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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>23 de junio 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>América
Latina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV><FONT
face=Arial>
<DIV align=justify><STRONG>Cuando más es menos: las limitaciones del impacto de
la inversión extranjera en América Latina</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Kevin P. Gallagher y Andrés
López *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Programa de las Américas
Reporte<BR></STRONG><A
href="http://www.ircamericas.org/esp/5305"><STRONG>http://www.ircamericas.org/esp/5305</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Roberto
Porzecanski</STRONG><BR><BR><BR>De acuerdo con un informe del Grupo de Trabajo
sobre Desarrollo y Medio Ambiente en las Américas, una evaluación exhaustiva del
impacto de la liberalización de los regímenes que regulan la inversión
extranjera y otras reformas relativas en América Latina demuestra que, con
algunas excepciones, la inversión extranjera directa (IED) ha resultado
francamente insuficiente para estimular un crecimiento económico con bases
amplias y firmes y para lograr mayores niveles de protección ecológica en la
región. El informe recomienda que se implementen políticas nacionales y
regionales destinadas a mejorar las capacidades de las empresas nacionales y a
equilibrar los costos y beneficios que se derivan de los flujos de IED en la
región. También recomienda prestar mucha más atención a asegurar que las
estrategias nacionales de desarrollo no se vean amenazadas por las reglas que
regulan los flujos de inversión extranjera. </FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>El informe, titulado "Globalización, Inversión
Extranjera, y Desarrollo Sustentable: Lecciones de las Américas," es producto de
una serie de estudios llevados a cabo por economistas especializados en
desarrollo y en medio ambiente provenientes de Estados Unidos, México, Brasil,
Argentina, Chile y Costa Rica. Con base en estudios detallados de distintos
países (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Uruguay
y Venezuela), el Grupo de Trabajo examinó cómo la inversión extranjera directa
afectó el crecimiento económico, la política ambiental y la economía política de
los países de la región. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios de la década de 1990, los países
latinoamericanos comenzaron a liberalizar los regímenes de regulación de la
inversión extranjera. Ya sea de manera unilateral o a través de acuerdos
regionales de comercio e inversión, las reformas típicamente involucraban la
eliminación de requerimientos para su desempeño (como por ejemplo, la obligación
de que las firmas extranjeras compraran cierta cantidad de insumos en el mercado
local o exportaran un determinado porcentaje de su producción), y limitaban la
capacidad de los países de requerir asociaciones entre empresas extranjeras y
nacionales o la instalación de plantas de investigación o desarrollo, entre
otras cosas. Más aún, estas reformas alteraron la naturaleza misma de los
mecanismos para la solución de controversias en cuanto de la inversión
extranjera. Mientras que la solución de controversias en los acuerdos
comerciales se apoyaba tradicionalmente en el mecanismo de que los estados deben
solucionar sus disputas entre sí, los nuevos acuerdos comerciales y de inversión
estipulan regímenes de solución de controversias del tipo "inversor-estado", en
donde las empresas extranjeras pueden demandar directamente a un gobierno
nacional o local sin la aprobación del gobierno del país al que pertenecen.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas políticas han sido promovidas por Estados Unidos,
el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y muchos gobiernos
latinoamericanos las han aplicado con entusiasmo. Se materializaron en el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994 entre Estados
Unidos, Canadá y México, y se transformaron en el modelo para acuerdos
bilaterales y regionales posteriores, entre ellos los acuerdos entre Estados
Unidos y Chile, entre Estados Unidos, la República Dominicana y Centroamérica,
el acuerdo entre Estados Unidos y Perú, y un sinnúmero de acuerdos bilaterales
de inversión. Por supuesto, la liberalización de los regímenes de inversión
extranjera no ha sido un fenómeno aislado sino que formó parte del esfuerzo
reformista más amplio conocido como el "Consenso de Washington." El conjunto de
reformas consistía en un paquete de políticas económicas destinadas a promover
el desarrollo a través de la apertura de las economías a las fuerzas del
mercado. Como parte de este proceso y en los últimos 20 años, los gobiernos de
América Latina redujeron sus aranceles y subsidios, eliminaron las barreras a la
inversión extranjera, restauraron la disciplina fiscal y disminuyeron el gasto
público y, en general, redujeron el papel que desempeñaba el estado en todos los
aspectos de la economía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La promesa era que, aplicando estas políticas, la IED por
parte de empresas trasnacionales (ETNs) fluiría y sería una fuente de
crecimiento económico en los países que la recibieran. Además de aumentar la
productividad y el empleo, la esperanza era que la IED atraería transferencias
masivas de conocimientos que estructurarían las habilidades y capacidades
tecnológicas de las empresas locales, promoviendo así un crecimiento
generalizado de la economía. También se esperaba que las ETNs trajeran consigo
una profusión de tecnologías ecológicas que mitigarían los impactos ecológicos
locales de la transformación industrial. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Recientemente estas políticas y acuerdos han despertado
preocupación, en parte por lo decepcionante de los resultados observados. Por
ejemplo, el crecimiento económico per cápita en la región fue menor en el
período de las reformas (menos del 2% desde 1990) que en las últimas décadas del
período de sustitución de importaciones. Una de las principales conclusiones de
este informe es que estos bajos niveles de crecimiento económico resultan en
parte del hecho de que la IED fracasó en lograr mayor inversión total en América
Latina. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los resultados más importantes del informe son, en
síntesis, los siguientes: </DIV>
<DIV align=justify><BR>La IED se concentró en un puñado de países de la región.
