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<DIV align=center><FONT size=3><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>25 de
enero 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV></FONT><FONT size=3>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG>Capitalismo</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Una crisis
devastadora</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Robert Brenner
*</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Against the Current Nº 132 (Detroit,
enero-febrero 2008)</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>(</STRONG><A
href="http://www.solidarity-us.org/atc/current"><STRONG>http://www.solidarity-us.org/atc/current</STRONG></A><STRONG>)</STRONG>
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<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción del PTS (Argentina)</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><A
href="http://www.pts.org.ar/"><STRONG>http://www.pts.org.ar/</STRONG></A></STRONG><STRONG></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG></STRONG></DIV><STRONG></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La actual crisis puede transformarse en la más devastadora
desde la Gran Depresión. Manifiesta problemas profundos no resueltos en la
economía real que han sido literalmente disimulados durante décadas por medio
del endeudamiento, así como una escasez financiera en el corto plazo de una
profundidad nunca vista desde la segunda guerra mundial. La combinación de la
debilidad de la acumulación de capital subyacente y la crisis del sistema
bancario es lo que hace la caída tan inmanejable para los gobernantes y tan
seria su potencialidad de producir un desastre. La plaga de hipotecas ejecutadas
y hogares abandonados –frecuentemente ocupados y despojados de todo, incluyendo
los cables de cobre- acecha Detroit en particular, y otras ciudades del medio
oeste.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El desastre humano que esto representa para cientos de
miles de familias y sus comunidades sólo puede ser la primera señal de lo que
significa una crisis capitalista. El alza histórica de los mercados financieros
en los años 1980s, 90s, y 2000s –con su transferencia de ingreso y riqueza al
uno por ciento más rico de la población- distrajo la atención del debilitamiento
de largo plazo de las economías capitalistas avanzadas. El desempeño económico
en los Estados Unido, Europa occidental y Japón, según virtualmente todos los
indicadores estadísticos -crecimiento de la producción, inversión, empleo y
salarios- se ha deteriorado, década tras década, ciclo económico tras ciclo
económico, desde 1973.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los años desde el comienzo del presente ciclo, que se
originó a comienzos de 2001, han sido los peores de todos. El crecimiento del
Producto Bruto Interno (PBI) en los Estados Unidos ha sido el más lento para
cualquier intervalo comparable desde fines de los 40s., mientras que el aumento
de nuevas plantas y equipamiento y la creación de empleos han estado un tercio y
dos tercios respectivamente por debajo del promedio de posguerra. Los salarios
horario reales para la producción y trabajadores no supervisores, alrededor del
80% de la fuerza de trabajo, estuvieron prácticamente planchados, languideciendo
alrededor de su nivel de 1979.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La expansión económica tampoco ha sido suficientemente
fuerte en Europa occidental o Japón. La caída del dinamismo económico del mundo
capitalista avanzado está arraigada en un descenso muy importante de la
rentabilidad, causado en primer lugar por una tendencia crónica a la
sobrecapacidad en el sector manufacturero mundial, que data de fines de los años
1960 y principios de los 70. Hacia el año 2000, en Estados Unidos, Japón y
Alemania, la tasa de ganancia en la economía privada tuvo una recuperación, pero
en el ciclo de los ’90 no subió más que en el de los ’70.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con la reducción de la rentabilidad, las firmas tuvieron
menores ganancias para agregar a sus plantas y equipamientos y menores
incentivos para expandirse. La continua reducción de la rentabilidad desde los
años 1970 llevó a una caída sostenida en la inversión, como proporción del PBI,
en las economías capitalistas avanzadas, así como reducciones graduales en el
crecimiento de la producción, medios de producción y empleo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La prolongada declinación en la acumulación de capital,
así como la contención de los salarios por parte de las corporaciones para
restaurar sus tasas de retorno, junto con los recortes del gobierno en el gasto
social para reforzar las ganancias, han llevado a una caída en el crecimiento de
las inversiones, el consumo y la demanda del gobierno, y por lo tanto en el
crecimiento de la demanda de conjunto. La debilidad de la demanada agregada,
consecuencia en última instancia de la reducción de la rentabilidad, ha
constituido la principal barrera al crecimiento en las economías capitalistas
avanzadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para contrarrestar la persistente debilidad de la demanda
agregada, los gobiernos, encabezados por el de Estados Unidos, no han tenido más
alternativa que emitir volúmenes cada vez mayores de deuda, a través de canales
cada vez más variados y barrocos, para mantener funcionando la economía.
