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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año V - 5 de diciembre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El chavismo se interroga por la alta
abstención de sus seguidores</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><FONT size=2></FONT> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>“Que este coñazo nos sirva de
lección”</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El triunfo del No desató internas en
el gobierno venezolano y en las milicias chavistas. La mayoría de las
acusaciones se dirigieron a los gobernadores y alcaldes, que hubieran perdido
poder y presupuesto si se aprobaba la reforma.<BR><BR>Santiago O’Donnell, desde
Caracas</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Página/12, Buenos Aires, 5-12-2007</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify>El chavismo vivió ayer una de sus jornadas más difíciles
desde que asumió el poder hace nueve años. Ministros, alcaldes, gobernadores y
asesores varios apagaron sus celulares y se encerraron en reuniones para tratar
de entender por qué habían perdido el referéndum para reformar la Constitución.
No bien Chávez se había asumido como el padre de la derrota minutos después de
conocerse los resultados de los comicios del domingo, empezó la búsqueda de los
hijos de la derrota, los que no estuvieron a la altura de las circunstancias. La
mayoría de las acusaciones se dirigieron a los gobernadores y alcaldes
chavistas, que hubieran perdido poder y presupuesto si se aprobaba la reforma.
Otros le apuntaron a la interna entre los dos alcaldes chavistas que tiene
Caracas, Freddy Bernal y Jaun Barreto, que desde hace tiempo mantienen un
enfrentamiento que muchas veces se dirime a los tiros y que, según sus críticos,
no les dejó tiempo para gestionar bien o hacer campaña a favor del
referéndum.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El sí perdió en Caracas. Y en el vecino municipio de
Sucre, otra tanda de críticas recayó sobre el alcalde José Rangel (“deja pasar,
deja hacer”, dijo un prominente chavista), hijo del ex vicepresidente José
Vicente, a quien muchos le endilgan ambiciones de suceder al líder bolivariano.
Otros que “no jugaron”, según los corrillos chavistas, fueron la ministra de
Industria liviana, Marina Cristina Iglesias; el ex vicecanciller Vladimir
Villegas, el ex viceministro de Planificación Roland Boulton, y el secretario de
Seguridad Ciudadana de la alcaldía metropolitana Morales Rossi. También pidieron
la cabeza de la cúpula de las fuerzas de seguridad, por no haber sabido frenar
la ola de inseguridad que tanto daño hizo en las encuestas y de los responsables
del área económica por no haber podido solucionar el desabastecimiento de leche.
Hasta la presidenta del Tribunal Superior de Justicia puesta por el gobierno fue
sorprendida en una foto de dudosa autenticidad publicada por el diario opositor
El Nacional, cuando colocaba en la urna una boleta del No.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tampoco faltaron críticas para el vicepresidente Jorge
Rodríguez y su equipo, que se encargó de la campaña. Se le critica haber
esperado hasta la última semana para desplegar el cotillón electoral. Hasta las
milicias chavistas se acusaron mutuamente de no haber colaborado lo suficiente,
lo cual se tradujo en algunas escaramuzas armadas de madrugada en los barrios
populares entre los motoqueros de los distintos bandos, que no fueron informados
a los medios de comunicación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La lista es tan larga como la profunda decepción entre
los impulsores de la revolución bolivariana, mucho más cuando se dieron cuenta
de que no habían perdido porque creció el caudal de votos de la oposición, sino
por que tres millones de electores que habían votado por la reelección de Chávez
hace un año prefirieron quedarse en sus casas.<BR>Si bien las principales
figuras se llamaron a silencio o a lo sumo filtraron algún off the record, no
fue difícil medir el profundo grado de decepción y desconcierto que se apoderó
de los seguidores de Chávez por el fracasado intento de imponer en Venezuela una
