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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>25 de mayo 2008<BR></U>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La vida después de
Fidel<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Samuel Farber
*</FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Foreign Policy In Focus,
7-5-08<BR>Kaos–en–la–red, 21-5-08<BR>Traducción para Sinpermiso de Ángel
Ferrero</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Reproducido por Socialismo o
Barbarie</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.socialismo-o-barbarie.org/"><STRONG>http://www.socialismo-o-barbarie.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>La renuncia oficial de Fidel Castro al puesto de jefe del
estado cubano, aunque esperada, ha sido un momento crucial que ha planteado
grandes interrogantes sobre el futuro de Cuba. Su hermano menor Raúl, que
oficialmente ya ha asumido el mayor puesto oficial del país, había antes
sustituido "temporalmente" al comandante en jefe el 31 de julio de 2006, después
de que Fidel Castro se retirara debido a una grave enfermedad, cuya naturaleza
ha sido declarada secreto de estado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La decisión de los dirigentes cubanos de escoger a José
Ramón Machado Ventura, de 77 años, como sucesor de Raúl Castro, ha sido
sorprendente pero reveladora. La mayoría de los observadores, incluido quien
esto escribe, esperaban el nombramiento de Carlos Lage, un médico aún en la
cincuentena, con reputación de moderado, y que desde hace años ha jugado un
papel relevante en la dirección de la economía cubana. Los dirigentes cubanos
han designado en cambio a un partidario de la línea dura que se ha dedicado a
preservar la pureza ideológica del sistema. Machado Ventura también ha ayudado a
consolidar la influencia del ejército en las más altas esferas de poder del
gobierno, permitiendo con ello una sucesión del status–quo que aseguraría la
continuidad del actual sistema. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Existen diferencias políticas tanto en la jefatura como
en la intelligentzia del país sobre la cuestión del cambio político y económico,
dudas acerca de sus futuras relaciones con los círculos militares dominantes. Al
mismo tiempo, hemos podido ver signos de nuevas protestas desde abajo que
podrían frustrar los planes de la elite. Y existe además una presión exterior,
particularmente desde los Estados Unidos, que indudablemente tiene un importante
impacto en cualquier tipo de transición política que tenga lugar en la isla.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Desintegración social</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Las discusiones políticas sobre el futuro de Cuba están
teniendo lugar con una considerable desintegración social como telón de fondo.
En un importante discurso realizado en la Universidad de La Habana en noviembre
de 2005, Fidel Castro ya señaló que la corrupción se había extendido tanto, que
temía que pudiera destruir la revolución desde dentro. Buena parte de esta
corrupción es el resultado de graves penurias económicas. A pesar de que ha
habido mejoras materiales significativas, especialmente en la distribución de
electricidad –los apagones casi han desaparecido— y en el transporte público de
La Habana, el país no se ha recuperado completamente de la tremenda crisis que
trajo consigo la desaparición del bloque soviético. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sanidad y educación, las áreas que fueron testimonio de
un mayor progreso desde los primeros días de la revolución, fueron gravemente
perjudicadas por la crisis. Ha habido una preocupante escasez de profesores,
debida sobre todo a los bajos salarios que prevalecen en el sector. Entre los
efectos de esta crisis del sistema educativo cubano destacan la sustitución de
profesores por clases televisadas y la cada vez mayor importancia de las clases
particulares remuneradas, una tendencia que fue observada con preocupación por
el periódico Juventud Rebelde el 30 de mayo. Hay una importante escasez de
medicinas y provisiones médicas en las clínicas y hospitales que atienden a la
población general (que contrasta con las instalaciones sanitarias disponibles
para la elite política y los "turistas sanitarios"). La crisis sanitaria se ha
agravado a causa del intercambio de médicos por petróleo con Venezuela, que ha
provocado una falta de médicos de cabecera en el otrora muy apreciado programa
de médicos de familia, así como entre los especialistas a los cuales estos
pacientes eran remitidos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, la cartilla de racionamiento oficial cubre
solamente la mitad de las necesidades alimenticias de la población. El resto
debe obtenerse en el mercado libre a precio de peso convertible (que es aún más
caro que el dólar). La Comisión Económica de las Naciones Unidas para
Latinoamérica (ECLA, por sus siglas en inglés) estima que el 62% de los cubanos
tiene acceso a esta moneda fuerte (en cantidades muy variadas), mientras que el
20% de la población urbana de la isla se encuentra en riesgo de no ser capaz de
cubrir sus necesidades mínimas básicas (Cuba es actualmente urbana en un 75%).
