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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>19 de marzo 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Irak</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El negro balance de la ocupación
<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Guerra y ocupación en
Irak</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><STRONG><BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Global Policy Forum</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.globalpolicy.org"><STRONG>www.globalpolicy.org</STRONG></A><BR><STRONG>IraqSolidaridad
</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.iraqsolidaridad.org"><STRONG>www.iraqsolidaridad.org</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma
Valverde</STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>“Quienes iniciaron la guerra y la ocupación, especialmente
EEUU y Reino Unido, deben asumir la responsabilidad de la muerte y la
destrucción que han provocado, así como la quiebra del orden público, el
surgimiento del sectarismo y el caos económico que su régimen ha provocado. Han
destruido el Estado iraquí y ahora cosechan las consecuencias. Deben, además,
asumir la responsabilidad del menoscabo de la legislación internacional y del
debilitamiento de la cooperación internacional que la guerra y la ocupación han
generado.”<BR><BR>"La paz no llegará a Iraq mientras la ocupación
persista"</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Introducción</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Ayudaremos a los iraquíes a construir un Iraq unido,
libre y en paz consigo mismo y con sus vecinos (…) que respete los derechos del
pueblo iraquí y el imperio de la ley y esto se consigue a través de la
democracia” <BR>Condoleezza Rice, Consejera de Seguridad Nacional [1]</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 20 de marzo de 2003, Estados Unidos [EEUU] y Reino
Unido junto con una coalición de aliados invadieron Iraq y derrocaron el
gobierno de Sadam Husein. Afirmaron llevar la paz, la prosperidad y la
democracia. Sin embargo, desde entonces, la violencia, la lucha civil, las
dificultades económicas han envuelto el país. Miles de personas inocentes están
muertas o han resultado heridas, hay millones de desplazados, muchas de las
ciudades iraquíes están en ruinas y se han despilfarrado enormes recursos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se ha escrito mucho sobre la guerra y la ocupación pero
no hay mucha literatura disponible que presente un panorama completo y una
valoración de la responsabilidad de la Coalición. La mayor parte del debate
público actual sobre Iraq —especialmente en EEUU— se centra en el conflicto
interétnico entre los iraquíes, la guerra civil, la limpieza étnica, los ataques
terroristas y temas similares. A menudo, los comentaristas atribuyen
erróneamente esas tragedias a los odios ancestrales entre las tribus iraquíes,
el extremismo del Islam o las violentas intromisiones de los países vecinos.
Cualquier cosa menos la propia ocupación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de que la ocupación es la realidad política
esencial en Iraq, la influencia y la violencia de la Coalición desaparecen con
demasiada frecuencia del discurso político occidental. Por ejemplo, cuando las
fuerzas del Ministerio del Interior comentan otra atrocidad, pocos mencionan que
cientos de asesores estadounidenses trabajan en el Ministerio y tienen gran
influencia en cada paso que se da [2]. Resulta sorprendente que algunos
comentaristas y dirigentes políticos hayan vuelto a dar la imagen de las fuerzas
de la Coalición como agentes humanitarios a los que se debe permitir que
continúen su trabajo de promover la paz y la estabilidad en el país
desgobernado. El Grupo de Estudios de Iraq presentó tal punto de vista al igual
que hacen los medios de comunicación más significativos y muchas figuras
representativas de importancia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este informe valora la guerra y la ocupación después de
cuatro años y las pruebas desde el punto de vista de la legalidad internacional.
Centra su atención de manera exhaustiva en información que es de dominio
público: informes de gobiernos, de Naciones Unidas [NNUU], de organizaciones de
derechos humanos y de otras ONG, así como en informes periodísticos. Este
estudio analiza el papel de NNUU, la legalidad de la ocupación que se está
produciendo y las consecuencias humanas del conflicto. La información reunida
presenta argumentos para terminar rápidamente con la ocupación y los cimientos
para una post-ocupación pacífica en Iraq.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este estudio contempla, sobre todo, las acciones y la
responsabilidad de EEUU y Reino Unido, naciones poderosas que declaran defender
y promover el imperio global de la ley. Como miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de NNUU se presentan a sí mismos como guardianes del orden y de la
justicia en el mundo, insistiendo en el “imperio de la ley” y castigando a
quienes la violan y quebrantan la paz. Ellos deberían respetar al máximo estas
exigencias puesto que, de forma constante y virulenta, aplican esas normas a los
demás. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Evidentemente, hay varias clases de responsabilidad
respecto a la tragedia de Iraq. Sadam Husein fue un tirano que dejó un país
fracturado y una sociedad debilitada. La terrible y larga guerra con Irán
(1980–1988) y los 13 años de sanciones punitivas impuestas por NNUU
incuestionablemente han pasado factura. Sin embargo, los gobiernos de EEUU y
Reino Unido ayudaron a Sadam durante muchos años con armas y apoyo incluso
cuando estaba cometiendo los peores excesos [3], y ellos ostentan la autoría de
los 13 años de sanciones económicas absolutas de NNUU que hirieron al pueblo
iraquí y dejaron a Sadam en el poder [4].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al mismo tiempo que una abrumadora mayoría de iraquíes
son víctimas inocentes del baño de sangre y de la violencia, algunos iraquíes
comparten la responsabilidad de los recientes sucesos: han participado en actos
reprochables colocando bombas en calles atestadas, atacando lugares santos,
asesinando civiles inocentes y actuando con bandas para robar, secuestrar,
extorsionar y asesinar. Iraquíes de dentro y fuera del gobierno han estado
implicados en luchas sectarias, milicias, asesinatos, atentados con bombas y
escuadrones de la muerte, así como en una gran corrupción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero ninguno de esos actos realizados por iraquíes puede
justificar los actos de la Coalición. Quienes iniciaron la guerra y la
ocupación, especialmente EEUU y Reino Unido, deben asumir la responsabilidad de
la muerte y la destrucción que han provocado, así como la quiebra del orden
público, el surgimiento del sectarismo y el caos económico que su régimen ha
provocado. Han destruido el Estado iraquí y ahora cosechan las consecuencias.
