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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>26 de abril 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Haití</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Historia del terrorismo exterminador
del norte contra el sur</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><FONT size=3><STRONG>Haití, el estómago de los pobres
controlado por los plutócratas <BR><BR>Camille Loty Malebranche
*</STRONG></FONT><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Oulala.net<BR>Traducido para Rebelión por Caty
R.<BR></STRONG><A
href="http://www.rebelion.org/"><STRONG>http://www.rebelion.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Ahora que por todas partes del mundo estallan los
motines del hambre, hay que señalar un aspecto esencial que se pone claramente
de manifiesto en el caso de Haití: la voluntad del norte plutócrata de controlar
el estómago de los pobres del sur. En Haití, el dumping de los productos
estadounidenses subvencionados por el Estado para destruir la producción local,
sin subvenciones ni medios, terminó por arrasar la producción alimentaria del
país. Víctima de esa competencia desleal que aniquila a los agricultores pobres,
la República haitiana, poco a poco, se ha convertido en una especie de vertedero
de los productos agrícolas, avícolas y piscícolas de baja estofa de Estados
Unidos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En un país que se alimentaba opulentamente con sus
productos autóctonos: carne sana, frutas (plátanos, naranjas, guanábanas,
melones, papayas, piña, chirimoyas) y cereales naturales, y además los
exportaba, se han acabado imponiendo los pollos con hormonas, todo tipo de
despojos avícolas y los apestosos pescados residuales de las piscifactorías de
Miami, pescados de ínfima calidad que hasta los insanos glotones estadounidenses
rechazan de sus mesas, ya de por sí poco saludables. Hay que señalar también que
el bogavante, la langosta y los pescados haitianos son rapiñados en alta mar por
los barcos estadounidenses que dejan restos insignificantes a los haitianos,
quienes apenas disponen de técnicas de pesca, y no pueden competir con los
pesqueros de Estados Unidos que violan las aguas territoriales haitianas con
total impunidad. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Breve repaso histórico del camino al
patíbulo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1971 «Bebé Doc» -a la muerte de su padre, el «caníbal»
François Duvalier- sólo fue aceptado e investido presidente de Haití por el
Departamento de Estado de EEUU con el fin de emprender este plan de cambios
alimentarios en el país, por medio de la intervención del FMI y el Banco Mundial
en sus organismos regionales. Se puso en marcha la sustitución, por un ganado
porcino rosado procedente de Estados Unidos, del ganado porcino negro de Haití,
que fue sacrificado por cierto organismo especializado en la erradicación de la
peste porcina africana cuya aparición en Haití anunciaron como inminente. Dicho
organismo exterminador de los cerdos haitianos, denominado «Peppadep», actuaba
promovido por EEUU a través del Banco Interamericano de Desarrollo y con la
complicidad de otros países del continente como Canadá, el buen lacayo de los
estadounidenses para ejecutar sus fechorías, que presionó al gobierno haitiano
con el pretexto falaz de la prevención de la peste porcina la cual, por otra
parte, nunca se demostró que existiera en el país, según los agricultores y
ganaderos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay que creer que David Cooper tenía razón al calificar
como «cerdohumano» al burgués; ¡El burgués del norte que, especialmente en esta
ocasión, eliminó totalmente a la raza porcina auténtica, su rival! También se
eliminaron las aves haitianas por medio de un ejército de mangostas desplegado
en Haití, una vez más por EEUU, para combatir una presunta peligrosa infección
de serpientes en el país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay que señalar que Haití es un país mayoritariamente
campesino y de tradición vudú donde el apego familiar a la tierra va más allá de
lo profano y se afianza en una mística que los campesinos designan con el nombre
criollo de «bitasyon», es decir, «habitación», una especie de minifundios que
contienen las plantaciones y a los cultivadores, que los consideran el ámbito en
el que perviven los espíritus y los antepasados campesinos que sobrevivían
trabajosamente fuera del marco del Estado moloch haitiano alimentando entonces
al país, proporcionando productos para la exportación y manteniendo, al mismo
tiempo, un pedazo de policultivo de subsistencia. <BR>La política de Wilson de
transformar las tierras haitianas en latifundios de propiedad estadounidense
dedicados exclusivamente a cultivar caña de azúcar y otros productos para la
exportación, a través de Banana Fruit, fracasó totalmente en la primera
ocupación estadounidense del país, entre 1915 y 1934. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La resistencia campesina frente a las ametralladoras y
las masacres impidió la aplicación de la política económica de la potencia
continental que ya había conseguido imponer en otros países del continente.