No es ninguna sorpresa que el robo, sobre todo de la propiedad estatal
(incluyendo incluso partes del tendido eléctrico), y todo tipo de chanchullos se
hayan convertido en el pan de cada día para un buen número de cubanos.
Últimamente, la prensa cubana ha informado de un creciente número de incidentes
que sugieren una crisis social generalizada más allá de la corrupción y del
quebrantamiento de la ley con fines utilitarios. Estos incidentes van desde el
absentismo escolar, el alcoholismo y el declive del civismo a hechos mucho más
graves, como los ataques espontáneos a autobuses que recorrían barrios pobres y
algunos casos de gamberrismo sin precedentes enacontecimientos deportivos.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Las reformas de Raúl</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Raúl Castro está tratando de incrementar a corto plazo su
apoyo popular y su legitimidad garantizando reformas económicas para eliminar
las restricciones actuales, particularmente en lo que se refiere a la vida
económica del país, mientras mantiene firmas las riendas con el objetivo de
prevenir cualquier viso de democratización de la sociedad cubana. Ésta parece
ser su respuesta, discrecional y selectiva, a las demandas populares expresadas
tras su llamada –en el discurso del 26 de julio de 2007— a la organización de un
debate franco y abierto de alcance nacional. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No es la primera vez que se hace una llamada de este tipo
en la isla. Algo parecido ocurrió en el periodo anterior al IV Congreso del
Partido Comunista en 1991. En aquella ocasión, sin embargo, la prensa oficial
publicó frecuentemente las propuestas hechas en reuniones de comunidades y
lugares de trabajo, aunque con escaso o ningún efecto práctico. Algunos cubanos
describen este tipo de apertura institucionalizada como la "cultura del
montacargas": las propuestas son enviadas hacia arriba, a las autoridades, y las
respuestas de éstos bajan sin que la gente pueda responder o actuar por otras
vías. En otras palabras, la gente tiene prohibido organizarse
independientemente, fuera de los canales oficiales, prohibición que tiene como
fin prevenir la confrontación directa con los dirigentes y cortocircuitar
cualquier petición de soluciones a sus problemas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así las cosas, Raúl Castro ya ha retirado la prohibición
de comprar teléfonos móviles, computadoras y otros electrodomésticos, así como
suministros y utensilios agrícolas. También ha retirado la prohibición a los
cubanos de hospedarse en los hoteles para turistas y de alquilar automóviles.
Estas concesiones sólo benefician, sin embargo, a los cubanos que tienen acceso
a la moneda fuerte. Raúl Castro ha retirado el tope de los salarios estatales y
está dispuesto a sentar las condiciones que permitan a más cubanos establecerse
laboralmente por su cuenta en las ciudades. Ha empezado también a distribuir a
los campesinos grandes porciones de tierra estatal sin cultivar, la mayor parte
de las cuales pasaron a estar disponibles con las pérdidas drásticas que
afectaron a la industria azucarera. Una medida como ésta, si fuera
considerablemente extendida, abriría la caja de Pandora, con consecuencias
políticas que merecen ser tenidas en cuenta. De él se espera en el futuro
próximo que relaje las duras restricciones de viajar al extranjero, y que
reduzca, o directamente elimine, las desorbitantes cantidades de dinero, hogar y
otras propiedades personales que los cubanos tienen que abandonar, si quieren
que se les permita emigrar. Por encima de todo, Raúl Castro mantendrá su propio
estilo de gobierno limitando la frecuencia de las manifestaciones políticas que
interrumpan las rutinas políticas, delegando funciones en vez de librarse a la
gestión del pequeño detalle, y reduciendo las repentinas y arbitrarias
improvisaciones en el campo de la economía. En otras palabras, Raúl intentará
formar, como base para sus reformas, una clase burocrática "normal" que le
permita poner fin, substituyéndolo, al caótico desorden dimanante de un
bonapartismo carismático. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya sobreviva Raúl a su hermano mayor, ya continúe el
ejército manteniendo su supremacía actual tras la muerte de Fidel, los
dirigentes cubanos adoptarán probablemente alguna variante del modelo vietnamita