Inicialmente, durante los 70 y 80s, los estados se vieron obligados a incurrir
en déficits públicos cada vez mayores para sostener el crecimiento. Pero si bien
esto mantuvo la economía relativamente estable, esos déficits también la
llevaron al estancamiento: en la jerga de esa época, los gobiernos
progresivamente recibían menos, era menor el crecimiento del PBI por cada
aumento del endeudamiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Del recorte de presupuesto a la burbuja
económica</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios de los años 1990s, en Estados Unidos y
Europa, dirigidos por Bill Clinton, Robert Rubin y Alan Greenspan, los gobiernos
que habían girado a la derecha y se guiaban por el pensamiento neoliberal
(privatización y destrucción de los programas sociales) buscaron superar el
estancamiento tratando de equilibrar los presupuestos. Pero aunque esto no
parecía importante en la contabilidad del período, este cambio dramático tuvo un
efecto retroactivo radical.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como la rentabilidad todavía no se había recuperado, las
reducciones de déficit causadas por la equilibración del presupuesto
significaron un gran golpe a la demanada agregada, con el resultado de que
durante la primera mitad de la década de 1990, Europa y Japón experimentaron
recesiones devastadoras, las peores del período de la posguerra, y la economía
de Estados Unidos se vio obligado a recurrir a formas de estímulo más poderosas
y riesgosas para contrarrestar la tendencia al estancamiento. En particular,
reemplazó el déficit público del keynesianismo tradicional con el déficit
privado y la inflación de los activos de lo que podía llamarse el keynesianismo
del precio de los activos, simplemente una burbuja económica.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>En el gran ascenso del mercado de valores de la década de
1990, las corporaciones y los hogares ricos vieron expandirse masivamente su
riqueza en dinero. Por lo tanto pudieron embarcarse en un aumento récord de
endeudamiento y, sobre esta base, sostener una poderosa expansión de la
inversión y el consumo. El así llamado boom de la “nueva economía” fue la
expresión directa de la burbuja histórica del precio de las acciones de los años
1995-2000. Pero como los precios de las acciones subieron a pesar de la caída de
la tasa de ganancia y como las nuevas inversiones exacerbadron la sobrecapacidad
industrial, eso rápidamente aseguró la caída de la bolsa y la recesión de
2000-2001, deprimiendo la rentabilidad en el sector no financiero a su nivel más
bajo desde 1980.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin inmutarse, Greenspan y la Reserva Federal, ayudados
por otros importantes Bancos Centrales, contrarrestaron el nuevo ciclo
descendente con otra ronda de inflación de los precios de los activos, y esto ha
sido esencialmente lo que nos trajo a donde estamos hoy. Al reducir a cero las
tasas de interés a corto plazo por tres años, facilitaron una explosión sin
precedentes históricos del endeudamiento de los hogares, que contribuyó y
alimentó la suba de los precios de las casas y la riqueza doméstica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según The Economist, la burbuja inmobiliria mundial entre
2000 y 2005 fue la mayor de todos los tiempos, superando incluso la de 1929.
Esto hizo posible un aumento sostenido del gasto de consumo y de la inversión
residencial, que juntos impulsaron la expansión. El consumo personal más la
construcción de viviendas dan cuenta de entre el 90 al 100% del crecimiento del
PBI de Estados Unidos en los primeros cinco años del actual ciclo económico.
Durante el mismo intervalo, sólo el sector inmobiliario, según Economy.com de
Moody’s, fue responsable por casi el aumento del 50% del PBI, que de lo
contrario hubiera sido -2,3% en lugar de 1,6%.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así, junto con los déficits presupuestarios reaganianos
de GW Bush, el récord en los déficits de los hogares permitió oscurecer cuán
débil realmente era la recuperación económica subyacente. El incremento de la
demanda consumista respaldada con deuda, así como el crédito excesivamente
barato, no sólo revivió la economía norteamericana, sino especialmente, por el
impulso de una nueva oleada de importaciones y el aumento del déficit de cuenta
corriente (balance de pagos y comercio) a niveles récord, alimentó lo que
parecía ser una impresionante expansión económica global.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Brutal ofensiva corporativa</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero si los consumidores hicieron su parte, no se puede
decir lo mismo de las firmas privadas, a pesar del estímulo económico récord.
