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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>11 de febrero 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Capitalismo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Crisis financiera: cuando todo lo
sólido se desvanece en el aire<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>Gustavo </FONT><FONT
face=Arial>Búster *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Sin Permiso</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.sinpermiso.info/"><STRONG>http://www.sinpermiso.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR>El capitalismo solo puede vivir cambiando las condiciones
mismas de su existencia, al coste que sea. En las últimas entregas, SinPermiso
ha dedicado un especial esfuerzo a hacerse eco del incipiente debate sobre la
crisis económica en ciernes, que se anuncia con efectos especialmente dramáticos
y globales. En el primer capítulo del Manifiesto Comunista, Marx y Engels
intentaron resumir esa “creación destructiva” del capitalismo, incapaz de
encontrar nunca otro equilibrio que el del ajuste, que sintetizan las
recesiones, con una frase profética: “Todo lo sólido se desvanece en el aire,
todo lo sagrado es profanado, y el hombre finalmente se ve obligado a afrontar
sin ilusiones las condiciones reales de su existencia y sus relaciones con sus
semejantes”.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¡Que no cunda el pánico: los bancos y los fondos
de riesgo, primero!</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes de que se confirmasen los datos del cuarto
trimestre, el pánico ante los signos evidentes de recesión en EE UU ha
desencadenado toda una batería de medidas que, si bien son la repetición de las
ya utilizadas en anteriores alertas de crisis, son extraordinarias por su
volumen y combinación. La Reserva Federal ha recortado la tasa de interés dos
veces en solo ocho días en 125 puntos básicos, hasta situarla en el 3%, sin
descartar nuevos recortes en marzo. Al mismo tiempo, la Administración Bush ha
anunciado un paquete de estímulos fiscales por valor de 145.000 millones de
dólares (equivalente al 1% del PIB de EEUU), negociando un acuerdo bipartidista
en un tiempo record.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por primera vez en 25 años, el director del FMI, la
institución guardiana del ajuste presupuestario, Dominique Strauss-Kahn, ha
hecho un llamamiento a extender estos estímulos fiscales a todos los gobiernos:
“No creo que los instrumentos monetarios sean suficientes para librarse de la
crisis…nuevas políticas fiscales son hoy los instrumentos adecuados para hacerle
frente” (FT 28-1-08).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lawrence Summers, antiguo Secretario del Tesoro de EE UU,
ha iniciado una campaña personal pidiendo además políticas intervencionistas en
tres áreas: recapitalización del sistema financiero, nuevas regulaciones más
estrictas del mercado hipotecario y coordinación internacional de todas estas
políticas. Lo que viene a decir que por si solas las políticas monetarias y
fiscales no serán suficientes para evitar la paralización del sistema crediticio
por el pánico y que es necesario que los estados y los gobiernos den garantías a
los bancos y a los fondos de riesgo, poniéndolos a salvo los primeros, para que
puedan después asumir nuevos riesgos: “la actividad económica normal no volverá
a serlo sin que vuelva la normalidad a los mercados crediticios” (FT
28-1-08).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Semejante tautología es un llamamiento a la socialización
de las perdidas del sistema financiero con dinero de los contribuyentes,
mientras se abandona a éstos a su suerte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las negociaciones en el Congreso de EE UU sobre el
paquete de estimulo fiscal son en este sentido muy ilustrativas. La propuesta
demócrata de dedicar al menos un tercio del paquete a ayudas directas a los
pobres en forma de bonos de comida y aumento de subsidios de paro fue rechazada
por la administración Bush, con la contrapropuesta de rebajas fiscales de 300
dólares, incluyendo ayudas directas en forma de cheques para quienes tienen
declaraciones de la renta negativas. Lo que supone en la práctica, dado el
calendario fiscal de EE UU, que esos 300 dólares no llegarán hasta el mes de
junio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este sentido, como ha señalado Willem Buiter (ex
consejero del Banco de Inglaterra) en el debate abierto en el Financial Times
tras el articulo de Summers, las medidas adoptadas tienen el único objetivo de
aumentar la demanda de las clases medias con problemas de liquidez capaces de
satisfacer en el mercado los intereses de las grandes empresas, y “no
beneficiarán a los que tienen ingresos bajos permanentemente”. Dado que un
aumento del gasto público o reducciones fiscales a las empresas también tienen
