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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>10 de
marzo 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>América
del Sur</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3>
<DIV align=justify><BR>La guerra preventiva llegó a la región<BR><BR>Bush
apunta, Uribe dispara</FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>La incursión de las fuerzas
armadas de Colombia en territorio ecuatoriano forma parte de una planificada
estrategia de Estados Unidos para modificar el balance militar de la región, con
la esperanza de revertir su decadencia. En la mira está el petróleo de Venezuela
y de Ecuador, pero también el jaque a Brasil como potencia regional
emergente.<BR><BR>Raúl Zibechi</STRONG></DIV>
<DIV><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo, 7-3-08</DIV>
<DIV align=justify></STRONG><A
href="http://www.brecha.com.uy/main.asp"><STRONG>http://www.brecha.com.uy/main.asp</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Fue un ataque largamente planificado y profundamente
meditado. No hubo excesos ni desbordes, ni se trató de aprovechar la
localización de Raúl Reyes en suelo ecuatoriano. No fue sólo para impedir el
canje humanitario de rehenes de las Farc por guerrilleros presos del gobierno de
Álvaro Uribe, operación que le ha dado alto protagonismo tanto a la guerrilla
como al presidente venezolano Hugo Chávez. Lo sucedido forma parte, ciertamente,
de la estrategia de “ataque preventivo” que la superpotencia generalizó a partir
de los atentados del 11 de setiembre y de la experiencia previa en Oriente
Medio. Pero detrás del atropello a la soberanía ecuatoriana hay bastante más.
<BR><BR>Todo indica que el comandante de las Farc estaba en tratativas con los
gobiernos de Francia y Ecuador para continuar la liberación de rehenes. El
ataque al campamento de las Farc se produjo apenas cuatro días después de la
liberación de cuatro ex congresistas que estaban en su poder desde hacía seis
años. Según fuentes de la cancillería argentina consultadas por el diario Página
12 (lunes 3), por lo menos tres franceses enviados por el presidente Nicolas
Sarkozy estaban desde octubre pasado negociando con Reyes la liberación de la ex
candidata presidencial franco-colombiana Ingrid Betancourt, con conocimiento de
Uribe. Según esa versión, los tres enviados estaban en camino hacia el
campamento de las farc, donde estaba Reyes, cuando fueron llamados por el
comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, que forma parte del gobierno de
Uribe, quien les advirtió que no se acercaran al campamento. <BR><BR>Eso
explicaría el malestar del gobierno francés con la acción colombiana. El
gobierno de Uribe sólo pudo contar con el apoyo incondicional de George W Bush,
ya que la gran mayoría de los países sudamericanos rechazó explícitamente la
incursión militar. La ruptura de relaciones del gobierno de Rafael Correa con
Colombia parecía la única salida para Ecuador ante la grosera violación de la
soberanía de ese país y las mentiras con que Uribe intentó justificar la
agresión. En efecto, en sus primeras declaraciones el presidente colombiano
aseguró que sus tropas se limitaron a repeler un ataque desde territorio
ecuatoriano.<BR><BR>La acción militar colombiana modifica de plano el tablero
regional. No es sólo una potente muestra de militarismo; también enseña los
dientes de Washington en momentos en que el gobierno de Hugo Chávez atraviesa
serias dificultades internas mientras no consigue apoyos a su estrategia de
responder a la tensión con más tensión. Uno de los objetivos centrales de la
incursión militar está dirigido contra el proceso bolivariano, aunque la excusa
sean las farc. Es probable que se esté ante la primera fase de una vasta
ofensiva colombo-estadounidense para desestabilizar a Chávez.
<BR><BR><STRONG>Nuevo equilibrio de fuerzas </STRONG><BR><BR>En 2004 la revista
brasileña Military Power Review elaboró un ranking de las fuerzas armadas
sudamericanas incluyendo todas las variables: desde la cantidad de efectivos y
la calidad del equipo hasta los planes de defensa y la proyección estratégica.
