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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><FONT
size=5><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM></FONT> <BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda
Radical<BR></FONT>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>11 de
junio 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos/Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La Acción Integral como estrategia
de guerra <BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>“365 días de trabajo que hacen la
diferencia” * <BR><BR></STRONG></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3>Hernando Gómez Serrano</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Le Monde
Diplomatique<BR>Edición colombiana, Bogotá, junio 2008<BR></STRONG><STRONG><A
href="http://www.eldiplo.info/">http://www.eldiplo.info/</A></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial
size=2></FONT></STRONG> </DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Las operaciones de Estados Unidos para asegurar sus
intereses estratégicos en la región se profundizan. Colombia sirve de canal para
que así sea. El sometimiento de su Estado a tal fin cuestiona su soberanía y
pone en riesgo sus fronteras y la estabilidad del subcontinente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El narcotráfico fue la excusa fundamental. Según la
propaganda oficial, contra él se diseñó el Plan Colombia. Pasados los años, todo
fue evidente: el verdadero propósito era y continúa siendo el control militar de
la región, el combate a la insurgencia y la preeminencia de los intereses del
Imperio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Contra esta estrategia no hubo resistencias en las
instituciones oficiales del país. Sumisa y fiel, la dirigencia nacional aceptó
el plan diseñado en el Legislativo y el Comando Armado estadounidenses desde
mediados de los 90 pero oficializado en 1999. Así fue como los proyectos
estratégicos, y con frecuencia las operaciones de las Fuerzas Armadas
colombianas, pasaron a control de los mandos externos. Asimismo, no pocos de los
planes sociales, además de la justicia y la economía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero esta ‘integración’ EE.UU.-Colombia –usándolo como
avanzada para controlar sus intereses en la región– es cuestionada con fuerza en
el contexto internacional desde las operaciones de tropas colombianas el primero
de marzo de 2008 en territorio de Ecuador, que evidencian la guerra preventiva
ya en uso en América del Sur. Esta guerra no es circunstancial. Con la
aprobación del Plan Colombia, avanza en el país la construcción de una dinámica
e integral estrategia político-militar en que siempre aparecen en primer lugar,
además de sus agencias, los intereses estadounidenses.<BR><BR><STRONG>Doctrina
de Acción Integral</STRONG><BR><BR>El pensamiento político-militar, en marcha
desde el Plan Colombia, implica una solícita integración en la acción social,
política, económica y militar. Ya nada está suelto o es ocasional; todo el
accionar del Estado se diseña y se dirige de acuerdo con un plan de guerra que
tiene como propósito final la recuperación social y militar del territorio. Para
ello, tanto la operatividad militar como la policial cumplen el mismo
propósito.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para que así suceda, se constituyó aquí el Centro de
Coordinación de Acción Integral (Ccai), órgano de primer orden en la Presidencia
de la República, cuyos integrantes permanentes por parte del gobierno nacional
(1) comparten mesa con los enlaces, entre ellos la Usaid, ejecutora del Plan
Colombia, y la sucursal de la petrolera norteamericana Oxy Colombia, con el
apoyo de la Embajada Norteamericana y el Comando Sur (Ussouthcom) del ejército
estadounidense, instancias que deben “llevar a cabo operaciones militares y
fomentar la cooperación de seguridad para lograr los objetivos estratégicos de
los Estados Unidos” (2). Las avanzadas militares del país del Norte, sus radares
y agencias de inteligencia, son un recurso estratégico que dinamiza todo el
plan, pero el mismo se soporta en realidad sobre las inversiones sociales y el
control de extensas zonas colombianas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dentro de los objetivos del Ccai se destacan: “Garantizar
la legitimidad, la gobernabilidad y la presencia del Estado en zonas
estratégicas del territorio nacional, recuperadas por las Fuerzas Militares y la
Policía”, donde las jerarquías militares y/o de policía suplantan a las
autoridades civiles, y ejercen el control territorial y la coordinación
interinstitucional. Así, por ejemplo, y entre muchos casos similares, en los
Montes de María (departamentos de Sucre y Bolívar) el coronel Rafael Colón
coordina la acción de las entidades estatales (Sena, Icbf, otras), las cuales
atienden con celeridad sus demandas y difícilmente les responden a los alcaldes
y aún a los gobernadores de la zona. Sólo basta mencionar que, entre sus
objetivos, el Ccai pretende “desarrollar acciones integrales de tipo económico y
social para complementar la política de Defensa y Seguridad Democrática en el