un efecto más retardado hay que preguntarse porque se opta solo por la segunda
formula. Estamos en realidad ante una especie de “keynesianismo neoliberal” de
poco alcance.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el debate señalado, Guillermo Calvo (otro conocido
economista del FMI) expresaba sus dudas de que las medidas monetarias o fiscales
tuvieran en realidad otro efecto que aplazar el desencadenamiento de la crisis,
provocando stagflación (estancamiento económico + inflación), porque de ninguna
manera resuelven el problema de la descapitalización del sector financiero, que
es la verdadera causa de la contracción crediticia (para no hablar de la caída
de la tasa de ganancias industrial).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Uno de los efectos mas destacados de las políticas
neoliberales de los últimos 20 años ha sido el crecimiento impresionante de la
desigualdad. Que la respuesta a la caída de la demanda desde el “conservadurismo
compasivo” sea focalizar las medidas exclusivamente en las empresas y en las
clases medias con capacidad de consumo fuerte, implica un cambio cualitativo en
relación con las condiciones en las que se aplicaron las medidas de estimulo
fiscal y presupuestario de otras épocas, como el keynesianismo clásico. No solo
sociales, sino también ideológicas, que muestran los efectos profundos de la
globalización.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De la misma manera que con los estímulos fiscales, cabe
cuestionar la efectividad de las políticas monetarias aplicadas. La reducción de
los 175 puntos básicos de la Reserva Federal, hasta situar la tasa de interés en
el 3%, no es suficiente, según los analistas (Michel Mackenzies y Saskia
Sholtes, FT 30-1-08), para desencadenar un nuevo ciclo de refinanciación de las
hipotecas en EE UU -mecanismo que ha sido en realidad el que ha sostenido
el ciclo alcista en los últimos 10 años-, y cortar el crecimiento
exponencial de los embargos hipotecarios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Cuánto debería reducirse la tasa de interés? Los
mercados cuentan ya con una caída hasta el 2% para el mes de septiembre, lo que
dadas las tasas de inflación previstas entre el 2,2 y el 2,5 en EE UU para
mediados del 2008, supondría una tasa de interés negativa. Pero hay que tener en
cuenta las dificultades para la refinanciación hipotecaria del “capitalismo
popular”: caída del precio de la vivienda en un 8% (la mayor desde 1988), que
tenderá a aumentar, y sobre todo la propia crisis financiera que ira acompañada
de medidas más estrictas para la concesión de nuevos créditos
hipotecarios.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Europa: Schadenfreude</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de los llamamientos de Strauss-Kahn y del
FMI a una coordinación global de las economías de la OCDE de sus políticas
monetarias y fiscales en una “convergencia natural” para hacer frente a la
crisis, la reacción europea ha tenido algo de lo que los alemanes califican de
“schadenfreude” (alegrarse del mal ajeno).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de dos décadas de recibir lecciones sobre
la baja productividad de la economía europea en comparación con la de EE UU y
las anunciadas consecuencias negativas de ello, la crisis crediticia en EE UU y
sus efectos en la economía real han sido recibidas con cierto desdén en la vieja
Europa. La reunión de Brown, Merckel, Sarkozy, Prodi y Barroso en Londres sobre
la situación económica ha enviado un mensaje muy distinto al pedido por
Strauss-Kahn. “No debemos dejarnos tentar por el proteccionismo o inútiles
intentos de frenar la globalización financiera o estimular artificialmente la
economía” concluyó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso
(responsable por otra parte de hundir a Portugal en la recesión por aplicar las
políticas de ajuste de la Comisión).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los europeos consideran que la economía de la UE es
fuerte y no detecta aun peligros de contracción, además de contar con un sistema
crediticio y financiero mucho más rígido y regulado que el de EE UU y, por lo
tanto, menos expuesto al peligro de una crisis hipotecaria que afecte a la
demanda interna. No deja de ser irónico que Brown, afectado por la crisis
bancaria de Northern Rock, haya insistido en la auto-regulación del sistema
financiero, ante el silencio de un Sarkozy afectado por el escándalo de Kerviel,
el “broker” loco de Société Générale, y la insistencia de Merckel y Prodi de una
norma pan-europea que solo puede beneficiar al Euro frente a la Libra y a la
bolsa de Frankfurt frente a la City londinense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero más significativa aun ha sido la postura del Banco
Central Europeo (BCE) frente a la Reserva Federal de EE UU. Recordando que su
