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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>28 de marzo 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Irak</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La violencia que fuerza al exilio a
los iraquíes es de naturaleza social y económica<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Éxodo en oleadas
en un Iraq bajo ocupación <BR><BR>Michael
Schwartz</FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>IraqSolidaridad</STRONG><BR><A
href="http://www.iraqsolidaridad.org/"><STRONG>http://www.iraqsolidaridad.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2>Traducido del inglés para
IraqSolidaridad por Nadia Hasan y Beatriz Morales</FONT></STRONG></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Una ola de miseria engulle Iraq, y no se trata de la
violencia habitual que los estadounidenses están acostumbrados a escuchar y a la
que no prestan atención. Para ser exactos, está basada en esa violencia, pero
este tsunami de miseria es de naturaleza social y económica: expulsa a las
personas de sus trabajos, los barre de sus hogares, los despoja de sus
pertenencias y los separa de sus familias y de sus comunidades; los deja
abandonados en pueblos enemigos o en países extranjeros, sin un asidero para
resistir el momento en el que la próxima ola de desplazamientos los
golpee.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A las víctimas de este tsunami humano se las denomina
refugiados si es que las arrastra fuera del país o desplazados internos si el
lugar donde aterrizan está dentro de las fronteras de su país. De cualquier
forma, normalmente se quedan sin un hogar estable, sin sustento asegurado, sin
apoyo de su comunidad, y sin la ayuda gubernamental. Todo el apoyo social
habitual que sustenta la vida de las personas queda eliminado y se reemplaza
con… nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Oleadas de desposeídos que se superponen</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante los primeros cuatro años de ocupación, ésta
generó en Iraq tres oleadas de refugiados y de desplazados internos que se
superpusieron. Todo comenzó con la Autoridad Provisional de la Coalición (APC)
que el gobierno Bush estableció dentro de la Zona Verde [perímetro de alta
seguridad fortificado] de Bagdad y que en mayo de 2003 dejó bajo el control de
L. Paul Bremer III. La APC empezó, de forma inmediata, a desmantelar el aparato
del Estado iraquí: fueron expulsados del gobierno a miles de funcionarios del
partido Baaz, decenas de miles de trabajadores se quedaron en la calle sin
trabajo, se cesó a cientos de miles de militares tras el desmantelamiento del
ejército de Sadam Husein. Estas cifras pronto se multiplicaron debido al efecto
dominó de la pérdida de poder adquisitivo que arrastró tras de sí a la economía.
Muchos de los desplazados encontraron otros trabajos (peor remunerados); algunos
esperaron con paciencia a que pasara la mala racha; otros dejaron sus casas y se
fueron a buscar trabajo a otros lugares; los que tenían mayores posibilidades se
fueron a países vecinos donde aún había demanda de sus conocimientos. Estos
fueron la vanguardia de la primera oleada de refugiados iraquíes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como el caos de la posguerra continuaba, los secuestros
se convirtieron en la industria de mayor auge en el país, la cual tenía puesto
su punto de mira en cualquiera de las familias adineradas con medios para pagar
un rescate. Esto sólo aceleró el ritmo de salidas, especialmente entre aquellos
cuyas carreras ya se habían visto interrumpidas. Una riada de profesionales,
técnicos y directivos abandonaron sus casas e Iraq en busca de seguridad
personal y laboral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El espíritu de este éxodo inicial lo expresó de manera
elocuente un blogger iraquí apodado AnaRki13: </DIV>
<DIV align=justify><BR>“No es tanto una migración como un éxodo forzado.
Científicos, ingenieros, médicos, arquitectos, escritores, poetas, cualquiera
que se te ocurra —todos— se están yendo de las ciudades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“¿Por qué? Muy sencillo: No hay mercado laboral real en
Iraq; aunque tengas un buen trabajo hay muchas posibilidades de que te
secuestren o te maten. Simplemente no merece la pena quedarse aquí. Sunní, shií
o cristiano, todos, todos se van o ya nos hemos ido.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Uno de mis amigos siempre me hace reproches sobre cómo
tengo que amar a este país —la tierra de mis antepasados, el lugar donde nací y
crecí—, cómo debería de estar agradecido y volver al lugar que me lo dio todo.