marco de la Recuperación Social del Territorio” (3).<BR><BR><STRONG>Al servicio
y a la medida de EE.UU</STRONG><BR><BR>Cuatro grandes reflexiones surgen a
partir de esta información y permiten una vez más correr el velo sobre los
motivos reales del “Plan para la Paz, la Prosperidad y el Fortalecimiento del
Estado” o “Plan Colombia”, cuya segunda fase se conoce como “Estrategia de
Fortalecimiento de la Democracia y el Desarrollo Social”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>1. La política de seguridad colombiana, contenida en
documento de la Dirección de Justicia y Seguridad del Departamento Nacional de
Planeación (DNP), titulada “Estrategia de Fortalecimiento de la Democracia y el
Desarrollo Social” (2007-2013), muestra que el énfasis se da en la recuperación
social de los territorios, en medio de la agudización de la guerra, con acciones
cívico-militares ahora llamadas de “acción integral”, que le permitan al Estado
“ir a las zonas más apartadas donde hay narcotráfico, grupos ilegales y pobreza
[…] para limpiar y después mantener estas zonas”, acompañadas de “brigadas de
médicos, profesores y el sistema de justicia” (4).</DIV>
<DIV align=justify><BR>A nombre de esta acción integral, el gobierno colombiano
recauda fondos internacionales, y apoyos militares y logísticos para la
recuperación del territorio, donde muchas veces la población civil se convierte
en víctima directa de los enfrentamientos militares, y asimismo se precipita el
éxodo forzado de quienes habitaron tradicionalmente estas tierras. Es la escena
cotidiana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>2. Paralelamente, al analizar los lugares donde se aplica
la acción integral, se constata la coincidencia entre éstos y los territorios
estratégicos por sus riquezas en biodiversidad, recursos hídricos, minerales y
fuentes de energía, lo cual, aunado a la inexplicable participación de una
multinacional petrolera (Oxy Colombia), como enlace en un organismo de alto
nivel de la Presidencia (Ccai), pone en evidencia que un propósito fundamental
de la Estrategia de EE.UU. en Colombia, y desde ésta en toda la región, es
buscar y garantizarse sus fuentes energéticas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su conexión directa con lo que se puede llamar nueva
“estrella cardinal” –Orinoco, Amazonas, Caribe, Pacífico–, lo mismo que su
vinculación geoespacial con el sur del continente a través de la cordillera de
los Andes, hacen de Colombia un territorio de vital importancia para los
intereses energéticos de Estados Unidos y lo que eufemísticamente se llama
“seguridad hemisférica”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las continuas discordias entre los presidentes Uribe de
Colombia, Chávez de Venezuela y Correa de Ecuador, que según algunos ponen en
riesgo la estabilidad y la cordialidad en la región, son preocupación permanente
del gobierno estadounidense, ya que, como lo indica la “Coalición en Pro de
Energía Accesible y Confiable” (sic), “los Estados Unidos necesitarán un 31 por
ciento más de petróleo y un 62 más de gas natural en las próximas dos décadas”
(5), en cuyo logro la región es uno de sus abastecedores más importantes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al revisar el potencial energético de Suramérica, con el
petróleo venezolano, la biomasa amazónica, el gas boliviano, los recursos
hídricos andinos, los extensos suelos suramericanos (planos y con energía solar
perennizada); la biodiversidad de la costa pacífica, el Amazonas y el Pantanal
(Bolivia-Brasil); los recursos hídricos (cuencas del Amazonas, el Orinoco, el
río de La Plata, el San Francisco y el Cauca-Magdalena), la grande y variada
riqueza mineral de la Cordillera de los Andes, junto con el potencial generador
de energías alternativas (eólica, solar, electromagnética e hidroeléctrica), se
comprende claramente que América del Sur se convirtió en un territorio
geoestratégico para la estabilidad y el balance energético de Estados
Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>3. Las políticas en curso de sustitución de usos del
suelo, de aplicación en gran parte del territorio colombiano, ampliando la
frontera agrícola, con su consecuente destrucción de bosques húmedos tropicales,
páramos y demás ecosistemas andinos, buscan imponer los agrocombustibles como
nuevas fuentes de energía en el balance de la matriz de Estados Unidos,
requerido para el mantenimiento y el desarrollo de su aparato productivo. Así,
luego de “limpiar los territorios” se da la nueva ocupación con la palma
africana (por ejemplo) o la yuca u otros cultivos agroenergéticos, desterrando a
los pobladores originarios del territorio, expropiando sus tierras,
desintegrando sus culturas, y en la mayoría de los casos imponiendo un perverso
e inhumano régimen de terror y violencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>4. De otra parte, es importante anotar que los lugares
donde se implementan los “laboratorios de paz” (Magdalena Medio, Alto Patía,
Macizo Colombiano, oriente Antioqueño, departamentos de Santander y Meta, y
Montes de María), apoyados y promovidos por las agencias de cooperación europea,
coinciden con los territorios de aplicación de la “Doctrina de Acción Integral”.
