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<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=4><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>15 de mayo
2008</U><BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Libano</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Intifada en Beirut: ¿Logrará Estados
Unidos empujar al Hezbollah a un error? </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los
enfrentamientos de Beirut no son lo que parece. Estados Unidos facilitó que
tuvieran lugar con la esperanza de inducir al Hezbollah a matar a los
principales líderes del gobierno</FONT></STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Thierry Meyssan</FONT>
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Red
Voltaire</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.voltairenet.org/"><STRONG>http://www.voltairenet.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>La
Haine</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.lahaine.org/"><STRONG>http://www.lahaine.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya que sólo una matanza pudiera justificar una
intervención de la OTAN. Sin embargo, la Alianza Nacional demostró la mayor
moderación y se abstuvo de atacar el palacio de gobierno. Buscando cómo
reactivar los enfrentamientos, el primer ministro de facto denunció a las dos
únicas personalidades que, según el consenso general, pudieran emprender una
negociación y llamó a una contrahuelga general que puede dar lugar a nuevos
excesos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En sólo tres días (7, 8 y 9 de mayo de 2008), se produjo
una redistribución total de las cartas en el Líbano. Según la propaganda de la
OTAN que tanto nos remachan las agencias de prensa occidentales, el Hezbollah
organizó un golpe de Estado y tomó el control de Beirut Oeste. El problema es
que dicha versión se desmorona en un segundo si se analizan con cuidado las
informaciones que transmiten esas mismas agencias de prensa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar, el Hezbollah libró breves combates
contra algunos intereses de la familia Hariri en Beirut Oeste pero se retiró
inmediatamente, dejándole el control de la zona al ejército libanés. Por
consiguiente, el Hezbollah no tomó el control de la ciudad. En segundo lugar, un
«golpe de Estado» es una toma sorpresiva del poder y el Hezbollah no trató de
apoderarse del palacio de gobierno ni de liquidar al equipo gubernamental. Por
el contrario, el Hezbollah, al igual que todas las demás fuerzas de la Alianza
Nacional, sigue ignorando al gobierno de facto, al que no considera legítimo por
no tener base constitucional. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>4 años de crisis, con 18 meses de
estancamiento</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los hechos de estos tres últimos días son un episodio más
del culebrón que comenzó desde que el Congreso de Estados Unidos votó la Syria
Accountability and Lebanese Sovereignty Restauration Act, el 15 de octubre de
2003. Dicha ley, que se adoptó aprovechando la coyuntura que favoreció la
invasión contra Irak, otorgaba carta blanca al presidente Bush para desencadenar
una nueva guerra contra el Líbano y Siria cuando le pareciera conveniente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En mi libro L’Effroyable imposture 2 y en el sitio
Voltairenet.org, describí en su momento los sucesivos planes que elaboró
Washington para lograr sus fines y los numerosos episodios políticos y militares
de dicho proyecto: el asesinato del ex premier ministro Rafik Hariri en momentos
en que se estaba aproximando al Hezbollah, la campaña mediática de mentiras
tendiente a responsabilizar a Siria con dicho crimen, las elecciones
legislativas fraudulentas, la retirada del ejército sirio del Líbano, la
decisión del Pentágono de utilizar al ejército israelí como subcontratista
encargado de la guerra, el ataque israelí y la destrucción del sur del Líbano,
la victoria militar del Hezbollah, y finalmente el ilegal mantenimiento del
gobierno de Siniora en el poder y el estancamiento de la elección del presidente
de la República.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Recapitulemos por un momento los episodios anteriores. El
11 de noviembre de 2006, la renuncia de cinco ministros provoca la caída del
gobierno en virtud del artículo 95A de la Constitución libanesa. Pero el primer
ministro Fouad Siniora decide mantenerse en el poder. La «comunidad
internacional» otorga su aval a este putsch viendo en él la única manera de
cerrarle el paso a la coalición enbabezada el Hezbollah. Se trata,
efectivamente, de una cuestión vital para el imperio anglosajón: un gobierno
dirigido por el Hezbollah daría la señal para el comienzo de una serie de
revoluciones en el mundo árabe y significaría inevitablemente el fin, no del
Estado de Israel sino del régimen sionista que ejerce el poder en Tel
Aviv.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque es la única formación que pudiera ejercer el poder
de forma legítima dada su victoriosa resistencia ante la invasión israelí y el
masivo apoyo popular con el que cuenta, la Alianza Nacional –encabezada por el
Hezbollah y la Corriente Patriótica Libre– se abstiene de marchar sobre el
