<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR><FONT color=#800000>Edición internacional del Colectivo
Militante<BR><U>28 de enero 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT>
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Brasil/Historia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><BR><STRONG>Bahía, 1798: La revolución de
los Jacobinos Negros <BR> <BR>Mário Maestri *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Tlaxcala</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.tlaxcala.es/"><STRONG>http://www.tlaxcala.es/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido por Adrián
Ballester Cerezo</STRONG><BR><BR><BR><STRONG>I - Bahía, 1798: La revolución de
los Jacobinos Negros</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>En 1794, la marea revolucionaria francesa llegaba a su
punto álgido, reclamando en la Europa de los reyes que todos los hombres tenían
igual derecho a la felicidad, sin importarles si para tal empresa era preciso
poner el mundo patas arriba.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la colonia francesa azucarera más rica, los
plantadores intentaran conseguir su autonomía y los hombres libres de color
exigieron la ciudadanía prometida en 1789, facilitando la insurrección de los
cautivos en Agosto de 1791, que fundó Haití en 1804, primer territorio americano
libre de la esclavitud.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde 1789, el Estado absolutista lusitano se esforzaba
para que los ideales revolucionarios, democráticos y liberales franceses no
llegaran a la ciudad y a las colonias. En Brasil, se vigilaba a los inusuales
visitantes extranjeros y se controlaban los equipajes de los barcos buscando
libros y panfletos subversivos. La vigilancia era extrema en Salvador, el
principal puerto del Brasil colonial.</DIV>
<DIV align=justify><BR> Ex-capital de la colonia, con sesenta mil
habitantes, de calles estrechas, irregulares y sucias, cuestas escarpadas,
iglesias, monasterios, casas bajas y sobrados, Salvador era la segunda metrópoli
del imperio lusitano, después de Lisboa. Dos tercios de la población era negra y
mestiza; un tercio, blanca e indígena.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1789, la colonia pasaba por dificultades y Bahía
experimentaba un cierto auge económico, con exportaciones de azúcar, algodón,
añil, toneles de aguardiente, tabaco de cuerda y otros productos. A pesar de la
riqueza comercial, Salvador dependía de la producción rural, ya que no producía
prácticamente nada. Los dictados de la metrópoli prohibían cualquier producción
manufacturada en las colonias luso-brasileñas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De las principales metrópolis europeas, a través de
Portugal, llegaba múltiples mercancías que eran consumidas en Salvador o
reexportadas para el interior y para las otras capitanías vecinas: aceite de
oliva, armas, pólvora, tejidos, vestidos, vino, complementos domésticos,
materiales de construcción, etc. El principal producto importado era el
trabajador africano. El comercio bahiano era controlado por ricos comerciantes,
sobre todo de prisioneros, en general portugueses.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como el resto de la colonia, la sociedad bahiana estaba
dispuesta en estratos. En la cúspide de la pirámide se encontraban los grandes
dueños de las plantaciones y los comerciantes; la base estaba formada por miles
de prisioneros. Cada año, lotes de africanos eran conducidos hasta Salvador. La
comunidad esclavizada era heterogénea, ya que estaba dividida entre prisioneros
nacidos en Brasil, de diferentes colores y profesiones, y africanos de varias
culturas y lenguas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre los esclavistas y los esclavos estaba la figura del
hombre libre pobre, con pocas posibilidades de ascenso social, pero de “sangre
limpia”. Trabajaban como administradores, cajeros, arrendadores, marineros,
vendedores, o bien entraban en el bajo clero, u ocupaban cargos civiles y
militares inferiores, o bien se disputaban actividades artesanales con los
prisioneros ganadores y de alquiler. Los puestos de prestigio eran
semiprivilegios de los portugueses de nacimiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Salvador, a los hombres libres de color se les
contrataba como artesanos, en el pequeño comercio, como soldados y suboficiales
de tropas de primera línea, todo por un sueldo miserable. Para sobrevivir, los