Deben, además, asumir la responsabilidad del menoscabo de la legislación
internacional y del debilitamiento de la cooperación internacional que la guerra
y la ocupación han generado.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Los falsos argumentos para iniciar la
guerra</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes de la invasión, EEUU y Reino Unido presionaron al
Consejo de Seguridad de NNUU para que autorizara el “uso de la fuerza” contra
Iraq. Argumentaron que la fuerza era necesaria para evitar que el gobierno
iraquí desarrollara o utilizara armas de destrucción masiva que podrían dirigir
contra otras naciones. Declararon que Iraq “violaba de forma flagrante” las
resoluciones del Consejo de Seguridad y presentaron pruebas al Consejo,
especialmente durante la famosa reunión del 5 de febrero de 2003. Colin Powell,
secretario de Estado, afirmó entonces: “[…] Lo que aportamos son hechos y
conclusiones basadas en pruebas sólidas de los servicios secretos” [5]. Pero la
mayoría de los miembros del Consejo se mostraron escépticos y no autorizaron la
acción militar. Ahora sabemos que Iraq no poseía armas de ese tipo y que
prácticamente todas se destruyeron en 1991, doce años antes de la invasión [6].
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes de la guerra, los gobiernos de EEUU y Reino
Unido, con sus famosos servicios secretos, estaban prácticamente seguros de que
las pruebas de [la existencia de] armas de destrucción masiva en Iraq eran
débiles o incluso inexistentes. Informes y otras consideraciones indican que a
principios de 2001 los responsables del gobierno Bush tenían sobre la mesa la
guerra de Iraq sin alusión alguna a las armas de destrucción masiva [7] y que el
20 de septiembre de 2001 el presidente George W. Bush y el primer ministro Tony
Blair hablaron en la Casa Blanca del ataque a Iraq [8]. Según indicó Sir
Richard Dearlove, jefe de los servicios de inteligencia británicos, en una
reunión con el primer Ministro Blair en junio de 2002: “[…] El espionaje y los
hechos fueron establecidos en función de la política” por dirigentes de
Washington [9]. Pronto Londres se puso manos a la obra con una campaña paralela
de declaraciones falsas y exageradas que incluyeron dos considerables ‘dosieres’
emitidos desde Downing Street [10]. Mas tarde, Colin Powel, secretario de Estado
describió su propio discurso ante el Consejo de Seguridad como un ‘manchón en su
historial’ [11]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, ambos países declararon que actuaban en ‘legítima
defensa’ de acuerdo al artículo 51 de la Carta de NNUU. Sin embargo, ahora
sabemos que Iraq no suponía una amenaza ni evidente ni inmediata respecto a una
acción de ofensiva militar y los políticos lo sabían [12]. Carne Ross, el
experto responsable de la misión británica de NNUU, declaró posteriormente que
fue testigo del intercambio de información de los servicios secretos
estadounidenses y británicos todos y cada uno de los días durante cuatro años y
medio, y ni un solo informe sugería que Sadam tuviera armas de destrucción
masiva de capacidad significativa o que supusieran una amenaza para Reino Unido
o para cualquier otro país [13].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Washington también declaró que Sadam Huseín estaba dando
apoyo a Al-Qaeda y auspiciando el terrorismo internacional que amenazaba a EEUU.
Esto también era falso y quienes propagaron la acusación sabían que lo era. Una
investigación en profundidad realizada por el Comité de Inteligencia del Senado
estadounidense demostró posteriormente que esas afirmaciones fueron
irresponsables y que no estaban basadas en hechos [14]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para terminar, EEUU y Reino Unido esgrimieron argumentos
humanitarios, tales como liberar al pueblo iraquí de la dictadura de Sadam
Huseín y de sus terribles violaciones de los derechos humanos [15]. La guerra,
argüían, llevará la libertad y la democracia a Iraq. Pero si Washington y
Londres estaban tan preocupados por este tema, ¿por qué con anterioridad habían
cooperado con Sadam dándole armas, ayuda militar y apoyo, e incluso
protegiéndole de la censura de las instituciones de derechos humanos de NNUU?
[16]. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La guerra y la Coalición</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A medida que se acercaba el momento del conflicto,
Washington reunió una “coalición de siervos” para dar a su acción militar una
mayor legitimidad y contribuir a la apariencia de un trabajo multilateral con
apoyo amplio. Washington anunció que su ‘coalición’ había reunido a 49 países
[17]; sin embargo, algunos de los miembros no contribuyeron con contingentes
militares y otros participaron sólo de manera simbólica. En 2003, el contingente
de Kazajastán era de 29 soldados, el de Moldavia de 24 y el de Islandia sólo de
dos [18]. La fuerza militar que invadió Iraq estaba compuesta prácticamente en
su totalidad por unidades de combate estadounidenses y británicas. El número
total de fuerzas de tierra era de 300.000 apoyadas por grandes activos navales y
aéreos [19].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los bombardeos aéreos generalizados, para provocar
“conmoción y pavor”, precedieron la campaña terrestre. EEUU utilizó armas
prohibidas tales como Napalm, municiones de uranio empobrecido y bombas de
racimo en un primer gesto de que la Coalición iba a tener pocos reparos morales
o legales [20]. Las tropas de Sadam Huseín no igualaban la enorme capacidad
militar desplegada sobre el terreno por EEUU. En sólo tres semanas, el 8 de
abril, las fuerzas de la Coalición entraron en Bagdad. Aunque muchos iraquíes se
alegraron de la caída del dictador ni lanzaron flores ni dieron la bienvenida a
las tropas de la Coalición como algunos entendidos de Washington habían
predicho. Muy pronto, el 2 de mayo, el presidente estadounidenses pronunció su
alocución de “misión cumplida”en el portaaviones Abraham Lincoln.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La destrucción del Estado iraquí y el
quebrantamiento del orden público</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante los primeros días de la ocupación, la Coalición
desmovilizó a las fuerzas policiales iraquíes y al ejército, dejando las
ciudades iraquíes abiertas al saqueo y a la quema mientras el ejército de la
Coalición miraba hacia otro lado. Se destruyeron 17 ministerios, incluidos los
ministerios de Educación, Sanidad, Cultura e Industria, mientras las fuerzas de
la Coalición únicamente protegían el Ministerio del Petróleo [21]. Los incendios
destruyeron la mayoría de los archivos del gobierno, al tiempo que los ladrones
destruían muebles, ordenadores y todo lo demás; incluso arrancaban de las
paredes los cables para venderlos al peso. Simultáneamente, los saqueadores
atacaban bancos, negocios e incluso los hospitales más importantes. Saquearon
las principales instituciones culturales, incluido el Museo Nacional y la
Biblioteca Nacional, y otros muchos fueron dañados por el fuego. Iraquíes
responsables, investigadores del mundo y dirigentes humanitarios rogaron a los
responsables y mandos del ejército de la Coalición que protegiera las
instituciones de Iraq y sus tesoros. No lo consiguieron [22].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin ninguna autoridad civil, los robos, los secuestros,
los asesinatos y los ajustes de cuentas con el antiguo régimen empezaron. El
caos gobernaba los vecindarios y mucha gente buscó armas con las que defenderse.
