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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año V - 5 de diciembre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Hay dos
gobiernos</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Redacción de
Econoticias</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La Paz, diciembre 4, 2007</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.econoticiasbolivia.com"><STRONG>www.econoticiasbolivia.com</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify>En Bolivia hay dos gobiernos. Uno, el legal, del presidente
indígena Evo Morales, tiene masivo apoyo campesino y el control del altiplano
(La Paz, Oruro y Potosí). El Ejército y la Policía responden aún a su mando. Los
sindicatos y las clases medias lo apoyan, aunque sin mucho entusiasmo. En los
valles y llanuras del oriente y sur del país, pesa más, en cambio, la oligarquía
latifundista y la burguesía financiera-comercial, que cuenta con la adhesión
militante de las clases medias y la sumisión de los sindicatos y organizaciones
cívicas y populares. Ellos conspiran y quieren escindir al Ejército para
derrocar al “indio presidente”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bolivia está partida en dos. En seis de las 10 más
grandes ciudades bolivianas gobierna de facto la oligarquía. Allí, nadie respeta
a Evo Morales y emerge con fuerza el racismo, el separatismo y las bandas
fascistas. Allí, la izquierda indigenista no tiene discurso ni consignas y está
arrinconada y perseguida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta división se hizo más patente tras que en La Paz, y
con el apoyo de cuatro mil campesinos que cercaron el Congreso, el Gobierno de
Evo Morales logró la medianoche del martes 27 de noviembre que el Parlamento
aprobara una ley para recortar los recursos de todos los gobiernos regionales
para financiar con 200 millones de dólares el pago de un beneficio anual y
vitalicio para todos los mayores de 60 años. Este beneficio, sin algunas mejoras
introducidas por Morales, era pagado hasta ahora con recursos de la petrolera
estatal de YPFB para que los ancianos tengan 25 dólares al mes para comprar un
plato de comida, un vaso de leche y dos marraquetas (panes). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Otra medida, aprobada también por los parlamentarios del
Movimiento al Socialismo (MAS) leales a Morales y sin la participación de los
congresales opositores, amedrentados por los grupos campesinos, fue la
autorización para que la directiva de la Asamblea Constituyente pueda sesionar
en cualquier ciudad para formular la nueva propuesta de Constitución Política
del Estado. Hasta ahora, estas sesiones estaban recluidas en la ciudad de Sucre,
controlada por las fuerzas ligadas a la oligarquía y que habían logrado
movilizar a los sectores ciudadanos para impedir la continuidad de las sesiones.
Allí, grupos fascistas dirigían las acciones de acoso e intimidación contra los
asambleístas oficialistas y azuzaban el creciente odio racial contra los
altiplánicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Diálogo bajo presión</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Con estas medidas, el gobierno de Morales busca presionar
al máximo a los opositores para obligarlos, desde una posición de fuerza, a
negociar sobre la nueva Constitución, que debe decidir sobre el alcance de las
autonomías regionales, la reelección presidencial y la concesión de derechos
iguales a los indígenas y pueblos originarios, entre sus temas centrales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, en lo inmediato, la aprobación de ambas
medidas, una que les resta recursos a los gobiernos regionales y otra que les
arrebata el veto que tenían sobre la Constituyente, exacerbó la oposición
política regional que realizó una masiva huelga de 24 horas el miércoles 28 de
noviembre, paralizando casi en su totalidad a seis de las nueve regiones de
Bolivia. Allí se produjeron movilizaciones populares, golpizas a los grupos
leales al presidente Morales y acoso a los migrantes llegados del
altiplano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras cumplir el paro, los departamentos de Santa Cruz,
Beni, Pando, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca anunciaron estar listos, como lo
dijo el presidente del fascista Comité Cívico cruceño, Branko Marinkovic, para
“pasar al estado de resistencia civil movilizada ante el quiebre de la
democracia”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En franca rebeldía, los prefectos (gobernadores),
dirigentes cívicos, empresariales y populares de los valles, el oriente y sur
del país se declararon en virtual desacato, comenzaron una huelga de hambre
desde el 3 de diciembre y anunciaron la resistencia civil a las medidas
gubernamentales, junto a la denuncia internacional contra Morales. Los alzados,
como era de esperar, ya viajaron a Washington. En la agenda también están la
toma de las oficinas públicas, el control de la Policía y la fractura del
Ejército. Los prefectos de Pando y Cochabamba ya convocaron al desacato militar.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Un alto a la conspiración</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La decisión del gobierno de Morales para recortar por ley
los recursos de los gobiernos regionales y aprobar la reinstalación en otra
ciudad de la Asamblea Constituyente, que había logrado aprobar en grande, en la
primera de tres etapas la nueva Constitución en Sucre, en un recinto militar y
ante el acoso de la población (los enfrentamientos ocasionaron la muerte de tres
civiles y más de 200 heridos), se da ante la evidencia de que la oligarquía y la
oposición de derecha están saboteando la Asamblea y que mediante la constante
confrontación están fortaleciéndose cada vez más.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por ello, la oligarquía y la oposición derechista intenta
ahora revertir las medidas aprobadas por Morales, pero sobre todo acrecentar su
poder, que ha crecido como la espuma por los desaciertos de la política
conciliadora, contradictoria y demagógica de Morales, que ha rifado la enorme
popularidad y expectativa que había logrado obtener con las elecciones de
diciembre de 2005 cuando logró el 54 por ciento de los votos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Conciliación, demagogia y
violencia</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En su intento por lograr un gran acuerdo nacional --que
