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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>29 de marzo 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT
size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Paro agropecuario<BR> <BR>No al
chantaje de la Sociedad Rural<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Por una solución
en favor de los trabajadores, los chacareros y el pueblo
pobre</FONT></STRONG><BR> <BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Corriente
Praxis</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2>Buenos Aires, 28 de marzo
2008</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.corrientepraxis.org.ar/"><STRONG>http://www.corrientepraxis.org.ar/</STRONG></A><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>El paro agropecuario está entando en
su segunda semana. Se comenzó a sentir la escasez de carne y lácteos en los
supermercados y las entidades del campo han insistido en que no levantarán los
piquetes, aunque han comenzado negociaciones entre el gobierno y las entidades
del campo. La oposición de derecha ha encontrado una trinchera política. El
gobierno torpemente ha logrado un “frente unido” del pequeño productor y los
terratenientes. Se necesitan medidas de fondo para distribuir la riqueza
generada por las superganancias de la renta agraria y modificar de raíz la
estructura agroexportadora sojera que se instaló en nuestro país desde los años
90, algo que el gobierno no ha estado dispuesto a encarar.
<BR> <BR><STRONG>Un paro reaccionario</STRONG><BR> <BR>El motivo
central del conflicto es la exigencia ruralista para que el gobierno dé marcha
atrás con las retenciones móviles que comenzó a aplicar desde el 11 de marzo
pasado. Aunque en los piquetes desplegados en las rutas la gran mayoría de sus
integrantes son pequeños y medianos chacareros y aunque muchos de sus reclamos
son justos, el contenido económico y político del paro agrario es la de impedir
la redistribución de las extraordinarias rentas agrarias generadas por la
conjunción del valor de los precios agropecuarios en el marcado mundial y la
devaluación de la moneda local desde el año 2002. La combinación de ambos
fenómenos ha permitido una expansión histórica de la superficie sembrada, de las
toneladas de cosecha y exportación y del valor de las propiedades, que se
triplicaron en pocos años y hoy pueden alcanzar en la zona fértil de la pampa
húmeda a la friolera de 15 mil dólares por hectárea. </FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>El gobierno ha tenido la torpeza de no distinguir entre
los pequeños y grandes productores. Aún así, por efecto del aumento del 70% de
los precios de la soja desde el mes de octubre, incluso los pequeños
productores, con la aplicación de las polémicas retenciones móviles, ven
incrementar sus ingresos de 231,4 dólares la tonelada en octubre a 282 dólares.
Hoy el campo acumula superganancias que no se encuentran en ninguna otra rama de
la producción. Esa situación impar es la que permitió batir nuevos records año
tras año. En la cosecha 2006-2007 se superaron los 85 millones de toneladas. La
última campaña llegó a 95 millones de toneladas y para la actual se esperan 100
millones. Los ruralistas se han beneficiado también por la licuación de sus
deudas con la pesificación de las mismas en el año 2000, operación de rescate
que pagaron el resto de los argentinos. Por ese motivo la deuda incobrable se
redujo en estos años de más del 20 % al 2,2 %. En las empresas agropecuarias
trabajan más de 300 mil trabajadores asalariados rurales en blanco con un sueldo
miserable de 1200 pesos promedio y más de 700 mil trabajadores en negro que
generan una cuota de ganancia mayor a las empresas agrícolas. Esta situación se
ve favorecida por el modelo sojero que elimina puestos de trabajo y la riqueza
agrícola de las regiones del interior. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El paro agrario se ha transformado también en una
trinchera política de la oposición de derecha que pretende la liberalización de
la economía, propugna por el retiro de cualquier regulación sobre los precios y
los costos de producción y exige vía libre a los grandes grupos capitalistas del
campo. Los Macri, Carrió, López Murphy y compañía son los abogados de una
regresión política y social cuyo objetivo es el retorno al período previo al
2001. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los cacerolazos que hemos visto los últimos días en la
Capital y otros centros urbanos del país son motorizados por sectores altos de
la sociedad y por la oposición de derecha que ya se había manifestado en las
elecciones legislativas y en las presidenciales de octubre pasado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Creer que cualquier movilización contra el gobierno es
positiva y hay que apoyarla más allá del contenido político-social del que es
portador, es un grave error que vienen cometiendo algunos sectores del espacio
de la militancia de izquierda. <BR> <BR><STRONG>El carácter de las
retenciones</STRONG><BR> <BR>Las retenciones que el gobierno elevó en los
últimos días son un instrumento de política fiscal utilizada en muchísimos
países para transferir rentas de un sector a otro de la economía y para orientar
la producción estimulando determinados sectores y no otros. Son medidas
progresivas. Pero son insuficientes para modificar de raíz la estructura
primarizante y oligopólica del agronegocio. Aunque el gobierno hoy denuncia la
sojización del campo, la realidad es que la ha incentivado porque de ella extrae
parte importante del superávit fiscal y porque fiel a su filosofía de
reconciliar al capital y al trabajo nunca pretendió ni pretende tocar la
propiedad privada ni de la tierra ni de la industria ni de la banca. Tampoco
modificó el sistema de intervención estatal y regulación. Ni siquiera fomentó la
constitución de una junta nacional para el manejo de los precios de los granos y
la carne. Al revés, favoreció la concentración oligopólica del negocio de los
alimentos y de la exportación agropecuaria en pocas manos, con lo que su lucha
contra la inflación se limitó a realizar acuerdos con esos grupos capitalistas y
a manipular groseramente la metodología estadística del Indec.