palacio de gobierno. En vez de ello, Hassan Nasrallah y Michel Aoun se esmeran
en demostrar que pondrán la unidad del Líbano por delante de los intereses
partidistas, aunque son mayoría. Esta moderación extrema se explica por el temor
a una nueva intervención militar directa o indirecta de Estados Unidos, que no
dejaría de utilizar para ello a ciertos partidos políticos minoritarios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La situación política se ha reflejado en la geografía de
Beirut. La familia Hariri instaló dos grandes carpas en la Plaza de los Mártires
en el momento de la «revolución del cedro» (efímera versión local de las
«revoluciones naranjas» orquestadas por la CIA). La Alianza Nacional estableció
por su parte todo un gran campamento que cubre todo el centro de la ciudad y que
ofrece una demostración visual de la correlación de fuerzas. El resultado fue
que los golpistas [del gobierno de Siniora] se refugiaron en el palacio de
gobierno, convertido en una fortaleza rodeada de obstáculos de concreto, de
alambradas y blindados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta situación se ha prolongado durante 18 meses, en los
que ninguno de los bandos ha perdido el tiempo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno de facto, que –contrariamente a lo que afirma
la prensa anglosajona– no cuenta con el apoyo de Occidente sino con el de
Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, se dotó de un aparato de seguridad.
Conformó una policía especial pagándole salarios a los milicianos de las Fuerzas
Libanesas (partido de extrema derecha del criminal de guerra Samir Geagea) y los
manda a entrenarse en Jordania con instructores estadounidenses. Además, la
familia Hariri creó varias empresas de seguridad, que en realidad son milicias
privadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Alianza Nacional reaprovisionó el arsenal de la
resistencia con la ayuda oficial de Irán y la no oficial de Siria, como señala
la prensa europea, así como con el discreto y continuo apoyo de dos miembros del
Consejo de Seguridad: Rusia y China. El Hezbollah envió jóvenes voluntarios a
entrenarse en Irán, con los Guardianes de la Revolución, y construyó una vasta
red de líneas de defensa en el sur del Líbano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Simultáneamente, el Hezbollah ayudó a los demás miembros
de la Alianza Nacional a militarizarse y a establecer la coordinación necesaria
para garantizar en común la resistencia ante la agresión extranjera. El grupo
que dispone de los combatientes más aguerridos, después del Hezbollah, es
actualmente el Partido Social Nacionalista Pansirio (PSNS) de Ali Qanso. La
prensa occidental finge ignorar la existencia de ese partido que, al definirse
como laico, no encaja en el análisis confesional que tanto agrada al pensamiento
colonial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El mandato del presidente de la República, Emile Lahoud
(cercano a la Alianza Nacional), llegó a su fin el 23 de noviembre de 2007.
Negándose a adoptar la misma actitud de aferrarse al poder que observa el primer
ministro Fouad Siniora, Emile Lahoud dejó sus funciones en el momento previsto y
respetó el procedimiento democrático.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La elección de su sucesor por parte del Parlamento debe
hacerse por mayoría calificada, y por tanto, un acuerdo entre los dos bandos. En
realidad, al gobierno de facto no le interesa eso porque la función del
presidente es esencialmente honorífica. La única preocupación del gobierno es
mantenerse indefinidamente en el poder. La Alianza Nacional, por su parte,
enfoca esa elección en el marco de un equilibrio global que comprende un acuerdo
sobre la representatividad del próximo gobierno y la delimitación de las
circunscripciones legislativas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Washington piensan que, debido al poco apoyo popular
del gobierno de facto, toda evolución política irá en detrimento de este. Así
que Estados Unidos ha incitado a sus repetidores locales a congelar la
situación. El estancamiento se ha extendido a todos los órganos
constitucionales. En este momento el país se encuentra sin gobierno legítimo,
sin tribunal constitucional, sin presidente y sin asamblea legislativa (ya que
el único mandato que actualmente tiene el parlamento es para proceder a la
elección del presidente). Las instituciones administrativas ya no pueden
funcionar. La crisis política dio lugar a una crisis económica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La miseria va en aumento. La gente sólo logra sobrevivir
gracias a la ayuda de los familiares expatriados o con los subsidios de los
partidos políticos. En ese contexto, las obras sociales del Hezbollah han venido
a llenar el espacio que el debilitamiento del Estado ha ido dejando vacío.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Tres días de combates esporádicos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Esa situación hubiera podido mantenerse durante mucho
tiempo más, a pesar de los sufrimientos que implica para la población. Pero la
victoria del Hezbollah sobre Israel sigue teniendo efectos en el mundo árabe.