Pero yo siempre le digo lo mismo: ‘Iraq, tal como lo conocimos tú y yo, ya no
existe. Lo que queda, no lo quiero…’<BR>“La mayoría de los médicos y profesores
universitarios más prestigiosos ya han abandonado el país porque a muchos de
ellos, entre los que se están algunos a los que yo personalmente conocí, los
asesinaron o ejecutaron, y el resto captó el mensaje; consiguieron trabajo en
Occidente, donde los recibieron bien y consiguieron una buena posición. Otros
millones de iraquíes, iraquíes de a pie, se fueron y se están yendo, sin planes
y sin muchas esperanzas.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2004, los estadounidenses provocaron una segunda
oleada de refugiados cuando comenzaron a atacar e invadir baluartes resistentes,
tal como hicieron en la ciudad de Faluya en noviembre de 2004, en la que
emplearon toda la fuerza motriz de su ejército. Si los estadounidenses ordenaron
o no la evacuación, un gran número de residentes se vieron forzados a abandonar
el campo de batalla en que se habían convertido barrios y ciudades. El proceso
se resumió en un minucioso y extenso informe sobre la guerra compilado por
Global Policy Forum y otras 35 organizaciones no gubernamentales
internacionales:</DIV>
<DIV align=justify><BR>“En muchos otros casos, grandes proporciones de población
urbana han abandonado sus casas y huido. Los más afortunados pudieron encontrar
refugio con familiares que vivían fuera de la ciudad, pero la mayoría se vieron
expuestos a condiciones extremadamente difíciles y al final se vieron obligados
a permanecer en refugios y campamentos provisionales instalados por el Creciente
Rojo, Naciones Unidas [NNUU] u organizaciones de ayuda. En Faluya, una ciudad de
unos 300.000 habitantes, más de 216.600 personas desplazadas han tenido que
buscar refugio durante los meses de invierno en campamentos superpoblados con
abastecimiento de comida, agua y atención médica inadecuados. Según la Sociedad
del Creciente Rojo Iraquí, quienes huyeron de al-Qaim [también en ñ provincia de
al-Anbar cerca de la frontera con Siria], una ciudad de unos 150.000 habitantes,
suponen un total de 100.000 personas. En Ramadi [capital de la provincia de
al-Anbar] se calcula que en torno al 70% de la población de esta cuidad de
400.000 habitantes la abandonó antes del ataque estadounidense […] Estos
momentos marcan el inicio de la crisis de desplazamiento masivo iraquí.”
[1]</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras la mayor parte de los refugiados volvieron al
finalizar la batalla, una importante minoría [de varias decenas de miles] no lo
hizo, ya fuera porque sus hogares (o medios de subsistencia) estaban destruidos,
o porque estaban temerosos de que continuara la violencia. Como los desplazados
por razones económicas de la primera ola, estos refugiados buscaron nuevas zonas
que fueran menos peligrosas o más prosperas, incluidos los países vecinos. Y,
tal y como en la primera oleada, fueron los profesionales, los técnicos y los
directivos lo que tuvieron más posibilidades de tener los medios para abandonar
Iraq.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La tercera ola comenzó a principios de 2005,
convirtiéndose —al año siguiente— en un verdadero tsunami de limpieza étnica y
guerra civil que sacó de sus casas a un vasto número de iraquíes. Según Ali
Alaui, ministro de finanzas iraquí, estos hechos vinieron precipitados
inicialmente por la segunda ola de refugiados expulsados de la ciudad de Faluya
en el invierno de 2004:</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Los refugiados que han abandonado Faluya han convergido
en los barrios occidentales sunníes de Bagdad, Amiriya y Gazaliya, que han
quedado bajo control de la resistencia. Los resistentes, a menudo respaldados
por sus familiares entre los refugiados de Faluya, atacaron a los residentes
shiíes de estos vecindarios. Cientos de familias shiíes fueron expulsadas de sus
hogares, que luego fueron ocupados por los refugiados. El resentimiento árabe
sunní en contra de la colaboración de la shía con las fuerzas de ocupación se ha
intensificado, exacerbado, por la aparente indiferencia de la shía al asalto a
Faluya […] A su vez, la shía se encolerizó debido a los ataques diarios contra
policías y soldados, quienes eran mayoritariamente shiíes pobres. Los ataques
sunníes en la mayoría de los vecindarios shiíes comenzaron a principios de 2005.