<BR> <BR><STRONG>Defensa del pequeño productor</STRONG><BR> <BR>La
torpeza política del gobierno de Cristina Fernández de generalizar las medidas a
todos los sectores sin diferenciar sectorial y regionalmente los impuestos e
incentivos facilitó la unidad de todas las entidades y arrojó a la Federación
Agraria en brazos del programa económico político de la burguesía terrateniente.
Pero es una ficción creer que de la mano de la Sociedad Rural y la CRA, de los
Grobocopatel, los Fortabat, los Cargill y Bunge y Born, los pool sojeros y las
grades comercializadoras, el pequeño chacarero saldrá favorecido. El modelo de
los grandes es el de la concentración de la producción y la propiedad. El micro
y pequeño productor está condenado y lo estará más aún en el futuro a ser un
arrendatario o a vender la propiedad, emigrar o asalarizarse. La Federación
Agraria debe romper con los grandes capitalistas y terratenientes. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Para facilitar el fortalecimiento de las economías regionales
diversificadas y la pequeña propiedad, hace falta tomar medidas básicas como la
diferenciación de impuestos según región, tamaño y sector agrícola. Control
estatal de los precios y la producción de insumos básicos para impedir la suba
de precios que imponen las grandes firmas de agroquímicos y fertilizantes,
precios sostén para asegurar rentabilidad mínima al pequeño productor. Promoción
a la formación de cooperativas agrícolas para multiplicar la productividad, y
otras medidas de fomento, aseguradas con fondos provenientes de las retenciones.
Estas son medidas indispensables políticamente para ganar base social de
cualquier proyecto popular que enfrente a la burguesía
terrateniente.<BR> Combate a la inflación<BR> <BR>Un combate eficaz al
proceso de concentración, sojización y expulsión de la mano de obra en el campo
no puede implementarse por el sólo efecto de una retención diferencial a la
soja. Las retenciones han sido también un instrumento para frenar relativamente
la suba de los precios de los alimentos, que en nuestro país son al mismo tiempo
productos de exportación que en el mercado mundial han alcanzado los valores más
altos desde 1845 y la base del salario que se deprecia con cada disparada. Es
verdad que las retenciones permitieron subsidiar alimentos de la canasta básica
como la leche, el pan o la carne. Pero de ninguna manera pueden ser la única
medida pues se ha demostrado un instrumento débil para contener la inflación que
orada los ingresos de los asalariados. Para ello se requiere un control mucho
más eficaz, por ejemplo, la nacionalización del comercio exterior que permite al
estado fijar precios. También hace falta promover un sistema de
industrialización de los productos agrícolas que permitiría incluir valor
agregado y crear puestos de trabajo, algo que no hará por si mismo el “libre
mercado” que promueven los grandes capitalistas. Requiere un plan nacional para
desarrollar el ferrocarril, el petróleo y la energía barata, cuestión que exige
la nacionalización de los recursos estratégicos. El gobierno que hoy denuncia a
los grandes grupos del campo y su añoranza de los años 90 es el mismo que
entregó y sigue entregando las concesiones petroleras y mineras a los grandes
pulpos extranjeros y nativos que han saqueado los recursos naturales, que no han
realizado nuevas exploraciones y han desatado una catástrofe ecológica sin
precedentes en los pueblos mineros. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El modelo de desarrollo que se ha seguido hasta hoy lo
grafica la orientación del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria),
que se ha transformado en un apéndice asesor de las multinacionales de granos y
agroquímicos. Los puertos son privados y manejados por las
multinacionales.<BR> <BR><STRONG>Distribución de la
riqueza</STRONG><BR> <BR>Todas las medidas que graven las ganancias y la
riqueza son potencialmente favorables a un proceso distributivo que revierta la
lógica imperante en los años 90. Cristina Kirchner ha insistido en que ese es el
objetivo de las retenciones. Pero la realidad es que el gobierno no ha impulsado
una verdadera política redistributiva ni ha revertido la desastrosa situación de
la salud y la educación públicas. El manejo de la deuda externa, la licuación de
las deudas a los bancos y los grandes grupos económicos, así como la persistente
precariedad laboral y reducción de los costos salariales han demostrado que a
pesar de las tasas fenomenales de crecimiento la brecha social es
escandalosamente grande, persiste la segmentación del mercado de trabajo y se
conservan leyes laborales de los años 90 e incluso de la dictadura (justamente
la de los trabajadores rurales).<BR> <BR><STRONG>Piquetes y cacerolas que
no son las del 2001</STRONG><BR> <BR>Los medios masivos de comunicación han
jugado un papel fundamental a la hora de fogonear los piquetes en las rutas y
las caceroleadas en las ciudades. Cuando los trabajadores en lucha –ocupados o
desocupados– apelan al piquete o a la huelga, llueven las denuncias sobre el
avasallamiento del derecho constitucional a transitar, se nos alecciona sobre
que el derecho de unos termina cuando empieza el de los otros, o se enfatiza en
la falta de imaginación para formular otro tipo de protestas. Para la gran
prensa y los partidos de la derecha vernácula los piquetes rurales o los
cacerolazos de las clases medias que avanzan desde Recoleta, Belgrano y Palermo
hacia el centro poseen siempre más legitimidad que la de los piqueteros sin
trabajo, de los que se sospecha son violentos simplemente por portación de cara.
