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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario
<BR></FONT></U></EM><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición
internacional del Colectivo Militante<BR><U>16 de agosto 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Alberto J. Pla
(1926-2008)<BR><BR>Una vida por el socialismo<BR><BR>Hugo Moreno
*</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Cátedra Che Guevara</STRONG><BR><A
href="http://www.catedracheguevara.com.ar"><STRONG>www.catedracheguevara.com.ar</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>El 10 de agosto falleció el historiador argentino
Alberto J. Pla, en Rosario, su ciudad natal. Esta pérdida deja una gran ausencia
para todos los que lo conocieron, así como para su hija, Laura, científica de
renombre a quien su padre profesaba tanto cariño como una admiración renovada
sin cesar. Pocos años antes había muerto Guillermina, su compañera de toda la
vida, golpe terrible que nunca pudo asimilar. <BR> <BR>Alberto nació el 21
de enero de 1926, hijo de una familia rosarina acomodada y culta. Su padre, el
ingeniero Cortés Pla, socialista, fue uno de los precursores de la Reforma
Universitaria de 1918, ese gran movimiento político y cultural que nacido en
Córdoba logró un impacto continental. En ese ambiente se educó, en la cultura,
la política, las ideas y los sentimientos de una época impregnada por los
grandes cambios de la primera parte del siglo XX, los ecos de la revolución
mexicana y la rusa, la guerra civil española, los conflictos y las tragedias del
siglo, las crisis del capitalismo, el colonialismo, las guerras mundiales, las
luchas y el anhelo de una sociedad superior. Y también el ascenso del fascismo y
del estalinismo, sepultureros de toda esperanza, cada uno a su
manera.<BR> <BR>Desde muy joven, estudiante en La Plata, Alberto tomó parte
activa en la reflexión y el combate por comprender su época. La izquierda
argentina en todas sus variantes - anarquistas, socialistas, comunistas - tenía
que enfrentar, en particular, los nuevos problemas planteados por el movimiento
de masas que dio nacimiento al peronismo en 1945. Comprender el peronismo y
mantener la perspectiva obrera y socialista era un desafío
mayor.<BR> <BR>Brillante estudiante en matemáticas, Pla se orientó unos
años después hacia la historia. Esta devino su oficio y su pasión. Egresado como
profesor de historia y geografía en 1955, comenzó su carrera en la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación y en el Instituto de Historia de la
Cultura, dirigido por el profesor José Luís Romero, luego en el Instituto de
Historia de América a cargo del profesor Enrique N. Barba. <BR> <BR>Se
inició en la militancia política en el Partido Socialista, adhiriendo después a
la organización trotskista de Hugo Bressano (Nahuel Moreno), el Grupo Obrero
Marxista (GOU). Rápidamente desilusionados de su política y su vida interna,
Alberto y Guillermina rompieron con Moreno. En 1949 se incorporaron al Grupo
Cuarta Internacional (GCI) que fue, desde 1951 y durante una década, el Partido
Obrero Revolucionario (POR), la sección argentina de la Cuarta Internacional.