El repoblamiento humanitario para la producción, eje fundamental de los
laboratorios, se constituye en una fase más de la aplicación de aquella
doctrina. Así, donde hay riquezas hay guerra, éxodo y desplazamiento forzado de
comunidades, pueblos y hasta etnias completas, y, claro está, cambios en la
propiedad y los usos del suelo, junto con la nueva presencia y el control
cívico-militar. Las Fuerzas Armadas, con los grupos armados paraestatales,
acompañados de brigadas cívico-militares, abren el camino. Posteriormente se
establece la nueva forma de ocupación territorial y económica, y con ella
ingresan en las zonas las otras esferas estatales, para finalmente, a través de
los programas ‘humanitarios’, facilitar el retorno de los anteriores
propietarios, hoy despojados de sus tierras, e integrarlos como nueva forma
laboral a los negocios establecidos con la arremetida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta forma, una gran parte de la población colombiana
pasa paulatinamente de propietaria a desterrada, de campesina a conformar
núcleos de obreros agrícolas, de líderes activos de sus comunidades a sujetos de
deberes corporativos, y de sujetos de derechos a víctimas de violencia,
segregación y exclusión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“América del Sur la gran Mercancía” es el concepto que
define con mayor claridad los objetivos e intereses de Estados Unidos en la
región, con su proyecto de expansión y el dominio territorial ejercido por el
Comando Sur (Ussouthcom), su agencia de cooperación Usaid y sus embajadas, para
llevar a cabo la estrategia de “Amistad y Cooperación para las Américas”, que le
permitan transformar su política de seguridad y cooperación “de una organización
militar tradicional hacia un Comando Conjunto de Seguridad para el año 2016”
(6). <BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>* Este es el título del informe del Ministerio de
Defensa de Colombia, de julio 2006-julio 2007, citado por Bettina Reis en la
versión preliminar de su artículo “Cooperación para el control social y
poblacional. El concepto de la cooperación civil-militar en el caso colombiano”.
Documento de análisis preliminar para la III Conferencia de Cooperación
Internacional en Colombia.<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR><BR>1)
Integrantes permanentes del CCAI: Acción Social, Ministerio de Defensa, Comando
General de las Fuerzas Militares, Policía Nacional, Ministerios: del Interior y
de Justicia, de Protección Social, de Educación, de Agricultura, Incoder, Icbf,
Coldeportes, Sena, Fiscalía General de la Nación y Registraduría Nacional del
Estado Civil. Enlaces: demás Ministerios, DNP, Banco Agrario, Alto Comisionado
para la Paz, Consejo Superior de la Judicatura, Defensoría del Pueblo,
Dansocial, Fedecajas, DAS, USAID y sucursal de Oxy Colombia, con el apoyo de la
Embajada de Estados Unidos y el Comando Sur. Presidencia de la República de
Colombia CCAI (Centro de Coordinación de Acción Integral). Documento formato
powerpoint, sin fecha, citado por Bettina Reis, op. cit.<BR>2) Ussouthcom.
Estrategia del Comando Sur de Estados Unidos (2016): Amistad y Cooperación para
las Américas, marzo de 2007,
http//www.southcom.mil/AppsSC/files/0UI0I1180709759.pdf., citado por Bettina
Reis, op. cit.<BR>3) Ministerio de Defensa, República de Colombia: “365 días de
trabajo que hacen la diferencia”, informe anual julio 2006-julio 2007.<BR>4)
Entrevista concedida por el Ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos,
a The Washington Post, julio 17 de 2007, op. cit.<BR>5) Ussouthcom, op. cit., p.
7.<BR>6) Ussouthcom. Estrategia para el año 2016 del Comando Sur de los Estados
Unidos: Amistad y Cooperación para las Américas,
http//www.southcom.mil/AppsSC/files/0UI0I1180709759pdf., marzo de 2007, citado
por Bettina Reis, op. cit.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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