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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>13 de abril 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Nicaragua</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Ulitma nota sobre las nuevas
izquierdas en Latoniamérica<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>7 preguntas y 7
respuestas sobre la Nicaragua de Daniel
Ortega</FONT><BR><BR></DIV></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>José
Natanson</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Página/12, Buenos Aires,
13-4-08</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>1 ¿El Daniel Ortega actual es el mismo que el que
derrotó a Somoza?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La Revolución Sandinista fue el resultado de un largo
proceso de confluencia política y lucha armada contra una de las dictaduras más
corruptas del subcontinente, y su gobierno intentó, pese a todos sus problemas,
generar un cambio radical en Nicaragua. En 1990, tras once años en el poder, el
sandinismo se animó a dar un paso crucial para un movimiento que había llegado
al gobierno por las armas: convocó a elecciones limpias y competitivas y luego
aceptó su derrota. El gesto de Ortega fue un paso crucial para la consolidación
de la democracia en Nicaragua. “La revolución había heredado lo que no se
propuso, la democracia, y no había podido heredar lo que se propuso, el
bienestar y la justicia para los más pobres, que sólo se consiguen con la
transformación económica”, explicó Sergio Ramírez, escritor y ex vicepresidente
sandinista, hoy alejado de Ortega.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero ese día todo comenzó a cambiar. En los meses que se
extendieron entre la derrota electoral y la entrega del poder, la cúpula
sandinista se lanzó desesperadamente a la “piñata”, como se conoce en Nicaragua
al desenfrenado proceso de adquisición fraudulenta de bienes por parte de los
funcionarios más importantes del régimen, muchos de los cuales operaban desde
Interbank, considerado la pantalla financiera del sandinismo, cuya quiebra en
agosto del 2000 le costó al Estado la friolera de 300 millones de dólares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante los ‘90, mientras perdía una elección
presidencial tras otra, Ortega iba concentrando la conducción del sandinismo en
su figura y debilitando el esquema de dirección colegiada que había
caracterizado a la revolución en sus inicios. En el 2000, Ortega firmó un pacto
con el presidente, Arnoldo Alemán, por el cual el sandinismo y el Partido
Liberal se repartieron los principales resortes institucionales: la Corte
Suprema, el Consejo Supremo Electoral, el Consejo Superior de la Contraloría, la
Procuraduría de Derechos Humanos y la Superintendencia de Bancos. El acuerdo
incluyó promesas cruzadas de protección personal, que Alemán utilizó para evadir
las acusaciones de corrupción y después para disfrutar de una cómoda prisión
domiciliaria, primero en la clínica privada más cara de Managua y luego en su
casa de fin de semana, hasta que, ya con Ortega en el gobierno, se le concedió
autorización para moverse libremente por el país... pese a la condena a 20 años
de cárcel por lavado de dinero dispuesta por la Justicia. Ortega, en tanto, se
amparó en la inmunidad parlamentaria, ratificada por liberales y sandinistas en
la Asamblea Nacional, para evadir las acusaciones de abuso sexual formuladas por
su hija adoptiva, Zoilamérica Narváez.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>2 ¿Por qué ganó Ortega las elecciones del 5 de
noviembre del 2006?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El acuerdo Ortega-Alemán incluyó una reforma
constitucional diseñada para garantizar una victoria sandinista en la primera
vuelta. Caso único en el mundo, el sistema electoral nicaragüense establece que,
para evitar el ballottage, es necesario obtener el 40 por ciento de los votos, o
el 35 y una diferencia de 5 con el segundo. En los comicios del 2006, por
primera vez en la historia, el liberalismo se presentó dividido entre el sector
que responde a Alemán y un frente integrado por las facciones más modernas –y
menos corruptas– del partido. Juntos, los dos candidatos liberales sumaron el 55
por ciento, por lo que presumiblemente hubieran logrado derrotar a Ortega en el
ballottage. El nuevo diseño electoral, sin embargo, permitió que el líder
sandinista se alzara con la presidencia pese a haber obtenido menos votos que en
cualquiera de sus derrotas anteriores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero no fue sólo la alquimia constitucional la que
facilitó el triunfo. En los años previos, Ortega había emprendido una
remodelación ideológica que incluyó un discurso pragmático, el apoyo legislativo
a algunas reformas neoliberales y una nueva estética electoral: el tradicional
Himno Sandinista, que incluía un verso no muy elegante pero muy claro –”luchamos
contra el yanqui, enemigo de la humanidad”– fue sustituido por la Oda a la
Alegría, mientras que el clásico rojinegro sandinista era reemplazado por un
rosa suave y como slogan de campaña se adoptaba una frase de John Lennon: “Dale
una oportunidad a la paz”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos cambios acompañaron otros más significativos.