Allí consagraron su actividad política y sus fuerzas muchos años. En 1964,
atisbando la deriva sectaria de esta organización dirigida por Homero Cristalli
(Posadas), se alejaron sin perder el interés ni la preocupación militante. No es
cuestión en estas líneas de contar esta historia, sino apenas de señalar el
hecho. El socialismo, el marxismo y el trotskismo fueron siempre su horizonte
intelectual y político. No se identificaban, empero, con ninguna de las
organizaciones existentes. Sabían hacer la diferencia, a veces abismal, por así
decirlo, entre Marx o Trotsky y los grupos que asumen sus nombres y
representación. <BR> <BR>Intervenida la Universidad por el golpe militar de
1966, Alberto encontró una base de apoyo en el Centro de Estudios
Histórico-Sociales, compartiendo cursos con Sergio Bagú y Rodolfo Puiggros,
entre otros. En esta suerte de “universidad popular” continuó su actividad
contra vientos y mareas. Desde 1972, además, fue director de dos colecciones
publicadas por el Centro Editor de América Latina (CEAL): Historia de América
Latina Siglo XX, así como Historia del Movimiento Obrero, cuyos numerosos
trabajos fueron editados en fascículos semanales y posteriormente en varios
tomos.<BR> <BR>Desde comienzos de los años 1960, la historia social de
América Latina fue su centro principal de interés. Enseñó en las universidades
de La Plata, Buenos Aires y Rosario, así como en otras, entre ellas Bahía Blanca
y Salta. Sin embargo, Alberto no era un académico tradicional. Erudito, dotado
de una gran cultura general, conocedor de Marx como pocos, ejerció una
influencia permanente en su entorno. Su preocupación esencial era la formación
intelectual, cultural y política de los jóvenes estudiantes. Partía de la
premisa que el estudio y la vida intelectual no podían separarse de las ideas,
los sueños y las luchas por un mundo mejor. Recordaba siempre a los maestros de
la escuela francesa de los Annales, fundadores de la historia social. Por eso
mismo, cuando después del regreso de Perón a Argentina, en 1973, grupos
estudiantiles nacionalistas pretendieron imponer censura sobre los programas de
enseñanza de cada profesor, Alberto se negó rotundamente al procedimiento y los
obligó al respeto. <BR> <BR>Los vaivenes de las luchas y las persecuciones,
comenzando por la Triple A bajo el gobierno de Isabel Martínez de Perón, obligó
a Alberto y su familia a emprender el camino del exilio. Le costó mucho, pero no
tenía otra alternativa. Durante los años de la última dictadura (1976-1983) se
instaló primero en Caracas, donde fue profesor en la Universidad Central de
Venezuela. Allí prosiguió su tarea de docencia e investigación, fundando un
“Centro de estudios del movimiento obrero”. Uno de sus frutos fue su tesis de
doctorado Sindicatos y política en Venezuela (1924-1950), dirigida por el
profesor Claude Willard, en la Universidad de Paris 8. A partir de 1982, inició
la etapa de México, esta vez en la Universidad Autónoma de Puebla. Los años
mexicanos los recordaba siempre con una gratitud imperecedera. Finalmente, la
caída de la dictadura, a fines de 1983, permitió el regreso a Argentina en 1985.
Desde 1984 fue uno de los fundadores de la revista Cuadernos del Sur, cuyo
editor fue José Maria Iglesias, también exilado en México. En toda la primera
etapa Pla colaboró activamente.<BR> <BR>Asumió entonces, por concurso, las
cátedras de Historia de América Contemporánea en las Universidades de Buenos
Aires y de Rosario. En 1988 fue designado Investigador Principal del Conicet
(principal centro de investigaciones de la Argentina). Al mismo tiempo,
participaba en coloquios, dictaba conferencias y charlas en los más diversos
lugares, prefiriendo en particular los sindicatos, mientras animaba grupos de
discusión y formación con sus estudiantes y colegas más allegados. Mantuvo esta
actividad hasta el último momento, sobreponiendo problemas de salud y la carga
inexorable de los años. La presencia de Laura y de sus colegas y amigos de la
Universidad fueron un estímulo permanente.<BR> <BR>En las casas de Alberto
y Guillermina – Rosario, Buenos Aires, Caracas, Puebla...- siempre encontraron
lugar, abrigo y afecto los amigos y compañeros que allí llegaban como viajeros o
como prófugos de la dictadura. La vieja palabra socialista y libertaria,
solidaridad, tomaba cuerpo y realidad en sus actos y en sus vidas.