Constitución socialista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bastó con acercarse a la céntrica plaza Bolívar, para
muchos el corazón del chavismo, donde debajo de una carpa roja con imágenes de
Chávez, Bolívar y el Che y un cartel que decía “esquina popular” al menos
cuarenta personas de distinto sexo y edad discutían a los gritos, todos contra
todos. En medio de la cacofonía era imposible entender nada, pero era claro que
todos hablaban de la derrota electoral y sus consecuencias.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>“Lo que vamos a hacer es organizar las bases. En el pueblo
vamos a visitar a todos los comandos departamentales para ver quién no votó y
cuáles fueron las razones. Después se hará la limpieza necesaria y después
haremos una reunión en la plaza Bolívar para empezar a juntar las 25.000 firmas
para llegar otra vez al referéndum”, dijo Oscar Barodat, jubilado de 70,
mientras tomaba un respiro antes de sumergirse otra vez en la turba para seguir
discutiendo. A metro de allí, en la otra punta de la plaza, un mendigo que se
parecía a Evo Morales pero con varios días sin bañarse pintaba prolijamente con
pintura roja un cartel que decía en letra de imprenta:<BR></DIV>
<DIV align=justify>“Bolivarianos<BR></DIV>
<DIV align=justify>Los más democráticos del mundo<BR></DIV>
<DIV align=justify>Ni dictador<BR></DIV>
<DIV align=justify>Ni rey<BR></DIV>
<DIV align=justify>Chávez el más democrático del mundo”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de pedir una credencial “porque los servicios de
inteligencia están en todas partes” y antes de solicitar y obtener una módica
“contribución revolucionaria”. Víctor Sauñé, 37 años, “perseguido político en el
Perú por hacer la revolución”, explicó las razones que lo movieron a pintar el
cartel. “Con este referéndum el que ha ganado ha sido el gobierno. Ha
desactivado el pretexto para invadir a Venezuela y la idea de que Chávez es un
sediento de poder, y la campaña multimillonaria que han financiado los países
capitalistas como España y Estados Unidos se ha ido al tacho de basura.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>A dos cuadras de la plaza Bolívar, pasando el edificio
modernista del Ministerio para las Relaciones Exteriores del Poder Popular, está
la llamada plaza Lina Ron. Allí tiene su comando de campaña la militante
chavista más famosa de Venezuela. Ayer el comando estaba cerrado y Lina Ron no
estaba. Un grupo de jubilados jugaba al dominó en las mesas de cemento, entre
murales del Che Guevara, mientras una troupe de teatro callejero hacía su
representación en la puerta de una iglesia: un diablo con cuernos y cola,
vestido y pintado de rojo, era echado del templo por “el pueblo venezolano”
representado por un campesino que lucía en su cuello un pañuelo con los colores
de la bandera venezolana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A tres cuadras de la plaza Lina Ron está la casa de Ron,
un modesto ph al que se accede subiendo una escalera oscura, si el militante de
guardia franquea el paso. Lina Ron tampoco estaba ahí, pero enfrente, bajo una
sombrilla, alquilaban celulares para hacer llamadas y el militante de guardia
facilitó el contacto. Ron estaba reunida con el vicepresidente Jorge Rodríguez,
dijo su secretario al atender el teléfono, que espere un poquito, que ya van
para allá.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No pasaron más de cinco minutos. Lina Ron llegó zumbando.
Viajaba en el asiento de atrás de una moto conducida por un patovica de anteojos
negros, encabezando un escuadrón de otros 30 militantes, algunos con handies,
otros con las puntas de pistolas nueve milímetros apenas sobresaliendo debajo de
sus remeras negras. Lina Ron, ojos intensos, cuerpo fornido, rulos platinados,
campera de camuflaje abierta, musculosa de camuflaje por debajo, pantalones
militares y borceguíes, mezcla de Pepita la Pistolera con Lilita Carrió. Los
vendedora de llamadas festejó con suspiros y saltitos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“¡Mire, mire, ahí viene la Lina!”</DIV>
<DIV align=justify><BR>La gente se acercó. Los vendedores ambulantes también.