El análisis estableció un puntaje a cada nación según su poderío militar. En
primer lugar aparecía Brasil con 653 puntos; en una segunda fila figuraban Perú
con 423, Argentina con 419 y Chile con 387. Luego venía otro grupo en el que
figuraban Colombia con 314, Venezuela con 282 y Ecuador con 254 puntos. En aquel
momento, hace apenas cuatro años, la diferencia a favor de las fuerzas armadas
de Brasil era considerable, mientras lo seguían dos grupos de países
relativamente parejos entre sí.<BR><BR>En 2007 la misma revista difundió
información sobre la cantidad de efectivos de las diferentes armas en cada país,
con cifras del año anterior. Los datos de los ejércitos permiten concluir que
Colombia (178 mil soldados) se había situado en el segundo lugar del continente,
muy cerca de Brasil (190 mil). En muy pocos años, el poderío militar de ese país
ha escalado posiciones en forma vertiginosa. Ese mismo año el ejército de
Francia tenía 137 mil efectivos y el de Israel 125 mil. Para 2008 ya son 210 mil
los efectivos de tierra de Colombia, superando así a Brasil, que tiene cuatro
veces más población y siete veces su superficie. El gasto militar de Colombia es
el mayor del continente: 6,5 por ciento del pbi, muy por encima del de Estados
Unidos (4 por ciento), de los países de la otan (2 por ciento) y del resto de
Sudamérica (1,5 a 2 por ciento). <BR><BR>Si se observa la evolución de las
fuerzas armadas de Colombia, su crecimiento es asombroso. En 1948, cuando el
asesinato de Jorge Eliécer Gaitán dio inicio al período llamado “la violencia”,
había 10 mil militares. En 1974 ya eran 50.675, para subir hasta 85.900 en 1984,
en el período que comenzaron las negociaciones de paz para la desmovilización de
varias organizaciones armadas. En 1994 había 120 mil efectivos, que treparon a
160 mil en las primeras fases del Plan Colombia. En estos momentos las tres
ramas de las fuerzas armadas tienen 270 mil uniformados, a los que deben sumarse
142 mil policías. En total, más de 400 mil personas en armas en siete
divisiones, con una Fuerza de Despliegue Rápido y una Agrupación de Fuerzas
Especiales Antiterroristas.<BR><BR>Sólo en 2007 el ejército creó 52 nuevas
unidades. Recibe donaciones de helicópteros Black Hawk de Estados Unidos, compró
13 aviones caza a Israel y 25 aviones de combate Supertucano a Brasil en 2006.
Las fuerzas armadas de Colombia son muy superiores a las de sus vecinos: la
relación de efectivos es de seis a uno con Venezuela y de 11 a uno con Ecuador.
Pero la principal diferencia es que se trata de tropas entrenadas en el combate
en la selva y que cuentan con el respaldo logístico de Washington.<BR><BR>En muy
pocos años, en Sudamérica se ha producido un espectacular vuelco del poderío
militar. Con la excusa del combate a las farc y al narcotráfico, desde agosto de
2000, cuando el Congreso de Estados Unidos aprueba el Plan Colombia, este país
ha recibido 5.225 millones de dólares en ayuda militar. A ello debe sumarse la
aplicación por el gobierno de Uribe de impuestos especiales a los sectores de
mayores ingresos para equipar a las fuerzas armadas. Helicópteros de transporte
y ataque, armamento liviano, visores infrarrojos, protección de oleoductos,
lanchas rápidas, aviones turbohélice de ataque a tierra, aviones de inteligencia
y control y radares para seguir vuelos ilegales son las principales
adquisiciones. <BR><BR><STRONG>Petróleo y hegemonia </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG><BR>Las fuerzas armadas de Colombia han
conseguido poner contra las cuerdas a las Farc y al Eln. En 2002 estas
organizaciones sumaban 20.600 efectivos en armas; en 2007 eran sólo 12.500.
