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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>14 de julio 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>No está para festejos<BR><BR>Xulio
Ríos *</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo,
11-7-08</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.brecha.com.uy/main.asp"><STRONG>http://www.brecha.com.uy/main.asp</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>En los últimos años, coincidiendo con el comienzo del
siglo, China asistió a un periodo de florecimiento excepcional, caracterizado
tanto por la visibilización del elevado crecimiento de la economía del país
desde la adopción de la política de reforma y apertura (iniciada a finales de
1978) como por la intensificación de esa tendencia con índices de dos dígitos,
el aumento exponencial de su comercio exterior (alentado por el ingreso en la
OMC), de sus reservas de divisas (1,68 billones de dólares a finales de marzo de
este año) y de su protagonismo internacional.<BR><BR>Según afirma Justin Lin
Yifu, director del Centro Chino para la Investigación Económica de la
Universidad de Beijing y economista jefe del Banco Mundial, en el número de mayo
de la edición china de la revista Harvard Business Review, la economía del
gigante oriental podría ser, en términos absolutos, 2,5 veces mayor que la de
EEUU en 2030, partiendo del hecho, entre otros, de que el PIB per cápita de los
chinos equivalga entonces a la mitad del correspondiente a los estadounidenses.
El PIB per cápita chino en 2007 fue de 2.556 dólares (frente a los 45.845$ de
EEUU, según datos del FMI). El objetivo del gobierno es que en 2020 se llegue a
los 3.500 $, doblando la cifra de 2000.<BR><BR>A finales de 2007, tres bancos
chinos figuraban entre los cuatro más importantes del mundo, con el ICBC
(Industrial and Commercial Bank of China) liderando la lista, seguido del China
Construction Bank, en segunda posición, y del Bank of China, en cuarta. El
británico HSBC va en tercera posición y el antiguo líder mundial, el
estadounidense Citigroup, pasó a la sexta posición.<BR><BR>Todo ese cúmulo de
destellos positivos, que no pueden ocultar otros datos preocupantes (un informe
reciente de UNICEF señala que la tasa de mortalidad infantil entre las
poblaciones pobres sigue siendo muy elevada, a pesar de los avances: 24 por 1000
en 2006 frente a 45 por 1000 en 1990) debían culminar en 2008 en la exitosa
celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín, simbolizando tanto el éxito de la
modernización como su vuelta al mundo después de milenios de autoaislamiento. No
obstante, este año, la secuencia de desastres naturales, las dificultades de la
economía mundial, tensiones políticas internas y la exacerbación de las críticas
exteriores, generó un acentuado cambio de atmósfera hasta el punto de que la
fiesta parece haber acabado antes de empezar. <BR><BR><STRONG>La inflación,
problema número uno</STRONG><BR><BR>Las previsiones oficiales aseguran que la
economía china seguirá creciendo a una tasa anual del 10,4% en 2008, más lenta
de lo inicialmente contemplado debido al deterioro del ambiente exterior y la
apretada política interna, indica un informe de la Universidad Popular de China
y la firma Donghai Securities. En 2007 creció un 11,9%, el quinto año
consecutivo con un crecimiento de dos dígitos. Según el mismo informe, el PIB
aumentó en el primer trimestre un 10,6%, con una baja del 1,1 en relación al
mismo periodo del año pasado, debido a la reducción de la demanda externa y las
tormentas de nieve que azotaron el sur del país en enero, las peores de los
últimos 50 años. Las estimaciones apuntan a que el superávit comercial se
reducirá este año en un 10%. <BR><BR>Por su parte, fuentes del Banco Mundial,
según las cuales China ya superó a Japón para convertirse en la segunda economía
del mundo en términos de paridad de poder de compra, establecen una previsión
del crecimiento del 9,8%, en virtud del fuerte desarrollo del sector servicios,
vaticinando también una ligera desaceleración. Según esta institución, el
terremoto que se registró en el suroeste de China y que provocó inmensos daños
(cerca de 100.000 muertos y desaparecidos, más de 350.000 heridos, 12 millones
de desplazados, varias ciudades totalmente destruidas, y unos 20 mil millones de
euros en pérdidas, según las primeras estimaciones oficiales), tendrá un efecto
macroeconómico moderado, ya que las zonas afectadas por el desastre representan
