuerte contraofensiva oligárquica-imperial puede esperarse a partir de
2008/9”. <BR><BR>Esa ofensiva contrarrevolucionaria ha llegado. Y las fuerzas de
la liberación están mal preparadas para derrotarla. Es necesario un gran
esfuerzo inmediato, para no perder la guerra. </DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG></EM><A href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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