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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT color=#800000><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>13 de
abril 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A><BR></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Colombia</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Autoprotección indígena contra la
guerra</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Territorios indígenas: un poder
alterno</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Protección comunitaria</STRONG>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>Uribe militariza la protesta social:
delatar a los dirigentes</FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>Raúl Zibechi
*<BR>Programa de las Américas </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ircamericas.org"><STRONG>www.ircamericas.org</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>La Cordillera Central es uno de los principales
escenarios de la guerra entre el ejército colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia). La población rural, campesina e indígena, el
sector más castigado por los enfrentamientos armados, se defiende a través de la
Guardia Indígena. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Un enorme desierto verde. Saliendo del aeropuerto de
Cali, un mar de plantaciones de caña de azúcar tapiza la extensa llanura del
Cauca, una de las regiones más fértiles del país, donde hace apenas dos décadas
se extendían los cultivos cafeteros. "Es el negocio de los agrocombustibles",
brota desde el asiento trasero de la camioneta la voz de Manuel Rozental, médico
que acompaña desde hace años al movimiento indígena del Norte del Cauca. Por la
ruta panamericana se cruzan "trenes cañeros" con su desmesurada carga hacia las
refinerías que bordean la carretera, ante la mirada indiferente y casi perdida
de hileras de afros que deambulan hacia sus precarias viviendas. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Hacia la cordillera</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Saliendo de la ciudad rumbo a la cordillera, en un
santiamén desaparecen los cañaverales. Frondosas arboledas marcan el confín: los
gigantescos samanes, el árbol de la lluvia, de extensas copas redondeadas
capaces de cobijar un campo de fútbol, los floridos guayacanes, las monumentales
ceibas verde cetrino, tulipanes y gualandayes de flores violáceas, cachimbos,
cámbulos repletos de capullos rojos, higuerones y matapalos. Sobresalen las
espigadas guaduas de troncos redondos y finas hojas, los bambúes tan apreciados
por los campesinos. Sobre los arcenes, hileras de soldados observan los
vehículos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El ronquido del motor delata el desnivel. Las crestas se
recortan sobre nubes y neblinas y, allá abajo, a plomo, el río Palo recoge las
aguas de las cordilleras. Sólo se ven montañas, cimas detrás de cimas, paredes
verdes engalanadas por cascadas plateadas. En las laderas casi perpendiculares
se prenden los cultivos: los bananos protegen los cafetales del inclemente sol
ecuatorial, pero también los cultivos de pancoger, la yuca, el frijol y, más
arriba en tierras frías, la papa y el maíz. Un abigarrado vergel comparado con
la letanía monocorde del cañaveral. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Llegamos a un sitio que denominan El Tierrero, el último
poblado del resguardo indígena Huellas-Caloto. Giramos a la izquierda y dejamos
el asfalto por una trocha irregular pendiente arriba. Luego de unos cuantos
bamboleos el carro llega a El Damián, la vereda de la discordia, en el resguardo
de Tacueyó. Primera sorpresa: debajo de los bananos ya no se ven cafetales, sino
plantaciones de coca que crecen en las laderas soleadas a más de dos mil metros
de altitud. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde mediados de marzo se producen combates entre los
guerrilleros de las FARC y el ejército que se asentó, como suele hacerlo, en el
punto más alto de la montaña. En sus incursiones los militares hicieron volar
una caleta de los guerrilleros donde almacenaban explosivos y, dicen, acopios de
marihuana. La onda expansiva mató a un indígena nasa, hirió a catorce y derribó
las viviendas en un radio de más de cien metros. Desde ese momento los 800
pobladores de las dos veredas vecinas, El Damián y La María, se refugiaron en la
escuela rural elegida hace tiempo como lugar de "asamblea permanente", centro de
reunión en casos de emergencia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sobre la escuela una gigantesca bandera blanca atada
sobre una larguísima caña, pretende disuadir a los armados. Más de la mitad son
niños, el resto madres y ancianos. Los varones salen durante el día a cuidar los
cultivos y las gallinas, eludiendo los combates. El director, joven e indeciso,
agradece la visita y pide que no se encienda el grabador. Ropa tendida y
colchones sobre el suelo desplazaron bancas y pupitres. Aunque los nasa
desbordan las instalaciones desde hace una semana, salones, baños y pasillos