Entonces, como una venganza, tras la muerte de «Papá Doc» (François Duvalier),
el inmundo y retrógrado criminal contra la humanidad, a pesar de todo
nacionalista en algunos aspectos, especialmente con respecto a la soberanía
alimentaria del país, los estadounidenses aprovecharon la ocasión aceptando e
instalando a la cabeza de Haití a Jean-Claude Duvalier –un niñato ignorante de
19 años, hijo y delfín de François- a quien sólo le interesaban la caza, los
coches y el sexo. De esta forma, el Departamento de Estado estadounidense puso
al frente del Estado haitiano a su herramienta de destrucción de la soberanía
alimentaria del país. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así se pudo realizar, por fin, el sueño estadounidense de
destruir, con un crimen económico sin precedentes, la soberanía alimentaria
haitiana devastando triunfalmente cualquier pretensión de autonomía y la
rebeldía resistente de un pequeño país de tradición revolucionaria que hizo
fracasar a Napoleón con su expedición de más de 40.000 soldados en 1803 y, en el
caso de la pretendida reforma agraria de Wilson, devolvió a sus casas, con las
manos vacías, a decenas de miles de ladrones estadounidenses que, como en una
película de vaqueros, saquearon el Banco Nacional de Haití antes de la salida
del ejército yanqui, en 1934. <BR>Por otra parte sabemos que los presidentes
estadounidenses Jefferson en el siglo XIX y F.D. Rooselvet en el XX, no
ocultaban su odio por «esa peste de negros independentistas y abolicionistas que
consiguieron su independencia por las armas» (1). El orgullo de las masas
haitianas de decir siempre «no» a los depredadores colonialistas, racistas,
negrófobos y sembradores del hambre en el planeta, por fin había sido borrado
del paisaje y se había hundido hasta el fondo por los asaltos de un comercio
desajustado por Estados Unidos que infligía un suplicio orquestado sin compasión
contra Haití. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Fin de la historia y victoria criminal y
destructora del dumping</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>La diabólica imposición criminal del dumping prosiguió
alegremente después de la caída de Jean-Claude, derrocado tras los
levantamientos populares de febrero de 1986. El CNG (Consejo Nacional de
Gobierno) que sustituyó a Jean-Claude, abrió el país a los productos baratos
–porque estaban subvencionados en USA- de Estados Unidos, que ya habían ganado
su batalla de destrucción de la producción agrícola haitiana. Así Estados Unidos
pudo proseguir su atrocidad racista y antihaitiana con la bendición de la
política-coartada del CNG, que pretendía combatir sin vacilación y de forma
expeditiva la carestía de la vida. Así el arroz, los guisantes, la harina, la
leche en conserva y muchos otros productos como patas de pollo «made in USA»
bombardearon los mercados públicos haitianos a precios providenciales para los
compradores con ingresos limitados, pero acarreaban el desastre actual sin que
los dirigentes haitianos, secuaces de los estadounidenses, pusieran freno o
tomasen cualquier tipo de medida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al final de los años 90 el neoliberalismo y su morralla
de autodenominados «economistas», a los que no citaré para no hacerles
publicidad, pregonaron por las ondas de algunas emisoras haitianas, como si
fuera el evangelio, la salvación económica a través de la liberalización del
mercado, para librar al pueblo haitiano de la miseria. Estos lamentables émulos
tropicales del odioso Alain Mink convencieron a las clases medias y a los
pequeño-burgueses de que Estados Unidos quería lo mejor para el país y de que
era necesario presionar a los dirigentes para que Haití se abriera, todavía más,
a un dumping que ya se preparaba para convertir los precios en exorbitantes una
vez que la muerte de la agricultura y la ganadería haitianas fuese total y
definitiva… </DIV>
<DIV align=justify><BR>USAIS, USIS, IRI, Food & Care… todos los organismos
estadounidenses en Haití alimentaron y alimentan a esa especie de economistas
catetos para despistar intelectualmente a los imbéciles de las clases medias
escolarizadas y a ciertos sectores desinformados de las masas y para mitificar
lo que realmente no es más que un sencillo mecanismo de destrucción de un país
por medio del fraude de la competencia desleal del país más rico del mundo.
Gracias a su siniestro éxito contra Haití, los estadounidenses no sólo se
deshacen de su basura de productos sin valor y venden sus porquerías
impresentables a precios prohibitivos para los haitianos, sino que además –y
esto es terrorismo exterminador- actualmente tienen la llave del estómago de los
haitianos, el terrorífico poder de crear hambrunas artificiales para destruir a
cualquier gobierno o movimiento patriótico que pretenda cambiar la política para
transformar la cara patibularia de este país enfermo y torturado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por lo tanto el nuevo terror del mundo es el hambre como
arma de destrucción masiva de los pueblos, en las manos de algunas
multinacionales y de los Estados del norte, que les garantiza su reinado en la
selva donde la vida de los pueblos del sur y los pequeños estados de la
periferia no es nada más que un desfile mortal hacia el sacrificio planificado.
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Camille Loty Malebranche nació en Haití. Ha sido profesor
de Filosofía en varios centros educativos, entre ellos el Collège Gérard
Gourgue. Ha publicado más de cincuenta artículos en los periódicos haitianos Le
Nouvelliste, Le Matin y el semanal Haiti en Marche. Es autor del libro
L'exécution de Prométhée (1999). Original en francés: <A
href="http://www.oulala.net/Portail/article.php3?id_article=3426">http://www.oulala.net/Portail/article.php3?id_article=3426</A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Nota</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) Observaciones de Jefferson repetidas, con otras palabras,
por Roosevelt sobre la independencia haitiana. <BR>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>