Ortega se acercó a la Iglesia Católica (junto a Estados Unidos, uno de los
núcleos de la oposición a su gobierno), invitó a los obispos a abrir sus actos
de campaña y dio órdenes a los legisladores sandinistas para que apoyaran la ley
que prohíbe el aborto terapéutico, lo que convirtió a Nicaragua en uno de los
pocos países del mundo en penalizar la interrupción del embarazo cuando corre
riesgo la vida de la madre. Pero tal vez lo más llamativo de este cambio de
orientación haya sido la elección del candidato a vicepresidente de Ortega,
Jaime Morales Carazo, un conocido líder de la contra, amigo personal de Somoza y
ex colaborador de la CIA.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En fin, transfigurado en una alternativa desideologizada
y pragmática, pero también amparado en su pasado combativo, Ortega logró llegar
nuevamente a la presidencia, aunque a esa altura ya quedara poco del sandinismo
original, como prueba el hecho de que, de los nueves míticos comandantes, hoy
sólo dos permanecen al lado del presidente. “Fueron tantos los gestos de cambio,
tan sistemáticos, que al final se volvieron muecas”, me dijo Edelberto Torres
Rivas, decano de las ciencias sociales centroamericanas, cuando le pedí una
evaluación de la transformación sandinista.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>3 ¿Ortega ha implementado una política económica
pos-neoliberal?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La crítica a los efectos sociales del neoliberalismo fue
uno de los ejes de la campaña de electoral de Ortega, que al mismo tiempo emitió
promesas de continuidad macroeconómica y ratificó su decisión de no romper el
Cafta, el tratado comercial entre Centroamérica, República Dominicana y Estados
Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Poco después de asumir Ortega firmó un acuerdo por tres
años con el FMI, que incluyó un préstamo por 113 millones de dólares, y dispuso
una serie de medidas para garantizar la estabilidad macroeconómica: en el 2007,
el déficit fiscal se redujo al 0,9 por ciento, las reservas se incrementaron
hasta alcanzar el record histórico (casi 900 millones de dólares) y las
exportaciones se expandieron considerablemente. En este marco, Nicaragua creció
3 por ciento en el 2007 y se estima un 3,5 para este año, según datos de la
Cepal. La inflación, azuzada por el incremento del precio del petróleo, trepó al
13,8 por ciento, a lo que el gobierno reaccionó con políticas de austeridad
fiscal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque por el momento parece equilibrada, la débil
economía nicaragüense depende básicamente de tres factores: el turismo, hoy la
principal actividad de un país que ofrece playas tranquilas y la hermosa
arquitectura de ciudades como Granada y León; las remesas de los nicaragüenses
en el exterior, sobre todo en Estados Unidos y Costa Rica, que en el último mes
llegaron, según estimaciones del Banco Central, a 900 millones de dólares; y la
expansión de la maquila (el procesamiento final de exportaciones livianas,
principalmente textiles, con mano de obra barata en zonas francas) para el
mercado estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero estas tres frágiles columnas no alcanzarían a
sostener la economía sin la ayuda de las donaciones internacionales (se calculan
en 500 millones) y las iniciativas de alivio de deuda, que permitieron reducir
los compromisos externos de 4500 a 2 mil millones. Nicaragua, con el PBI más
bajo del Hemisferio Occidental después de Haití y Mauritania, vive eternamente
expuesta a los vaivenes internacionales, especialmente al precio del petróleo, y
permanece sumida en una pobreza difícil de exagerar.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>4 ¿Ortega ha seguido un camino similar al de
otros líderes de izquierda como Lula o Tabaré Vázquez?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Algún distraído podría pensar que la trayectoria de
Ortega emula la de los presidentes de Brasil o Uruguay, que fueron derrotados en
varias oportunidades y que, cuando finalmente llegaron al poder, implementaron
políticas económicas moderadas y sensatas. Algo de esto hay, por supuesto, pero
las diferencias son demasiado grandes: no sólo porque se trata de países muy
distintos –en muchos aspectos Nicaragua se asemeja más a una república del
Africa Subsahariana que a un Estado del Cono Sur–, sino porque los triunfos de
Lula y Tabaré Vázquez fueron resultado de un largo proceso de aprendizaje
político que incluyó la gestión de grandes ciudades y la paciente construcción
de un equipo de gobierno. En ambos países, la izquierda llegó al poder como
resultado de la crítica y la denuncia a los gobiernos neoliberales, no de una
negociación con ellos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>5 ¿El gobierno sandinista está implementando
medidas para mejorar la situación social?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En los años iniciales de la revolución, Ortega lanzó una
campaña de alfabetización y extendió los servicios educativos a buena parte de
la población, desarrolló importantes programas de salud pública, que permitieron
por ejemplo acabar con la poliomielitis, e inició una reforma agraria. Pero a
diferencia de la Revolución Cubana, que desde su triunfo en 1959 pudo disfrutar
de tres buenas décadas de apoyo soviético, los sandinistas entraron a Managua
recién en 1979, demoraron un par de años en consolidarse y, tanto por errores
