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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>9 de abril
2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Debates</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Marx y la naturaleza<BR><BR>Daniel
Tanuro</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Corriente(a)lterna</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.espacioalternativo.org/"><STRONG>http://www.espacioalternativo.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Daniel Alcalde
Güelfo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los marxistas revolucionarios han sido lentos a la hora
ponerse a trabajar en la cuestión ambiental. Ésta es la razón por la que decidí,
hace unos años, leer y releer a Marx y Engels desde el punto de vista de la
ciencia ecológica. Creía que Marx y Engels no le habían dado suficiente
importancia a la relación entre la humanidad y la naturaleza, no tenían
conciencia de los límites naturales – límites en cuanto a recursos, límites al
desarrollo humano – y que como mucho, solo habían tenido ‘intuiciones
brillantes’ (parafraseando a Daniel Bensaid) acerca de las consecuencias
medioambientales del capitalismo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En ese momento, pensaba, sospecho que como muchos otros,
que este ‘hueco’ con respecto a la ecología en los trabajos de Marx y Engels era
la principal razón para la subestimación de los retos medioambientales por parte
de nuestra corriente política y por la izquierda radical en general. Pensé que
debíamos ser modestos y aceptar esta debilidad de nuestro legado teórico, para
así poder rectificar nuestro mensaje político, completar nuestro programa y
modificar nuestra actividad. <BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Una increíble debilidad</STRONG><BR><BR>A día de hoy
todavía pienso que debemos rectificar nuestro mensaje, completar nuestro
programa y modificar nuestra actividad. Siguiendo a Michael Lowy, podemos
definirnos como ‘ecosocialistas’, por ejemplo, para así poder aclarar que hemos
cambiado realmente, que hemos roto con el productivismo y con la concepción no
dialéctica del progreso. Pero he llegado a la conclusión de que mi opinión sobre
Marx y Engels en relación con el medio ambiente era errónea: lejos de ser un
obstáculo, son un recurso. No voy a pretender decir que ambos eran ‘ecologistas
prematuros’: sería ridículo, ellos no se entregaron a la conservación de la
naturaleza, si no a la emancipación social. Tampoco diría que anticiparon la
crisis ambiental global que vivimos hoy en día: no lo hicieron. Pero
precisamente eso, el que no lo hicieran, es increíble. De hecho, Marx tenía un
claro entendimiento de la contradicción básica entre el carácter potencialmente
ilimitado de la acumulación de valor, por un lado, y el carácter limitado de
algunos recursos naturales, especialmente el suelo, por el otro. Vio el
Capitalismo y la Naturaleza (incluida la naturaleza humana) como antagónicos,
pero no exploró las consecuencias de esto para la naturaleza en general (como sí
hizo para la fuerza de trabajo humana) y no se dio cuenta que su antagonismo
llevaría a la humanidad a un callejón sin salida. Esta falta de anticipación
global podría ser vista como una debilidad en su pensamiento, pero la realidad
es que el marco conceptual que había elaborado, bien podía haberle llevado a
anticipar la crisis ecológica del mismo modo en que le llevó a anticipar otras
dimensiones del desarrollo capitalista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este debate sobre la apreciación de Marx, coincido
ampliamente con John Bellamy Foster. De hecho, existe algo así como una
‘ecología de Marx’. Déjenos tomar la cuestión de los límites, que es obviamente
decisiva desde un punto de vista ecológico. Un concepto central en el
pensamiento de Marx sobre este tema es ése del ‘metabolismo social’ entre la
humanidad y la naturaleza. Marx llegó a este concepto gracias a los trabajos del
agroquímico Liebig, quién había encontrado evidencias de que la urbanización
había roto el ciclo de nutrientes: material mineral incorporado en la comida, en
la ropa, etc, era exportada a las ciudades y finalmente contaminaba los ríos y
el mar, en lugar de volver al suelo en forma de nutrientes como había ocurrido
en las sociedades precapitalistas. Marx se dio cuenta que el desarrollo de un
mercado mundial estaba dándole un gran empujón a este proceso, a través de las
exportaciones masivas de productos agrícolas desde los países dominados hacia
los países imperialistas. Incluso escribió que el uso de fertilizantes
minerales, fertilizantes químicos y la mecanización de la agricultura no