<BR> <BR>En el curso de este itinerario publicó numerosos libros,
artículos, folletos y ponencias para diversos encuentros. Entre sus principales
libros : América Latina Siglo XX, economía, sociedad, revolución (1969), La
burguesía nacional en América Latina (1971), Ideología y método en la
historiografía argentina (1972), Modo de producción asiático y las Formaciones
económico-sociales inca y azteca (1979), La Historia y su método (1980), La
Internacional comunista y América Latina (1996), América Latina, mundialización
y crisis (2001).<BR> <BR>Alberto J. Pla fue esencialmente un hombre
íntegro, de ideas y convicciones, una persona tallada en una sola pieza. En ella
se reunían la inteligencia, la cultura, la generosidad, el calor humano y la
dignidad de quien no aceptaba “negociado” alguno. Muy lejos estaba de la figura
del catedrático conservador, del “mandarín”, como del dirigente político siempre
obligado a bajar línea. Alberto era la escucha permanente, la simplicidad, el
diálogo fecundo. El maestro, que sí lo era, se ponía a la par de todos, no
establecía distancias sino puentes, sin jerarquía alguna. Otra cosa era su
intransigencia de principios. Conviene recordarlo, hoy más que nunca, en estos
tiempos de confusión y debacle política, cultural y ética. Para decirlo con sus
palabras, en medio de esta “crisis de civilización” – o de fin de época –
mencionada por él mismo cuando la Universidad de Rosario le otorgó la distinción
de Doctor Honoris Causa, en septiembre 2005.<BR> <BR>En este texto, que
evoca la guerra social permanente entre el capital y el trabajo, Alberto
recupera como punto clave la esperanza. Es un proyecto de vida que tiene como
horizonte futuro la posible transición al socialismo. Nada hay en esto de fatal
ni de místico. Solo se trata, como lo dice, de “una apuesta contra la
explotación, el hambre, la acumulación del capital y la destrucción ‘asesina’ de
la vida misma en el planeta”. Esta apuesta condensa la vida ejemplar que se
apagó en sus 82 años. Una vida bien vivida, digna y fecunda.
<BR> <BR><BR>París, 14 de agosto 2008.<BR> <BR>* Hugo Moreno,
docente-investigador en la Universidad de Paris 8, es miembro del Consejo
Editorial de Sin Permiso.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Forjó generaciones de estudiosos y
se distinguió como revolucionario y hombre consecuente</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Murió Alberto J. Pla, uno de los
historiadores más relevantes del siglo XX latinoamericano</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Guillermo Almeyra</FONT></STRONG>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>La Jornada, México, 12-8-08</STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><BR>El 10 de agosto murió en Rosario, Argentina, Alberto J.
Pla, uno de los mayores historiadores latinoamericanos de este siglo, ayudante y
discípulo de José Luis Romero y de Sergio Bagú, también historiadores de fama
mundial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos
Aires, en la Universidad de La Plata y, sobre todo, en la de Rosario, formó
generaciones de historiadores y pensadores, que lo recuerdan como un maestro
ejemplar, sencillo, muy culto, intransigente en la defensa de sus principios
revolucionarios socialistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El exilio lo llevó a nuclear en torno suyo, en la cátedra
de estudios del movimiento obrero de la Universidad Central de Venezuela, a
historiadores también exiliados, como el argentino Luis Vitale, y a colegas
venezolanos más jóvenes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En México, en los años 80, enseñó con brillantez en la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla antes de retornar a Argentina.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Joven miembro del Partido Socialista argentino se adhirió
al trotskismo inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y mantuvo
hasta el fin sus concepciones internacionalistas y revolucionarias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Rosario, en la Universidad, congregó a estudiantes y
jóvenes profesores, a los que brindó siempre un ejemplo de rigor científico, de
pensamiento antidogmático y libertario y de coherencia principista.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Consejero editorial</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Alberto J. Pla creó en los años 70 una colección de
historia para el Centro Editor de América Latina, que tuvo un papel esencial en
la formación de la intelectualidad argentina; fue cofundador, entre otras
revistas, de Cuadernos del Sur, publicación marxista editada en Buenos Aires, y
brindó valiosos consejos desde el consejo asesor de muchas revistas académicas
de historia en diversos países latinoamericanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre otras múltiples obras, el historiador dejó América
Latina: economía, sociedad y revolución, La Internacional Comunista y América
Latina, Historia y socialismo, América Latina: mundialización y crisis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Alberto Pla, uno de los raros profesores a los que se les
puede decir maestro, fue siempre, antes que nada, un hombre de acción, un
revolucionario que puso su vida al servicio de sus ideas, fundamentadas siempre
críticamente.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000>Edición internacional
del Colectivo Militante - Por la Unidad de los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 -
Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo - Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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