lucen aseados delatando una férrea organización interna. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una cartilla elaborada por la Asociación de Cabildos
Indígenas del Norte del Cauca señala que en caso de emergencias la población
acude a los sitios de asamblea permanente, espacios de "resistencia indígena
definidos en asamblea, espacios para la protección, la reflexión y el análisis
comunitario". Añade que se trata de resistir juntos "respetando la diversidad y
la diferencia para que la tierra del futuro sea un tejido de conciencias
colectivas y de autonomías en equilibrio y armonía con todos los seres de la
vida". </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2004 la guardia indígena recibió el Premio Nacional de
Paz que otorga todos los años un conjunto de instituciones: las Naciones Unidas
y la Fundación Ebert, además de los media El Tiempo, Caracol Radio y Televisión,
y la revista Semana. En efecto, se trata de una de las experiencias más
originales con que cuenta movimiento social alguno. "No somos ejércitos armados,
no somos guerrilla, simplemente somos comunidad al servicio de las comunidades",
se define a sí misma la propia guardia, empeñada en ser un instrumento de
defensa del territorio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para ello promueven la formación y la organización a
través de la autoprotección de las comunidades. Sus estrategias de resistencia
consisten en promover la soberanía alimentaria, las alertas tempranas, huertas
comunitarias y, sobre todo, procesos de formación entre los que incluyen
asambleas permanentes de reflexión y decisión y el fortalecimiento del derecho y
de las autoridades propias. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Los talleres son obligatorios y duran tres días; participan
abogados, jueces y líderes comunitarios que relatan la historia, usos y
costumbres del pueblo nasa. Luego cada coordinador replica los mismos talleres
en su vereda. Uno de los aspectos centrales es el denominado "derecho propio",
la justicia comunitaria que orienta la actividad de la guardia indígena. "No
tenemos nada que ver con una policía, somos formadores de organización, somos
protección de la comunidad y defensa de la vida sin involucrarnos en la guerra".
Sin embargo, tanto los militares como la guerrilla los considera enemigos ya que
dificultan el reclutamiento y se interponen en sus acciones militares. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Floresmiro, 33 años, es coordinador de los 300 guardias
del resguardo de Tacueyó. "La guardia ha sido una escuela. Como convivimos con
la insurgencia, a veces se te pasa por la cabeza irte con ellos para tener un
fusil. Los que se van es porque les gustan la armas o porque tienen problemas
con sus padres, pero los más porque son hijos abandonados. En la guerrilla, o en
el ejército, sienten que mandan, que tienen poder". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como la participación en la guardia es voluntaria y no
remunerada, los vecinos de la vereda y las autoridades colaboran en el
mantenimiento de la huerta familiar y en ocasiones hacen mingas para
desbrozarla, sembrar o cosechar. "Acá la formación es la clave. Trabajamos mucho
la cosmovisión nasa que rechaza la violencia, nos defendemos a través del alerta
y la organización y nos interponemos entre los armados, en grupos para que no
ataquen a la comunidad. Enseñamos a la gente lo que debe hacer en caso de
emergencia. Convocamos a los guardias por las emisoras o los celulares y
movilizamos a la población por las radios. En sólo cuatro horas juntamos a los
300 guardias de mi resguardo". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Luis Alberto propone caminar unos cientos de metros para
conocer la caleta volada por el ejército. Unos 40 guardias se ponen en marcha
por una trocha embarrada. En el camino encontramos dos "tatucos" sin estallar,
granadas caseras lanzadas a distancia por la guerrilla. Los guardias se juntan y
deciden colocarlas en algún lugar seguro para evitar que los niños las
manipulen. Al llegar al enorme hueco dejado por la explosión, a unos 100 metros
aparecen tres jóvenes guerrilleros debajo de los platanales. El jefe de la
guardia no se inmuta. "¿Dónde está el ejército?". "Allá", señala con el bastón
hacia la cresta. Unos y otros se observan, se vigilan, y cada pocos días se
disparan, con la misma calma con que la guardia indígena se pasea entre los dos
ejércitos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>"La guardia es más educativa que represiva y contribuye a
evitar que los jóvenes se integren en los grupos armados", sostiene Manuel Ul,
el joven coordinador de la guardia de Huellas. Los jóvenes se quedan hechizados
mirando el cráter provocado por la explosión que dio origen a los
enfrentamientos de marzo. Poco a poco se encaminan hacia la escuela donde nos
espera el almuerzo. El calor del mediodía trasmuta la calma en una rara
sensación de placidez. Rodeado de guardias indios, es casi imposible no sentir
una sensación de seguridad, insólita en estas tierras. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha
de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la
Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales.