En el distrito Shaab de Bagdad, por ejemplo, el asesinato de jeque Haizam
al-Ansari, un popular clérigo sadrista, provocó la formación de uno de los
primeros escuadrones de la muerte shiíes. El ciclo de asesinatos, bombardeos y
expulsiones se retroalimentan, lo que desencadena rápidamente una limpieza
étnica a gran escala en las localidades y vecindarios de la ciudad”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A comienzos de 2006, el proceso se aceleró tras la
voladura de la mezquita Dorada de Samarra [a finales de febrero de ese año], un
importante santuario shií, y alcanzó su punto álgido en 2007 cuando el ejército
estadounidense irrumpió en las calles de Bagdad disolviendo los núcleos de
resistentes en muchos vecindarios mixtos así como en los barrios sunníes en la
capital. Durante el año del incremento de tropas estadounidenses [2] cerca de 25
de los 200 vecindarios mixtos en Bagdad se volvieron étnicamente homogéneos. Un
proceso similar se desarrolló en los barrios del sur de la ciudad [3]. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando expulsaron a los grupos minoritarios de los
vecindarios y ciudades mixtas estos también se unieron al ejército de personas
desplazadas, a menudo instalados en casas deshabitadas ubicadas en barrios
recién purificados dominados por su propio grupo sectario. Pero muchos, como
aquellos de las oleadas previas de refugiados, descubrieron que tenían que
mudarse a nuevos lugares alejados de la violencia, entre ellos un gran número de
quienes, una vez más, simplemente tuvieron que abandonar Iraq. Al igual que en
las oleadas anteriores, los mejor situados económicamente eran los que más
posibilidades tenían de marcharse, llevándose consigo su capacitación
profesional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre los que salieron en esta tercera oleada estava
Riverbend, cuyo pseudónimo es “Girl Blogger from Baghdad”, que alcanzó fama
internacional por sus informes tan bien narrados sobre la vida en Iraq bajo la
ocupación estadounidense. La descripción de su viaje hacia el exilio contaba la
tragedia emocional experimentada por millones de iraquíes:</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Las últimas horas en casa fueron un caos. Nos teníamos
que ir y fui de una habitación a otra despidiéndome de todas las cosas. Le dije
adiós al escritorio que usé durante todo el bachillerato y la universidad. Le
dije adiós a las cortinas, a la cama y al sofá. Le dije adiós al sillón que E. y
yo rompimos cuándo éramos pequeños. Me despedí de enorme mesa en la que nos
sentábamos a comer y a hacer los deberes. Le dije adiós a los fantasmas de los
cuadros que alguna vez colgaron de las paredes, porque ya habíamos descolgado y
guardado las fotografías —pero sabía dónde habían estado colgados. Le dije adiós
a los ridículos juegos de mesa por los que inevitablemente peleábamos: el
Monopoly árabe con las cartas que faltaban y el dinero que ninguno tuvo el valor
de tirar…</DIV>
<DIV align=justify><BR>“El viaje fue largo y sin contratiempos, aparte de los
dos puestos de control militar con hombres enmascarados. Nos pidieron los
pasaportes; los echaron un vistazo y nos preguntaron a dónde nos íbamos. Lo
mismo hicieron con el coche que iba detrás de nosotros. Esos controles son
aterradores pero aprendí que la mejor técnica es evitar el contacto visual,
responder a las preguntas educadamente y rezar entre dientes. Mi made y yo
tuvimos cuidado de no llevar ninguna joya, por si acaso, y las dos íbamos con
faldas largas y pañuelo en la cabeza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“¿Cómo es posible que una frontera, que no se pude ver ni
tocar, separe los coches-bomba, las milicias, los escuadrones de la muerte… y la
paz y la seguridad? Es difícil de creer…, incluso ahora. Me siento aquí y
escribo esto y me pregunto por qué no puedo escuchar las explosiones…”</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La pérdida de vidas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El número de iraquíes que huyeron a países vecinos —sin
mencionar un cálculo aproximado del número de refugiados internos— sigue siendo
tremendamente difícil de determinar, pero los observadores más cautos han
informado de un constante incremento en el número de desplazados desde la
invasión del gobierno Bush en marzo de 2003. Estas cifras superaron con mucho la
huída de expatriados que abandonaron el país durante la era de Sadam
Huseín.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios de 2006, el Alto Comisionado de Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR), calculó que 1,7 millones de iraquíes habían
abandonado el país y que quizás se había producido un número igual de refugiados
internos en el mismo período de tres años desde la invasión. La tasa creció de
forma dramática una vez que la violencia sectaria y las expulsiones étnicas se
iniciaron. La Organización Internacional para las Migraciones calculó que la
tasa de desplazamiento durante 2006 y 2007 fue de alrededor de 60.000 desplazado
al mes. A mediados de 2007, la organización International Refugees declaró que
Iraq suponía “la crisis más grande y más rápida de refugiados del mundo”, al
mismo tiempo que Naciones Unidas (NNUU) definía esta crisis de refugiados como
“el peor desplazamiento de seres humanos en la historia moderna de Iraq”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios de 2007, Siria, el único país que
inicialmente no puso restricciones a la inmigración iraquí, había acogido —según
estimaciones de NNUU— a 1,25 millones de desplazados iraquíes. Además, NNUU
calculó que en esas fechas más de 500.000 iraquíes estaban Jordania, 70.000 en
Egipto, aproximadamente 60.000 en Irán, alrededor de 30.000 en Líbano y cerca de
200.000 diseminados por los países del Golfo, junto con otros 100.000 en Europa