o chino que Raúl tanto admira. Este modelo reduciría la apertura democrática a
una economía capitalista de libre mercado bajo la dirección de un estado
autocrático de partido único controlado en su mayor parte por el ejército. La
base material para un modelo como éste prácticamente ya existe, si tenemos en
cuenta el papel dominante en la economía que las Fuerzas Armadas Cubanas, a
menudo en conjunción con capital extranjero, han jugado al menos desde
principios de los noventa tras el desplome de la Unión Soviética. El ejército ha
estado coordinando sus actividades económicas a través de una corporación
llamada GAESA; uno de sus holdings, Gaviota, es probablemente la mayor empresa
turística en Cuba. Oficiales del ejército de alto rango han estado dirigiendo
otros importantes sectores de la economía, como la industria azucarera. Resulta
significativo que Raúl Castro haya promocionado recientemente a otro miembro de
la vieja guardia, el comandante general Julio Casas Regueiro, a Ministro de
Defensa. Casas perfeccionó el rendimiento empresarial y la eficacia basada en
métodos de organización capitalistas en las compañías dirigidas por el ejército
(los mismos métodos también han sido empleados en algunas empresas civiles). Las
actividades económicas del ejército han creado un importante estrato de técnicos
militares y directores ejecutivos, "hombres de negocios en uniforme" que, junto
a sus homólogos civiles en iniciativas empresariales con capital extranjero,
constituyen la base social principal para el posible surgimiento de un modelo
sino–vietnamita en Cuba. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Comunistas liberales versus
Talibanes</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde hace cierto tiempo, una tendencia comunista liberal
apoyada por la mayoría de los intelectuales, académicos y artistas de la isla,
ha venido actuando con cautela, y seguirá jugando, según parece, un papel
importante en el futuro inmediato. Recientemente, este grupo hizo notar su
presencia en el congreso de la UNEAC –Unión de Escritores y Artistas Cubanos—
que tuvo lugar a primeros de abril. Esta tendencia tiende a favorecer una
apertura de mercado, pero no según pautas neoliberales, sino más cercana a las
reformas moderadas de mercado que se intentaron llevar a cabo en Europa del Este
antes de la caída del Muro en la década de los 80, e incluso antes. Además de
estas reformas económicas, a los comunistas liberales también les gustaría ver
reformas democráticas que condujeran a una Cuba más pluralista, quizáincluyendo
incluso la presencia de diferentes fracciones políticas en el seno del Partido
Comunista Cubano. Estos puntos de vista son publicados y predominan en
publicaciones de relativamente escasa circulación, como La Gaceta de Cuba,
Temas, Revolución y Cultura. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque estas reformas democráticas no serían aceptables
para un futuro grupo dirigente "sino–soviético", los liberales de mercado y los
autócratas de mercado forjarían una alianza temporal, ya que la introducción del
mercado acarrearía una liberalización en el terreno social. Este hecho podría
llevar a reformas que están actualmente bajo consideración y pronto podrían ser
anunciadas, como una reducción de las restricciones para viajar al extranjero,
una mayor libertad para las pequeñas empresas, el derecho a alquilar, comprar y
vender la propia casa y un mayor acceso a Internet, aun dentro de las
limitaciones de la censura. Cualquier concesión material que un régimen como el
cubano sea capaz de proporcionar a los intelectuales (la base social de los
actuales comunistas liberales) prolongará la vida de semejante alianza. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que sí es seguro es que los fidelistas de línea dura
se resistirán a los cambios liberalizadores en la economía y lucharán contra
cualquier intento de democratizar la política. En Cuba se les llama "talibanes",
y en el grupo se incluye a gente como Felipe Pérez Roque, el jefe del estado
mayor de Fidel Castro y actual Ministro de Exteriores. El centro principal del
poder "talibán" se encuentra en el Grupo de Apoyo a Fidel Castro y entre algunos
sectores del aparato del Partido Comunista, sobre todo en las provincias, que
incluyen a personas que fueron personalmente formadas por el comandante en jefe.