El tractorazo tiene mejor reputación que los cortes de puentes de los maestros,
en uno de los cuales fue asesinado brutalmente el maestro Fuentealba, ocasión
que los medios periodísticos como La Nación no desaprovecharon para defender a
capa y espada el desalojo de puentes y rutas. Estamos viviendo en tiempo real
una ofensiva ideológica de la derecha más recalcitrante, que esgrimiendo al
pequeño productor como excusa, ha extraído del arcón de los recuerdos las
denuncias más extravagantes sobre el comunismo gubernamental, azuzó el
revanchismo más gorila y aglutinó a toda la escoria social, desde los que
reivindican a Videla y su dictadura militar hasta los grupos neonazis, sin
olvidar que el “paro del campo” es también el trampolín para los que pretenden
que Argentina rompa sus relaciones de amistad con Venezuela, para los que se
oponen a que los milicos sean juzgados o que se dicte una ley legalizando el
consumo drogas. En fin, ha servido para catalizar toda la fauna derechista,
gorila y neoliberal que considera la más mínima medida progresiva como una
afrenta a los valores cristianos y occidentales y un pecado de leso
“autoritarismo”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos sectores de izquierda se equivocan cuando creen
ver en los actuales piquetes y cacerolazos un revival del 2001 o la apertura de
una crisis que el movimiento popular pueda capitalizar como parte de una salida
favorable a los trabajadores y los explotados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por nuestra parte tenemos muy en claro que nuestra
delimitación con la política gubernamental no puede hacerse desde el lugar
equivocado o mezclando las banderas históricas de la reforma agraria y la
expropiación de los grandes terratenientes con la propaganda pro oligárquica del
diario La Nación, la Sociedad Rural o el macrismo. <BR> <BR><STRONG>Por una
salida popular a la crisis política</STRONG><BR> <BR>La crisis política
abierta por la amenaza del paro agrario puede empujar al gobierno hacia una
negociación en la que finalmente la retórica anti-monopolio, anti-sojización y
de confrontación con la burguesía terrateniente quede en la nada. No hay que
olvidar que si no fuera por la presión inflacionaria, el gobierno no hubiera
tocado una política agraria que es continuidad con la ofrecida por los gobiernos
precedentes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cristina Fernández propuso el diálogo si las entidades
levantan el paro. Pero no queremos que detrás del diálogo se hagan concesiones a
la Sociedad Rural y a los terratenientes que mantengan las estructuras
oligopólicas del campo y no resuelvan el problema de fondo del pequeño
productor, los chacareros y los trabajadores del campo. No se necesita dialogar
con la Sociedad Rural sino con los pequeños y medianos productores y los
trabajadores del campo y la ciudad para darle soluciones de fondo y encarar una
política de distribución de la riqueza. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para el movimiento popular y las fuerzas consecuentemente
anti-imperialistas y anti-capitalistas se trata de desarrollar de manera
consecuente la lucha por la reforma agraria, la distribución de la riqueza y el
salario más allá de las disputas de coyuntura y la retórica vacía de un gobierno
que no ha tocado los grandes intereses con los que dice confrontar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta ahora la conducción de la CGT ha defendido sin
fisuras la propuesta gubernamental y ha empleado métodos patoteriles que muchas
veces utiliza contra las corrientes opositoras en los gremios y que reciben el
repudio masivo de la población. Hay que darle una orientación distinta a la
política de la central sindical e impulsar junto a la CTA, los movimientos
campesinos como el Mocase, el movimiento piquetero, las organizaciones de
izquierda y todo el movimiento popular y llamando a la Federación Agraria a
romper con la Sociedad Rural, un frente único para movilizarse en torno a un
programa mínimo en defensa de las retenciones a la gran producción agrícola,
retenciones diferenciales y fomento para la pequeña producción, constitución de
juntas de granos y carnes para regular el precio, congelamiento del precio de
los alimentos básicos, blanqueo de los trabajadores rurales en negro y aumento
de salarios y expropiación de los grandes terratenientes. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR> <BR></DIV></FONT></BODY></HTML>