Fueron erradicados de las ciudades y de las principales vías de comunicación, y
confinados a lo más profundo de la selva o a los bordes fronterizos. La
guerrilla perdió toda iniciativa militar y sufre un profundo descrédito,
mientras Uribe cuenta con el apoyo del 70 por ciento de la población y está en
condiciones de intentar reformar la Constitución para buscar su segunda
reelección. Desde que escaló el conflicto con Venezuela, en Colombia se despertó
un sentimiento patriótico que contribuye a cementar el esfuerzo militar y la
militarización de la política, tanto interior como exterior.<BR><BR>En 2003 el
sociólogo James Petras apuntaba que la verdadera preocupación del Comando Sur de
Estados Unidos, que realmente diseña la política regional, era que “los países
vecinos de Colombia (Ecuador, Venezuela, Panamá, Brasil), que están sufriendo
los mismos efectos adversos de las políticas neoliberales, se movilicen
políticamente contra la dominación militar y los intereses económicos de Estados
Unidos”. (1) Por eso la estrategia contemplada por el Plan Colombia no consiste
tanto en ganar la guerra interna –cosa que está sucediendo– como en derramarla
hacia los países limítrofes a fin de de neutralizar su creciente autonomía de
Washington. Militarizar las relaciones interestatales siempre es buen negocio
para quien apoya su hegemonía en la superioridad militar. En este sentido, la
existencia de las farc es funcional a los planes belicistas de
Washington.<BR><BR>Rafael Correa mencionó que el costo de controlar la frontera
con Colombia, donde tenía destacados unos 10 mil efectivos antes de la incursión
del 1 de marzo, supera los cien millones de dólares anuales. Brasil decidió
impermeabilizar su frontera ya en tiempos de Fernando Henrique Cardoso. En
respuesta al intento de la administración Clinton de implicarlo en los objetivos
del Plan Colombia, ya en 2000 puso en marcha el Plan Cobra (combinación de las
primeras sílabas de Colombia y Brasil) para evitar que la guerra en ese país se
desborde sobre la Amazonia brasileña, y el Plan Calha Norte para evitar que
guerrilleros y narcotraficantes crucen la frontera. (2)<BR><BR>El control de la
región andina es considerado clave para la hegemonía estadounidense en el
continente, tanto por razones políticas como por sus riquezas minerales. Permite
que las multinacionales estadounidenses recuperen el terreno perdido desde que
en la década de 1990 fueron parcialmente desplazadas por las europeas;
aseguraría por otros medios lo que se pretendía a través del alca; impide que
otras potencias emergentes (Brasil pero también China e India) se posicionen en
la región. <BR>Pero está también la vertiente petróleo. En 1973 Estados Unidos
importó el 36 por ciento de sus necesidades petroleras. Hoy en día importa 56
por ciento del petróleo crudo que consume. Venezuela es su cuarto proveedor,
cubriendo el 15 por ciento de sus necesidades, y Colombia el quinto. Asegurar el
flujo del recurso energético requiere un control territorial de enclave con
presencia militar sobre el terreno. <BR><BR><STRONG>Estrategias
regionales</STRONG><BR><BR>El miércoles 5 la oea calificó la acción militar
colombiana como una violación de la soberanía ecuatoriana –un acuerdo negociado
entre ambos países involucrados– pero no condenó al agresor. El peso de
Washington entre los países centroamericanos sigue siendo importante e impide
una declaración más al gusto de los sudamericanos. En todo caso, se impuso la
cordura con la intención de apaciguar los ánimos, como desean Brasil y
Argentina.<BR><BR>Clóvis Brigagão, director del Centro de Estudios Americanos de
la Universidad Cándido Mendes de Rio de Janeiro, señaló a la agencia de prensa
ips que la actual es “una oportunidad única” para establecer una mediación
colectiva similar al Grupo de Contadora, que en los años ochenta promovió la
pacificación de Centroamérica. (3) La diplomacia brasileña estima que promover
la paz es la mejor forma de atajar el belicismo y expansionismo
colombo-estadounidense. Rafael Correa jugó un papel en este sentido para
morigerar los daños. Nada peor para el proceso de cambios que se vive en Ecuador
o en Bolivia que la polarización que supone un conflicto bélico.<BR><BR>Por
último, debe comprenderse también la actitud venezolana. La retórica de Chávez
resulta incómoda en estas situaciones para buena parte de los presidentes que no
se alinean con Washington. Las diferencias de estilo entre Correa y Chávez y el
bajo perfil de Evo Morales son datos a tener en cuenta para el futuro inmediato.
Pero Venezuela está sufriendo una aguda desestabilización con apoyo militar de
Colombia. Los datos que van saliendo a luz permiten concluir que buena parte de
las denuncias de Chávez sobre una conspiración contra su gobierno no son fruto
de su imaginación. El asunto es cómo contener las tendencias a la guerra y cómo
atajar la polarización. En este sentido, la diplomacia brasileña sigue dando
muestras de sentido común y de savoir faire. No dejó de tomar partido por el
agredido, pero puso el norte en construir una paz estable en la región, asentada
en la integración regional. <BR><BR></DIV><STRONG><U></U></STRONG>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) James Petras, “La estrategia militar de Estados Unidos en
América Latina”, en América Libre, número 20, enero de 2003.<BR><BR>2) “Os
militares, o governo neoliberal e o pé americano na Amazonia”, en revista
Reportagem. www.oficinainforma.com.br<BR><BR>3) Mario Osava, “Brasil se resiste
a mediar en conflicto andino”, Ips, 4-III-08. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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