Greenspan y la Fed habían inflado la burbuja inmobiliaria para darle tiempo a
los corporaciones para desembararzarse de su exceso de capital y retomar la
inversión. Pero, en lugar de esto, al centrarse en restaurar la tasa de
ganancias, las corporaciones desencadenaron una brutal ofensiva contra los
trabajadores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Elevaron la productividad, no tanto por el aumento de las
inversiones en plantas avanzadas y equipamiento sino por medio del recorte
radical en los empleos, obligando a los trabajadores que quedaron a utilizar los
tiempos muertos. Al mantener bajos los salarios y a la vez extraer más
producción por persona, se apropiaron en la forma de ganancias de un porción del
crecimiento del sector no financiero del PBI sin precedentes históricos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las corporaciones no financieras, durante esta expansión,
han elevado significativamente sus tasas de ganancias, aunque este crecimiento
no llegó hasta los ya reducidos niveles de la década de 1990. Además, teniendo
en cuenta que el grado al cual se había elevado la tasa de ganancia había sido
alcanzado simplemente por la vía de elevar la tasa de explotación –haciendo que
los trabajadores trabajen más y pagándoles menos la hora- habían razones para
dudar de cuánto tiempo podía continuar. Pero sobre todo, al mejorar la
rentabilidad por medio de mantener baja la creación de empleo, la inversión y
los salarios, las empresas norteamericanas mantuvieron bajo el crecimiento de la
demanda agregada y por lo tanto socavaron su propio incentivo para
expandirse.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Simultáneamente, en lugar de aumentar la inversión, la
productividad y el empleo para aumentar las ganancias, las firmas buscaron
explotar el bajo costo de los préstmos para mejorar su posición y la de sus
accionistas por la vía de la manipulación financiera –liquidando sus deudas y
dividendos, comprando sus propias acciones para subir su valor, particularmente
en la forma de una enorme oleada de fusiones y adquisiciones. En Estados Unidos,
durante los últimos cuatro o cinco años, la recompra de dividendos y acciones
como parte de ganancias acumuladas (retained earnings) ha explotado a sus
niveles más altos de la posguerra. La misma clase de cosas han ocurrido en toda
la economía mundial –Europa, Japón y Corea.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El estallido de las burbujas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El límite es que, en Estados Unidos y el mundo
capitalista avanzado desde el año 2000, hemos visto el crecimiento más lento de
la economía real desde la segunda guerra mundial y la mayor expansión de la
economía financiera en la historia de Estados Unidos. No es necesario un
marxista para decir que esto no puede continuar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, así como la burbuja de la bolsa de los años
1990 estalló, la burbuja inmobiliaria también explotó. Como consecuencia, la
película de la expansión impulsada por el boom inmobiliario que vimos durante el
cliclo ascendente está ahora revirtiéndose. Hoy, los precios de las casas ya han
empezado a caer un 5% de su punto más alto de 2005, pero esto sólo es el
comienzo. Según la estimación de Moody’s, en el momento en que la burbuja
inmobiliaria se desinfle completamente a principios de 2009, los precios de las
viviendas habrán caído un 20% en términos nominales –incluso en términos
reales-, de lejos la mayor caída en la historia norteamericana de la
posguerra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así como el efecto riqueza positivo de la burbuja
inmobiliaria impulsó la economía, el efecto negativo de la caída del mercado
inmobiliario está empujándola hacia abajo. Con el valor de sus viviendas en
declinación, las familias ya no pueden tratar sus casas como cajeros
automáticos, y los préstamos a los hogares están colapsando, por lo que tienen
que reducir su consumo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El peligro subyacente es que los hogares norteamericanos,
al ya no poder “ahorrar” a través de la elevación del valor de sus viviendas,
comiencen rápidamente a ahorrar verdaderamente, elevando al tasa de ahorro
personal, que ahora está en su nivel más bajo de la historia, haciendo caer el
consumo. Al comprender cómo el fin de la burbuja inmobiliaria afectaría el poder
de compra de los consumidores, las firmas recortaron la incorporación de
personal, con el resultado de que el crecimiento del empleo cayó
significativamente desde principios de 2007.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gracias a la crisis inmobiliaria y a la desaceleración
del empleo, ya en el segundo trimestre de 2007, el flujo total real de dinero a
los hogares, que había aumentado a una tasa anual de alrededor del 4,4% en 2005
y 2006, había caído hasta casi cero. En otras palabras, si uno suma los ingresos
reales disponibles de los particulares, más sus ingresos por la diferencia entre
el precio de la vivienda y la hipoteca, más los créditos para consumo, más la
realización de ganancias de capital, descubrirá que lo que tienen para gastar ha
dejado de crecer. Bastante antes de que la crisis financiera golpeara el pasado
verano, la expansión ya estaba agonizando.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La debacle sub-prime, que surgió como una extensión
directa de la burbuja financiera, está compilcando en gran medida el ciclo
declinante, haciéndolo muy peligroso. Los mecanismos que ligan los préstamos
hipotecarios inescrupulosos a una escala titánica, las ejecuciones masivas de
viviendas, el colapso del mercado de títulos financieros respaldado por
hipotecas sub-prime, y la crisis de los grandes bancos que directamente tenían
esas cantidades de títulos, requieren una discusión aparte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Simplemente se puede decir a modo de conclusión -debido a
que las pérdidas de los bancos, ya enormes, son tan reales, y a que
probablemente crezcan mucho más a medida que empeore la caída- que la economía
enfrenta la perspectiva, sin precedentes en el período de posguerra, de un
congelamiento del crédito en el mismo momento en que se está deslizando en una
recesión –y que los gobiernos enfrentan un problema de una dificultad sin
precedentes para evitar este resultado.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Robert Brenner es historiador y economista, se ha destacado
por un trabajo sobre los orígenes agrarios del capitalismo europeo conocido como
el “debate Brenner”, que ocupó un lugar importante en el estudio histórico
contemporáneo. En su Nº 229 de mayo-junio de 1998, The New Left
Review (Gran Bretaña), publicó una de sus principales obras: The economics of
global turbulence (La economía de la turbulencia global).<FONT face=Verdana>
</FONT><FONT face=Arial>En castellano, fue publicado bajo el título
"Turbulencias de la economía mundial", ediciones LOM, Chile 1999. </FONT></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT color=#800000 size=3><STRONG><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT color=#0000ff
size=3><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A><BR><FONT color=#800000
size=3><STRONG>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay<BR></STRONG></FONT><A href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><FONT
size=3><STRONG>Agendaradical@egrupos.net</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>