y otros 50.000 desperdigados por el globo. EEUU, que aceptó a 20.000 refugiados
iraquíes de la época de Sadam Husein, sólo aceptó a 463 iraquíes entre el inicio
de la guerra y mediados de 2007 [4].</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estrategia del aumento de tropas de Bush, iniciado en
enero de 2007, incrementó aún más la huída de iraquíes, especialmente en el
interior del país. Según James Glanz y Stephen Farrell, redactors del diario The
New York Times: “Las operaciones dirigidas por EEUU generaron nuevos combates lo
que provocó que el miedo hiciera huir a los iraquíes de sus casas en un número
mucho mayor que las decenas de miles de tropas adicionales que llegaron”. El
efecto combinado de la ofensiva estadounidense y las expulsiones étnicas
generaron un desplazamiento que se calcula en 100.000 personas al mes sólo en
Bagdad durante la primera mitad de 2007, una cifra que sorprendió incluso a Said
Hakki, director del Creciente Rojo Iraquí, que había estado siguiendo muy de
cerca la crisis de refugiados desde el inicio de la guerra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante 2007 y según cálculos de NNUU, Siria admitió a
150.000 refugiados adicionales. Los iraquíes llegaron a suponer casi el 10% de
la población del país. El gobierno sirio consciente de la falta de recursos,
empezó a poner límites al flujo sin fin de refugiados e intentó llevar a cabo
una política de repatriaciones masivas. Tales intentos de repatriación han sido
inútiles en su mayoría. Incluso cuando a finales de 2007 la violencia en Bagdad
empezó a disminuir, los refugiados que intentaron regresar se encontraron con
que sus casas abandonadas estaban o en muy malas condiciones debido a las
ofensivas estadounidenses o tomadas por extranjeros (normalmente de una secta
distinta) o en barrios que habían sufrido una limpieza étnica, de forma que ya
no podían alojarse en ellas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los mismos años, el número de personas desplazadas
dentro de Iraq creció aún más rápido. En septiembre de 2007 NNUU calcula en 2,25
millones el número de desplazados [internos]. Esta marea de desplazados
internos, familias a menudo sin casa, empezaron a ser una carga para los
recursos de las provincias que los acogieron. Nayaf, la primera gran ciudad al
sur de Bagdad, donde se encuentran los santuarios shiíes más sagrados de Iraq,
vio cómo su población de 700.000 personas se había incrementado con cerca de
400.000 desplazados shiíes. A mediados de 2007, en otras tres provincias shiíes
del sur, los desplazados internos suponían más de la mitad de la
población.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La carga era aplastante. En 2007, Kárbala, una de las
provincias más deprimidas, intentó hacer cumplir una medida draconiana aprobada
años antes: Se expulsaría a los nuevos residentes a menos que contaran con el
apoyo de dos miembros del concejo provincial. Otros gobiernos provinciales
intentaron de varias maneras, y en general sin éxito, detener el flujo de
refugiados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bien dentro o fuera del país, incluso las familias
prósperas antes de la guerra se enfrentaron a condiciones muy duras. En Siria,
donde en octubre de 2007 se realizó un meticuloso estudio de las condiciones de
vida, sólo el 24% de las familias iraquíes contaba con salarios o ingresos. La
mayoría de las familias tuvieron que vivir de la mejor forma que pudieron con
pingües ahorros o con ayudas de sus familiares, y un tercio de los que tenían
recursos esperaban abandonar el país en un lapso de tres meses. Bajo este tipo
de presiones, un número creciente de refugiados se vio obligado a realizar
trabajos sexuales u otra clase de trabajos explotadores o trabajar en el mercado
negro para conseguir una fuente de ingresos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para muchas familias la comida era una de las principales
preocupaciones; según NNUU casi la mitad de ellas necesitaba “ayuda alimenticia
urgente”. Se ha informado de que una parte importante de los adultos se saltaban
al menos una comida para alimentar a sus hijos. Muchos otros pasaban días sin
comer “para poder pagar el alquiler y los gastos”. Una madre de familia
refugiada dijo a Hannah Allam, periodista de McClatchy: “Compramos la carne
justa para dar sabor a la comida, la compramos con céntimos. [...] Ni siquiera
podemos comprar un kilo de dulces para el Eid [5]”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Según un riguroso estudio del McClatchy Newspaper, la
mayoría de los refugiados iraquíes en Siria estaban alojados en casas llenas de
gente, con más de una persona por habitación (a veces muchas más). El 25% de las
familias vivían en pisos de una habitación; a alrededor de uno de cada seis
refugiados se le diagnosticó una enfermedad crónica (en general no tratada) y
una quinta parte de los niños habían tenido diarrea en las dos semanas
anteriores a la encuesta. A pesar de que las autoridades sirias ayudaron a las
familias refugiadas para que más de las dos terceras partes de los niños en edad
escolar se matricularan en la escuela, el 46% había abandonado los estudios,
debido principalmente a que carecían de los documentos de inmigración, de
ahorros suficientes para pagar los gastos de la escuela o debido a diferentes
problemas personales; y la tasa de abandono seguía creciendo. Y recordemos que
los iraquíes que huyeron a Siria eran, en general, los afortunados, con muchas
más posibilidades de tener recursos financieros y con capacitación para
encontrar trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al igual que los refugiados expatriados, los desplazados
internos iraquíes se enfrentaron a unas condiciones duras que empeoraban
constantemente. El gobierno central iraquí, casi sin poder y prácticamente