El Grupo de Apoyo, constituido por figuras como Carlos Valenciaga, el secretario
personal de Fidel Castro, han sido marginadas por Raúl Castro. Apodados
jocosamente "los huerfanitos", han jugado un papel clave en la "Batalla de
Ideas" de Fidel Castro. Esta "batalla" implicó no sólo luchas políticas e
ideológicas acompañadas de manifestaciones masivas, sino también la realización
de proyectos económicos que a menudo se desviaban de los planes preestablecidos
y usurpaban el poder y las funciones de los departamentos y ministerios
gubernamentales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los "talibanes" no tienen ningún futuro político mientras
el ejército esté bajo el liderazgo de Raúl Castro, o quienquiera le suceda, y
permanezca unido y capaz de llevar a cabo importantes reformas económicas a
corto plazo que incrementen su legitimidad y popularidad entre la mayoría de la
población. La transición China es un buen ejemplo con el que comparar el papel
jugado por los "talibanes": sus equivalentes asiáticos fueron la "Banda de los
Cuatro" y quienes permanecieron apegados al viejo sistema estalinista. Ninguno
de ellos fue rival para Deng y lo que prometió: una mejora del nivel de vida y
un alivio de las arbitrariedades y movilizaciones sin cuento de Mao. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Tendencias políticas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Como en muchas otras transiciones post–comunistas que han
tenido lugar desde los ochenta, hay un apoyo muy poco significativo en Cuba a
una economía y a una sociedad de tipo colectivista controlada desde la base
mediante una política abierta y democrática. El panorama político parece
limitarse a tres puntos de vista: dos de éstos apoyan la existencia de un estado
de partido único aun difiriendo entre sí en lo tocante al grado en que debería
Cuba abrirse a una economía de mercado. Un tercer punto de vista, influyente
entre intelectuales y académicos, apoya la liberalización y la democratización
de la sociedad, pero dentro del contexto de un giro hacia el mercado de impronta
poco menos que neoliberal. Sin embargo, el sentir popular en Cuba es tal, que,
aun a pesar del creciente de personas tenadas a pensar que el capitalismo es el
mejor sistema para producir bienes y servicios, la mayoría defiende ferozmente
la sanidad, la educación y otros servicios sociales públicos y gratuitos que
ganaron en los primeros años de la revolución. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las abundantes historias ya conocidas de transición al
capitalismo sugieren que una transición capitalista en Cuba estaría muy lejos de
adoptar una forma relativamente benigna. Más bien seremos testigos de varias
"terapias de shock" y agudas reducciones en el gasto y las instituciones del
"estado del bienestar", reducciones impuestas por el dominio dictatorial del
ejército en colaboración con el capital extranjero y el emergente capital
nacional. También podemos esperar un papel determinante de los EEUU. en los
asuntos internos de la isla con un ajuste estructural del estilo del FMI,
privatización y políticas de austeridad que tendrían un efecto devastador,
particularmente entre los pobres y la población negra cubana. Las posibilidades
de un cuarto punto de vista, el de las políticas democráticas anticapitalistas,
hay que cifrarlas en la oposición popular a una transición como la mencionada.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Precisamente, los acontecimientos recientes en la isla
parecen sugerir la aparición de una tendencia en este tipo. El año 2007 puede
que haya sido testigo del incipiente arranque de una transición de las políticas
de queja individual –que ganaron una difusión particularmente relevante con la
crisis provocada por la caída del bloque soviético a principios de los noventa—
a políticas de resistencia colectiva. El año empezó con la protesta de los
intelectuales y artistas cubanos contra la reaparición pública de tres
individuos asociados con las viejas políticas culturales represivas, quienes
purgaron a numerosos intelectuales y artistas destacados en el periodo más
oscuro de los 70: Luis Pavón Tamayo, Armando Quesada y Jorge "Papito" Sergueras.