Es colaborador mensual con el Programa de las Américas (<STRONG><A
href="http://www.ircamericas.org">www.ircamericas.org</A></STRONG>).</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Territorios indígenas: Un poder
alterno</FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>La constitución de 1991 legalizó cientos de resguardos, o
territorios, indígenas que ocupan hasta una cuarta parte de la superficie del
país. Según todos los indicios, los del Norte del Cauca son los mejor
organizados. Se trata de 14 resguardos que ocupan unas 191,000 hectáreas entre
1.200 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, en los que viven 110,000 personas:
85 % nasas ("gente" en lengua autóctona), 5 % indígenas guambianos y 10 % afros
y mestizos. En total son 25 ,000 familias distribuidas en 304 veredas o
comunidades rurales. Pero la tierra es insuficiente: el 50% están muy
erosionadas por las pendientes, el 20% son bosques y sólo el 30% son tierras
cultivables, de las cuales apenas 10 ,000 hectáreas son planas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En esos territorios existen 18 cabildos, autoridad
política indígena que convive con los municipios del Estado colombiano. Los
cabildos son administrados por gobernadores nombrados por grandes asambleas y
acompañados por alguaciles elegidos en cada una de las veredas. El cabildo, es
un poder territorializado que debe convivir con otros poderes que pugnan por
reducir su influencia: básicamente, militares y guerrilla. Unos y otros se han
cobrado miles de vidas nasa en las tres últimas décadas, para apropiarse de una
región rica en minerales y cultivos de coca. Dicen los expertos que el ejército
y los paramilitares son responsables del 60 % de las muertes, correspondiendo el
40 % a la guerrilla comunista, que se ha cebado especialmente en los médicos
indígenas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En los resguardos indios del Norte del Cauca se registran
otras disputas: por el predominio de la justicia comunitaria—que busca recuperar
la armonía y los equilibrios internos—frente a la justicia estatal empeñada en
separar a los que delinquen; por hacer compatibles las dos medicinas, la de
pastillas y la de yuyos o plantas medicinales; por la educación en los valores
de la cosmovisión originaria, enfrentada a la educación en la competencia y el
individualismo. Pero también la comunicación es un territorio en disputa: en
todo el Cauca hay 32 emisoras comunitarias con fuerte presencia indígena.