soldados solían tener un segundo trabajo. Su suerte era deprimente. Además de
las escasas posibilidades de inserción económica, se les estigmatizaba por el
color de la piel, que les cerraba el acceso a los cargos de puestos civiles,
religiosos y administrativos intermedios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A finales del siglo XVIII, Brasil era la gran fuente de
recursos de la clase dominante. El monopolio comercial y las diferentes tasas
consumían parte de las rentas y encarecían el coste de vida en Brasil. La
población pobre de Salvador realmente pasaba hambre y se veían condenados a
pedir comida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre los líderes del lugar se iba fortaleciendo la idea
del carácter parasitario que suponía el régimen colonial, sentimiento
fortalecido por la independencia de los Estados Unidos y por las ideas liberales
y revolucionarias francesas. Diez años atrás había sido desmantelada la
conspiración para la independencia de Minas Gerais.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1789, Salvador experimentó la única revuelta colonial
e imperial de Brasil que, con propuestas que atravesarían la sociedad colonial
de arriba a abajo, propuso una reorganización democrática para la región, fuera
de los dictados esclavistas. <BR><BR><STRONG>II - Los pasquines sediciosos de
Salvador de Bahía</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El 12 de Agosto de 1798, Fernando José de Portugal,
gobernador de la capitanía de Bahía, entonces con 43 años, supo que de madrugada
habían sido colocados, en lugares frecuentados de Salvador, doce boletines
“sediciosos”, animando al pueblo a constituir la República Bahiana. Aunque eran
pocos los ciudadanos que sabían leer, el contenido de los manifiestos tuvo gran
repercusión, transmitiéndose de boca en boca.<BR><BR>La agitación subversiva no
era algo nuevo. A comienzos de 1797, se colocaron “pasquines
escarnecedores” en el “patíbulo público”, que fue quemado en la quietud de la
noche y no se consiguió ni descubrir ni castigar a los responsables. El acto
constituía delito de lesa majestad, ya que el macabro método tenía un
significado simbólico. En julio de aquel año, otros manifiestos se habían
repartido por la ciudad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los escritos se puede apreciar la orientación
política, social y sindical del movimiento. En éstos se defendía la igualdad, la
república, la independencia de Bahía, la libertad de comercio y de producción,
se elogiaba a la Francia revolucionaria y se exigía el fin de la discriminación
social y racial. Se amenazaba a los clérigos que luchasen contra las nuevas
ideas y se prometía aumento de sueldo a los soldados y oficiales de primera
línea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En las declaraciones de los testigos que habían oído
hablar de los manifiestos, sin haberlos leído, se producía normalmente una clara
reformulación del contenido de los textos, proponiendo reivindicaciones de las
clases subordinadas que no salían reflejadas en los contenidos, como la
elaboración de un tabla para fijar el precio de la carne. Tal reconstrucción de
los contenidos de los mensajes de los manifiestos era normal en una sociedad en
tensión, en la cual el principal vehículo de transmisión de las informaciones
era la comunicación oral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobernador ordenó que se abriese una investigación
sobre los hechos. Antes de que se iniciasen las indagaciones, por la ciudad
corría el rumor de que los panfletos eran creados por soldados y oficiales
mulatos de la ciudad. Como en la Bahía de entonces la alfabetización era un avis
raras, sobre todo entre la población pobre, las autoridades compararon la letra
del autor de los manifiestos con la de peticiones y reclamaciones de los
archivos de la Secretaría del Gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La investigación policial apuntó hacia un sospechoso. El
16 de agosto, se detuvo al mulato Domingos da Silva Lisboa, natural de Lisboa,
hijo de padres desconocidos, de 43 años, requeriente de causas y escribiente de
cartas, de ideas antirreligiosas y libertarias, residente en la ladeira da
Misericórdia. En su casa se encontraron más de cien libros, lo que para la época
era una biblioteca enorme, sobretodo para hombres de recursos escasos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como el 22 de agosto aparecieron otras dos cartas dejadas