Una extraña despreocupación parecía haberse instalado en la dirección de la
Coalición. “[…] Estas cosas pasan”, afirmó encogiéndose de hombros Donald
Rumsfeld, secretario de Defensa, en una rueda de prensa el 11 de abril a
propósito del saqueo del Museo Nacional [23].</DIV>
<DIV align=justify><BR>En mayo, la Coalición dio el paso final para desarticular
el Ejército [iraquí] y suspender todas las pensiones militares, dejando a
400.000 familias sin su principal fuente de subsistencia [24]. Se puso en marcha
una radical desbaazificación que depuró, de todos los puestos oficiales, a más
de 30.000 miembros del antiguo partido dirigente sin hacer prácticamente
esfuerzo alguno para exceptuar a quienes no habían cometido crímenes en el
antiguo régimen [25]. Esto supuso el cese de las personas más cualificadas
de los servicios estatales, lo que provocó un devastador efecto sobre lo que
quedaba del antiguo aparato del Estado.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El peculiar papel del Consejo de Seguridad de
NNUU en la posguerra</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de la invasión, y tras haberse negado
[inicialmente] a autorizar el uso de la fuerza, el Consejo de Seguridad modificó
su postura de forma radical. Deseosos de evitar más tensiones con Washington y
convencidos de que no había otras opciones alternativas disponibles, los
miembros del Consejo acordaron varias resoluciones que daban legalidad a la
ocupación y estipulaban la financiación a costa del petróleo iraquí. La
resolución 1483 del 22 de mayo de 2003 reconocía a EEUU y Reino Unido como
“autoridades de la ocupación” en un intento de asegurarse la adecuación a la ley
humanitaria. Al mismo tiempo, la resolución también concedía a la Coalición el
derecho a vender el crudo iraquí, a hacerse con los miles de millones de dólares
de la cuenta de NNUU del programa petróleo por alimentos y a gastarlos como
desearan en lo que “beneficiara a los iraquíes” [26]. La gran mayoría de los
miembros del Consejo que estaban contra la guerra esperaban que, como la
resolución reiteraba, NNUU jugaría un “papel fundamental” en Iraq, asumiendo
finalmente su responsabilidad real. Pero esto fue una decepción. EEUU no tenía
intención de ceder autoridad a NNUU y únicamente le permitió jugar el papel
secundario. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sergio Vieira de Mello, el enviado especial de NNUU en
Bagdad, intentó reivindicar un papel independiente de NNUU pero el gobierno
estadounidense en Iraq apenas le dejó margen de maniobra rechazando sus
propuestas hasta [realizar] una ronda de consultas con los iraquíes de todas las
tendencias políticas. El “papel vital” que el Consejo de Seguridad había
imaginado nunca se materializó. El 19 de agosto de 2003, un coche bomba destruyó
la sede de NNUU en Bagdad y mató a Vieira de Mello y a trece miembros de su
equipo. Después de esto, la organización redujo drásticamente su presencia en el
país y se trasladó desde Iraq a Amán (Jordania).<BR>Sin embargo, en octubre de
2003 el Consejo de Seguridad dio otro paso nefasto con la resolución 1511. A
cambio de las promesas de EEUU y de Reino Unido de que el proceso político
desembocaría muy pronto en unas elecciones y en la devolución de la autoridad a
los iraquíes, el Consejo otorgó el mandato oficial de NNUU a la ocupación
convirtiendo la Coalición en una “fuerza multinacional”. EEUU y Reino Unido
dieron un paso más allá al afirmar que actuaban en nombre de NNUU y que ésta les
había dado la autorización legal para hacer lo que hacían.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde ese momento, y a pesar de las cuantiosas
violaciones de la legalidad internacional perpetradas por la Coalición, el
Consejo renovó dos veces el mandato [27]. No obstante, nunca ha realizado un
control consecuente sobre la fuerza multinacional ni tampoco se ha producido un
debate serio sobre Iraq. Unos pocos embajadores, como Juan Gabriel Valdés de
Chile y Adolfo Aguilar Zinser de México, intentaron presionar sobre el asunto,
pero Washington obligó a sus gobiernos a recordarles, dejándoselo bien claro,
que no se iba a tolerar ninguna oposición [28]. Como otros embajadores han
informado desde entonces con pesar, Washington ni siquiera permite preguntas
cuando presenta sus informes periódicos ante el Consejo [de Seguridad] en nombre
de la Fuerza multinacional [29]. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>EEUU gobierna Iraq</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En sustitución del Estado iraquí, EEUU estableció la
Autoridad Provisional de la Coalición [APC], una institución de gobierno sin
participación iraquí, dirigida por Paul Bremer, que fue nombrado por el
Pentágono [30]. Bremer se instaló en el antiguo palacio de gobierno de Sadam y
dirigió el país con decretos y poder casi ilimitado. Para proteger a la
impopular APC del creciente movimiento de resistencia iraquí, Bremer organizó
una zona de seguridad de más de 10 kilómetros cuadrados en el corazón de Bagdad,
conocido como ‘Zona Verde’, en la que la APC y el alto mando militar podrían
vivir con relativa seguridad. Sin nadie que prácticamente hablara árabe y con un
mínimo conocimiento del país, Bremer y su equipo de jóvenes y entusiastas
republicanos de Washington se dispusieron a reconstruir Iraq de acuerdo con los
principios neo-conservadores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bremer reestructuró de forma radical las instituciones
públicas y la economía iraquí y emitió cerca de cien decretos de derogación. En
una de sus primeras ‘órdenes’ derogó todas las tarifas, impuestos de aduanas y
de importación, abriendo la economía de Iraq, tras años de proteccionismo, a los
efectos del libre mercado. Entre tanto, la APC gastaba libremente las ganancias
de la venta del petróleo de Iraq y los miles de millones de la cuenta de NNUU
del programa petróleo por alimentos. El personal de la APC y los mandos
militares repartieron millones [de dólares] en metálico con la esperanza de
ganar amigos iraquíes e ‘impulsar’ la economía iraquí. La corrupción, empezando
en la propia APC, pronto echó raíces. Halliburton, Parsons, Fluor y otras
grandes empresas de construcción obtuvieron miles de millones de dólares en
contratos de ‘reconstrucción’ [31]. La privatización de los fabulosos recursos
del petróleo de Iraq, de los que las empresas estadounidenses y británicas —como
Exxon, Shell y British Petroleum— esperaban enormes beneficios, se planificaba
entre bastidores. Al mismo tiempo que Bremer daba amplia publicidad a la recién
creada Bolsa iraquí, el sistema bancario de Iraq era ineficaz, la industria se
desmoronaba e incluso el vital sector petrolero se hundía. El desempleo y la
pobreza crecían a marchas forzadas. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Represión</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin una policía local que actuara, las fuerzas de la
