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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>17 de agosto 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia<BR><BR>Los costos económicos
del guerrerismo uribista <BR><BR>Renán Vega Cantor
*<BR></FONT></STRONG> <BR></DIV>
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<DIV align=justify>En estos días ha circulado la noticia relacionada con la
crisis de las finanzas del Estado colombiano, que ha llevado al gobierno
ilegítimo a anunciar una reducción de todos los gastos, pero especialmente
del destinado a educación y actividades semejantes. Esta situación era de
esperarse, porque una política demencial de gasto para la guerra, como la de la
inseguridad antidemocrática, es insostenible a mediano y largo plazo, máxime
para un país pobre y dependiente como Colombia. Simplemente se ha hecho público
algo que se preveía, al mirar las frías cifras estadísticas sobre los recursos
destinados a la guerra y los dedicados a la educación universitaria, como se
propone en este artículo.<BR> <BR><STRONG>1. Astronómico gasto
militar</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En los últimos años se nota una preocupante
transformación de la estructura de los gastos del estado colombiano, siendo su
principal característica el crecimiento desmesurado del gasto militar, en
desmedro de los gastos sociales. Algunos datos proporcionados por estudios
recientes, indican lo siguiente: entre el 2000 y 2005 el gasto militar aumentó
78,4%; en el 2008 los gastos en defensa y seguridad experimentaron un
crecimiento del 20%, absorbiendo en total el 21.2% de los recursos
presupuestales, lo que iguala a los gastos de salud, educación y saneamiento
básico, (esto hace que Colombia se ubique entre los tres primeros países del
mundo en gasto militar relativo, solamente superado por Israel y Burundi); el
gasto militar con relación al PIB ascenderá en el 2008 (incluyendo gastos de
Defensoría y el Plan Colombia) al 6.3 del PIB, algo absolutamente inusual para
un país pobre; esta cifra del PIB adquiere relieve, si recordamos que el
promedio latinoamericano es del 1.6% del PIB y el de Estados Unidos es del 4%;
el 81,2 del total de empleos públicos generados por el gobierno nacional
corresponde a defensa, seguridad y policía y el 58,4 de los salarios del
presupuesto central al Ministerio de Defensa; esto quiere decir, concretamente
que 8 de cada 10 funcionarios del gobierno nacional están adscritos al
Ministerio de Defensa, como personal activo de las Fuerzas Armadas y la Policía,
o como personal civil de soporte; la desmovilización o la muerte en combate de
uno solo de los miembros de los grupos insurgentes le cuesta al Estado
colombiano la alucinante cifra de $5662 millones de pesos (cuántas
escuelas podrían construirse con este dinero, cuantos profesores se podían
contratar y cuantos niños podrían estudiar); del total de $ 4,5 billones
de aumento del gasto en inversión del gobierno nacional para el 2008, $ 3,5
billones se destinan a defensa y seguridad con un incremento de 66% respecto al
2007; hay dos factores que gravitaran negativamente en los años por venir en los
gastos generales del Estado colombiano: el pasivo pensional de las fuerzas
armadas, al que debe dedicarse un 47% extra de recursos, y las sentencias
judiciales por los crímenes de las fuerzas militares, ya que actualmente cursan
demandas en contra del Estado por $15 billones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Globalmente hablando, los gastos militares junto con el
servicio de la deuda absorbieron el 49.1 del presupuesto nacional en el 2007,
cifra que será todavía mayor en el 2008. Al respecto Diego Otero señala: “En
estos dos rubros está el problema fiscal, no en los gastos de personal
diferentes al militar como viene argumentándose desde hace varios años. La
solución no está en despedir más funcionarios públicos. El nudo gordiano no está
ahí sino en el excesivo gasto militar y altísimo servicio de la deuda externa e
interna. En las soluciones a los problemas de la deuda y del conflicto interno
se encuentran las respuestas a los problemas de las finanzas públicas y del
insuficiente crecimiento económico más que en acabar entidades, privatizar
empresas, expulsar funcionarios y hacer ineficiente el aparato
estatal”.<BR> <BR><STRONG>2. Estancamiento del gasto
educativo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En contraposición con el gasto militar se ha presentado
una disminución o en el mejor de los casos un estancamiento del gasto social, en
el cual se incluye el gasto educativo en general, y en particular el gasto
universitario. Es apenas obvio que si el objetivo del Estado colombiano ha sido
el de incrementar los gastos de defensa, al mismo tiempo se observe la reducción
proporcional de los gastos en educación, salud y saneamiento ambiental. Algunas
cifras nos sirven de ilustración al respecto: El gasto público social en
educación como porcentaje del PIB en Colombia, según la CEPAL, ha tenido
este comportamiento: 2,6 en 1990, 4,8 en 1996, 4,1 en 2001, 4, 8 en 2003 y 3,7
en 2005. Este dato adquiere relevancia si lo comparamos con el gasto militar ya
señalado de 6%, pero vale la pena compararlo con el PIB educativo de otros
países: Argentina, 4,5; Cuba, 12,4; Bolivia, 7,3; Honduras, 7,7; Nicaragua, 4,7;
Venezuela, 5,0. En este ámbito, entre 21 países de América Latina y el Caribe,
Colombia se encuentra en el puesto No. 14, superando a Chile, Ecuador, Salvador,
Guatemala, Perú, República Dominicana y Uruguay.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro dato interesante es el gasto público social per
cápita en educación, que en Colombia, (expresado en dólares del 2000), era de 49
dólares en 1990, 101 en 1996, 82 en el 2001 y de 82 en el 2005. Para tener una
base comparativa, es bueno decir que en este último año (2005) ese mismo gasto
per cápita en educación era de 350 dólares en Argentina, 375 en Cuba, 229 en
México, 165 en Panamá, 201 en Uruguay, 240 en Venezuela. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro dato revelador lo podemos ver al analizar el
Presupuesto General de la Nación del 2008, donde encontramos que, según Germán
Reyes, mirando la composición de los funcionarios vinculados a la administración
pública, de los “977.136 cargos, 566.084 serán de la nómina del Gobierno
Nacional. Entre ellos, Defensa y Seguridad (DAS, FFMM, Policía) ocuparán el
81.2% (459.687 personas) que demandarán el 58.4% del presupuesto; 1.6% (9.092)
de dichos cargos serán de la Protección Social con un costo del 2.6% del PGN;
0.3% (1731) con un costo del 0.5% del PGN corresponderán al sector educativo”.
