<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario
<BR></FONT></U></EM><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición
internacional del Colectivo Militante<BR><U>4 de junio 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Soberanía, Estado y
petróleo</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Enrique Dussel
(1)</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>La Jornada, México, 3-6-08</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se trata de reflexionar sobre tres conceptos que se usan
en los debates actuales y que sería bueno aclarar, relacionar y sacar alguna
consecuencia práctica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>1. Soberanía. Es sabido que Jean Bodin (1530-1596) trata
el tema en su obra Los seis libros sobre la República otorgando sólo a la
persona del príncipe o rey el “poder soberano” (pouissance souveraine). Bodin
sabía que en el “estado de Venecia” se depositaba la soberanía sobre el “Consejo
mayor” de los patricios, y por ello era una aristocracia. Para un Bartolomé de
las Casas (1484-1566), refiriéndose al Perú y a las encomiendas de indios (en su
obra De regia potestate, 1546), el poder de autodeterminación pertenecía sólo al
pueblo, ya que escribía explícitamente que una decisión del rey sin el “consenso
del pueblo” (consensu populi) no tenía “legitimidad” (legitime), porque sería
“inferir perjuicio a la libertad (libertati) del pueblo” (2).</DIV>
<DIV align=justify><BR>El concepto de soberanía sufrió entonces una evolución en
cuanto a su referente. Al comienzo los únicos soberanos eran los dioses, que
dictaban las leyes de la comunidad. Después lentamente los dioses dieron esta
potestad delegada a los reyes, como lo vemos en el Código de Hammurabi en la
Mesopotamia (en el siglo XVIII a.C). En la república romana la soberanía la
tenía el Senado, una oligarquía minúscula. El proceso histórico terminará por
comprender que la soberanía pertenece sólo a toda la comunidad política, al
pueblo. Es el pueblo el único soberano, primera y última instancia de
autodeterminación en la creación de todas las instituciones (gracias al poder
instituyente diría C. Castoriadis), en la promulgación de una constitución
(gracias al poder constituyente, descrito entre otros por un C. Schmitt), en el
dictado de las leyes o en la toma de decisiones fundamentales de la política
(desde la elección de los representantes hasta compromisos trascendentales en
los que se usan recursos excepcionales tales como la consulta popular, el
referéndum o el plebiscito). En todos los casos la sede última del ejercicio del
poder es la soberanía popular.</DIV>
<DIV align=justify><BR>2. El Estado. Siendo el Estado el macro sistema
institucional de la sociedad política, creación de la soberanía popular, no
puede decirse de manera estricta que “el Estado es soberano”. El soberano es el
pueblo, y el Estado es una institución a su servicio. Y como toda institución es
una mediación para el ejercicio delegado del poder soberano del pueblo. El
Estado, en el mejor de los casos, podría decirse que ejerce delegadamente la
soberanía popular, pero no en nombre propio, sino en el del pueblo. El arrogarse
el Estado el poder ejercer la soberanía en nombre propio (en aquello tan
repetido de que “el Estado es soberano”, que podría aceptarse en un sentido
amplio) es lo que se denomina fetichismo del poder3. El poder político, que
reside sólo en el pueblo, y que tiene al pueblo como su única sede inalienable,
cuando se atribuye a una institución, es decir, cuando el que ejerce
delegadamente el poder pretende cumplirlo en nombre propio (y no como
representante) se produce la inversión de su sentido en cuanto oculta la
verdadera fuente del poder. Una pura apariencia, un fenómeno tapa la esencia. Es
un fetiche. Es un “dios hecho de la manos de los hombres” (como indica Marx
citando un texto semita). Esta inversión es la corrupción suprema de la
política. El político cree ahora ser el soberano, porque pretende tener “el
monopolio del poder”. Ha usurpado un lugar que no le pertenece: el ser la sede
del poder soberano, que sólo ostenta el pueblo como un todo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>3. El petróleo. Los bienes existentes dentro de los
límites del territorio, en el cual se ejerce la soberanía del pueblo a través de
las instituciones creadas para su servicio, son patrimonio de la comunidad
política en su conjunto. Aquellas que quedan bajo el régimen de propiedad común,
administradas por el Estado, son bienes públicos. El petróleo, como las riquezas
del subsuelo, el agua, la electricidad, etcétera, son igualmente públicos en
México.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El petróleo es un producto orgánico, fruto de millones de
años de la vida sobre la Tierra. Es una de las sustancias más valiosas sobre el
planeta por sus múltiples usos, y no renovable. En primer lugar, simplemente
quemarlo es un crimen, y las generaciones futuras nos lo demandarán. Aniquilarlo
por combustión es como echar a la hoguera diamantes, oro o billetes de banco
vigentes. Por ello, en segundo lugar, sería racional extraerlo en la menor
medida posible, conservarlo en su mayor cantidad, y sólo consumirlo cuando se
haya cumplido con una exigencia ético-política: en tanto se hayan inventado y se
puedan usar sustitutos energéticos en igual cantidad procedentes de medios
renovables. En tercer lugar, vender petróleo en bruto es igualmente irracional.
