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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario
<BR></FONT></U></EM><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición
internacional del Colectivo Militante<BR><U>3 de mayo 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Los trabajadores y la
crisis</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><FONT size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El huracán Katrina que destruyó Nueva Orleáns en 2006
desnudó una sociedad donde se margina a millones de pobres, entre los que
afroamericanos y latinos son una desproporcionada mayoría. Hoy, cada vez son más
quienes afirman que Estados Unidos se encamina a una recesión, y la mayor crisis
financiera de las últimas décadas junto la creciente inflación ya golpea a los
trabajadores y el pueblo norteamericano. (1)</STRONG></DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><STRONG><FONT size=3>Celeste
Murillo</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3><FONT size=2>Suplemento/Claves Nº
3</FONT> </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><A
href="http://www.pts.org.ar/">http://www.pts.org.ar/</A></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Postal de crisis</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2007, las ejecuciones hipotecarias aumentaron un 57%
(después de aumentar un 42% en 2006). Este porcentaje significa miles de nuevos
“sin techo”, que se mudan con parientes y amigos, o viven en sus automóviles en
el peor de los casos. Los primeros meses de la crisis han creado un nuevo
paisaje en ciudades hasta ayer muy cotizadas como San Francisco: casas vacías,
abandonadas por sus dueños que ya no pueden pagar las cuotas o han sido
desalojados. Recientemente el Senado ha votado un plan de ayuda de 300.000
millones en nuevos préstamos hipotecarios (2).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante esta catástrofe económica de fin incierto el
establishment político de republicanos y demócratas responde a los intereses de
las grandes empresas y bancos, como lo demuestra la inyección de más de 780.000
millones de dólares (3) de la Reserva Federal para generar liquidez en el
mercado, que no es más ni menos que un enorme salvavidas para los que amasaron
millonarias ganancias en las últimas décadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras tanto, se calcula que 28 millones de personas
van a necesitar vales de comida, el aumento más significativo desde la década de
1960. Las hipotecas siderales, el desempleo y el alza de los precios de los
alimentos hacen que muchos trabajadores, a pesar de tener un empelo, dependan de
la ayuda estatal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este escenario, a pesar de que muchos, entre ellos
varios gobiernos latinoamericanos, siembran expectativas de que un futuro
gobierno demócrata manejará la crisis de una forma mas “progresista”, ambos
partidos se disponen a descargar la crisis sobre los trabajadores y el
pueblo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cicatrices de neoliberalismo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La salida que le dio burguesía a la crisis abierta tras
el fin del boom de la posguerra, culminó en un enorme retroceso de la clase
obrera a nivel internacional. La ofensiva patronal liderada por Ronald Reagan y
Margaret Thatcher tuvo un importante epicentro en EE.UU.. Aunque al comienzo de
los años 1970 la burocracia de la central sindical AFL-CIO realizó varias
acciones presionada por la base obrera, a medida que se profundizaba la crisis,
la colaboración entre la dirección de los sindicatos y las empresas aumentó. El
punto de inflexión llegó con la derrota de la huelga de los controladores aéreos
en 1981, que fue utilizada por Reagan como punto de apoyo para lanzar su ataque
a las conquistas obreras. A partir de ese momento, se multiplicaron importantes
derrotas que debilitaron la fuerza de la clase obrera, fragmentando y dividiendo
sus filas. Hoy, después de más de dos décadas de neoliberalismo, gobiernos
demócratas y republicanos, el nivel de sindicalización se encuentra en su nivel
mínimo, cerca del 10%. Y aunque los dos mandatos de Bush significaron una
profundización de las malas condiciones, despidos masivos y un saqueo del
salario obrero, los dos mandatos del demócrata Bill Clinton no se quedaron atrás
en recortes de gasto público, creación de empleo basura y destrucción de
programas sociales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Una clase obrera divida y
fragmentada</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Las últimas décadas significaron una gran fragmentación
en las filas obreras: entre trabajadores de primera y de segunda, precarizados,
temporales y part-time. Además existen importantes divisiones étnicas y
raciales, explotadas por la patronal y la burocracia que alientan los fuertes
prejuicios racistas entre los obreros blancos principalmente, y también las
tensiones entre afroamericanos y latinos. Sumado a esto, las mujeres y la
juventud siguen siendo sectores postergados del proletariado
norteamericano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La clase obrera estadounidense es una poderosa fuerza
social de más de 140.000.000 (4) de personas. Sin embargo, la fragmentación y el
debilitamiento de sus organizaciones, han diluido su peso político, reduciéndolo
a la participación en las elecciones dentro del sistema bipartidista (donde sólo
participa un sector de los trabajadores). Aunque el Partido Demócrata fue su
representación política histórica, desde la década de 1980 una parte importante
ha girado hacia el Partido Republicano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Centros industriales como Detroit, sede de las fábricas
automotrices, son hoy ciudades empobrecidas, ya que un gran número de empresas