Coalición se enfrentaban directamente con una población cada vez más
descontenta. Las tropas eran absolutamente ajenas a la cultura local e incapaces
de comunicarse con la gente en su propia lengua. Esos soldados sin preparación
ni experiencia iban fuertemente armados y apoyados por un mortífero poder aéreo
y de artillería de largo alcance. Su primer impulso fue tomar posiciones en el
corazón de las ciudades iraquíes provocando un conflicto inmediato.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muy poco después de haber tomado el control de Faluya,
las fuerzas estadounidenses tomaron un colegio en el centro de la ciudad para
usarlo como cuartel. Los habitantes de Faluya exigieron que se devolviera el
edificio. El 28 de abril de 2003, justo cinco días después de que el ejército
estadounidense se trasladara a la ciudad, varios cientos de manifestantes se
reunieron delante del edificio. Fue la prueba clave de la disidencia democrática
tras una dictadura. Los soldados estadounidenses, muy nerviosos, abrieron fuego
contra la multitud con armas automáticas: asesinaron a 17 personas e hirieron a
más de 70 [32]. Durante los tres días siguientes se produjeron dos incidentes
sangrientos más. Faluya se convirtió enseguida en el centro de la resistencia
contra la ocupación. Hechos similares se produjeron en Mosul y en otras
ciudades. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como los enfrentamientos de este tipo se extendieron
rápidamente, la Coalición reaccionó aumentando la fuerza represiva. Escuadrones
militares empezaron a asaltar y registrar viviendas, dando patadas a las
puertas, destrozando el mobiliario, gritando órdenes en inglés y deteniendo a
sus moradores [33]. En las redadas de los barrios, las tropas detuvieron
rápidamente a cientos de iraquíes sometiéndolos después a interrogatorios
humillantes. Enseguida, miles de iraquíes fueron encarcelados en prisiones de la
Coalición y en campos de prisioneros sin acusación y sin derecho a la defensa en
los tribunales [34]. Las torturas comenzaron en las primeras semanas [35].</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Coalición también empezó a realizar operaciones
secretas con miles de fuerzas especiales, entre las que se encontraban los
Rangers, el cuerpo de elite de la marina, la Fuerza Delta y el cuerpo de elite
de la aviación británica [36]. Además estaban las unidades de la CIA y del MI6,
grupos especiales de la inteligencia militar y otras fuerzas encubiertas. Con el
pretexto de buscar a Sadam y perseguir terroristas, esas fuerzas que operaban en
la sombra llevaron a cabo operaciones militares secretas, captura de sospechosos
e interrogatorios de extrema brutalidad en campos secretos [37]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalmente, la Coalición trasladó a Iraq a un gran
contingente de ejércitos privados, cuyo número pronto alcanzo las decenas de
miles [38]. Algunos de ellos, como los empleados de Blackwater, DynCorp y CACI
International, eran antiguos soldados de las fuerzas especiales estadounidenses,
oficiales de policía, personal de los servicios secretos y elementos
especializados en guerras encubiertas, interrogatorios, protección personal y
asuntos similares. Iban fuertemente armados y estaban al margen de cualquier
control, incluso del de los tribunales militares. Esos soldados de fortuna,
altamente remunerados —que ya habían sido expulsados de muchos países además de
EEUU y Reino Unido [39]— se les destinó a las prisiones de la Coalición, como
interrogadores o guardaespaldas para los mandos de la Coalición en la Zona
Verde, a unidades de “fuerzas de protección”, a escuadrones especiales de guerra
como entrenadores de comandos iraquíes y a muchos otros puestos [40].
Representaban la violencia y la represión y la firme elección estratégica de las
autoridades de la ocupación.<BR><BR><STRONG>Milicias, comandos y escuadrones de
la muerte patrocinados por la Coalición</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La Coalición creó —o incrementó— las fuerzas iraquíes
irregulares. Antes de la invasión, EEUU y Reino Unido dieron apoyo secreto a los
peshmergas kurdos, unas milicias partidistas tribales en el Kurdistán iraquí
[41]. En 2003, sus combatientes sumaban decenas de miles. Los mandos de la
Coalición anunciaron que los peshmergas podían quedarse con sus armas y mantener
sus unidades puesto que se consideraba que actuaban “bajo supervisión de la
Coalición [42]. Los peshmergas impusieron la ley kurda a las minorías no kurdas
del norte y el mando de la Coalición los utilizó para atacar objetivos
resistentes en el norte y en el centro de Iraq. Esta política promovió el
separatismo kurdo e hizo crecer el resentimiento sunní y shií contra los kurdos.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, EEUU armó, entrenó y financió una considerable
milicia del Congreso Nacional Iraquí bajo la dirección de Ahmad Chalabi, un
iraquí en el exilio favorito del Pentágono por quien se inclinó como futuro
Primer ministro. Esta milicia, denominada “Fuerzas del Iraq Libre”, se
estableció en 2002 y consiguió fondos multimillonarios del Pentágono [43]. Muy
poco después de la invasión, la fuerza aérea estadounidense trasladó a Chalabi
junto con 600 milicianos a Nasiriya, en el sur de Iraq [44]. Un contrato
multimillonario de la APC, en teoría para salvaguardar las instalaciones
petroleras, financió la milicia —lo que se supo más tarde— al igual que la
cantidad de 342.000 dólares al mes que el Pentágono pagaba al Congreso Nacional
Iraquí (a Chalabi) [45]. Las fuerzas de Chalabi libraron batallas paralelas con
sus rivales en Bagdad. Muchos los acusaron de robar coches, de fraude, del robo
de propiedades de antiguos baazistas y de asesinatos en masa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los Escorpiones era otra fuerza irregular iraquí creada
por la CIA y que desde un principio actuó en total clandestinidad [46]. Esta
fuerza se dio a conocer fundamentalmente por la brutal paliza, con consecuencia
de muerte, de un iraquí detenido bajo custodia estadounidense [el General de
división Abed Hamed Mowhoush] en noviembre de 2003 [47]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el otoño de 2003, Washington había decidido emprender
una guerra sucia. Una ley de financiación de la guerra, propuesta por el
Pentágono y aprobada por el Congreso en noviembre, incluía tres mil millones de
dólares para las milicias iraquíes [48]. Hacia mediados de 2004, cada vez más la
Coalición hacía uso de las fuerzas irregulares de Iraq así como de unidades
especiales creadas bajo control nominal del Ministerio del Interior iraquí.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fuentes del Pentágono y nuevos informes hablaban de esta
política como la “Opción El Salvador”, haciendo referencia a las tácticas
estadounidenses de la contra-resistencia estadounidense en América Central [49].