atrapado en la Zona Verde de Bagdad, exige que las personas que se trasladan de
un lugar a otro se registren personalmente en Bagdad; de no hacerlo pierden los
requisitos necesarios para tener acceso al programa nacional que subvenciona la
compra de pequeñas cantidades de unos pocos alimentos. Para las familias
expulsadas de sus casas por la despiadada guerra civil tal registro era
prácticamente imposible. Al no poder registrarse, las familias desplazadas fuera
de Bagdad entraban en sus nuevas residencias sin contar siquiera con la cada vez
más escasa red de seguridad ofrecida por los subsidios que garantizan los
productos alimenticios básicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para empeorar las cosas, casi tres cuartas partes de los
desplazados eran mujeres o niños, y en las escasas las familias que estaban
intactas el padre no trabajaba. En la mayoría de las ciudades a las que se
vieron obligados a trasladarse, la tasa de desempleo era ya del 50% o superior,
de modo que la prostitución y el trabajo infantil se convirtieron cada vez más
en elecciones necesarias. UNICEF informó de que una gran proporción de los niños
de estas familias pasaban hambre, tenían un peso y una estatura inferiores a los
normales, según parámetros clínicos. Según informó la agencia de NNUU, “en
algunas zonas hasta el 90% de los niños [desplazados] no van a la
escuela”.</DIV>
<DIV align=justify><BR> Siria acoge al menos a la mitad de los 2,2 millones
de refugiados iraquíes en el exterior. En la foto, mujeres iraquíes ante una
oficina de la ACNUR en Damasco.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Pérdida de recursos preciosos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La formación laboral de una enorme proporción de los
refugiados iraquíes en Siria era profesional, de gestión o administración. Es
decir, que colectivamente eran los depositarios del precioso capital humano que
por lo demás se hubiera necesitado para preservar, reparar y finalmente
reconstruir la destrozada infraestructura del país. En Iraq, aproximadamente el
10% de los adultos había ido a la universidad; más de una tercera parte de los
refugiados en Siria tenía estudios universitarios. Mientras que menos del 1% de
los iraquíes tenía formación de postgrado, casi el 10% de los refugiados tenía
titulación superior, incluido un 4,5% con doctorado. En el lado opuesto del
espectro económico, al menos el 20% de los iraquíes no estaba escolarizado, pero
sólo una parte relativamente pequeña de los refugiados que llegaron a Siria (el
3%) carecía de educación. Probablemente estas proporciones eran todavía más
llamativas en otros países receptores más lejanos donde la entrada resultaba más
difícil.<BR>Las razones de esta excepcional fuga de cerebros no son difíciles de
encontrar. Hasta el hecho desesperado de huir de tu hogar requiere recursos y
así los refugiados de la mayoría de los desastres que viajan grandes distancias
tienden a ser desproporcionadamente prósperos [en relación con los que se
quedan], como tan dolorosamente ilustró el periodo subsiguiente al huracán
Katrina en Nueva Orleans.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Iraq, la política estadounidense alentó esta
tendencia. La privatización generalizada y las políticas de desbaazificación del
gobierno Bush garantizaron que un gran número de trabajadores, en especial
profesionales, técnicos y directivos fueran separados de su forma de vida
anterior. Esta tendencia se vio exacerbada por el desarrollo de la “industria de
los secuestros”, que tenía su punto de mira en las familias con los recursos
suficientes para pagar elevados rescates. La tendencia aumentó cuando algunos
grupos [de las milicias paragubernmentales] empezaron a asesinar a antiguos
responsables del gobierno, a profesores universitarios y a otros profesionales
que permanecieron [en el país].</DIV>
<DIV align=justify><BR>El éxodo de la diáspora iraquí ha diezmado
considerablemente el capital humano del país. A principios de 2006, el Comité
estadounidense para los Refugiados e Inmigrantes calculó que en total un 40% de
la clase profesional iraquí había huido del país llevándose consigo su
insustituible competencia profesional. Las universidades y las infraestructuras
sanitarias se vieron especialmente afectadas ya que, según se informa, menos del
20% del personal necesario permaneció en el país [6]. La industria del petróleo
sufrió lo que The Wall Street Journal calificó de “éxodo del petróleo”, que
implicó la salida de las dos terceras partes de sus cien directores ejecutivos
así como de una importante cantidad de sus directivos y trabajadores
profesionales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Incluso antes del enorme éxodo de Bagdad de 2007, el
ACNUR advirtió de que “los conocimientos necesarios para proporcionar los
servicios básicos son cada vez más escasos”, y señalaba en particular a los
médicos, técnicos informáticos e incluso a los artesanos cualificados como los
panaderos”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hacia mediados de 2007 la pérdida de estos recursos
resultaba visible en el funcionamiento cotidiano de la sociedad iraquí. Para
entonces, los centros médicos solían pedir a los familiares que actuaran como
enfermeros y técnicos, y eran incapaces de poder ofrecer muchos servicios. A
menudo las escuelas estaban cerradas o sólo abrían esporádicamente
principalmente debido a la falta de profesores cualificados. Las universidades
pospusieron o suspendieron las asignaturas obligatorias o los exámenes finales
ya que no contaban con el personal adecuado. Durante el verano de 2007, en el
momento más grave de la incipiente epidemia de cólera [7], las plantas de
purificación de agua estuvieron paradas debido a la imposibilidad de encontrar
técnicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, el impacto más devastador de la crisis de
refugiados iraquíes probablemente ha sido la propia incapacidad del gobierno
nacional (al que la desbaazificación y la privatización había dejado ya en una
frágil situación) de poder administrar algo. En cualquiera de los ámbitos que
pudiera abordar este gobierno, la falta de aptitud y de competencia directiva,
técnica y profesional tuvieron un efecto devastador, que ha afectado
especialmente a la reconstrucción posterior a la guerra, un asunto
particularmente grave. Incluso la capacidad del gobierno para gastar sus
ingresos (procedentes en su mayoría de los ingresos del petróleo) está
paralizada debido a lo que los ministros del gobierno calificaron de “falta de
empleados capaces de redactar contratos” y debido a “la huida del país de
expertos científicos e ingenieros”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La profundidad del problema (así como los niveles
generalizados de corrupción asociados [8]) se podría medir por el hecho de que
el Ministerio de Electricidad gastó sólo el 26% de su presupuesto en 2006; las
otras tres cuartas partes no se gastaron. Sin embargo, la mayoría de las
instituciones gubernamentales y de los ministerios aún superan con mucho este
índice de gastos. En 2007, el gobierno [iraquí], presionado por los altos cargos
estadounidenses de la ocupación para mejorar sus resultados, hizo un esfuerzo
coordinado para incrementar tanto su presupuesto como sus gastos en la
reconstrucción. A pesar de los informes inicialmente optimistas, a finales del
año las noticias eran sombrías. Por ejemplo, los gastos actuales en
infraestructura eléctrica podrían haber descendido hasta un 1% de la cantidad
presupuestada [9].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Incluso más sintomático aún fue el escaso éxito en la
reconstrucción de infraestructuras investigada por James Glanz, periodista de
The New York Times, en un informe sobre construcción esencial realizado por todo
el país. La mayoría de los programas que habían tenido éxito los habían iniciado
y gestionado altos cargos relacionados con los gobiernos locales y provinciales.
Descubrieron que en realidad el éxito dependía de eludir toda interrelación con
el corrupto y poco eficaz gobierno central. Salem S. al-Mesamaue, gobernador de
la provincia de Babilonia, describió la clave del éxito de su provincia: “Nos
saltamos los paso de siempre, la burocracia y dependemos de sangre nueva, de un
equipo nuevo”. Aprendieron esta lección después de utilizar dinero provincial y
a los constructores locales para levantar una escuela que tuvo que permanecer
cerrada sólo porque el gobierno nacional era incapaz de proporcionar el
mobiliario necesario.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La asombrosa incapacidad institucional del gobierno es,
de hecho, un fenómeno complejo que tiene muchas causas más allá la fuga de
capital humano. Con todo, la riada de directivos, profesionales y técnicos que
están fuera del país ha sido un obstáculo fundamental para cualquier
reconstrucción productiva. Peor aún, probablemente la partida de tantas figuras
cruciales sea en gran medida irreversible, lo que para el país supone un futuro
cercano sombrío. Después de todo, ésta ha sido una ‘fuga de cerebros’ a una
escala que apenas hemos conocido en nuestra era.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muchos exiliados todavía intentan, incluso desean, volver
cuando (o si) la situación mejore, pero el tiempo es siempre un enemigo de estas
intenciones. En cuanto un individuo llega a un nuevo país, empieza a crear lazos
sociales que se vuelven más importantes a medida que su nueva vida se va
arraigando y esto es aún más cierto para quienes partieron con sus familias,
como han hecho muchos iraquíes. A menos que el proceso de creación de esta red
se trastoque, cada mes que pasa la probabilidad de retornar se va desvaneciendo
para muchos de ellos [10].</DIV>
<DIV align=justify><BR>La única posibilidad de aquellos los que poseen
capacitación profesional, incluso en las terribles circunstancias a las que se
enfrentan la mayoría de los iraquíes, es la buscar un trabajo acorde con su
preparación. Los más preparados son los que mayores posibilidades tienen de
conseguir el éxito y así iniciar nuevamente sus carreras profesionales. A medida
que va pasando el tiempo, se pierden los mejores, los más brillantes y las
carreras más importantes del precioso capital humano.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El ‘tsunami’ del desplazamiento</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>La degradación de Iraq bajo el régimen de ocupación
estadounidense fue lo que inicialmente pusieron en marcha las fuerzas que
forzaron al exilio a la mayor parte del los recursos humanos más preciosos del
país, un capital absolutamente crucial aunque sea de un tipo que normalmente no
se suele tener en cuenta cuando se habla de invertir en la “construcción de la
nación”. Al fin y al cabo, ¿cómo se pueden reconstruir los cimientos arrasados
de una nación bombardeada sin el personal profesional, técnico y directivo
necesario? Sin ellos, Iraq tendrá que continuar su espirar descendente hacia una
nación de ciudades de infraviviendas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La orgía de fracasos y de corrupción de 2007 fue tanto un
completo desastre para la sociedad iraquí como un bochorno para la ocupación
estadounidense. Sin embargo, desde el punto de vista de los objetivos
estadounidenses en Iraq a largo plazo, este nubarrón de tormenta, como muchos
otros, tenía un resquicio de esperanza. La incapacidad del gobierno iraquí para
ejecutar alguna tarea en cualquiera de sus aspectos, se convirtió en una