una pequeña parte de la economía del conjunto del país.<BR><BR>Esa moderación
del crecimiento, anhelada por los dirigentes durante mucho tiempo para evitar el
sobrecalientamiento de la economía, preocupa en China por que se da en un
contexto que presenta algunos factores negativos altamente sensibles. No se
trata sólo de la Bolsa, que en Shanghai, por ejemplo, cayó un 50% entre octubre
de 2007 y abril de 2008, sino, sobre todo, de la inflación, problema número uno
que trae de cabeza a las autoridades. <BR><BR>En mayo, la inflación ascendió al
7,7%, después de registrar un 8,5% en abril (otras fuentes señalan que en
realidad debe doblarse esa cifra). El objetivo del gobierno es llegar a final de
año con un 4,8%, que a día de hoy parece imposible. El alza en el precio de los
cereales es considerado el principal motor de la inflación, dado que los
alimentos representan una tercera parte del IPC. El precio de la carne aumentó
el 37,8% y la de cerdo un 48%. Por término medio, en mayo, los alimentos
aumentaron un 19,9%. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, el incremento del precio de las materias
primas ejerce también una fuerte presión que requerirá de una politica monetaria
relativamente restrictiva y la imposición de reequilibrios que reduzcan las
distorsiones, especialmente repercutiendo en los consumidores esta nueva
situación. Las gasolinas, por ejemplo, registraron en julio un aumento del 15%,
y se anuncian aumentos de la electricidad y los transportes.<BR><BR>Según el
subdirector del Buró Nacional de Estadísticas (BNE), Xu Xianchun, estos datos no
son coyunturales. En declaraciones a la revista China Economic Weekly, vaticina
una etapa de reajuste y la desaceleración del crecimiento en los próximos años.
Reconociendo que en 2008, China enfrenta una situación muy dura en términos de
inflación, Xu advierte de la enorme presión que deberá soportar la economía
china si no logra contenerse.<BR><BR>El aumento de los precios de los alimentos
y del coste de la vida genera importantes tensiones y alarga el descontento. El
fantasma de Tiananmen sobrevuela los tejados de Zhonanghai, sede del gobierno.
El primer ministro, Wen Jiabao, estrecho colaborador de Zhao Ziyang en 1988
cuando una situación similar provocó la multiplicación de las dificultades que
luego desembocaron en la crisis de junio del año siguiente, asegura que todo
está bajo control y mientras con una mano adopta medidas impopulares, con la
otra mitiga el malestar tratando de meter en cintura a los corruptos. Esa
combinación de avance de la corrupción y de incremento de las dificultades para
sobrevivir fue, en buena medida, la causa primera de la crisis de 1989. Quizás
tirando lecciones del pasado, el PCCh se apuró a aprobar días atrás un plan
quinquenal anticorrupción. Son muchos los que creen que servirá para bien poco.
En Weng’an, en la provincia de Guizhou, el 29 de junio, un alzamiento popular
incendiaba la sede del gobierno local, de la policía y del comité local del PCCh
ante las sospechas de connivencia de la policía y las autoridades locales en el
encubrimiento de un asesinato.<BR><BR>Conviene tener en cuenta que los precios
de los alimentos suponen más del 30% del presupuesto de las familias más pobres
y de clase media. El precio del arroz, por ejemplo, un alimento básico, aumentó
un 60% desde comienzos de año, sin que el gobierno fuera capaz de impedirlo.
China afronta esos encarecimientos con una politica de autosuficiencia agrícola
a largo plazo (hoy situada en el 95 o 90%), habida cuenta que el fenómeno actual
no es temporal sino que puede durar varios años. Con una población tan
considerable (20% del total mundial) y escasa tierra cultivable (7% de la
superficie total del país) la provisión de alimentos es una misión esencial para
el gobierno chino, pero la convergencia de abandono, de emigración hacia las
ciudades de la mano de obra en busca de mejores salarios -algunas fuentes
estiman que en los próximos 15 años se trasladarán a las ciudades entre 300 y
400 millones de chinos (entre 1996 y 2006 se redujo en más de 80 millones de
habitantes la población rural)- y la reducción de la tierra cultivable debido a
la acelerada urbanización, la expansión industrial y la desertificación (en la
última decada se perdió un 5,5% de la superficie fértil), complica las
expectativas gubernamentales. El aumento del gasto oficial en desarrollo rural
(30% en relación a 2007) parece insuficiente para frenar estas tendencias.