James Steele, un enviado especial en la embajada estadounidense que jugó un
papel esencial en las guerras sucias de América Central, fue nombrado asesor de
esas unidades [50]. Durante el verano y el otoño de 2004 se crearon nuevas
unidades irregulares, incluida la Brigada Hilla Iraquí de Armas y Tácticas
Especiales [Conocida por su acrónimo inglés SWAT], la Guardia Iraquí de la
Libertad, la Brigada Amarah y los Comandos especiales de la Policía, conocidos
como Brigada Lobo [51]. Muchas de ellas fueron armadas y entrenadas por la
Coalición [52]; otras actuaban como escuadrones de la muerte llevando a cabo
asesinatos selectivos. Muchos de los mandos iraquíes eran antiguos oficiales de
la policía secreta de Sadam y de unidades especiales del ejército rehabilitados
nuevamente tras la indiscriminada purga de desbaazificación [53]. Algunos de
estos grupos intervinieron de manera extremadamente violenta y fuera de control;
a veces actuaban como locos en saqueos, incendios, torturas y asesinatos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La violencia se multiplicó; los grupos étnicos y
religiosos, así como los partidos políticos, crearon milicias para su propia
defensa o con fines políticos violentos. El Consejo Supremo de la Revolución
Islámica de Iraq [CSRII], el partido político líder de la Shía, aumentó sus
Brigadas del Badr, al mismo tiempo que el clérigo Moqtada as-Sáder, fortalecía
su Ejército del Mahdi [54]. Los barrios y los dirigentes políticos contrataron
guardas armados. Los miembros del gobierno utilizaban a la Policía y a las
unidades del Ejército como milicias semi-independientes. Grupos armados se
dedicaron a llevar a cabo lucrativos secuestros en las ciudades así como robos a
mano armada y en las carreteras. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La Coalición, jugando la baza de las milicias,
redobló la violencia en el país y desestabilizó el Estado</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>‘Un Iraq libre y soberano’ Desde un principio, EEUU y sus
aliados insistieron en que estaban creando un Iraq democrático, que muy pronto
sería un modelo para el conjunto de la región. Sin embargo, en la práctica,
impusieron su ley sin consultar y sin comprender ni al país ni a su gente.
Durante un año, la APC gobernó Iraq desde sus confines de la Zona Verde con la
promulgación de órdenes, decretos, memorandos y avisos públicos [55]. La mayor
parte del personal de la APC trabajaba por periodos de seis meses y con escasas
posibilidades de aprender nada sobre el país antes de regresar a su país [56].
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bremer y la APC establecieron un consejo de gobierno
compuesto por iraquíes, colaboracionistas con la ocupación, elegidos a dedo por
EEUU, [57]. Muchos de ellos estuvieron durante décadas en el exilio y tienen
pocos vínculos con el Iraq contemporáneo. Algunos de ellos, como Iyad Allawi y
Ahmad Chalabi, estuvieron durante años en la nómina de Washington [58]. Al
constituir el consejo de gobierno sobre la base de la filiación sectaria, la APC
resaltó la dimensión sectaria de los políticos iraquíes y ahondó en las
rivalidades sectarias [59]. La táctica del ‘divide y vencerás’ parecía
funcionar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A finales de junio de 2004, la APC ‘devolvió’ la
soberanía a los iraquíes y se disolvió. La Coalición anunció que un gobierno
interino iraquí ‘soberano’ estaba al frente [del país] y que en Nueva York el
Consejo de Seguridad se alegraba de la transición [60]. El nuevo gobierno
interino fue nombrado a dedo por Bremer con la ayuda de Lakhdar Brahimi, el
enviado especial de NNUU. Aunque en teoría estaba formado por tecnócratas,
también había personalidades conocidas elegidas y nombradas, otra vez, según su
identidad sectaria [61]. Allawi, relacionado con la CIA, fue el nuevo primer
ministro. Bremer, finalmente, se marchó con la mayor parte de su personal pero
se mantuvo una enorme presencia estadounidense. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La parafernalia de la soberanía estaba dispuesta. Iraq de
nuevo tenía ministros, funcionarios, una fuerza policial incipiente y un
ejército, además de cárceles, un ministro de Economía, e incluso unos servicios
secretos y, desde luego, elecciones tuteladas por la Coalición como prueba del
éxito y el máximo exponente de la democracia, pero la realidad era bien
distinta. El embajador John Negroponte, sucesor de Bremer, siguió ejerciendo una
enorme influencia en el país como cabeza de la embajada estadounidense más
grande del mundo. Cada ministro tenía docenas de consejeros políticos
estadounidenses [62]. El ejército estaba completamente bajo el mando
estadounidense y el servicio de inteligencia bajo las órdenes (y en la nómina)
de la CIA [63].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las primeras elecciones para los 275 miembros de la
Asamblea nacional iraquí se celebraron el 30 de enero de 2005. Debido a la
peligrosa situación de seguridad, expertos internacionales supervisaron el
proceso desde el exterior del país confiando en la información de los
interventores iraquíes de los partidos políticos. La misión internacional para
las elecciones iraquíes declaró que “[…] en general, los requisitos establecidos
se habían cumplido” [64]. No obstante, los detractores se quejaron de que las
elecciones se organizaron con planteamientos erróneos: con una sola
circunscripción electoral y listas unificadas de candidatos, no había sido
posible hacer una campaña significativa y las elecciones se habían celebrado en
unas condiciones que violaban los requisitos exigidos por los derechos humanos
internacionales [65]. Otro problema de las elecciones fue la participación
extremadamente baja de los sunníes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El proceso de redacción y aprobación de la nueva
Constitución también fue problemático, y provocó un rencor sectario añadido. Las
normas de las elecciones, estipuladas en la constitución provisional, se
modificaron en el último momento antes de la votación del 15 de octubre de 2005
[66] y las irregularidades de las elecciones generaron una sombra de duda sobre
los resultados [67]. A pesar del rechazo masivo, la Constitución fue aprobada.
