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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>17 de marzo 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><FONT
size=3><STRONG>Colombia</STRONG></FONT></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><FONT size=3><STRONG>El peor de los mundos<BR><BR>Álvaro
Delgado</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Actualidad Colombiana, marzo del
2008</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.actualidadcolombiana.org/"><STRONG>http://www.actualidadcolombiana.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Las marchas del 4 de febrero y el 6 de marzo
-caracterizadas por la presencia masiva de la juventud- no han surgido de la
nada y escapan al calificativo de meras manipulaciones del sentimiento
comunitario. Una y otra tienen antecedentes en la extraordinaria movilización
juvenil de la primera mitad de 2007, cuando la inmensa mayoría de los
huelguistas (el 74%) actuó motivado por políticas económicas y sociales del
Estado y no por factores reivindicatorios. Las protestas estudiantiles de mayo
pasado contra el acto legislativo que ordenaba el recorte de las asignaciones
presupuestales de los departamentos constituyeron sucesos que no se veían en
nuestro medio desde los años 60, por su fogosidad, la claridad de sus demandas y
la civilidad de su expresión. Incluso llegaron a desbordar a la huelga
magisterial de duración indefinida convocada por igual motivo y que apenas
resistió una semana larga. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo de febrero 4 y marzo 6 es más la protesta ciudadana
que la protesta de clases, y por eso ha sido -y seguirá siendo- fácilmente
manipulada por el gobierno, los partidos y los medios de comunicación de masas.
Ambas movilizaciones han contado con la colaboración noticiosa de Facebook, que
para los jóvenes organizadores es buzón informativo globalizado y para la
izquierda es una construcción fascista. A la primera le salieron padrinos del
tipo de Uribe, Uribito, José Obdulio y Jorge 40, y a la segunda se le
aparecieron las Farc y la agencia de noticias Anncol. ¿Cómo tener contentos a
todos en un país profundamente polarizado, traspasado por la ira? </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sea como fuere, esa presencia de sectores sociales no
propiamente proletarios ni militantes de vanguardias revolucionarias debería
alegrar a las agrupaciones democráticas y no irritarlas, como parece que le
ocurre al PDA (Polo Democrático Alternativo). Son -como pasa con el grueso de
votantes del Polo- muchedumbres más ligadas a la exigencia de democracia que a
la transformación estructural del país y no portan la inspiración de ningún
paradigma marxista. Todo lo cual no fue obstáculo para que el Polo, que por
segunda vez, y con más votos que en la primera, ganó la alcaldía de Bogotá,
pasara inadvertido en la marcha del 4F. Hizo el ridículo ante su electorado y el
resto de la opinión pública, porque rechazó ese acto memorable, rectificó
después su opinión y en seguida advirtió a sus organizadores que solo
permanecería por espacio de 45 minutos en una esquina de la plaza principal de
la capital conquistada apenas tres meses atrás. La primera fuerza política del
Distrito pidiendo permiso para aparecer en público, en un acto que en el fondo
del alma le repugnaba. Y el mal cariz que tuvo esa secuencia: la dirección
ejecutiva de la CUT resolvió, mediante votación, apoyar la marcha, y lo mismo
ocurrió en la Fecode, y las dos entidades obligaron a la dirección del Polo a
cambiar su errática y trágica negativa a acompañar a los manifestantes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una vez más se comprueba que nuestra izquierda educa más
para hacer oposición y contestación que para trabajar con la comunidad. Más para
replicar al Estado que para prefigurar el reino de la democracia en la labor
comunitaria concreta. Parecería que no nos hubiésemos movido de los años 60.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo criticable no es tanto que el Polo condene o apoye las
movilizaciones del pueblo contra la guerra que nos consume, sino que no se ponga
a la cabeza de la protesta popular, como es de esperar de un movimiento político
de naturaleza democrática. Vivimos en una nación profundamente contrapuesta por
el conflicto armado y el PDA se ha contagiado de la intolerancia que trasudan el
uribismo y la misma ciudadanía. No aparece como director de una política