Una nueva generación de miembros palestinos de la resistencia, como el Ejército
iraquí del Mahdi, se inspiran en su ejemplo. Así que Washington ha planificado
algo para ponerle fin.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como dije en Al-Manar el pasado 18 de abril, el objetivo
principal no es aplastar al Hezbollah (lo cual exigiría una guerra de mayor
envergadura que la de 2006), sino desacreditar a ese movimiento llevándolo a
volver sus armas contra otros árabes. Para ello, Washington ha previsto
cínicamente sacrificar a sus principales aliados políticos en el Líbano. Para
garantizar que esa operación no degenere en una guerra regional, la CIA eliminó
previamente a los dos jefes militares de la Corriente Patriótica Libre y del
Hezbollah: Francois el-Hajj (asesinado en Beirut el 12 de diciembre de 2007) e
Imad Mugniyeh (asesinado en Damasco el 12 de febrero de 2008).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Veamos los detalles de la operación: en la noche del 25
al 26 de abril de 2008, comandos estadounidenses llegarían al aeropuerto de
Beirut y tratarían de eliminar a Hassan Nasrallah. Lo lograran o no, lo
importante era que su breve acción sumiera la capital en el caos y llevara a los
militantes del Hezbollah a atacar al gobierno de facto y a la familia Hariri.
Mientras más sangre corriera más se justificaría una intervención de la
OTAN.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El almirante Ruggiero di Biase, comandante de la FINUL
marítima (la fuerza de las Naciones Unidas), cambiaría de pronto las banderas de
los navíos italianos, franceses y españoles de la Euromarfor y sus hombres
desembarcarían en el puerto de Beirut por orden de la alianza atlántica,
supuestamente para socorrer a los sobrevivientes del equipo gubernamental. Todo
ello iría acompañado de una intensa propaganda sobre la violencia de los chiítas
contra los sunnitas y haría perder al Hezbollah el prestigio que mantiene entre
las mases árabes. George W. Bush llegaría entonces a Tel Aviv para festejar los
60 años de Israel e invitar a los «Estados árabe moderados» sunnitas a unirse al
Estado judío ante el peligro chiíta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Washington tenía previsto dejar que sus aliados políticos
en el Líbano fuesen masacrados y conservar únicamente a sus agentes operativos.
Eso significa, sacrificar al primer ministro de facto (Fouad Siniora) y al jefe
de la familia Hariri (Saad), conservando nada más que a los hombres-orquesta de
la CIA: el líder druso Walid Jumblatt (vicepresidente de la Internacional
Socialista) y su brazo derecho, el extremadamente voluble Marwan Hamade
(ministro de Telecomunicaciones en el gobierno de facto).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es en ese contexto que el Hezbollah arrestó, el 26 de
abril, al representante del Partido Socialista francés ante la Internacional
Socialista en el barrio sur de Beirut. El franco-afgano Karim Paksad estaba
tomando fotos justo al lado del lugar donde se encuentra el bunker de Hassan
Nasrallah. Según el Hezbollah, que sospechaba que Paksad era un espía implicado
en el apoyo logístico a la operación estadounidense tendiente a asesinar a
Nasrallah, el hombre era portador de un equipo que permite interceptar
comunicaciones telefónicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como la operación comando fue anulada al descubrirse que
el Hezbollah había instalado cámaras de vigilancia en el aeropuerto, Walid
Joumblatt invirtió la situación acusando a Hassan Nasrallah de haber preparado
una operación militar para destruir un avión en la pista 17 del aeropuerto (la
que actualmente utilizan las personalidades gubernamentales). Esto no era
totalmente falso, pero el objetivo eran los comandos estadounidenses, no los
miembros del gobierno de facto. Creyéndose blanco de la acción, el primer
ministro de facto destituyó al comandante de la seguridad del aeropuerto y
anunció que iba a desmantelar la red de comunicaciones del Hezbollah,
herramienta indispensable para la resistencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Simultáneamente, los sindicatos llamaron a una huelga
general, el miércoles 7 de mayo. en demanda de un aumento del sueldo mínimo. A
ellos se unieron los partidos de la Alianza Nacional, que confirieron un