El resultado de las elecciones parlamentarias del 15 de diciembre dio el poder a
bloques sectarios del Kurdistán y a los partidos de la Shía. El proceso político
se había vuelto cada vez más sectario y la creciente violencia hizo
prácticamente imposible la campaña electoral. Cuando, por fin, a primeros de
2006, se constituyó un nuevo parlamento constitucional, las pocas esperanzas
generadas por las elecciones ya habían empezado a desvanecerse entre los
iraquíes. Se necesitaron meses de maniobras políticas para conformar un
gobierno. La dirigencia política, a cargo del primer ministro Nuri al-Maliki,
era débil, sectaria e incapaz de unificar el país. El parlamento, simbólicamente
situado en la fortificada Zona Verde junto a la gran embajada estadounidense, y
los miembros del gobierno, tuvieron poco espacio de maniobra política. La
corrupción floreció en los ministerios; las milicias se multiplicaron y la
autoridad gubernamental apenas existía, dentro o fuera de la Zona Verde.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Un panorama de absoluta ilegalidad</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En los capítulos siguientes, este informe examina el
trágico panorama de la ocupación. Muestra en detalle cómo las fuerzas de EEUU
utilizaron de manera indiscriminada armas especialmente dañinas y cómo la
Coalición fue incapaz de evitar la destrucción de las instituciones culturales
iraquíes y el legado cultural, los hospitales, las universidades, las
bibliotecas, los museos y los yacimientos arqueológicos. Este informe también
pone de relieve cómo la Coalición utilizó una extremada fuerza que dañó
gravemente o destruyó una docena de ciudades iraquíes y desplazó a cientos de
miles de personas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las fuerzas de la Coalición han detenido a miles de
iraquíes de forma indefinida —sin acusación o juicio—; muchos de ellos han sido
sometidos a interrogatorios humillantes y torturados. De manera habitual, las
tropas de la Coalición asesinan civiles en los puestos militares de control, en
los registros de domicilios y durante las operaciones militares de todo tipo;
las tropas de la Coalición han cometido asesinatos y atrocidades. El programa de
‘reconstrucción’ ha dilapidado miles de millones de dólares de los fondos
iraquíes mediante el robo, el fraude y la malversación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este informe documenta la manera en la que cientos de
miles de iraquíes han muerto y más de cuatro millones han sido desplazados,
entre los que se cuentan alrededor de dos millones que han abandonado el país.
La pobreza es generalizada, la enfermedad y la mortalidad infantil
extremadamente elevada, la carencia de alimentos crece sin cesar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los iraquíes se oponen contundentemente a las bases
militares estadounidenses construidas con intención de permanencia y al
gigantesco complejo de la embajada que simboliza hegemonía estadounidense. Por
abrumadora mayoría, los iraquíes quieren que la Coalición se retire, como
demuestran repetidamente las encuestas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para algunos lectores la mayoría de los temas tratados en
el informe le resultarán familiares, pero los capítulos pretenden dibujar un
panorama más complejo y profundo del que hasta el momento se ha tenido. Con la
documentación de las muchas y graves violaciones de la legislación
internacional, este estudio apela a la comunidad internacional para que se ocupe
de la crisis de Iraq y encuentre alternativas para su futuro. La paz no llegará
a Iraq mientras la ocupación persista. <BR><BR> <BR><STRONG><U>Notas de los
autores:</U></STRONG></DIV><STRONG><U></U></STRONG>
<DIV align=justify><BR>1. Casa Blanca, Press Briefing by National Security
Advisor Dr. Condoleezza Rice, 4 de abril de 2003.<BR>2. Yochi J. Dreazen y
Christopher Cooper, “Behind the Scenes, US Tightens Grip on Iraq's Future”, Wall
Street Journal, 13 de mayo de 2004. Véase también Bradley Graham y Robin Wright
“Aid to Iraq Ministries To Shift to Pentagon”, Washington Post, 26 de septiembre
de 2005. <BR>3. Véase Mark Phythian, Arming Iraq: How the U.S. y Britain
Secretly Built Saddam's War Machine, Boston, 1997.<BR>4. Las sanciones se
prolongaron durante muchos años contra los deseos de la mayoría de los miembros
del Consejo de Seguridad porque EEUU y Reino Unido podían utilizar su derecho a
veto para bloquear cualquier iniciativa de cara a terminar con el régimen de
sanciones. Véase Global Policy Forum et al., Iraq Sanctions: Humanitarian
Options y Implications for the Future, agosto de 2002. <BR>5. Reunión del
Consejo de Seguridad sobre Iraq [núm.] 4701, transcripción Verbatim S/PV.4701, 5
de febrero de 2003, p.5. <BR>6. Véase US Central Intelligence Agency,
Comprehensive Report of the Special Advisor to the DCI on Iraq's WMD, 30 de
septiembre de 2004.<BR>7. Richard Clarke, Against all Enemies, Nueva York, 2004.
Clarke era el jefe del antiterrorismo y experto en el Consejo de seguridad
nacional durante los primeros años del gobierno Bush. <BR>8. Sir Christopher
Meyer, DC Confidential, Londres, 2005. Meyer era, en ese momento, el embajador
británico en Washington. <BR>9. “Iraq: Prime Minister's Meeting, 23 de julio de
2002”. La memoria secreta de una reunión de funcionarios británicos y ministros
en Downing Street se filtró al Sunday Times, que la publicó el 1 de mayo de
2005. Nunca se ha dudado de su autenticidad. Véase Walter Pincus, “British
Intelligence ‘Warned of Iraq War'”, Washington Post, 3 de mayo de 2005. <BR>10.