democrática, inclusiva, sino como dispensador de condenaciones. El Polo no está
a la cabeza de la movilización popular, como es su deber, y más bien hace papel
de malvado espectador que se agolpa en las aceras. El desprecio por la gente del
común es perceptible en la declaración hecha por el director del semanario Voz
en el sentido de que de la marcha del 4F nadie se acordaría al día siguiente.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo este lamentable episodio reniega de la historia
contemporánea de la izquierda colombiana, que nació y se desarrolló siempre en
la calle, en las acciones con la gente y no en los recintos de juntas, concejos
y comisiones oficiales. Así ocurrió con el Socialismo Revolucionario de los años
20 y con el PCC de los años 30, que salió a la plaza de Bolívar a celebrar su
fundación y fue agredido por la policía desde ese mismo momento. Idéntica
postura fue refrendada por las diversas agrupaciones que aparecieron en los años
60, y toda la trayectoria de la Unión Nacional de Oposición y de su heredera, la
Unión Patriótica, estuvo marcada por sus acciones callejeras. Pedir permiso para
protestar en un rincón de plaza no ha sido la tradición de la izquierda
colombiana. La historia ha sido la de tomar la calle, acompañar y dirigir las
protestas populares, no la de jugar al oportunismo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El oportunismo de la dirección del PDA dividió a sus
militantes en todo el país. El Polo solo tiene cabeza para obrar en el terreno
de las elecciones, de la conquista de puestos públicos y posiciones en juntas
administradoras del presupuesto. No se ve su compromiso programático con la
gente y obra con el criterio de que su autoridad proviene de la suma de votos y
no de las ideas que pone en marcha. Su preocupación no es la movilización
popular para educar al pueblo y avanzar con él. Actúa para ganar poder en el
aparato del Estado, no para transformar las costumbres y las energías sociales
hacia una sociedad más libre e incluyente. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que está pasando es producto de la negativa de la
dirección del PDA a debatir las formas de lucha que debe impulsar, con el
pretexto de que ese asunto central es inoportuno, cosa que explica por qué para
el Polo la eliminación de los diez diputados del Valle por las Farc fue apenas
una "tragedia" sin autor comprobado. La organización está parada en el mismo
nivel de un grueso sector de la ciudadanía, que no protesta contra las
atrocidades de la guerra sino únicamente contra las que cometen sus enemigos
políticos. Pero eso es precisamente lo que paraliza la protesta del pueblo. El 4
de febrero los familiares de los secuestrados no marcharon y optaron por orar en
las iglesias, temerosos de que la guerrilla ejecutara nuevas represalias contra
los cautivos. También los paramilitares, blandiendo el trapo de la muerte, han
paralizado la protesta de sus víctimas, que hoy se refugian en ciudades y
poblados lejanos en procura de que sus victimarios no los reconozcan. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esos designios perversos se ponen de manifiesto en el
debilitamiento e incluso la extinción de los movimientos sociales regionales, en
el desinterés de la gente por involucrarse en procesos reivindicativos o luchas
políticas, en la definición de una agenda mínima -la conservación de la
existencia biológica-, en la censura o autocensura de la opinión y en la
adopción de la política de la simetría (te pago con lo que me pagas), como lo
constata una reciente investigación del Instituto Popular de Capacitación (IPC),
de Medellín. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El PDA está en el peor de los mundos posibles. Si no hay
movilización contra los paras y sus gestores de las Fuerzas Armadas eso es una
desgracia, ahondada por la protección y el silencio cómplice de las autoridades
regionales y nacionales. ¿Por qué la izquierda no la organiza, en vez de
quejarse? ¿Por qué se queja de que se adelanten protestas sectarias contra las
Farc si ella no las impulsa de manera correcta, como repudio a toda forma de
violencia? Si la izquierda no tiene fuerzas para adelantarlas, ¿por qué no se
suma francamente a las protestas en vez de condenarlas? </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor):</FONT><FONT color=#0000ff>
</FONT></FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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