La protesta fue políticamente limitada, ya que nunca desafió a la censura ni
planteó preguntas acerca de quién había dado las órdenes de que volvieran estos
funcionarios de la represión cultural; pero era inédita en Cuba, pues empezó de
manera espontánea por correo electrónico y permitió a los artistas e
intelectuales poner a prueba su músculo político y su independencia frente al
control del estado de partido único. El gobierno trató de contener la protesta,
pero los manifestantes consiguieron obtener con éxito una declaración oficial de
reafirmación de las relativamente tolerantes políticas culturales actuales.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde entonces han tenido lugar varios acontecimientos
que confirman que algo se mueve en el país. En septiembre de 2007, algunos
cientos de estudiantes se manifestaron abiertamente en la Universidad de Oriente
de Santiago de Cuba en protesta por las precarias condiciones de vida y
educativas, así como por la falta de seguridad para las estudiantes. La protesta
estudiantil debe de haber sido importante, pues el gobierno consideró necesario
organizar una gran contramanifestación oficial en Santiago de Cuba a primeros de
octubre de reafirmación del apoyo al régimen. Hay noticias sin confirmar de que
muchos de los manifestantes fueron expulsados de la universidad; pero los medios
de comunicación controlados por el gobierno han mantenido un silencio absoluto
respecto de este asunto. En enero de 2008 lo que puede calificarse sin reservas
como un casi–motín interrumpió una reunión en la que funcionarios del gobierno
informaban a los trabajadores de compañías extranjeras de que, a partir de
ahora, se les cobraría un impuesto por los suplementos salariales en moneda
fuerte otorgados bajo cuerda por sus empleadores extranjeros. Los trabajadores
estaban particularmente indignados porque el gobierno cubano ya recibía en
moneda fuerte sus salarios en estas compañías para luego pagárselos en pesos.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios de febrero, en un vídeo profusamente
distribuido por Internet, estudiantes de la Universidad de Ciencias de la
Información, situada en lo que en su día fue el puesto de escucha soviético en
Lourdes, se encararon con Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional
Cubana. Protestaban por las restricciones para viajar, la prohibición de visitar
instalaciones turísticas en Cuba, los efectos injustos del sistema de doble
moneda, una falta de información sobre los candidatos a las elecciones
parlamentarias y sus respectivos programas, y contra la censura que impide
acceder a motores de búsqueda como Yahoo. Los estudiantes realizaron sus
reivindicaciones libertarias y democráticas desde un punto de vista
explícitamente revolucionario. En su hipócrita respuesta, Alarcón contestó que
la mayoría de gente en el mundo carece de los medios para viajar, y que si todo
el mundo pudiera viajar, no habría recursos bastantes para satisfacer la
demanda. Confundió deliberadamente el derecho político y legal a viajar con la
capacidad para permitírselo. También omitió el hecho de que en Cuba, por razones
exclusivamente políticas, algunas personas tienen más derecho a viajar que
otras. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El papel de los EEUU</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde hace casi 50 años, el imperialismo estadounidense
ha impuesto un bloqueo económico que ha violado el derecho de Cuba a su
autodeterminación y empeorado considerablemente la vida del pueblo cubano. El
bloqueo también ha proporcionado una base anti–imperialista al régimen que le ha
ayudado a asegurar su supervivencia. El fin de la Guerra Fría redujo
considerablemente la importancia de Cuba en la política exterior norteamericana,
como lo atestigua la ausencia de Cuba en prácticamente todos los análisis
estratégicos de amenazas y desafíos internacionales a los que se enfrenta el
gobierno estadounidense. Sin embargo, el régimen de Castro ha alimentado el
miedo a una invasión cada vez que lo ha considerado conveniente por razones de
política interior y exterior, con el fin de desviar la atención de los
escándalos nacionales, como cuando impuso fuertes condenas de prisión a 75
disidentes pacifistas en la primavera de 2003. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Han pasado varias décadas desde que los EEUU contemplaron
seriamente una invasión de la isla. No obstante, el gobierno estadounidense, y
en particular la administración Bush, han continuado con una política de
intimidación, con un creciente acoso que tiene como objetivo el empeoramiento de