Valoración del gobierno británico, Iraq's Weapons of Mass Destruction, 24 de
septiembre de 2002, y Reino Unido, Downing Street, Iraq: Its Infrastructure of
Concealment, Deception and Intimidation, 3 de febrero de 2003.<BR>11. “Powell
Calls Pre-Iraq U.N. Speech a ‘Blot' on his Record” Associated Press, 8 de
septiembre de 2005. <BR>12. Lord Goldsmith, jefe del gabinete jurídico del
gobierno de Reino Unido, discrepó del argumento de autodefensa en el consejo
privado que dio al Primer ministro el 7 de marzo de 2003, afirmando que sólo una
resolución del Consejo de Seguridad autorizando el uso de la fuerza haría que la
implicación del ejército de Reino Unido fuera legal de acuerdo con la
legislación internacional. <BR>13. Ross trabajó en la misión de Reino Unido para
NNUU durante cuatro años y medio, desde diciembre de 1997 hasta enero de 2002.
Su testimonio se ha mantenido en secreto y no se hizo público hasta 30 meses más
tarde debido a la presión de los miembros del Congreso. Véase “Full Transcript
of Evidence given to the Butler Inquiry, Supplementary Evidence Submitted by Mr.
Carne Ross, Director, Independent Diplomat,” de fecha 9 de junio de 2004,
publicado por The Independent, 15 de diciembre de 2006. Véase Colin Brown y Andy
McSmith, “Diplomat's Suppressed Document Lays Bare the Lies Behind Iraq War”,
The Independent, 15 de diciembre de 2006.<BR>14. Senado de EEUU, congreso 109,
2ª sesión, Report of the Select Intelligence Committee on Postwar Findings on
Iraq's WMD Programs y Links to Terrorism y How They Compare with Prewar
Assessments, 8 de septiembre de 2006. Un informe del Inspector general del
Departamento de Defensa, enviado al Congreso el 5 de abril de 2007, llega a la
misma conclusión. Véase “Hussein-Qaeda Lind ‘Inappropriate,' Report Says”,
Bloomberg News, 6 de abril de 2007. <BR>15. Nota de prensa de La Casa Blanca,
Remarks by the President to the Military Personnel y Their Families Marine Corps
Base Camp Lejeune , North Carolina, 3 de abril 3 de 2003. <BR>16. Véase
DilipHiro, “Outside Powers,” The Longest War, New York, 1991, y Mark Phythian,
Arming Iraq: How the US y Britain Secretly Built Saddam's War Machine, Boston,
1997. Véase también Human Rights Watch, Annual Report: Iraq, 1989. <BR>17. Nota
de prensa de La Casa Blanca, Iraq Coalition, 27 de marzo de 2003. <BR>18. Véase
por ejemplo, Oficina del Departamento de Estado, Oficina del coordinador para la
lucha antiterrorista, “Patterns of Global Terrorism”, 29 de abril de 2004; US
CENTCOM, “International Contributions to the War on Terror”, 10 de enero de
2005; Sewell Chan, “Rumsfeld Thanks Kazakhstan”, Washington Post, 26 de febrero
de 2004; Globalsecurity.org, Iraq Coalition Troops, febrero de 2007. <BR>19. Jim
Garamone, “More than 100,000 Coalition Troops in Iraq”, American Forces Press
Service, 31 de marzo de 2003. <BR>20. Véase el capítulo de este informe sobre
armas indiscriminadas y especialmente dañinas. <BR>21. La página web de La Casa
Blanca señala que el Ministerio de Sanidad estaba “totalmente saqueado”. Para
saber más sobre el Ministerio del Petróleo, véase Andras Riedlmayer, “Yes the
Oil Ministry Was Guarded”, Iraq War and Archeology, 7 de mayo de 2003.
<BR>22. Véase en IraqSolidaridad información detallada en el capítulo
VIII: Destrucción del Patrimonio Cultural, Global Policy Forum (VIII): La
destrucción del patrimonio cultural de Iraq .<BR>23. Departamento de Defensa,
News Briefing by Secretary of Defense Donald Rumsfeld and General Richard
Meyers, 11 de abril de 2003. Véase Sean Loughlin, “Rumsfeld on Looting in Iraq”,
CNN 12 de abril de 2003.<BR>24. Véase Orden número 2 de la Autoridad Provisional
de la Coalición, Dissolution of Entities, 23 de mayo de 2003.<BR>25. Toby Dodge,
“Staticide in Iraq”, Le Monde diplomatique, febrero de 2007. <BR>26. En total,
EEUU se apropió de más de ocho mil millones de dólares, los saldos de la cuenta
de NNUU para el programa petróleo por alimentos. <BR>27. Véanse las resoluciones
del Consejo de Seguridad de NNUU UN S/RES/1637, de 2005 y S/RES/1723 de
2006. <BR>28. Maggie Farley y Richard Boudreaux, “Mexico 's Envoy to UN
Leaves, With Defiance”, Los Angeles Times, 22 de noviembre de 2003. <BR>29.
Comunicación privada con ex-embajadores del Consejo de Seguridad. <BR>30. Bremer
trabajó en el Departamento de Estado durante muchos años, desde 1989 hasta 2002,
como director ejecutivo de Kissenger Associates. Su biografía le describe como
un experto en antiterrorismo. Véase su biografía en la página web de la APC:
http://www.iraqcoalition.org .<BR>31. Véase en IraqSolidaridad el capítulo IX de
este informe: Corrupción, fraude y delitos económicos, Global Policy Forum (IX):
Corrupción, fraude y delitos económicos.<BR>32. En otro suceso acaecido el 30 de
abril, las fuerzas estadounidenses volvieron a abrir fuego contra una multitud:
asesinaron a tres personas e hirieron a otras 16. Véase Human Rights Watch,
Violent Response: the U.S. Army in al-Falluja, 17 de junio de 2003. Según Human
Rights Watch, los manifestantes de Faluya también estaban indignados porque
observadores estadounidenses situados en los tejados de las casas pudieran ver
la intimidad de los hogares, deshonrando a las mujeres. <BR>33. Véase en
IraqSolidaridad el capítulo VII de este informe: matanzas, asesinatos y
atrocidades por parte de los ocupantes, Global Policy Forum (VI):
Matanzas, asesinatos y atrocidades por parte de los ocupantes.<BR>34. Véase en
IraqSolidaridad el capítulo III de este informe: Detenciones y cárceles:
absoluta indefensión de los presos, Informe de 'Global Policy Forum' (III):
Detenciones y cárceles: Absoluta indenfensión de los presos.<BR>35. Véase en
IraqSolidaridad el capítulo IV de este informe: Malos tratos y tortura a
prisioneros, Informe de 'Global Policy Forum' (IV): Malos tratos y torturas a
prisioneros<BR>36. Seymour Hersh, “Moving Targets”, New Yorker, 15 de diciembre
de 2003. Véase también Matthew B. Stannard, “Special Forces Have Scoped Iraq for
Weeks”, San Francisco Chronicle, 21 de marzo de 2003.<BR>37. Thom Shanker,
“Special Operations in Iraq: High Profile But in the Shadow,” New York Times, 29
de mayo de 2007 y Human Rights First, “Command's Responsibility”, febrero de
2006.<BR>38. La Oficina gubernamental de contabilidad calculó que hasta marzo de
2006 aproximadamente 181 empresas de seguridad privada con alrededor de 48.000
empleados trabajaban en Iraq. Véase oficina gubernamental estadounidense,
declaración ante el subcomité de seguridad nacional, amenazas inminentes y
relaciones internacionales; comité sobre la reforma del gobierno; declaración de
William Solis, director de respuesta defensiva y organizativa, Rebuilding Iraq:
Actions Still Needed to Improve the Use of Private Security Providers, 13 de
junio de 2006. <BR>39. Human Rights Watch, Private Military Contractors y the
Law, 5 de mayo de 2004.<BR>40. Véasé Jeremy Scahill, Blackwater, New York, 2007,
y Amnesty International USA, Human Rights Responsibilities of Private Companies
Operating in Iraq. <BR>41. Véase, por ejemplo, Kenneth Katzman, “Iraq: US
Efforts to Change the Regime”, Congressional Research Service, 22 de marzo de
2002; Scott Peterson, “Kurds Ready to Be Next N. Alliance”, Christian Science
Monitors, 28 de marzo de 2002; “US Intelligence Teaming up with Kurds”, Houston
Chronicle, 22 de diciembre de 2002. <BR>42. Patrick E. Tyler, “U.S. May Let
Kurds Keep Arms, Angering Shiites”, New York Times, 24 de mayo de 2003.<BR>43.