En efecto, Brasil, México, Argentina, Chile y Venezuela recibieron más del 80%
de la IED en la región. <BR>Las grandes empresas extranjeras en México y el
Caribe se concentraron en funcionar como plataformas de exportación a EEUU,
mientras que las localizadas en América del Sur tendieron a servir a los
mercados internos de la región. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La IED fue atraída por los determinantes tradicionales de
la inversión, no necesariamente porque un país hubiese celebrado un acuerdo
regional o bilateral de inversión, o bien por su capacidad de facilitar a las
empresas extranjeras un "paraíso" donde derramar su contaminación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al materializarse la IED, las empresas extranjeras en
general tuvieron mayores niveles de productividad y pagaron salarios más
elevados, tendiendo también a aumentar el comercio exterior en la región. Sin
embargo, la IED fue insuficiente para generar transferencias de tecnología ni
vínculos con la tecnología local que ayudara a los países a desarrollarse, y en
muchos casos de plano eliminó a las empresas locales con las que estaban
compitiendo, desplazando así a la inversión nacional. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El desempeño ecológico de las compañías extranjeras fue
disparejo: en ocasiones resultó superior al de las empresas nacionales, y en
otras resultó ser igual o peor que el de éstas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En sus estudios, el Grupo de Trabajo también documentó y
analizó la experiencia de la IED por sectores y países específicos: </DIV>
<DIV align=justify><BR>En Brasil, Argentina y México (los tres países receptores
de la mayor parte de la IED en la región) y en Costa Rica, se encontró que:
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las compañías extranjeras tienen niveles de productividad
y salarios más altos que las compañías nacionales, sin embargo, los mecanismos
de vinculación con las firmas nacionales y con la economía local son débiles,
especialmente en México y en Costa Rica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si bien las empresas extranjeras pueden haber importado
las tecnologías generadas en su empresa matriz, no contribuyeron a aumentar la
inversión en investigación y desarrollo de las economías locales. `</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En Brasil, México, Chile y Argentina</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Prácticamente todas las compañías extranjeras
transfirieron sistemas de administración ambiental a los países receptores. Sin
embargo: </DIV>
<DIV align=justify><BR>No se tiene la seguridad de que estas compañías, en la
práctica, estuvieran cumpliendo con las normas ecológicas locales. En Brasil
existen pocos indicios de que las compañías extranjeras cumplieran con dichas
normas en mayor medida que las empresas nacionales </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay pocos indicios de que las empresas extranjeras estén
teniendo efectos positivos sobre las cadenas productivas nacionales en términos
ecológicos (considerando sobre todo que muchos de los eslabones nacionales de
las cadenas productivas desaparecieron como resultado de la IED), y en algunos
casos, como el del sector forestal en Chile, las compañías extranjeras que
exportan con una certificación de "prácticas comerciales justas"("fair trade")
estaban efectivamente "elevando" los estándares ambientales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En otros, como el del sector de productos electrónico en
México, las exportaciones de compañías extranjeras no intentan alcanzar los
altos niveles de calidad existentes en Europa, ya que su mayor mercado de
exportación, Estados Unidos, no exige esos niveles. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En Venezuela, Bolivia, Ecuador y Uruguay</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un acuerdo bilateral de inversiones de Uruguay restringió
el conjunto de políticas disponibles para solucionar un conflicto que
involucraba una inversión extranjera y posibles problemas de contaminación
trasnacional con Argentina; </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al mismo tiempo, sin embargo, acuerdos bilaterales de
inversión propuestos para Bolivia, Ecuador y Venezuela fueron rechazados por los
gobiernos que pudieron renegociar los términos de sus contratos con empresas
extranjeras del sector de hidrocarburos. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Nuevas rutas para la IED y hacia el desarrollo
sustentable</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En coincidencia con la literatura más amplia en la
materia, el Grupo de Trabajo encontró que la inversión que llegó a Latinoamérica
como resultado de la liberalización de los regímenes de inversión extranjera ha