de se han mudado al exterior en busca de mano de obra barata y a los “estados
libres” dentro de EE.UU.. En esos estados la patronal tiene más “facilidades”
para boicotear los sindicatos o prohibirlos, como hace uno de los principales
empleadores estadounidenses: la cadena de supermercados Wal-Mart, ícono de la
destrucción de las conquistas obreras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El “modelo Wal-Mart” (5) presiona a la baja de salarios,
como sucede en la industria automotriz, donde los bajos salarios de la
autopartista Dana bajaron la “vara” que compartían con “Las Tres Grandes”,
General Motors, Ford y Chrysler. Cuando el sindicato UAW negoció la rebaja y la
doble escala salarial (los nuevos trabajadores ingresan con salarios menores y
sin seguro médico), “Las Tres Grandes” exigieron lo mismo. Esto, junto al
deterioro estructural de la industria automotriz (6) está causando estragos en
los sectores más concentrados de la clase obrera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es sobre este retroceso de la clase obrera (y la
explotación de las semicolonias) que se edifica la democracia imperialista. La
productividad de la que se jacta la economía del país más poderoso del mundo se
apoya justamente en una mayor explotación: más horas de trabajos por un salario
menor. Un obrero estadounidense con un empleo de tiempo completo trabajó 46,2
semanas en 2004, 10,2 semanas más que un obrero sueco; y mientras en Europa
existe un tiempo mínimo de vacaciones anuales (4 semanas) para un trabajador en
blanco, en EE.UU. depende de la voluntad de las empresas. Tampoco existe en
EE.UU. nada parecido a la licencia por maternidad para las mujeres trabajadoras,
por poner sólo un ejemplo de las conquistas liquidadas durante las décadas
neoliberales (7).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como señalamos más arriba, aunque esta ofensiva fue
emprendida por ambos partidos, es una realidad que los dos mandatos de Bush han
significado una consolidación de la estructura legal y económica anti-obrera,
multiplicando la cantidad de pobres y beneficiando a los ricos con recortes
impositivos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La división entre trabajadores de primera y de segunda se
combinan las divisiones étnicas y raciales que mencionamos, por ejemplo un
trabajador afroamericano cobra el 70% del salario de un obrero blanco por hacer
el mismo trabajo. A esta brecha se suma también la división con los trabajadores
latinos (más difícil de calcular por la enorme precarización y los trabajadores
ilegales). Sin embargo, se puede observar esta brecha respecto a los niveles de
pobreza entre los trabajadores. Aunque son minoría en la población total y en la
fuerza laboral, las personas pobres latinas (21.9%) y afroamericanas (24.7%) son
más del doble que las blancas (10.8%) (8).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Empresarios más ricos y trabajadores más
pobres</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En el marco de esta ofensiva patronal, la concentración
de la riqueza creció sostenidamente: lo perdido por los trabajadores no sólo no
se recuperó, sino que la brecha entre ricos y pobres es cada vez más
grande.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde 1979 el ingreso del 5% más rico creció
aproximadamente un 42%, mientras que el del 80% más pobre sólo aumentó un 10%
(9).</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la tierra de las oportunidades es cada vez más
evidente que estas son para unos pocos: entre 1992 y 2005 un CEO promedio vio
engordar su recibo de sueldo un 186.2%, mientras un trabajador medio sólo tuvo
un aumento salarial del 7.2%, es decir, que en 2005 un ejecutivo ganó 262 veces
más que un trabajador (10).</DIV>
<DIV align=justify><BR>La contracara de este fenómeno fue la pauperización de
amplias franjas de la clase trabajadora. Aunque la economía norteamericana
aumentó su productividad en un 67% desde 1979, el salario medio de un trabajador
creció un 8.9% (y el 7.7% de ese crecimiento se dio sólo entre 1995 y 2000)
(11). Los aumentos del ingreso durante los últimos años corresponden a un
incremento en las horas de trabajo, y no a salarios más altos, y el crecimiento
del consumo se debió en gran parte al enorme endeudamiento de las familias
trabajadoras, que enfrentan hoy sus deudas con viviendas devaluadas y un mayor
desempleo.<BR><BR><STRONG>Los latinos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La incorporación de los latinos a la fuerza de trabajo ha
sido significativa, siendo casi 20 millones de trabajadores inmigrantes (en su
mayoría latinos): cerca del 15% de la fuerza laboral. A pesar de que los latinos
tienen los peores puestos y salarios más bajos (junto a las mujeres y los
afroamericanos), son parte importante de las tendencias a la recuperación de la
organización sindical en los lugares de trabajo.<BR><BR>Que uno de los
sindicatos más importantes hoy sea SEIU-HERE (servicios, limpieza, gastronomía y
restaurantes) con 2 millones de afiliados, dos tercio de ellos inmigrantes
latinos, habla de este fenómeno. Este proceso ya se venía mostrando hace algunos
unos años, cuando los latinos participaron de luchas defensivas a pesar de las
dificultades para organizarse, y en las manifestaciones anti-guerra, sumando el
apoyo de su comunidad, especialmente de jóvenes hijos de inmigrantes (nacidos en
EE.UU.) que fueron un sector muy movilizado contra las leyes antiimigratorias en
2006.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como parte de la clase obrera los latinos muestran una
tendencia, aunque pequeña, alentadora para el conjunto de los trabajadores. Aun
en medio de un clima hostil hacia los latinos en general y los indocumentados en
particular, son una parte importante de los nuevos sectores organizados: en
nuevos sindicatos, en los ya existentes o luchando junto a sus comunidades.