Oficina general de contabilidad de EEUU, informe en respuesta a las preguntas
del Congreso, State Department: Issues Affecting Funding of Iraqi National
Congress Support Foundation, abril de 2004.<BR>44. Johanna McGeary, “Who Will
Call the Shots?”, TIME, 14 de abril de 2003. <BR>45. Knut Royce, “A Start-Up
Company with Connections”, Newsday, 15 de febrero de 2004. <BR>46. Dana Priest y
Josh White, “Before the War, CIA Reportedly Trained a Team of Iraqis to Aid US”,
Washington Post, 3 de agosto de 2005.<BR>47. Human Rights First, Command's
Responsibility, 8 de febrero de 2006, p. 8. <BR>48. Robert Dreyfuss, “Phoenix
Rising” The American Prospect, vol. 15, Issue 1, 1 de enero de 2004. <BR>49.
Michael Hirsh y John Barry, “The Salvador Option”, Newsweek, 14 de enero de
2005. <BR>50. Peter Maass, “The Way of the Commandos”, New York Times Magazine 1
de mayo de 2005. Otro asesor de relevancia que estuvo implicado en la
contra-revolución estadounidense en Latinoamérica fue Steven Casteel. <BR>51. El
Wall Street Journal identificó a seis de esas unidades. Véase Greg Jaffe, “New
Factor in Iraq: Irregular Brigades Fill Security Void”, Wall Street Journal, 16
de febrero de 2005, y “Bands of Brothers New Factor in Iraq: Irregular Brigades
Fill Security Void”, Wall Street Journal 23 de febrero de 2005. Véase esp. A.K.
Gupta, “Let a Thousand Militias Bloom”, NYC Indymedia Center, 22 de abril de
2005, y A.K. Gupta “Iraq: Militias y Civil War”, Z Magazine, diciembre de
2006. <BR>52. Lionel Beehner, “Iraq : Militia Groups”, Council on Foreign
Relations, 9 de junio de 2005.<BR>53. Michale Hirsch y John Barry, “Special
Forces May Train Assassins, Kidnappers in Iraq”, Newsweek, 14 de enero de 2005 y
Peter Maas, “The Way of the Commandoes”, New York Times Magazine, 1 de mayo de
2005.<BR>54. Beehner, op.cit. <BR>55. Entre mayo de 2003 y junio de 2004, Paul
Bremer, gobernador de la APC, promulgó 100 órdenes, 12 decretos, 17 memorandos y
12 avisos públicos. Véase el sitio web de la Autoridad Provisional de la
ocupación: http://www.iraqcoalition.org . <BR>56. Inspector general para la
reconstrucción de Iraq, Lessons in Human Capital Management, enero de 2006,
p.14. <BR>57. Regulación número 6 de la Autoridad Provisional de la Ocupación,
Governing Council of Iraq, 13 de julio de 2003.<BR>58. Véase, por ejemplo, Joel
Brinkley, “Ex-C.I.A. Aides Say Iraq Leader Helped Agency in 90's Attacks”, New
York Times, 9 de junio de 2004. <BR>59. Raad Alkadiri y Chris Toensing, “The
Iraqi Governing Council's Sectarian Hue”, Middle East Research and Information
Project, 20 de agosto de 2003. <BR>60. Resolución del Consejo de Seguridad
S/RES/1546, 2004.<BR>61. Coalition Provisional Authority Regulation Number 10,
Members of Designated Iraqi Interim Government with Annex A, 9 de junio de
2004.<BR>62. Yochi J. Dreazen y Christopher Cooper, “Behind the Scenes, US
Tightens Grip on Iraq's Future”, Wall Street Journal, 13 de mayo de 2004. Véase
también Bradley Graham y Robin Wright, “Aid to Iraq Ministries To Shift to
Pentagon”, Washington Post, 26 de septiembre de 2005. <BR>63. Ned Parker,
“Divided Iraq Has Two Spy Agencies” Los Angeles Times, 15 de abril de 2007.
<BR>64. International Mission for Iraqi Elections, Final Report Assessment of
the January 30, 2005 , Election Process, 2005.<BR>65. Asian National Exchange
for New Alternatives, Open Letter to UN Secretary General Kofi Annan on the
Elections in Iraq, 6 de enero de 2005. <BR>66. “UN Condemns Iraq Charter
Change”, BBC, 4 de octubre de 2005.<BR>67. Véase, por ejemplo, Dexter Filkins,
“Vote Totals Under Inquiry in 12 Iraqi Provinces, Panel Says” New York Times, 17
de octubre de 2005; “Iraq Vote Counts ‘Points to Fraud'” BBC, 18 de octubre de
2005. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>