único mandato es la lucha contra la inflación –a diferencia del de la Reserva
Federal, que incluye la lucha contra el paro-, ha mostrado un desdén por los
mercados y su reafirmación de autonomía frente a estos. Un desdén solo
comparable con el que mantiene frente a los gobiernos y ciudadanos europeos en
defensa de su autonomía institucional. La consigna ha sido “no dejarse presionar
por los mercados (la banca privada), siempre ávida de dinero barato”. Y ha
mantenido inalterables sus tasas de interés, señalando los hipotéticos peligros
inflacionarios, con un Euro sobrevalorado en más de un 30%, que afecta duramente
a las exportaciones europeas. (¡Qué lejanos aquellos días en que para mantener
la fortaleza del euro frente al amenazante dólar se adoptó el Acuerdo de
estabilidad!).</DIV>
<DIV align=justify><BR>El crecimiento de los créditos de consumo a los hogares
en la UE, aunque cayó del 8,2% en 2006, siguió siendo un alto 6,5% en 2007. Pero
la verdadera obsesión de los economistas del Banco Central Europeo es que se
acabe manifestando una presión salarial contenida desde hace años, a pesar de
una cierta recuperación del mercado de trabajo. Pero esa presión no se ha
manifestado en los últimos tres años, para sorpresa de todos. Y las razones hay
que buscarlas en las tasas de paro del 8%, la creciente precarización y el
dumping social que ha supuesto la ampliación y la normativa Bolkestein. De
hecho, la importante oleada de luchas sindicales que ha recorrido la UE desde
1995 ha sido básicamente defensiva, sin consignas salariales. A excepción de
Gran Bretaña, el “capitalismo popular” basado en el sector inmobiliario ha
tenido muy poco efecto en la Eurozona.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de todo, las expectativas de crecimiento europeas
se han visto también recortadas de manera paralela a las de EE UU. La política
restrictiva monetaria del BCE puede forzar un proceso de reestructuración y
fusiones de la industria europea que obligue, mediante una reducción de
plantillas, a los crecimientos de productividad que han tenido lugar en EE UU en
las pasadas “recuperaciones sin empleo”. Paralelamente a la reunión de
Londres, hemos sido testigos de las invectivas del comisario de economía Almunia
contra Francia, Italia y Rumania por no proceder a las medidas de ajuste
presupuestario necesarias para acabar con su déficit público en el 2011, sin
tener en cuenta la fuerte inestabilidad social en los tres países.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El caso español es de nuevo excepcional en el marco
europeo. El Gobierno Zapatero, que se sitúa a la izquierda de los existentes
actualmente en la UE pero sin poner en cuestión el marco económico neoliberal,
no ha dudado en aplicar su propio estímulo fiscal en pleno período electoral. La
promesa de una reducción de 400 euros para todos los contribuyentes, excluyendo
a quienes no pagan impuestos, representa una mezcla de progresividad fiscal
(porque beneficiara comparativamente menos a los que mas impuestos pagan) con
redistribución por y para la clase media, que merece el título de “keynesianismo
socio-liberal”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todos los argumentos sobre la limitada eficacia de esta
medida que se apuntan con el paquete Bush se pueden aplicar a Zapatero. Con el
agravante de que los 5.000 millones de Euros que costará este recorte fiscal
podrían haber sido decisivos para avanzar en la superación del “déficit social”
que sufre España en relación con la Eurozona. Su inversión en gasto social para
financiar guarderías públicas, ampliar prestaciones de la sanidad pública o
modernizar una cada vez más degradada y segregada enseñanza pública obligatoria,
como ha reclamado Gaspar Llamazares desde IU, supone una lógica de izquierdas
frente al populismo electoralista de los “cheques sociales”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay que destacar el optimismo –por no decir ingenuidad—
con que se enfrenta el Gobierno Zapatero a la recesión internacional, que supone
al mismo tiempo el agotamiento completo del modelo de desarrollo heredado del PP
de ladrillo y endeudamiento familiar. Tras doce años de boom económico sin
precedentes, la burbuja inmobiliaria española se está desinflando rápidamente,
coincidiendo en el tiempo con el fin de las ayudas estructurales de la UE y unas
tensiones crecientes en los retornos de las inversiones de las multinacionales
españolas en América Latina. Sin embargo, Zapatero ha obviado por el momento
cualquier debate sobre un modelo de crecimiento alternativo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El “Gatillazo” de la globalización</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>El debate sobre la crisis en ciernes puede ser también
una buena oportunidad para retomar una discusión aparcada en relación con las
ondas largas del capitalismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tanto Robert Brenner como Michel Husson, por referirnos a