Además de su peso económico, es importante también su participación sindical:
cerca de 2 millones, más del 10% de la clase obrera sindicalizada, a pesar de
las redadas, arrestos y deportaciones. A pesar de la política históricamente
xenófoba de los sindicatos, 1 de cada 10 trabajadores sindicalizados es
inmigrante. Sin soslayar el problema de la baja sindicalización, la creciente
participación sindical latina es alentadora ya que representa una gran porción
de los sectores jóvenes de la clase obrera, que no arrastran décadas de
traiciones y derrotas, y que con su acción pueden revitalizar su lucha.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un pequeño ejemplo de esta tendencia fue la huelga en la
procesadora de carne de cerdo Smithfield Foods (una de las más grandes del mundo
con 5.500 trabajadores, con mayoría de afroamericanos y latinos) en 2007, contra
la intimidación racista hacia los trabajadores y por el reconocimiento de su
sindicato UFCW. Los trabajadores pelearon juntos, defendiendo a sus compañeros
indocumentados y fueron más allá de las tibias acciones del sindicato para
defender su organización del sabotaje patronal, apuntando a una conquista del
conjunto de los trabajadores de la planta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, hay que señalar que mientras persisten los
prejuicios racistas de gran parte de la clase obrera, la burguesía y
especialmente el partido Republicano y sectores conservadores han venido
desplegando una importante iniciativa política dentro de la comunidad latina.
Muestra de ello fue el impresionante despliegue del gobierno y los republicanos
con la reciente visita del Papa Ratzinger, organizando un acto con más de 60.000
personas, con mayoría aplastante latina, en Nueva York. No está de más recordar
que la Iglesia Católica, aunque todavía minoritaria, ya jugaba un importante rol
en el heterogéneo movimiento de inmigrantes en 2006, alentando divisiones y
desviando el proceso al callejón sin salida del debate parlamentario.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No sólo un sector importante de latinos residentes
votaron por los republicanos en las últimas elecciones presidenciales
(aumentando respecto al año 2000), sino también ha ganado una importante base
por la propuesta de Bush del programa de “trabajadores huéspedes”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es que los sectores más sensatos de la burguesía
imperialista ven en los latinos, incluso en los ilegales, una fuente enorme de
mano de obra barata y sin ningún tipo de derechos. Esto explica el rechazo a las
duras leyes antiinmigratorias y el extraño “apoyo” de la Cámara de Comercio
estadounidense a la legalización de los indocumentados (por supuesto una
legalización “hecha a medida”). En el mismo sentido va la participación de
sectores de la burocracia sindical en el movimiento de inmigrantes, ya que los
latinos conforman una fuerza social de peso en sectores económicos importantes.
Aun cuando la burocracia es uno de los principales fogoneros del chauvinismo
norteamericano y del silencio cómplice frente a los maltratos y las
persecuciones, se ha visto obligada a sumarse de alguna forma a la exigencia del
derecho democrático mínimo de la legalización.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente a esta realidad es acuciante una respuesta obrera.