en la iglesia, con la misma letra, y Domingos da Silva Lisboa estaba
encarcelado, se reiniciaron las investigaciones que concluyeron llevando a
prisión, el día 23, a Luís Gonzaga das Virgens, también mulato, de 36 años,
natural de Salvador, soldado del 2º Regimiento de la Primera Línea. En su
residencia se encontró literatura liberal. Poco tiempo antes, Luís Gonzaga,
nieto de portugués y de esclava africana, había requerido que su ascenso no
fuese entorpecido por cuestión de color.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El encarcelamiento del soldado aceleró la conspiración e
hizo emerger, en el centro de los acontecimientos, a João de Deus do
Nascimento, casado, mulato, cabo de la Escuadra del 2º Regimiento de la Milicia,
de 27 años, y sastre bien instalado en la calle Direita. Temiendo que Luís
Gonzaga hablase, los conspiradores organizaron una reunión precipitada de
afiliados y simpatizantes, con el objetivo de que eventualmente deliberasen
sobre el desarrollo de la revuelta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El encuentro de la noche del sábado 25 de agosto, en el
campo do Dique, en la parte del Desterro, en Salvador, fue un fracaso ya que se
presentaron sólo catorce de los doscientos esperados, quizá debido a que la
convocatoria había sido mal difundida. Y, por poco, los revolucionarios no
fueron detenidos. En una huerta cercana, una centena de soldados y esclavos
vigilaban armados con porras. Posiblemente algunos jacobinos abandonaran
el campo do Dique al comprobar la inadecuada estructuración represiva organizada
por el teniente coronel Alexandre Teotônio de Souza, quien iba cubierto con un
capa blanca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La reunión fue denunciada por el herrador liberado
Joaquin José da Veiga y por el barbero Joaquim José de Santana, capitán
del Tercero Regimiento de Milícias de Homens Pretos. Al ser invitados para la
revuelta, los alcahuetes de la policía optaron por denunciar para no incurrir en
crimen de alta traición y, así, recibir las recompensas esperadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En declaraciones posteriores, Joaquim José de Santana
declaró su esperanza de ser ascendido, según él con gran merecimiento, por
el importante papel que desempeñaba en su milicia. Por instrucciones de las
autoridades, Joaquim José de Santana y Joaquim José da Veiga participaran de la
reunión de Campo do Dique para poder traicionar mejor a sus compañeros. Hubo una
tercera denuncia, tardía.<BR><BR><STRONG>III - La Dura Represión a la República
Social Bahiana</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El descubrimiento de los pasquines en Salvador ocasionó
el inicio de investigaciones policiales que precipitaron la conspiración para
alcanzar una Bahía republicana y sin esclavismo. Debido a las denuncias, el
movimiento fue reprimido antes de irrumpir. La investigación sobre los hechos
provocó la denuncia de 34 conspiradores, si bien es cierto que el número de
hombres libres y esclavos envueltos fuese más grande. Sobre todo se inculpó a
“personas insignificantes”, ya que el gobernador se esforzó para que los
“hombres buenos” de la capitanía no fuesen denunciados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El excluir de la investigación a los jacobinos destacados
hacía que se mantuviese la solidaridad social y la puerta abierta para futuras
negociaciones. En aquel momento, los sectores ilustrados de la administración
lusitana se propusieron impedir la independencia colonial ganándose a las clases
proletarias brasileñas para la propuesta de emancipación de Brasil en el
seno de imperio lusitano reconstruido, que dejase a Portugal como centro
político y mercantil.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los conspiradores se identificaban por peculiaridades
externas como la barba larga, un arete en una de las orejas y una concha de
Angola en las cadenas de los relojes. La bandera de la sublevación tenía una
franja blanca, entre dos azules, paralelas hasta el asta. Sobre la franja
blanca, una estrella grande y cinco pequeñas, rojas, con el lema “nec mergitur”.
[“no se hunde”].</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobernador fue acusado de lenitivo, ya que a pesar de
estar avisado sobre las francesías, en agosto de 1797, por el comandante del 2º
Régimen de Linha, sólo reprendió al teniente Hermógenes Francisco de Aguilar
Pantoja, quien era la cabeza propagandista más visible de las ideas liberales.