dos destacados discípulos de Ernest Mandel en este tema, han situado el comienzo
de la onda larga descendente del capitalismo en la crisis de los años 73-74,
cuya principal causa es la caída de la tasa de ganancias. La multiplicación de
las recesiones en distintas zonas del mundo en los años 80, 90 y comienzos de
este siglo, además de la que parece comenzar en el 2007, nos situarían aún en
esa onda larga descendente del capitalismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dicho en otras palabras, la globalización como estrategia
política y económica para crear las condiciones de una nueva fase de crecimiento
del capitalismo, recuperando las tasas de ganancias de los “treinta años
gloriosos”, habría fracasado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mandel subrayó que si bien las causas de
desencadenamiento de las ondas largas descendentes son de carácter endógeno en
lo fundamental, por el agotamiento de las condiciones que permiten tasas de
ganancias extraordinarias y altas por efecto de la competencia capitalista y las
crisis de sobreproducción, la preparación de las condiciones para una nueva onda
larga ascendente del capitalismo responde a causas esencialmente exógenas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Parece difícil negar el alcance de esos factores exógenos
a finales de los años 80 y 90 con la caída del Muro de Berlín, el derrumbe de la
URSS, la integración de la República Popular China en la economía capitalista
mundial, que han supuesto una ampliación histórica sin precedentes de su ámbito
geográfico. Las políticas neoliberales de privatizaciones del sector público y
ajuste presupuestario han supuesto enormes transferencias de capital a los
sectores privados. Las deslocalizaciones, apoyadas en las nuevas redes de
comunicación y transporte, han permitido no solo un abaratamiento de costes y
ampliación de los mercados de consumo, sino también una importante contención de
los salarios a todos los niveles, en el centro y en la periferia del sistema. La
redistribución negativa a favor de los más ricos ha propiciado una desigualdad
sin precedentes en todo el planeta, a pesar de un aumento generalizado del
consumo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y a pesar de todo ello, de este éxito evidente del
capitalismo globalizador –que ha arrasado a su paso regiones enteras, muy
especialmente Oriente Medio—, no ha sido capaz de estabilizar un nuevo orden
geopolítico internacional ni invertir la dinámica interna de una caída
progresiva de la tasa de ganancias, cada vez más sensible a choques externos,
como el aumento de los precios energéticos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como bien han explicado diversos autores publicados
recientemente en SinPermiso, los intentos de recuperar esa tasa de ganancias se
han basado no en un nuevo desarrollo sustancial de las fuerzas productivas, sino
a través de “recuperaciones sin empleo”, aumentando la explotación directa de
los trabajadores (más horas, menos salarios). Al mismo tiempo, por ello, la
expansión del mercado mundial no era capaz de absorber la crisis sostenida de
sobreproducción. El cambio negativo de la correlación de fuerzas, sobre todo a
nivel sindical en el mercado de trabajo, ha sido tal que no ha existido la
presión necesaria para una renovación tecnológica como motor del crecimiento de
la productividad, que por otra parte solo podía agravar a la vez la crisis de
sobreproducción y las tensiones sociales ligadas al crecimiento estructural del
paro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando después de la recesión del 2000-2001, parecía que
las condiciones estaban dadas para un cambio de signo de la onda larga,
apoyándose en la “Nueva economía” de las tecnologías de la información, las
cifras recogidas por Robert J. Gordon (2003) sobre sus consecuencias en la
productividad del sector servicios en EE UU las han desmentido en buena medida.
Y lo que ha seguido es la crisis de la propia globalización, empezando por su
aspecto geopolítico de control a largo plazo de los recursos energéticos de
Oriente Medio, con el “empantanamiento imperial” de EE UU en las guerras de Irak
y Afganistán y un aumento de la competencia interimperialista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este sentido, la profundidad y extensión de la crisis
en ciernes tiene un poco de “prueba del algodón” para determinar en que fase
histórica del capitalismo nos encontramos y cuales son las perspectivas de
cambio social y político a favor de las clases trabajadoras.</DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>* Gustavo Búster, miembro del Consejo Editorial de
SINPERMISO, es el heterónimo de un analista político madrileño. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR><FONT color=#800000>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>