De lo contrario, se reproducirán fenómenos aberrantes como el apoyo de
afroamericanos a las políticas contra los inmigrantes, seguirán creciendo las
divisiones y los sectores más rancios ganarán la pulseada por este importante
sector, legalizando la esclavitud moderna y debilitando así la lucha de todos
los trabajadores. Contrariamente a los prejuicios racistas, los trabajadores
blancos tienen en los inmigrantes y los sectores más explotados a sus mejores
aliados para fortalecer a la clase obrera de conjunto y preparar su lucha para
enfrentar las consecuencias de una crisis que ya comenzó a a pesar de las
grandes dificultades para organizarse golpear a los más
pobres.<BR><BR><STRONG>La burocracia de la AFL-CIO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La AFL-CIO surgió en 1955 de la unión de la tradicional
AFL (American Federation Labor) y el CIO (Congress of Industrial Organizations)
creada en 1932 con un perfil más combativo en sus inicios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En agosto de 2005 se produjo la primera división
importante, con la retirada de los sindicatos de Camioneros, Hoteleros y
Gastronómicos, Supermercados y Empleados de Servicios, que conformaron la
Coalición “Change to Win” (Cambiar para ganar).</DIV>
<DIV align=justify><BR>La división se dio alrededor de la guerra en Irak y,
sobre todo, de la política de organización de nuevos sectores impulsado por
“Change to Win” que exige dar mayor peso a los nuevos sectores para ganar peso
de negociación. Sin embargo, la nueva coalición no ha significado ninguna
alternativa, así lo demostró su posición frente a las leyes antiimigratorias
(que afectan a un gran sector de estos sindicatos), ni tampoco han planteado una
política independiente de los trabajadores. Como la AFL-CIO, “Change to Win”
respalda al Partido Demócrata en las elecciones, algunos por Obama y otros por
Clinton. A fines de los años 1970 sólo el 22% de los trabajadores estaba
afiliado a un sindicato, luego de haber alcanzado el máximo histórico de 36% en
1953.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La clase obrera industrial, tan nombrada en las
elecciones internas del Partido Demócrata, ha visto cómo la burocracia sindical
ha entregado todas y cada una de sus conquistas. La política conciliadora de la
burocracia ha debilitado a los sindicatos como organizaciones de lucha y sus
dirigentes se transformaron en portavoces directos de la patronal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El ejemplo más reciente fue la traición abierta del UAW
(sindicato de obreros automotrices) en septiembre de 2007. Por primera vez desde
1976, 73.000 obreros y obreras de las 82 plantas estadounidenses de General
Motors realizaron la primera huelga nacional contra la empresa. Dos días
después, los dirigentes la levantaron, diciendo que había que hacer algunas
concesiones porque “si gana la empresa, ganamos todos”. De la misma forma acordó
con Ford y Chrysler, otorgando así a las “Las Tres Grandes” automotrices lo que
exigían: recortes salariales y seguro médico, suspensiones y retiros voluntarios
“para competir mejor”. Hace sólo unos días, entregó la larga lucha de los
obreros de la autopartista American Axle (subsidiaria de General Motors) que
paralizaron la fábrica desde febrero (afectando la producción nacional e
internacional) contra el recorte salarial del 50%. En medio de esta enorme
crisis, cuando se han eliminado puestos de trabajo durante cuatro meses
consecutivos, la burocracia amenaza a los obreros que quieren luchar con el
fantasma de las deslocalizaciones y los despidos, acusándolos de hacer peligrar
la fuente de trabajo de sus compañeros.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados Unidos antes de la
crisis</FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>304.000.000 población total<BR>51.7 millones vivían en la
pobreza<BR>35 millones pasaron hambre (entre ellas 13 millones de niños y
niñas)<BR>45 millones no tenían seguro médico (no existe la salud
pública)<BR><BR><STRONG><FONT size=3>Fuerza laboral</FONT></STRONG>
</DIV><STRONG></STRONG>
<DIV align=justify><BR>158.757.000 Fuerza laboral total<BR>141.131.000
Ocupados<BR>5.200.000 Subocupados<BR>7.626.000 Desocupados<BR>4.800.000 Ya no
buscan trabajo
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><U></U> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1 Para leer más sobre la crisis financiera y sus
consecuencias ver: J. Chingo, “La crisis amenaza al sistema financiero de
EE.UU.”, www.ft-ci.org.<BR>2 La ayuda que llegará a no más de 500.000 afectados
no será directa, sino que se financiarán nuevos créditos.<BR>3 Esta es la cifra
acumulada desde agosto de 2007.<BR>4 Oficina de estadísticas de Estados Unidos
(US Census Bureau en Estados Unidos).<BR>5 En 2004 un cajero en Wal-Mart cobraba
el 44% del salario de un cajero de cualquier otra cadena, y la rebaja salarial
“a niveles Wal-Mart” que exigía la patronal fue lo que disparó la huelga de
supermercados en California ese año.<BR>6 Ver más sobre la erosión de la base
industrial en “La debacle en Irak y la decadencia de la hegemonía
norteamericana” en Estrategia Internacional Nº 23.<BR>7 The State of Working
America 2006/2007.<BR>8 Idem. Cabe destacar que los datos se tomaron durante
2004, cuando la economía estaba en expansión, luego 2002 y 2003 que también
registraron crecimiento.<BR>9 Economic Policy Institute, en base a datos del US
Census Bureau de 2007.<BR>10 The State of Working America 2006/2007.<BR>11
Idem.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>