carácter político a la huelga al reclamar la partida de los golpistas. No se
sabe cómo fue que se produjeron enfrentamientos armados entre miembros de Amal
(el partido del presidente chiíta de la Asamblea Nacional) y de la Corriente del
Futuro (el partido de la familia sunnita de Hariri).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los incidentes se extendieron por la capital, durante los
días 8 y 9 de mayo, después de la conferencia de prensa de Hassan Nasrallah. El
ejército se retiró de los barrios del oeste de Beirut, que fueron tomados por
militantes de la Alianza Nacional. Estos destruyeron las oficinas de los medios
de prensa pertenecientes a la familia Hariri, sin que sus empresas de seguridad
trataran de defenderlas, y llamaron después al ejército para que retomara el
control de la seguridad pública. Útil precaución ya que, en virtud de la
resolución 1701, la FINUL solamente puede intervenir a pedido del ejército
libanés (o sea únicamente si el ejército se encuentra en dificultades).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los enfrentamientos dejaron 18 muertos y numerosos
heridos. No se trataba de un combate propiamente dicho, sino más bien de una
especia de Intifada popular controlada por el Hezbollah. Durante esa acción, los
sindicatos cerraron el aeropuerto y el puerto para impedir un posible desembarco
de fuerzas de la OTAN. El balance de esos tres días no es ni enteramente
favorable ni enteramente negativo para ninguna de las partes. Por un lado, el
Hezbollah no cayó en la trampa que le habían tendido, pero metió el dedo en la
maquinaria. Del otro lado, la Corriente del Futuro (familia de Hariri) se vio
como lo que realmente es: un cascarón vacío.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El sábado 10 de mayo, el primer ministro de facto, Fouad
Siniora, se dirigió a la nación. Conforme a lo previsto, afirmó con el mayor
aplomo que siempre había apoyado la acción del Hezbollah contra el enemigo
israelí (cosa que nadie recuerda), pero que no podía aceptar que ese movimiento
utilice las armas de la resistencia en contra de otros libaneses. Declaró que ya
no reconoce en Nabih Berri, el presidente chiíta de la Asamblea Nacional, la
neutralidad necesaria para poder hacer de mediador. Y al ejército le reprochó lo
contrario, criticándolo por no haber intervenido, lo cual pone fin al carácter
consensual de la candidatura del jefe del Estado Mayor, Michel Sleimane. Para
terminar, después de cerrar así todas las puertas, llamó a sus conciudadanos a
manifestar en silencio su rechazo a la violencia el domingo a las 10 de la
mañana, en todas las calles del país. Se trata, evidentemente, de una especie de
contrahuelga general tendiente a crear las condiciones para reactivar los
enfrentamientos y justificar la internacionalización de la crisis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Inesperadamente, el ejército respondió inmediatamente al
primer ministro de facto con una negativa a destituir al comandante de la
seguridad del aeropuerto y expresando su oposición al desmantelamiento de la red
de comunicaciones del Hezbollah, considerada como un arma indispensable para la
defensa nacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Próximamente, Washington tratará de presionar al ejército
para salga de su neutralidad y pida ayuda a la FINUL contra el Hezbollah. Para
lograrlo se necesitará probablemente la eliminación física de ciertos oficiales
recalcitrantes. Por su parte, la Alianza Nacional tratará de ahondar su ventaja
sin dejarse absorber por la maquinaria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para ello debería hacer una pausa que le permita
remodelar un escenario político en el que la familia Hariri será la gran
perdedora. Michel Aoun tendría que esforzarse para realzar la actuación del
componente cristiano para invalidar la retórica del enfrentamiento entre chiítas
y sunnitas, desarmando así la trampa estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 19 de mayo se desarrollará la 19ª sesión del
parlamento con vista a la elección del presidente de la República. Más que
nunca, resultará imposible la obtención de una mayoría calificada.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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