propios como por la feroz campaña de desestabilización estadounidense, al poco
tiempo habían llevado al país a una crisis económica gravísima. Cuando cayó el
Muro de Berlín las cartas ya estaban jugadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En enero del 2007, cuando Ortega asumió nuevamente el
poder, Nicaragua tenía el segundo índice de desnutrición más alto de América
latina luego de Haití, la esperanza de vida más baja del continente, un 30 por
ciento de analfabetismo, un 65 por ciento de pobreza y un 20 por ciento de
indigencia. No es sorprendente, en este contexto, que sus primeras dos medidas
como presidente hayan sido la eliminación de los cobros en las escuelas, que en
los últimos años se habían extendido bajo el disfraz de “contribuciones
voluntarias”, y de los aranceles en el sistema de salud pública. A esto se sumó
el lanzamiento del Plan Hambre Cero, un programa de transferencia de ingresos a
los ciudadanos más pobres al estilo brasileño, que beneficiará a 75
familias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todavía es muy pronto para evaluar los resultados y no
existen estadísticas mínimamente fiables, pero nada indica que la situación haya
cambiado mucho si se considera el bajo crecimiento económico, el incremento de
la inflación y los efectos devastadores del Huracán Félix.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>6 ¿El gobierno de Ortega está subordinado a
Chávez?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante la campaña electoral, el presidente venezolano
apoyó a su amigo nicaragüense, a quien invitó en tres oportunidades a Caracas y
con quien firmó un acuerdo para donar diez millones de barriles de petróleo a
los municipios gobernados por el sandinismo. Un intervencionismo abierto y
criticable, pero no muy distinto al del embajador estadounidense, Paul Trivelli,
que hizo lo imposible por unificar a las fuerzas liberales detrás de un único
candidato.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Chávez asistió a la ceremonia de asunción de Ortega y fue
invitado a hablar en la Plaza de la Revolución, donde festejó el ingreso de
Nicaragua al ALBA y ratificó una alianza cuya base material es un acuerdo por el
cual Nicaragua recibe 10 mil barriles de combustible por día en condiciones
preferenciales (40 por ciento pagadero a 25 años de plazo y a tasa fija), además
de la instalación en Managua de una oficina del Banco de Desarrollo de
Venezuela, con créditos para proyectos agrícolas por 10 millones de dólares, y
el compromiso de construir una enorme refinería. La importancia de estas
iniciativas es indisimulable: Nicaragua debe importar toda la energía que
consume y cuenta con poquísimo dinero para ello. Venezuela, en cambio, produce
en sólo un día la totalidad del petróleo que Nicaragua necesita en un año.
Gracias a Chávez, los apagones que oscurecían a Managua prácticamente
desaparecieron.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero las cosas siempre son más complicadas. A pesar del
alineamiento con Venezuela, de la visita a Mahmud Ahmadinejad, el presidente
iraní amigo de Chávez, y de la decisión de imitar a Caracas y romper relaciones
con Colombia para retomarlas al día siguiente, Ortega se ha negado a abandonar
el Cafta, lo cual no debería llamar tanto la atención. Al fin y al cabo, el 65
por ciento de las exportaciones de Nicaragua y el 50 de las remesas se
concentran en Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>7 ¿Tiene futuro la izquierda
nicaragüense?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El triunfo de Ortega, más allá de la decadencia del
sandinismo en los últimos años, era aguardado con expectativa por muchos
sectores de la sociedad nicaragüense cansados de las políticas neoliberales de
los últimos años. Nicaragua es un país pobrísimo pero muy movilizado, en buena
medida como herencia de la etapa revolucionaria, con los índices de
participación electoral más altos de Centroamérica, una sociedad civil muy
activa y algunas instituciones modernas y democráticas: el ejército y la
policía, por ejemplo, son organismos despolitizados y respetuosos de la
legalidad, que han logrado mantenerse relativamente a salvo del festival de la
corrupción, lo cual tal vez explique el hecho de que Nicaragua, a pesar de ser
el país más pobre de Centroamérica, sea el que menos sufre el drama de la
inseguridad que azota a sus vecinos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas condiciones podrían funcionar como marco para un
dato de desarrollo, pero el futuro no es tan auspicioso. Ortega insiste en
concentrar el poder en su figura y ha hecho poco por rehabilitar los mecanismos
de equilibrio institucional. De hecho, ha insinuado la posibilidad de buscar una
reforma constitucional para habilitar su reelección. En su breve año de gestión,
se ha esforzado por mantener la macroeconomía en orden y ha intentado, dentro de
límites estrechísimos, extender algunas políticas sociales. Pero la economía
nicaragüense es tan frágil, la situación social tan delicada, que el más mínimo
nubarrón puede hacer tambalear el bote. Y aunque el principal factor
desestabilizador, el incremento de los precios del petróleo, ha logrado
morigerarse gracias a la ayuda de Chávez, la historia enseña que depender de un
capital extranjero –aunque sea Caracas y no Moscú– es siempre una apuesta a
corto plazo.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
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</DIV></FONT></BODY></HTML>