Por su parte, si se suma todo “el personal que se pagará con cargo al Sistema
General de Participación -SGP-, 411.052 (327.948 educadores, 67.770 trabajadores
de la salud, 15.334 docentes y administradores universitarios) por un valor de
$12.6 billones de pesos, nos permitirá sacar la siguiente conclusión: en
Colombia, por cada 1.000 habitantes, hay 11.42 detectives, soldados o policías;
8.19 educadores; 1.69 trabajadores de la salud y 0.38 docentes o administrativos
universitarios”. Por supuesto, ¡no es muy alentador el presente y el futuro de
un país, que tiene en la nómina oficial del Estado más policías y militares que
profesores, médicos y enfermeros!</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde esta perspectiva global, puede señalarse lo que
sucede con el sistema universitario público, el cual según Visión Colombia 2019
prácticamente se mantiene inmodificable en la próxima década, debido al
crecimiento de la educación superior. En esta noción genérica cabe la educación
técnica y tecnológica, a partir del supuesto erróneo que a la universidad
pública llegan los estratos más altos, que el Estado no debe financiar, en
razón de lo cual esos recursos se trasladan a los sectores técnicos y
tecnológicos. Eso implica, en buen romance, que la Universidad pública debe
autosostenerse y convertirse en un sector de las elites dominantes, las que si
tienen con que pagar una universidad cada vez más costosa y privatizada. De esta
manera, mientras se anuncia que la educación técnica y tecnológica evolucionaría
del 6.8% en el 2005 al 17% en 2019 (un crecimiento del 150%), la educación
universitaria pasaría del 19% al 23% en el mismo período (un exiguo crecimiento
del 20%). </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el mismo sentido, que puede esperarse en términos de
educación de un gobierno, como el actual, cuyo primer mandatario, AUV, anuncia
esta brillante tesis: “En mi país tenemos un gran obstáculo en contra de la
educación: las drogas ilícitas. Es por eso que necesitamos erradicar las drogas
ilícitas, porque los grupos terroristas obligan a las familias rurales a que
cultiven la mata de coca y a que no manden a los niños a las escuelas”. ¡Este es
un verdadero hito en la reflexión educativa mundial, que sin duda marcará toda
una época, porque hasta ahora a nadie se le había ocurrido algo tan
trascendental y los sociólogos y pedagogos andaban a ciegas, y perdiendo tiempo,
al buscar las razones de los problemas educativos en la desigualdad social, en
la concentración del ingreso, en la división de clases sociales o en las
políticas educativas de tipo neoliberal que aumentan la brecha entre ricos y
pobres. No ahora en Colombia, una “inteligencia superior” ha descubierto que el
problema de la educación en nuestro país –“reluciente teoría” que de seguro será
exportada al resto del mundo- es un resultado de la coca, el gran demonio de
nuestro tiempo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por lo tanto, para solucionar todos los problemas
educativos del país sólo basta con erradicar la coca y punto. ¡Debe ser que por
ello se destinan millones de dólares a rociar con glifosato los cultivos
prohibidos, con lo cual se estaría mejorando la educación de indígenas y
campesinos de las zonas cocaleras, que deberían recibir como una bendición
divina la lluvia química que les envían los aviones made in usa, porque con eso
no sólo se les destruyen sus cultivos sino que se les despeja la mente para que
piensen mejor y, como favor adicional, les quede tiempo de sobra para dedicarse
a estudiar en serio!</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Historiador. Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad
Pedagógica de Colombia. Autor entre otras obras: "Un mundo incierto, un mundo
para aprender y enseñar. Las transformaciones mundiales y su incidencia en la
enseñanza de las Ciencias Sociales". Universidad Pedagógica de Colombia, Bogotá
2007. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000><FONT
size=4>Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín
Solidario</FONT><BR>Ernesto Herrera (editor): </FONT></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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