justificación añadida a las primeras afirmaciones por L. Paul Bremer desde el
mismo inicio de la ocupación: que las empresas privadas se ocuparían mejor de la
reconstrucción del país. Además, la huida masiva de profesionales, gestores y
técnicos iraquíes ha significado que, simplemente, en el país no había personas
capaces de llevar a cabo la reconstrucción. A su vez, esto ha validado un
segundo grupo de afirmaciones hechas por Bremer: que sólo los constructores
extranjeros podrían gestionar la reconstrucción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A finales de 2007 esta realidad neoliberal quedó
claramente definida cuando se gastaron los últimos fondos asignados por el
Congreso estadounidense para la reconstrucción de Iraq. Desde hacía mucho tiempo
un ‘éxodo del petróleo’ (el primero en identificarlo fue The Wall Street
Journal) significaba que la mayoría de los ingenieros que se necesitaban para
mantener el decrépito negocio del petróleo eran ya extranjeros, la mayoría de
ellos “[...] importados de Texas y Oklahoma”. De hecho, la presencia extranjera
se había vuelto tan omnipresente que las oficinas centrales de mantenimiento y
explotación del campo petrolífero de Rumaila, en el sur de Iraq, (actualmente la
fuente de más de dos tercios del petróleo del país) funcionaban tanto a la hora
iraquí como a la de Houston. Las empresas estadounidenses que se ocupan del
mantenimiento y la explotación de los campos, KBR [11] y PIJV [12], han estado
utilizando gran cantidad de subcontratistas, la mayoría de ellos estadounidenses
o británicos, y muy pocos iraquíes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, estos proyectos financiados por Estados
Unidos han sido meramente provisionales. Cuando se acabe el dinero, sólo para
mantener la producción de Rumaila en su nivel actual se necesitará una enorme
cantidad de dinero.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según Luke Mitchell, director de Harper's Magazine, quien
en el verano de 2007 visitó el campo de petróleo, los ingenieros y técnicos
iraquíes son “lo suficientemente inteligentes y ambiciosos” como para mantener y
“mejorar” el sistema una vez que expiren los contratos estadounidenses, pero
[llevar a cabo] este proyecto costará más de dos décadas debido a la
comprometida situación del gobierno y a la falta de ingenieros y técnicos
locales cualificados. Por consiguiente, cuando se acabe el dinero
estadounidense, el resultado probable es o bien un esfuerzo insuficiente de modo
que el trabajo avance “a trancas y barrancas” o, lo que es más probable, nuevos
contratos en los que las compañías extranjeras seguirán con su trabajo”, pagadas
por el gobierno iraquí.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así pues, por lo que se refiere a la industria del
petróleo, lo que garantizó la crisis de los refugiados fue la dependencia —a
largo plazo— de Iraq de personas venidas de fuera. Una dependencia similar se
produjo en cada una de las otras infraestructuras clave: la electricidad, el
sistema de aguas, los medicamentos y la comida, que de hecho se integraron en el
sistema global, con lo que se permitió que en un futuro inmediato el Iraq rico
en petróleo dependiera de las inversiones y de la generosidad del exterior.
Ahora existe un plan a veinte años en el que no podrán participar cuatro
millones y medio de iraquíes, que están fuera de sus casas y, en muchos casos,
también de su país [13].</DIV>
<DIV align=justify><BR>La mayoría de las historias de horror tienen un final,
pero lo más terrible de esta historia de horror es que es interminable. Los
refugiados que abandonaron Iraq se enfrentan ahora a una vida miserable en un
limbo, ya que Siria y otros países de acogida han agotado sus exiguos recursos y
tratan de expulsar a muchos de ellos. Quienes buscan cobijo dentro de Iraq se
enfrentan al agotamiento de los ya mínimos sistemas de ayuda en las degradadas
comunidades de acogida cuyos residentes podrían ellos mismos estar amenazados
con el desplazamiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La vasta emigración hacia el exterior y las migraciones
internas de los ciudadanos desesperados producen un daño a la sociedad en su
conjunto que es casi imposible de calcular. El desplazamiento de las personas
trae consigo la destrucción del capital humano, que a su vez priva a Iraq de su
recurso más precioso con el que reparar el daño de la guerra y la ocupación, y
condena a este país a un deterioro de sus infraestructuras aún mayor. Esta
degradación de las infraestructuras es la garantía absoluta de otra oleada de
desplazamientos, de futuras avalanchas de refugiados. Mientras Estados Unidos
siga intentando pacificar Iraq creará una oleada de miseria tras
otra.<BR><BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas de
IraqSolidaridad</U></STRONG></DIV><STRONG></STRONG>
<DIV align=justify><BR>1. Véase en IraqSolidaridad el informe completo de 2007
de Global Policy: Global Policy Forum (VII): Desplazados y mortalidad: una aguda
crisis humanitaria. <BR>2. La denominada “Nueva estrategia para Iraq” del
presidente Bush determinó el incremento en 30.000 efectivos de las tropas de
EEUU en el país en los meses de enero y febrero de 2007, la mayoría de ellas con
destino a Bagdad. En la actualidad permanecen en Iraq 159.000 soldados
estadounidenses. <BR>3. En la actualidad tres cuartas partes de la capital están
bajo control de milicias paragubernamentales shiíes.<BR>4. Las cifras más
recientes –siempre aproximadas– elevan hasta casi 2,5 millones el número de
desplazados internos iraquíes y a una cifra ligeramente inferior –2,2 millones–
la de aquellas personas que han buscado refugio en el exterior de Iraq. Siendo
así y recordando que Iraq tiene una población estimada de 27,5 millones de
personas (Humanitarian Crisis in Iraq. Facts and Figures, 13 noviembre de 2007.