Según algunos historiadores, su apatía se debió a su falta de decisión. El hecho
de que de Fernando José de Portugal actuase de forma condescendiente, aptitud
que fue tomada por los absolutistas complacencia y por los liberales con
simpatía, se produjo al darse cuenta de la imposibilidad de mantener el dominio
sobre Brasil sólo a través de la represión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su pasividad ante las francesías se debió también al
incierto resultado del enfrentamiento entre el liberalismo y el absolutismo en
Europa. Los conspiradores bahianos esperaban que el gobernador dirigiese el
nuevo poder y contaban con el desembarco francés en Bahía. En agosto de 1797,
quizá bajo la sugestión de los conspiradores, el oficial francés presentó al
Directorio una propuesta de ataque a Salvador.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Diez de los acusados eran blancos y, los 24 restantes
eran hombres de color –pardos claros, oscuros, morenos y fuscos. Sólo había un
negro mina [1] esclavo. Los revolucionarios eran oficiales y soldados de la
tropa paga y sastres. Había un profesor, dos orífices, un bordador, un albañil,
un negociante, un carpintero y un cirujano no diplomado. Once acusados eran
esclavos y 23, libres y libertos. Los esclavos eran, sobretodo, sastres,
zapateros, peluqueros, etc. puestos en alquiler.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La conspiración fue duramente castigada. Además de las
condenas de destierro, cuatro líderes del movimiento fueron ahorcados y
descuartizados en la Praça da Piedade, el 8 de noviembre de 1799, al mismo
tiempo que tocaban las campanas de las iglesias de Salvador. Los soldados Luis
Gonzaga das Virgens y Lucas Dantas de Amorim, de 24 años, también ebanista, que
resistió con valor a la prisión; los sastres João de Deus do Nascimento y Manuel
Faustino dos Santos Lira, libertos, todos pardos. Un esclavo, Antônio José, se
suicidó en la cárcel. Los cuerpos de los ejecutados quedaron expuestos
descuartizados como ejemplo público. Sus familias fueron difamadas durante tres
generaciones. Un quinto líder condenado a muerte jamás se le encontró. Esclavos
que habían participado en la conspiración, fueron condenados a quinientos azotes
y se les envió y vendió a la temida capitanía de Rio Grande do Sul.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los pocos hombres blancos acusados sufrieron condenas en
general leves. Entre ellos estaba Cipriano José Barata de Almeida, cirujano,
dueño de 35 libros, y el teniente Hermógenes Pantoja, de 28 años, señor de 26
libros, quien había dicho que en su boda bastaría, para celebrar la ceremonia,
que los novios confirmasen su deseo de unión. Además de liberal y republicano,
¡era ateo! Miembros destacados de la sociedad bahiana partidarios o involucrados
con los jacobinos jamás se les incomodó.<BR><BR><STRONG>IV - El Sentido
Histórico de la Revuelta de los Jacobinos Negros de la Bahía</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> En Primeira revolução social brasileira, Affonso
Ruy señala como dirigentes de la conspiración bahiana al farmacéutico João
Ladislau de Figueiredo Melo; al párroco Francisco Agostinho Gomes; al
intelectual José da Silva Lisboa; al senhor de engenho (1) Inácio Siqueira
Bulcão; al cirujano Cipriano de Almeida Barata; al profesor de retórica
Francisco Muniz Barreto.<BR><BR>Posiblemente no hubo participación orgánica por
parte de bahianos destacados en los hechos de agosto y en la agitación jacobina
que se desarrollaba, como mínimo, desde el inicio de 1798, a través de acciones
directas como la quema de la horca o la pegada de los manifiestos. Todavía no
fueron aclaradas las vinculaciones entre los liberales de las clases
propietarias y los jacobinos negros de Salvador.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las ideas democráticas y revolucionarias francesas
expuestas por miembros de las clases propietarias bahianas habrían sido
recibidas por artesanos y soldados de color, libres y esclavos, sobretodo de
Salvador, que las adaptaran a la realidad social de entonces, redactando el
programa político más avanzado que se haya propuesto en Brasil, comparable con
el de la Abolición, en 1888.</DIV>
<DIV align=justify><BR> Quizá el teniente Hermógenes Aguilar Pantoja
sirviese como puente entre los miembros ilustrados y liberales de las clases
propietarias y los jacobinos de las clases subordinadas. La difusión de los
manifiestos puede haber sido tentativa de poner fin a la indecisión de los