proveería una solución estructural al problema, por que el crecimiento en la
productividad social del trabajo humano solo podía compensar parcial y
temporalmente el descenso de la productividad natural del suelo, dado que la
fertilidad natural es un ‘límite, un punto de inicio y una base’. En la visión
de Marx, una solución estructural solo podía llegar de una gestión racional del
intercambio de materia entre la humanidad y la naturaleza, lo que él llama ‘la
regulación del metabolismo social’. Éste mismo concepto fue desarrollado más
tarde por el famoso ecólogo norteamericano Barry Commoner en su fascinante obra
, ‘The Closing Circle’. La conclusión programática aparece lógicamente: una
marcha atrás radical en la separación entre el ‘campo’ y la ‘ciudad’ es una idea
clave para una alternativa (eco)socialista. Esta perspectiva es para Marx tan
importante como la abolición de la división capitalista del trabajo. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>40 años después de Primavera
Silenciosa....</STRONG> <BR><BR>Me parece evidente que los escritos de Marx en
cuanto al metabolismo social son una anticipación destacable del concepto de
desarrollo sostenible, en el sentido real de esta expresión. Barry Commoner
reconoce la explicitud de este hecho y cita a Marx en éste tema. Es cierto que
algunas otras citas hacen posible desarrollar una interpretación más
productivista del Marxismo. Pero, incluso si uno considera que dos
interpretaciones son posibles, la cuestión permanece: ¿por que nosotros,
Marxistas Revolucionarios, hemos ignorado la interpretación ecologista?, ¿por
qué no hemos desarrollado el concepto de Marx de un metabolismo
hombre-naturaleza socialmente regulado?,¿por qué le ha llevado a la Cuarta
Internacional cuarenta años para adoptar una Resolución sobre ecología tras la
aparición de Primavera Silenciosa de Rachel Carson?. Está claro que tal retraso
no se puede explicar solamente por una falta de fuerzas. Debe haber profundas
raíces, políticas y metodológicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Qué son éstas raíces?. Ésa es la cuestión. Foster ve
éste retraso de los Marxistas, principalmente, como un resultado de la
polarización entre las interpretaciones mecanistas y positivistas del Marxismo,
por un lado, y el más creativo ‘Marxismo occidental’, por el otro, que como una
reacción, rompió con el interés de Marx y Engels en las ciencias naturales. Esta
falta de interés en las ciencias naturales es obviamente una parte importante de
la explicación, pero, ¿es suficiente?. No creo. En el caso de nuestra corriente,
la Cuarta Internacional, desde mi punto de vista, existe otro elemento:</DIV>
<DIV align=justify><BR>No sacamos todas las conclusiones de nuestro propio
análisis de la crisis capitalista como una crisis de civilización sistémica y
amplia. Cuando pensamos que la revolución podía triunfar en Europa, al final de
los sesenta y principio de los setenta, las exigencias medioambientales
aparecían como algo demasiado inmediato, demasiado parcial y secundaria en
comparación con las exigencias sociales (con la excepción de la lucha contra la
energía nuclear, que apoyamos desde el principio). Más tarde, cuando la relación
de fuerzas cambió radicalmente a favor de la clase dominante, lo contrario se
convirtió en cierto: la clase trabajadora llevaba a cabo luchas defensivas por
exigencias inmediatas, pero al mismo tiempo, la crisis ecológica aparecía más y
más como un gran problema global que solo podía ser resuelto (desde nuestro
punto de vista) a través de una transformación global socialista de la sociedad
a una escala mundial. En ambos casos, una concepción demasiado estrecha de la
lucha de clases y un entendimiento dialéctico unilateral inadecuado de cómo
crear conciencia de la misma, nos guiaron a una orientación política donde la
destrucción capitalista del medio ambiente era vista principalmente como un
asunto para la propaganda, no para la acción, no para una lucha de masas, no
para exigencias inmediatas y de transición.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto nos da más indicaciones sobre los cambios necesarios
en nuestro mensaje político, programa y actividad. Como escribió Martha Gimenez,
‘es importante que los Marxistas hagan algo más que dedicarse a la crítica
teórica. Deberían estar involucrados en luchas específicas, aprendiendo de sus
experiencias y compartiendo lo aprendido con aquellos cuyos puntos de vista
puedan ser diferentes pero cuyos objetivos políticos sean cercanos’.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Para merecer la etiqueta de ‘ecosocialistas’:<BR><BR>1.-
Deberíamos desterrar la aproximación puramente propagandística a las cuestiones