las condiciones de vida en la isla, acelerando así el colapso del régimen desde
dentro sin necesidad de emprender una invasión. Al mismo tiempo, han dado
refugio a terroristas como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch –responsables de
la muerte de 73 civiles inocentes en el atentado a un avión cubano cerca de
Barbados, en 1976— e intentado comprar apoyo político dentro de la isla. La
actual estrategia del gobierno estadounidense hacia Cuba parece estar basada en
la idea de que los individuos y los grupos de la isla que apoyan las políticas e
intereses estadounidenses tomarán el poder con la ayuda del gobierno
estadounidense y sus asociados cubano–americanos del sur de Florida. Esta gente
implantaría entonces una transición capitalista "democrática" en Cuba. Aparte
del hecho de que semejante transición precisaría de una dictadura feroz, la idea
pertenece al desacreditado género de la política–ficción que predijo que las
tropas norteamericanas serían recibidas como libertadores en Bagdad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el desplome del bloque soviético, la política
económica de bloqueo y acoso político ha sido mantenida más por razones
políticas y electorales que por el deseo de la clase empresarial norteamericana,
la cual, de hecho, no ha dejado de mostrar un creciente interés en emprender
negocios con Cuba. Muchos directores de empresa y destacados políticos –
señaladamente los de la costa Oeste y del Medio Oeste, que han facturado cientos
de millones de dólares al año vendiendo comida y productos manufacturados a Cuba
bajo las excepciones "humanitarias" que garantizaba el bloqueo desde noviembre
del 2001— han visitado la isla estos últimos años. Este creciente interés se ha
reflejado en el Congreso estadounidense. Durante los años en que Bush júnior ha
ocupado su cargo, el Congreso ha estado muy cerca de aprobar una legislación,
con el apoyo republicano, que hubiera supuesto un serio revés para el bloqueo;
pero Bush supo actuar a través de los lobbies con éxito, sacarla de la agenda
política del Congreso. Propuestas legislativas de este tipo puede que sean
aprobadas por el nuevo Congreso que será elegido en noviembre. Si terminará o no
siendo vetado por quienquiera sea el nuevo presidente, es pregunta que está por
ahora todavía en el aire. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo cierto es que una transición "sino–vietnamita" en
Cuba, sobre todo si viniera de la mano de un dirigente que no se apellidara
Castro, dividiría a la derecha cubana de Florida, debilitándose así el principal
apoyo político con que cuenta el bloqueo estadounidense. Llegados a ese punto,
los dirigentes de la isla podrían invitar a los capitalistas cubano–americanos
de Florida a viajar, invertir y enriquecerse en Cuba, siempre que pudieran
acreditar que se mantienen al margen de toda cuestión política. Sería el
equivalente a lo que el gobierno chino ha hecho con los empresarios chinos de
ultramar y al decreto que ha impuesto Putin a la oligarquía empresarial rusa.
<BR>Las perspectivas para una Cuba post–Castro son preocupantes, tanto si se
inclina por el modelo "sino–vietnamita", como si continúa con el mismo régimen
(aun con cambios liberalizadores). Los progresistas norteamericanos pueden
contribuir a la posibilidad de una transición democrática, humana y socialista
en Cuba exigiendo una restauración inmediata de las relaciones económicas y
políticas de EEUU con la isla. Para hacerlo, no es necesario crear ilusiones
sobre la naturaleza del régimen cubano. Hacerlo, sería, de hecho,
contraproducente, porque minaría la credibilidad de las fuerzas que luchan por
un cambio en la política estadounidense. La normalización de las relaciones con
Cuba haría avanzar la causa de la autodeterminación de las naciones y sería una
buena alternativa práctica para casi cincuenta y cinco años de fallida política
de bloqueo económico y acoso político. No puede haber un mejor momento que éste
para traer todo ello a colación y presionar a favor del cambio en el contexto de
las elecciones de este 2008. <BR><BR><BR>* Samuel Farber nació y se crió en
Cuba. Su libro más reciente es The Origins of the Cuban Revolution Reconsidered
[Una revisión de los orígenes de la revolución cubana] (University of North
California Press). Colabora regularmente con Foreign Policy in Focus. De Farber
puede leerse en castellano, en el número 3 de SinPermiso (en papel), una larga
reseña del libro de entrevistas de Ignacio Ramonet a Fidel Castro.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>