liberales de las élites, posiblemente inmovilizados por las cuestiones
establecidas para la abolición de la esclavitud. Ellos soñaban con la
independencia de la Bahía pero temían la liberación de los presos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La desconsideración por parte de los ideólogos nacionales
con la conspiración de 1798 se debe a su plebeyez y a su radicalismo, y no al
hecho de jamás haber pasado a la acción. Un movimiento de esclavistas, clérigos
e intelectuales hizo que la Conjuración Minera [2] se derrumbara, en 1789, como
un castillo de naipes, lo que fue muy celebrado. En la Bahía, los hombres ricos
participaban de la conspiración, pero la hegemonía del movimiento se encontraba
en sus momentos finales con los soldados, artífices y presos de Salvador.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Minas Gerais, sólo un conspirador, el más humilde, fue
ejecutado. En la Bahía, se ahorcó a cuatro líderes, con la soga más arriba de lo
habitual como señal de la gravedad del delito. En 1798, se reprimió duramente a
los hombres que, al no soportar “en paz la diferencia de condiciones y la
desigualdad de fortunas, de las que está compuesta la admirable obra de la
sociedad civil”, pretendían imponer los “principios antisociales de igualdad
absoluta”, “sin distinción de color y de formación” como quedó reflejado en los
autos de procesamiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Debido a que fue obra de humildes trabajadores de color,
la conspiración consiguió, hecho único en la historia de Brasil, incorporar a
los presos y proponer el fin de la esclavitud, sin duda bajo la inspiración de
la decisión de la Convención en 1794 de abolir la institución en las colonias
francesas. Sin que jamás fuese aplicada, la medida revolucionaria fue anulada,
en 1802, por Napoleón, quien tuvo sus tropas derrotadas por los presos de
Saint-Domingues, donde, en 1804, se proclamó la independencia de Haití, libre de
la esclavitud.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La participación de los presos y la propuesta de la
abolición de la esclavitud aseguraban el carácter revolucionario al movimiento,
en una colonia donde la esclavitud era la forma dominante de explotación del
trabajo. La victoria del movimiento y la consecución de su programa anticiparan
en la Bahía, en casi un siglo, la plena vigencia de las relaciones de trabajo
libre.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Conspiración de los Sastres, de 1798, tiene cierta
semejanza con la Conjuración de los Iguales, de Gracus Babeuf, desbaratada en
Francia dos años antes, en 1796. La primera proponía, en la Bahía, el fin de la
discriminación racial y de la esclavitud. La segunda, señalaba la entrada
independiente de los trabajadores en temas políticos y sociales, cuando el
capitalismo ya era la forma de dominación en Francia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El desmantelamiento de la Conspiración de los Sastres no
significó el fin de la agitación social. A partir de 1807, la tensión entre los
trabajadores esclavizados de Salvador explotaría, periódicamente, para
desembocar en la gran revuelta de los siervos de 1835. A pesar de la violencia
de la Revuelta Malê, sus propuestas significaban un retroceso en relación con el
ideario anterior, ya que proponía la muerte y esclavitud de los blancos y los
pardos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La represión del movimiento de 1798 lapidó la lucha y los
cambios para toda la sociedad, extinguiendo la propuesta de contenido
democrático y revolucionario de los sectores explotados de sociedad democrática
e igualitaria. Al menos los abolicionistas radicalizados propusieron, nueve
décadas más tarde, un amplio programa democrático similar.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>* Nota de Agenda Radical:</STRONG> Mario Maestri,
historiador marxista y militante de la izquierda revolucionaria en Río Grande
del Sur (Brasil). Colaborador de La Insignia y Correio da Cidadania.
<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[1] El senhor de engenho era el propietario de la hacienda y
del complejo de producción de azúcar.<BR>[2] Inconfidência Mineira o Conjuração
Mineira fue el nombre dado a un intento de revuelta en Minas Gerais, en la que
los líderes arrestados fueron acusados de inconfidência, falta de lealtad al
rey.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT color=#0000ff
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>