ecológicas, basadas en una simple denuncia del capitalismo. En lugar de eso,
deberíamos mejorar nuestro conocimiento de los problemas, no solo en su
dimensión social, si no también en la dimensión científica de los mismo (siendo
el segundo parcialmente independiente del primero).</DIV>
<DIV align=justify><BR>2.- Deberíamos ayudar a construir amplias movilizaciones
relacionadas con peticiones y exigencias ecológicas y aprender de otros. Desde
mi punto de vista, la prioridad absoluta es la creación de un movimiento de
masas mundial a favor de soluciones sociales e igualitarias para parar el cambio
climático (y adaptarnos a él, puesto que ya está aquí). No obstante, el reto del
cambio climático ilustra lo adecuado del concepto de Marx: el capitalismo
destruye el clima porque su lógica de acumulación desequilibra el intercambio de
materia a través de una masiva saturación del ciclo del carbono.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde mi punto de vista, una de nuestras contribuciones a
las movilizaciones de masas deberían ser promover los asuntos medioambientales
en los movimientos de trabajadores. Para poder llevar a cabo éste objetivo, como
Paul Burkket señala en su excelente ‘Marx y la Naturaleza’, es muy importante
que la fuerza de trabajo humana sea vista como un recurso natural explotado por
el capitalismo, como explota cualquier otro recursos. Esta idea
proporciona la base para una confluencia anticapitalista ‘roji-verde’. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Respuestas capitalista y ecosocialista al cambio
climático</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Si cambiamos en ese sentido – y lo que se ha hecho en
Gran Bretaña es un ejemplo – será muy útil, y no solo para los trabajadores y
los pobres del mundo, sino también para el medio ambiente. Aquellos que tienen
dudas deberían echarle un vistazo al Stern Reviewt on the Economics of
Climate Change [n. del t.: hm-treasury.gov.uk]. Es la primera vez que un equipo
de economistas contratados por un gobierno han proporcionado un plan global a
largo plazo basado en las pruebas científicas de las temibles amenazas del
cambio climático. Algunas organizaciones ecologistas han reaccionado con gran
entusiasmo. Pero ¿cuáles son las respuestas de Stern a lo que él mismo califica
como ‘el mayor fallo de mercado jamás visto?: Un sistema de comercio de
emisiones de carbono que sea pagada por el pueblo. Un impuesto sobre el carbono
pagado por el pueblo, mientras a los jefes se les compensa con un recorte en
‘gastos sociales’. Un sistema mundial que comercie con las emisiones de carbono
basado en el sistema Europeo de Comercio, que deja, solamente en el sector
energético Británico, un beneficio de aproximadamente 800 millones de libras en
el primer año. Ningún límite a proyectos de Mecanismos de Desarrollo Limpio
(CDM) que permiten a las multinacionales abaratar el precio de las emisiones de
carbono sin reducirlas en los países desarrollados. En particular, más
plantaciones industriales y antiecológicas de árboles en el Sur, en lugar de
reducción de emisiones en el Norte. Libre comercio para productos de bajas
emisiones. Más centrales nucleares. Una valorización de la vida humana y de los
ecosistemas basada principalmente en su ‘buena voluntad de pagar’. En resumen,
la respuesta de Stern al ‘mayor fallo de mercado jamás visto es : más mercado,
más crecimiento capitalista, más políticas neoliberales. La eficiencia ecológica
de esta estrategia es dudosa. Pero está muy claro que lo que si conseguirá es
hacer la lucha contra el cambio climático más impopular entre los trabajadores,
campesinos y pobres que, en todo el mundo, serán los que tengan que pagar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otra respuesta al cambio climático es necesaria, una
respuesta social e igualitaria, con menos mercado y más regulación, menos
competición y más colaboración. Esto conlleva iniciativas públicas para aislar
nuestras viviendas, transporte público gratuito, transporte público de
mercancías por tren en lugar de transporte privado por carretera, una gran lucha
contra la privatización del sector energético, despliegue masivo de renovables
independientemente de los costes, nacionalización de los recursos energéticos
renovables, reforma agraria y cancelación del la deuda externa de los países del
Sur, cancelación de actividades innecesarias con un alto consumo de energías
como es la producción de armas, etc. Esto conlleva una gran redistribución de la
riqueza a nivel mundial. Conlleva una perspectiva ecosocialista.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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