OCHA Iraq, sede en Amán, 13 de noviembre de 2007), ello significa que casi el 18
por 100 de sus habitantes se han convertido en refugiados dentro y fuera de su
país, un porcentaje que es ya más del doble del de Colombia. En abril de 2003,
antes de la invasión de Iraq, medio millón de iraquíes vivían fuera de su país
(AP, 4 de febrero de 2008 citando fuentes internacionales). Este éxodo estuvo
determinado por la represión política ejercida por el gobierno de Sadam Husein,
por la negativa a prestar servicio en el ejército iraquí y participar en la
guerra irano-iraquí (1980-88) y, posteriormente, por la grave crisis humana que
afectó al país como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en agosto de 1990 tras la invasión
iraquí de Kuwait, sanciones prolongadas de manera inclemente hasta la invasión
de 2003. Tras el inicio de la ocupación y hasta 2005, en torno a 300.000
expatriados iraquíes regresaron a su país, principalmente desde Irán.<BR>5.
Fiesta del sacrificio que conmemora el final del Ramadán<BR>6. Sobre el
asesinato de docentes universitarios en Iraq, véase: Lista de docentes
universitarios asesinados en Iraq durante el período de ocupación.<BR>7. En
noviembre de 2007, y asociado a estas deficiencias, la OMS informaba de la
extensión del cólera a 45 distritos de la mitad de las 18 provincias de Iraq,
incluida la capital (el número de casos registrados se ha multiplicado por más
100, hasta llegar en octubre de 2007 a la cifra de, al menos, 3.300 casos y 14
muertes).<BR>8. Tras Myanmar y Haití, Iraq es el tercer país del mundo en
corrupción.<BR>9. A comienzos de 2008, según fuentes oficiales estadounidenses
(Government Accountability Office), el gobierno de Nuri al-Maliki apenas había
gastado en agosto de 2007 el 4,4 por 100 del presupuesto oficial del año.<BR>10.
Según un informe de enero de 2008 elaborado por el Creciente Rojo Iraquí, el
número de refugiados iraquíes en Siria que retornaron a su país entre septiembre
y diciembre de 2007 fue de unos 46.000, una cifra muy inferior a la difundida
por el gobierno iraquí. Tan limitado retorno a Iraq no se debe a la supuesta
mejora de la situación de seguridad en el país –como así lo han reiterado las
fuerzas de ocupación y el gobierno al-Maliki– sino esencialmente a los graves
problemas que afrontan los refugiados en el país de acogida. Pese a las
restricciones para la concesión de visados puestas en marcha por el gobierno
sirio a partir de octubre de 2007, a finales de enero de 2008 seguían entrando
en Siria más iraquíes de los que retornaban a su país: por encima de 1.200
entradas al día frente a una cifra de salidas inferior a 700 . Un 46,1 por 100
de los iraquíes que regresaron a Iraq desde Siria lo hicieron por no poder
subsistir en este país y otro 25,6 por 100 por la expiración de sus visados de
entrada y, consecuentemente, por haber sido forzados a ello por las autoridades
sirias; sólo un 14,1 por 100 lo hizo por considerar que la seguridad en Iraq
había mejorado, si bien esta percepción no es compartida por la mayoría de los
iraquíes.<BR>11. Empresa filial de Halliburton.<BR>12. Siglas de Parsons Iraq
Joint Venture. Se trata de una unión de empresas asociadas únicamente para
llevar a cabo un determinado contrato, finalizado el cual la unión se deshace.
En el grupo están Parsons E&C, con sede en Houston (Texas) y Parsons
Corporation, con sede en Pasadena (California). Ambas llevan trabajando en
Oriente Medio en proyectos de infraestructura del petróleo desde la década de
1940.<BR>13. Véase en IraqSolidaridad: Iniciativa internacional de apoyo a los
refugiados iraquíes: Los beneficios del petróleo iraquí para los refugiados
iraquíes <BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>