producido, en el mejor de los casos, un éxito limitado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por tanto no es sorprendente constatar que prácticamente
todos los nuevos gobiernos electos en América Latina están reconsiderando el
papel que la IED debe desempeñar en sus economías. Mientras algunos países
apenas comienzan a debatir el tema, otros han ido mucho más lejos y han
nacionalizado empresas extranjeras. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos
están buscando una política más equilibrada. Conclusión inevitable de este
informe es la necesidad de nuevas políticas. Con base en las investigaciones
anteriormente descritas, creemos poder derivar tres lecciones como principios
para poner en práctica políticas en este ámbito: <BR>La IED no es un fin, sino
un medio para alcanzar un desarrollo sustentable. Solamente atraer la IED no
basta para generar un crecimiento económico sustentable conservando al mismo
tiempo el medio ambiente. El informe demuestra que incluso en los países que
recibieron el grueso de la inversión en la región (Brasil, México y Argentina),
la IED no generó el derrame de beneficios ni el crecimiento económico
sustentable que se esperaban. La IED, entonces, debe ser concebida como parte
integral de una estrategia de desarrollo destinada a mejorar los estándares de
vida de la población de un país causando el mínimo daño posible al ambiente.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las políticas de IED deben aplicarse emparejadas con
importantes políticas nacionales dirigidas a aumentar la capacidad de las
compañías nacionales y proporcionar niveles elevados de protección ecológica.
Hay numerosas políticas específicas para cada país que se están aplicando o
sobre las que se debate en cuanto a maneras en que naciones de Latinoamérica o
el Caribe pueden superar fallas del mercado, problemas de acceso a créditos y
desafíos de competitividad que enfrentan las empresas nacionales. En este
sentido el aprendizaje de la experiencia asiática puede ser muy útil, ya que
muchos países de aquella región pusieron en práctica políticas industriales
concentradas en vincular a las compañías nacionales con las extranjeras, a fin
de que las compañías nacionales adquirieran competitividad a nivel
internacional. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los tratados internacionales, sea a través de la OMC o a
nivel de acuerdos regionales o bilaterales de comercio e inversiones, deben
dejar a los países en desarrollo el "espacio de políticas" para seguir las
políticas internas necesarias para fomentar el desarrollo sustentable mediante
la IED. El régimen emergente de normas de inversión internacionales restringe la
capacidad de los países en desarrollo para implementar algunos de los
instrumentos políticos que han servido para aprovechar al máximo la aportación
de la IED al desarrollo en Asia y otros lugares del mundo. Cuando actúan en
conjunto bajo los auspicios de la OMC, los países en desarrollo han logrado
bloquear, en gran medida, propuestas que constreñirían todavía más este "espacio
de creación de políticas". Sin embargo, la desaceleración de las negociaciones
para el comercio global ha conducido a una proliferación de acuerdos comerciales
y/o de inversión regionales o bilaterales entre países desarrollados y países en
desarrollo, donde estos últimos tienen una capacidad de negociación mucho menor
y terminan aceptando un menor "espacio de creación y aplicación de políticas", a
cambio del acceso a mercados importantes. Los estudios que constituyen este
informe hacen énfasis en los costos económicos, sociales y ambientales de este
modelo. Esperamos que también revelen algunas de las formas en las que las
políticas nacionales y los acuerdos internacionales pueden transformarse a fin
de alcanzar de mejor manera los objetivos más amplios del desarrollo. </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>*Kevin Gallagher es Profesor de Relaciones Internacionales en
la Universidad de Boston, y investigador del Instituto del Desarrollo Global y
Medio Ambiente de la Universidad Tufts. Andrés López es Director del Centro de
Investigaciones para la Transformación y professor de Economía en la Universidad
de Buenos Aires, Argentina. Contribuyen al Programa de las Américas en <A
href="http://www.ircamericas.org">www.ircamericas.org</A>.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT color=#800000 size=3><STRONG><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=3><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A><BR><FONT
size=3><STRONG><FONT color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante
- Por la Unidad de los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298
- Montevideo - Uruguay</FONT><BR></STRONG></FONT><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><FONT
size=3><STRONG>Agendaradical@egrupos.net</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>