“Reparte chicles”, dijo Lina Ron a un buhonero, como les dicen acá, y repartió
las cajitas de dos chiclets entre los revolucionarios. Arriba, en la terraza de
Lina Ron, hay una carpa roja grande como un quincho, una mesa, tres sillas y un
poster gigante de Chávez en la pared. Allí opera Ron entre dos gallinas que se
pasean por el piso, con su secretario que viaja con ella a todas partes y su
secretaria que se queda en la casa todo el tiempo. Entre los tres manejan cuatro
celulares al mismo tiempo que no paran de recibir llamadas de ministros,
periodistas y militantes enfermos o a punto de parir. Todo se hace con
eficiencia quirúrgica. Lina Ron da instrucciones cortas, rápidas, precisas.
Después se relaja.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En un largo café con muchos cigarrillos, dos días después
de encabezar la manifestación de dos mil personas que se reunió frente al
palacio de Miraflores, Lina Ron hizo lo que el resto de la primera línea evitó,
pese al persistente requerimiento de los medios locales e internacionales. Habló
de la derrota.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lina Ron está enojada. “Fuimos traicionados por una
cantidad de elementos, gente que ha tenido distintos cargos en el gobierno,
alcaldes, gobernadores, ministros, miembros del Tribunal Superior de Justicia
que le dieron la espalda al comandante, pero él se va a ocupar de eso y va a
tumbar la conspiración de esos mal llamados izquierdistas, más bien son
izquierdosos, que comieron de la mano de Chávez y ahora dice que el chavismo
está agotado y que ellos son los que tienen que dirigir la revolución. Pero el
pueblo no los eligió.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras recibe datos, números e informaciones de los
celulares y los garabatea en un anotador, Ron cuenta que en el último año estuvo
muy poco en Caracas porque Chávez le pidió que organizara el partido único en
cuatro estados del interior y que durante ese tiempo la organización del
movimiento popular sucumbió a las rencillas internas. “Ganamos en tres de los
cuatro estados que fui a organizar, así que yo hice mi parte. Yo le dedico 24
horas a la revolución. Pero hubo otros que no hicieron su parte.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ron culpa a los ultrachavistas tupamaros de haber jugado
para el alcalde Barreto y no haber sacado el voto en el barrio 23 de enero.
Según Ron, por el malestar generado, el portavoz de los Tupamaros, Osvaldo
Canica, había sido baleado veinticuatro horas después de hablar con Página/12 en
el día de la votación. “Dicen que fui yo, pero no tengo nada que ver”, dijo Ron,
encogiendo los hombros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ron dice que Chávez está dolido. “Sé que está golpeado.
Acá hubo full traición. Pero se va ajuntar con Fidel y va a sacar un golpe
magistral como hace siempre, pero esta vez es más difícil, porque hubo un golpe
desde adentro del chavismo. Esto es un gran coñazo pero tenemos que sacar una
lección.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lina Ron dice que inevitablemente habrá una limpieza en
el gobierno, “aunque los alcaldes y gobernadores fueron elegidos por el voto y
no se los puede sacar”. Pero eso no es todo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Va a haber violencia. ¿Cómo evitarla? La reacción tiene
que venir a cobrar y en la primera línea estamos nosotros. Tenemos que
defendernos.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>–¿Cuándo fue la última vez que disparó?</DIV>
<DIV align=justify><BR>–Yo no disparo, yo dirijo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>–¿Y cuándo fue la última vez que la gente que dirige
disparo? ¿Ayer?</DIV>
<DIV align=justify><BR>–No, anteayer, vinieron a cobrar los reaccionarios con
los grupos de choque de las universidades y casi llega a Miraflores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>–¿Quién va a venir a buscarla primero, los reaccionarios
o los reformistas?</DIV>
<DIV align=justify><BR>–Y yo creo que los reformistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lina Ron sonríe por primera vez cuando se le pregunta si
conoció a Fidel Castro. “Nunca pude conocer al comandante, aunque me hubiera
gustado. Pero no me invitan. Hay mucha gente en el gobierno que no me quiere,
que dice que soy una chusma. Yo estoy cuando la vaina está mal, cuando está
bonita no me invitan. No me importa. Yo soy una comunista libre.” Dice, y sonríe
otra vez.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG></EM><A href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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</DIV></FONT></BODY></HTML>