le permita desarrollar el capitalismo andino sobre la base de la gran propiedad
privada burguesa, el respeto a la inversión extranjera que paga impuestos, el
impulso a la pequeña producción campesina, urbana e informal y el retorno
parcial y limitado de las empresas públicas a la economía—el gobierno de Morales
había entregado a la oligarquía en el 2006 un poder de veto para definir el
alcance de la nueva Constitución Política del Estado, a través de la elección de
los congresales y la definición de los temas con el voto de los dos tercios.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Allí, el gobierno del MAS y los opositores acordaron que
la nueva Constitución sería fruto del pacto y la conciliación. Sin embargo, la
fracción indigenista del MAS intentó desconocer el acuerdo y logró romper el
pacto de los dos tercios, lo que obligó a la oligarquía a lanzarse a la calle en
busca de apoyo popular en contra de Morales y la Constituyente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde ahí, y en medio de la pugna al interior del
Gobierno, entre el ala indigenista y la fracción dialoguista y concertadora de
las clases medias e intelectuales timoneados por el vicepresidente Alvaro García
Linera, la Asamblea transitó entre acercamientos y rupturas con las fuerzas de
la oligarquía, que tras estar arrinconadas desde el 2003, se reactivaron en el
2006 y cobraron gran fuerza y poder en el 2007.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así, cada victoria del ala dialoguista, cada concesión de
Morales y el MAS se convertía en un aliciente para que la derecha y la
oligarquía puedan endurecerse más; en tanto que cada avance del ala indigenista
y campesina, cada ataque de Morales les servía para potenciarse, para levantar
nuevas banderas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La derecha dirige a las masas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy, en seis de las 10 más grandes ciudades del país, la
derecha más reaccionaria ha logrado arrastrar a las masas, enarbolando las
banderas de la democracia, de libertad, de la autonomía. Ha tomado, incluso, la
bandera de la defensa de la economía popular, ante el virtual silencio de las
organizaciones sindicales que han sido cooptadas y neutralizadas por el MAS, y
ante la oposición gubernamental que no supo ni pudo quebrar el bloque
enemigo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por ahora, la intención del vicepresidente García Linera
para que las viejas élites compartan el poder con las nuevas élites emergentes
de indígenas y campesinos, no ha podido cristalizarse, a pesar de las enormes
concesiones que hizo el gobierno. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Concesiones del MAS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El proyecto de nueva Constitución, elaborada por el MAS,
garantiza la vigencia de todas las formas de propiedad (tanto estatal como
privada y comunitaria), el respeto a los inmensos latifundios productivos que
son la fuente de la pobreza campesina y el minifundio, el respeto a la inversión
extranjera y a las transnacionales que siguen saqueando Bolivia, reconoce los
derechos de los pueblos indígenas, autoriza autonomías regionales limitadas y da
paso a la reelección de Morales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En este texto constitucional, que debe ser aún aprobado
en su etapa de detalle y revisión por la Constituyente, antes de ser sometido a
un referéndum, no hay lugar para la revolución agraria ni para la estatización
de la minería ni los hidrocarburos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La nueva Constitución apuntala, en el fondo, la
perspectiva gubernamental de impulsar el capitalismo andino, en la visión de
Morales de convertir a Bolivia en un socio confiable de las transnacionales. En
la concepción gubernamental, la industria petrolera, minera, agroindustria,
banca, servicios de telecomunicaciones, energía, industrias seguirán en manos de
las grandes compañías privadas transnacionales, algunas de ellas con fuertes
lazos con el capital boliviano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La legalización de los contratos petroleros (presentadas
demagógicamente como una nacionalización ficticia), el impulso al latifundio
agroexportador y productivo, el respeto a las transnacionales mineras, incluida
la Glencore, junto al leve aumento de impuestos en el sector, forman parte de
este proyecto que intenta “normalizar” el funcionamiento de un capitalismo que
cumpla la ley, que explote pero que no robe, que incentive los negocios y la
ganancia, pero que sancione a los especuladores de tierra, que promueva el lucro
empresarial pero que castigue al que no pague impuestos o defraude al
fisco.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una propuesta que no sirve, sin embargo, para resolver
los grandes problemas de la economía boliviana y de los sectores empobrecidos
que seguirán atados a sus cadenas mientras la tierra siga en manos de los
terratenientes, mientras las minas, bancos, hidrocarburos y bosques sigan en
manos de las transnacionales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Todo o nada, por ahora</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La propuesta del MAS tampoco es aceptada por la
oligarquía, aunque no tanto por su impacto económico, sino por las
características de la rancia oligarquía boliviana, que es extremadamente
racista, profundamente odiadora de los indios y los pobres, y que no quiere
ceder en nada a Morales, a pesar que las reformas no le afectan en lo esencial.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>La oligarquía no quiere compartir el poder con Morales y
por ello avanza en la construcción de su propio poder político, desgastando al
“indio presidente”. Hasta hoy, la táctica de la confrontación los ha potenciado,
les ha dado poder político en seis de los nueve departamentos de Bolivia. Ahora
están calculando los siguientes pasos, los más reaccionarios quieren declarar ya
la secesión y su independencia, los más inteligentes siguen acumulando fuerzas,
esperando nuevos yerros del MAS y de Morales, en la perspectiva de que vaya
madurando el doble poder que hoy se da en Bolivia.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG></EM><A href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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