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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>20 de julio 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La siembra de
vientos y los huracanes</FONT></STRONG><BR><BR></FONT><FONT face=Arial
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Guillermo Almeyra <BR>La
Jornada, México, 20-7-08</STRONG><BR><A
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Vale la pena repasar la crónica de los
acontecimientos. El año pasado el entonces presidente argentino Néstor Kirchner
creyó hacer una hábil maniobra y “puentear” a su conflictivo partido peronista,
cooptando dirigentes de la Unión Cívica Radical y del Partido Socialista, que le
sirvieron para reforzar la mayoría electoral que eligió presidenta a su esposa y
para controlar algunas provincias. Como estaba seguro de tener mayoría en ambas
cámaras del Congreso y no le atribuía ningún papel a éste –la asignación y
distribución de fondos públicos había sido delegada al Ejecutivo y éste
gobernaba emitiendo decretos–, Kirchner ni pensó en que el Congreso podría ser
obligado a dirimir una cuestión política importante. Ya en el gobierno su esposa
Cristina Fernández, Kirchner intentó controlar a su partido y dejó a su suerte a
esos “transversales” K socialistas o radicales expulsados, como el
vicepresidente Cobos. Pero para disputarle el Partido Justicialista se
coaligaron todas las derechas peronistas. La cosa no era muy grave, aunque el ex
presidente Duhalde se apoya en un tejido mafioso (policía, droga, clientelismo
político) en la provincia de Buenos Aires, el gobernador de San Luis tiene una
fuerte base clientelar al igual que el de Córdoba y los ex gobernadores
menemistas mantienen sus aparatos policiales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El antiperonismo visceral de radicales, socialistas y
conservadores de todo tipo que integraban la oposición impedía la unión entre
ambos sectores, y Kirchner creyó poder contrabalancear al grueso de la derecha
de su partido con otra parte de esa derecha, o sea, con dirigentes sindicales
burocráticos y corrompidos de la Confederación General del Trabajo, cooptando a
parte de los líderes de la Central de Trabajadores Argentinos y de los grupos
piqueteros. Mientras, para aumentar las exportaciones fomentó el cultivo de
soya, que se cuadruplicó durante su mandato, y dio toda clase de apoyos y
facilidades a los grandes exportadores de granos y al capital financiero. Trató
también de mantener caro el dólar para favorecer las exportaciones argentinas y,
con fondos estatales, subsidió transportes, combustibles, servicios públicos y
hasta grandes supermercados para mantener bajos los precios. Su política
económica buscaba utilizar los ingresos provenientes de las exportaciones y de
los impuestos para subsidiar y desarrollar la industria e impedir la subida de
los salarios reales con el propósito de aumentar las ganancias de los
industriales, confiando en que las tasas chinas de crecimiento económico
permitirían seguir reduciendo la desocupación (cercana a 10 por ciento) y
ampliar el mercado interno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero su esposa asumió el poder cuando comenzaba el
periodo de las vacas flacas –caída del dólar a escala mundial, grave situación
económica en Estados Unidos, aumento enorme del precio de combustibles y, por
ende, de fertilizantes y plaguicidas, inflación importada–, que hace cada vez
más difícil mantener esa política. Para obtener más ingresos, Cristina Fernández
pensó en un gravamen a las ganancias extraordinarias de los exportadores de soya
que, de paso, redujese la tendencia a abandonar los cultivos alimentarios y la
ganadería, con el consiguiente aumento de los precios al consumo. La medida era
necesaria y justa, pues el Estado tiene derecho y obligación de impedir que los
precios del mercado internacional determinen los precios internos al consumo y
de evitar que se extienda el monocultivo de una forrajera que daña los suelos y
en su avance elimina alimentos, vacas, campesinos, pueblos, bosques.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la resolución fue adoptada con torpeza, ignorancia y
prepotencia, sin consultas previas y sin prever consecuencias. Además, según la
Constitución, es el Parlamento el que debe determinar los impuestos y no el
Poder Ejecutivo. La imposición del mismo gravamen para productores grandes y
pequeños, para quienes producen en tierras buenas y cerca de los puertos, con
altos rendimientos, y quienes lo hacen en tierras marginales, unió, detrás de
los especuladores del gran capital y de los grandes terratenientes y
exportadores, a pequeños productores, arrendatarios y rentistas, que se
convirtieron en masa de maniobra política de aquéllos. Detrás de pequeños y
grandes capitalistas rurales se alinearon de inmediato las clases medias de los
pueblos y a ellas se sumaron la oposición visceralmente racista y antiperonista
que grita contra el gobierno”de los negros y los vagos” y la derecha peronista.
El kirchnerismo logró así unificar el antisolidarismo y el conservadurismo con
la reacción y el racismo. Agregando la soberbia a la torpeza esperó además 90
días de cortes de rutas y desabastecimiento en las ciudades para inventar una
motivación para esta justa retención de la ganancia extraordinaria de los
soyeros y dejó pasar cien antes de dejar la aprobación de su proyecto al
Parlamento, como correspondía desde el primer día. En las Cámaras pagó también
el precio de su autoritarismo pues, por no haber sido escuchados, consultados ni
convencidos, diputados y senadores peronistas votaron junto con la oposición y
por los grandes grupos cerealeros. Para colmo, los radicales y socialistas K, y
entre ellos el vicepresidente Cobos, cuando sugirieron modificar la medida para
separar a los pequeños productores de monopolistas y desmontar la protesta
fueron vapuleados y marginados. En la discusión parlamentaria, naturalmente, se
diferenciaron del gobierno y el voto del vicepresidente y presidente del Senado,
Julio Cobos, fue decisivo para enterrar no sólo el gravamen sino también la
entera política del gobierno. Ahora la derecha está unida, a la ofensiva y
encontró el candidato a presidente que le faltaba nada menos que en el vice de
Cristina Fernández. El partido transversal también pasó a mejor vida y Kirchner
deberá defender su mayoría en el partido peronista. El gobierno está
desprestigiado y ha perdido su mayoría absoluta en ambas Cámaras y el Parlamento
ha comenzado a funcionar y le exigirá que explique por qué no tomó medidas
contra los grandes exportadores que defraudaron más de mil 200 millones de
dólares al fisco y robaron a arrendatarios. La economía ha recibido un gran
golpe y los subsidios no podrán ser tan cuantiosos como hasta ahora. El barco
argentino acaba de entrar sin timonel en un mar agitado y lleno de
escollos.</DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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