<BR><BR>El problema para el gobierno radica en que buena parte de las causas de
esta inflación son externas o dependen de factores incontrolables como la propia
naturaleza y, por lo tanto, escapan a su intervención. Frente a las alzas
mundiales de los precios del petróleo, de los cereales y de otras materias
primas, sólo puede reaccionar con medidas paliativas.<BR><BR><STRONG>Llover
sobre mojado</STRONG><BR><BR>Persisten, por otra parte, fenómenos como las
disparidades entre las áreas urbanas y rurales, que no dejan de crecer a pesar
de las anunciadas inversiones gubernamentales tanto en infraestructuras como en
compromisos sociales. La protección de los derechos de los campesinos frente a
los abusos de poder de los corruptos jefes del partido y de los intereses de los
trabajadores inmigrantes (hoy unos 130 millones, es decir, casi 60 millones más
que hace una década según fuentes del BNE), equiparando su estatus al de los
residentes urbanos, es más fácil de proclamar que de efectivizar. Por otra
parte, la presión en materia de empleo es muy dura, como admite el propio
ministro de trabajo y seguridad social, Tian Chengping: “cada año entran en el
mercado laboral unos 20 millones de personas, pero en las zonas urbanas
solamente se pueden crear unos 12 millones de puestos anuales”. La previsión
oficial de desempleo para 2008 es del 4,5%, cifra que otras fuentes llegan a
multiplicar, al menos, por dos.<BR><BR>Asimismo, mal que le pese al gobierno, a
quien no se le pueden negar empeños en este aspecto, las desigualdades sociales
no hacen más que crecer: la diferencia entre el bienestar urbano y el rural
llegó a 3 ,3:1 en 2006, en comparación con el promedio mundial de 1,8:1. En
2007, en China siguió aumentando el número de ultramillonarios (20,3%), llegando
a 415.000 según el estudio anual de Merrill Lynch y Capgemini. Mientras la gran
masa de consumidores chinos utiliza su poder de compra para castigar las
multinacionales occidentales que se alinean con las posiciones del Dalai Lama o
secundan las protestas contra la antorcha olímpica, los millonarios comienzan a
condicionar gustos y estilos de las multinacionales del lujo, que sucumben
gustosamente a sus caprichos. China es su gran mercado emergente.<BR><BR>En
marzo último, en las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN), Wen
Jiabao anunció una política monetaria austera para resolver los problemas de
liquidez excesiva y fuertes inversiones en agricultura, educación, asistencia
médica y seguridad social. La masiva inversión en programas sociales indicaría
una voluntad de socialización del crecimiento, prestando más importancia al
bienestar de los habitantes rurales y de los urbanos de escasos recursos con
políticas activas. Pero tarda en materializarse. <BR><BR><STRONG>Un otoño
caliente</STRONG><BR><BR>Todos estos problemas, en buena medida opacados por las
celebraciones olímpicas, eclosionarán en septiembre, incidiendo de forma
considerable en la agenda oficial. Hay tristeza por las dificultades surgidas,
tanto internas (el terremoto de Sichuan, especialmente, afectó el ánimo de los
chinos) como externas (las críticas occidentales les hicieron perder cierta
ingenuidad).<BR><BR>A las dificultades conocidas (inflación, energía, sector
inmobiliario, empleo, etc.) se suman las tensiones sociales y políticas que
siguen ahí y que podrían manifestarse de forma más virulenta en forma de
críticas a un régimen que tiene dificultades para explicarse. China llega
extenuada a estas Olimpiadas, en pleno cambio de ciclo que coincide con un
cambio en el modelo de crecimiento y fuertes tensiones de todo tipo. <BR><BR>El
recurso al nacionalismo, una vez más, puede ser un buen antidoto como factor de
cohesión, pero difícilmente calmará la irritabilidad social que no pasará por
alto la desigual forma en que la crisis afecta a unos y a otros. El lanzamiento
de una nueva nave y el primer paseo espacial de un taikonauta, previsto para
octubre, servirá al gobierno para recabar la confianza y la complicidad social,
pero valdrá de bien poco si los problemas de la vida cotidiana de los chinos no
experimentan un avance apreciable. Tan abultada agenda puede aplazar el ajuste
de cuentas con todos aquellos que intentaron aprovechar la atención olímpica
para saldar deudas con el régimen que podría, nuevamente, enrocarse en una
defensa numantina esperando la llegada de tiempos mejores. <BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política
China (Casa Asia-IGADI) </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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