</DIV><STRONG>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Protección comunitaria</FONT></STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Luis Alberto Mensa, 42 años, camina tan pausado que
parece deslizarse sobre el suelo de tierra. Lleva el bastón de mando como único
signo de autoridad, como todos los guardias que lo acompañan, pero es
coordinador de todas las guardias indígenas de la región. Asegura que "la
guardia, que siempre existió entre los nasa, se vino a oficializar para hacerse
visible en el 2001 a raíz de una serie de conflictos. Aquí la gente no creía que
llegaría el conflicto armado porque esta era una zona histórica de las FARC ,
pero entraron los paramilitares y nos mataron mucha gente y las asambleas
decidieron instalar guardias permanentes". </DIV>
<DIV align=justify><BR>La estructura de la guardia es muy sencilla: cada vereda
elige en asamblea diez guardias y un coordinador; luego se elige un coordinador
por resguardo y otra para toda la región, siempre en acuerdo con los
gobernadores de los cabildos. Los guardias son elegidos por dos años pero buena
parte deciden continuar. "En toda la zona del Norte del Cauca tenemos 3,500
guardias correspondientes a los 18 cabildos. Hay jóvenes y mujeres, de 12 hasta
50 años. La formación es nuestro aspecto más importante y la hacemos a través de
talleres en los que se discute derechos humanos y la ley nuestra, la ley
originaria. Priorizamos la formación política por sobre los ejercicios físicos.
La guardia es muy importante para la seguridad de la población y se ha
convertido en un problema para los actores armados", señala Luis Alberto.
<BR>Tres oleadas de violencia : Un millón de muertos </DIV>
<DIV align=justify><BR>Informes de organismos de derechos humanos sostienen que
las diversas oleadas de violencia han profundizado la concentración de la
tierra, al punto que el 30% de las mejores tierras del país están hoy en manos
de narcotraficantes y paramilitares. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre 1947 (un año antes del asesinato de Jorge Eliécer
Gaitán) y 2007 habrían sido asesinadas un millón de personas. La primera oleada
conocida como La Violencia, se habría cobrado hasta 1955, cuando el general
Rojas Pinilla decretó una amnistía y el fin de las persecuciones entre
conservadores y liberales, unas 600,000 víctimas que otras fuentes reducen a
"sólo" 200,000. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Luego se produjo una era de relativa calma. Entre 1956 y
1988 habrían sido asesinadas 100,000 personas, aún así una cifra muy elevada.
Pero desde 1989, cuando comenzaron a firmarse los acuerdos de paz y se formó la
Unión Patriótica (brazo electoral del Partido Comunista), hasta 2007, los
muertos habrían sido otros 200,000. Sin embargo, Human Right s Watch sostiene
que entre 1998 y 2003 la violencia paramilitar habría provocado unas 200,000
muertes. <STRONG>
<HR>
</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Uribe militariza la protesta social:
Delatar a los dirigentes</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify>
<DIV align=justify><BR>El 15 de marzo el presidente Alvaro Uribe celebró el 192º
Consejo Comunitario, una instancia en la que se reúne con las "fuerzas vivas" de
cada región. Esta vez sucedió en la colonial Popayán, capital del Cauca, cuna de
la aristocracia de la tierra. Rodeado de ganaderos y agricultores, calificó de
"delincuentes" a los indígenas que recuperan tierras usurpadas desde la
Conquista o robadas por los narcos en los últimos 20 años. Peor aún, asimilando
la lucha por la tierra al terrorismo, optó por ofrecer recompensas a quienes
delaten a los dirigentes de los movimientos sociales. <BR>- ¿Hemos pagado alguna
recompensa por información sobre invasores? <BR>Sin esperar respuesta y ante el
silencio del auditorio, siguió: <BR>- Ofrezcámosla, si eso ha sido muy útil en
el país. <BR>Sabía que estaba poniendo precio a la cabeza de los indios que
vienen recuperando tierras desde 1971, fecha de la creación del Consejo Regional
Indígena del Cauca. Girando hacia los uniformados, que siempre lo acompañan,
elevó el tono: <BR>- Los delincuentes terminan traicionándose, y la recompensa
ayuda a que se traicionen. Hay que romperlos con la recompensa, Mi General.
<BR>Terminó su alegato con un giro casi marcial: <BR>- Las autoridades militares
y de Policía quedan esta noche autorizadas para ofrecer recompensas por estos
casos y facilitar la judicialización. </DIV></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>