Habría que procesar y comercializar únicamente productos del petróleo con valor
agregado (plásticos, aceites, gasolina, etc.). Pueblos completamente
subdesarrollados venden la pura materia prima. México no debería soportar el ser
insultado por su falta de inteligencia, de tecnología y de planificación al
vender un gramo de petróleo en bruto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero, y en cuarto lugar, aún es más irracional y falto de
ética (lo que indica la corrupción de los gobernantes) el conceder la propiedad
del petróleo mismo como pago de servicios a recibir. Como si no pudieran pagarse
los mejores servicios técnicos del mundo con el dinero obtenido por la venta de
los productos elaborados del petróleo mismo. No hay ninguna necesidad de alienar
la propiedad del petróleo. ¡Es de sentido común!</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta suma de decisiones irracionales sólo puede
explicarse por el interés egoísta que no guarda ninguna relación con la justicia
ni con la ética por parte de los gobernantes. Es simplemente corrupción
política, porque los que ejercen el poder institucional (senadores, diputados,
presidente, gobernadores, etcétera) han olvidado que no son la sede del poder
político, sino simples representantes que ejercen un poder delegado en nombre de
la soberanía popular. Olvidándolo, piensan que pueden decidir todo a espaldas
del pueblo. Por el contrario, una “consulta popular” se justifica plenamente en
tan importante asunto. Pero no lo desean, porque se les desarmaría “todo el
juego”. Si no estuvieran corrompidas las instituciones (entre ellas el Poder
Legislativo) recordarían que el Estado posee sólo un ejercicio delegado, no
siendo en sentido estricto soberano, y por ello debería comprender la necesidad
de esa “consulta al soberano”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la corrupción no es sólo política, sino que es
ético-subjetiva. El ejercicio fetichista del poder los inclina también al
desorden subjetivo, al amor a la riqueza que se llamaba usura, a la apropiación
indebida de bienes del pueblo que se distribuyen a discreción ilegalmente entre
los “amigos” (de adentro del país y de afuera, porque al fin la burguesía es
mundial).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sería bueno llamar a una cierta cordura, a imponerse un
cierto límite de la simple honestidad ciudadana, y pedir que se “consulte al
pueblo” en esta situación tan grave. De lo contrario el pueblo tendrá derecho a
entrar en acción. Es un “derecho absoluto”, porque a la injusticia del “estado
de derecho” no se le opone sólo el “estado de excepción”, sino fundamentalmente
el “estado de rebelión”, que clama al final: “¡Qué se vayan todos!”</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) Filósofo de la teología de la liberación.<BR>2) Véase mi
Política de la Liberación, Trotta, Madrid, 2007, § 6.4.<BR>3) Véase la tesis 6
de mi obra 20 tesis de política, Siglo XXI, México, 2007.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>