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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>28 de agosto 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Todos los poderes contra la
autonomía zapatista</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Tanta movilización militar en Chiapas contra las
comunidades zapatistas no se había visto en muchos años. Ejército, Policías y
paramilitares están cercando a las comunidades autónomas, provocándolas,
intimidándolas, fabricando incidentes entre indígenas y campesinos. No son
hechos aislados, hay un incremento alarmante de la presión armada y una notable
despreocupación de los poderes responsables de detenerla. Éste es un recuento de
lo ocurrido en los siete primeros meses del año. Es también un llamado de alarma
y la convocatoria a una solidaridad que no baje la guardia.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Jorge Alonso *</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Revista Envío Nº 317, Managua, agosto
2008</STRONG><BR><A
href="http://www.envio.org.ni/"><STRONG>http://www.envio.org.ni/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los poderes opresores de México se han propuesto impedir
que la autonomía zapatista subsista y se propague. El poder ilegítimo
presidencial panista, el poder del ejército, los poderes de los paramilitares
promovidos por el gobierno, el poder perredista estatal de Chiapas, los poderes
locales -tanto priístas como perredistas- y el poder mediático se han coaligado
en una ofensiva para tratar de arrasar con las comunidades autónomas zapatistas.
Calculan que ése es el paso previo y estratégico para aplastar al EZLN y a su
proyecto libertario.<BR><BR><STRONG>LA EMBESTIDA ACTUAL</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En Envío hemos ido dando cuenta de los muchos ataques
contra los zapatistas. En lo que va de 2008 la ofensiva antizapatista se ha
vuelto más agresiva. Lo que sigue no es una lista exhaustiva, sólo algunos
ejemplos de la embestida actual. <BR><BR>Desde principios del año han sido
amenazados de muerte dirigentes de bases zapatistas en varias comunidades.
También muchas comunidades han sufrido incursiones amenazantes de paramilitares
que les han robado animales y otras pertenencias. En enero tomaron posesión
nuevos alcaldes chiapanecos, muchos de los cuales anunciaron que desalojarían de
sus territorios a las comunidades autónomas. En Zinacantán persiste el problema
del despojo de un manantial a una comunidad zapatista. Las comunidades
zapatistas anunciaron que defenderían sus tierras, aunque los encarcelaran o los
mataran. En febrero, una brigada de la Comisión Federal de Electricidad,
instigada por paramilitares, dejó sin luz a varias familias de las bases
zapatistas. Policías municipales agredieron a comunidades autónomas. Se denunció
que había muerto un zapatista que había sido atropellado intencionalmente.
Grupos paramilitares asaltantes de caminos intentaron vanamente inculpar de sus
fechorías a los zapatistas. Ese mismo mes bases zapatistas retuvieron por unas
horas a una persona que se presentó como reportero y era un agente del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional del gobierno federal, apoyado en su labor de
espionaje por policías estatales. La Junta de Buen Gobierno “Corazón del
arcoiris de la esperanza” denunció que unas mujeres que habían ido a bañarse
habían sido agredidas por policías estatales y que la comunidad había tenido que
defenderlas. Muchas comunidades autónomas han padecido constantes sobrevuelos
rasantes de helicópteros, y permanentes patrullajes de cuerpos policiacos y del
ejército. También se reiteró la denuncia de que los programas sociales eran
usados dentro de un esquema de contrainsurgencia. <BR><BR><STRONG>“RECIBIENDO
DEL GOBIERNO CONFLICTOS Y DOLOR”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En marzo, la organización civil “Las Abejas” acusó al
responsable federal de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas y al Secretario de Desarrollo Social de haber ingresado sin su
autorización al centro ceremonial de Acteal. “Quieren engañarnos y comprar
nuestras conciencias con migajas para acallarnos y decir que tenemos relación y
confianza con el gobierno”, dijo. Esta organización señaló que, tanto el
gobierno federal como el estatal llevaban a cabo una campaña mediática para
engañar y confundir a la opinión pública. Ese mes, el Caracol zapatista número V
se vio en la necesidad de emitir un comunicado: hacía del conocimiento de la
sociedad civil los diferentes problemas que estaban sufriendo los zapatistas por
los ataques a su caminar en autonomía. “El mal gobierno nos quiere seguir
desconociendo y despojando de nuestro derecho a vivir y a disfrutar de lo que la
madre tierra nos da”. Estaban en contra, tanto del alto costo de la energía
eléctrica como de los impuestos sobre la tierra, “que debe ser de quien la
trabaja”. <BR><BR>De muchos modos, las comunidades zapatistas estaban sufriendo
presiones para que abandonaran su resistencia. <BR>El mal gobierno había llenado
de odio a los paramilitares para que trataran de arrebatarles su derecho a la
tierra. Recordando que la lucha zapatista había traído avances a todos, tanto a
los indígenas como a los no indígenas, reconocían que la lucha zapatista estaba
recibiendo del gobierno “conflictos y dolor”. <BR><BR>En abril, en varios
Caracoles se conmemoró a Emiliano Zapata con actos comunitarios. También se
incrementó la presión de ganaderos dispuestos a despojar de sus tierras a los
zapatistas. Ese mes, el gobierno federal decidió poner fin a la Coordinación
para el Diálogo y la Negociación en Chiapas aduciendo que era innecesaria su
existencia. Pretextando proyectos de ecoturismo, el gobierno en sus tres niveles
(federal, estatal y municipal) se ha propuesto incursionar en territorio
zapatista. Una comunidad zapatista se quejó de la negligencia y racismo en un
hospital regional que había propiciado la muerte de una mujer de 72 años. Se
denunció que la Secretaría de Gobernación había querido utilizar a indígenas de
base zapatistas para poder ubicar a dirigentes del EZLN, lo que no logró.
<BR><BR><STRONG>AMENAZAS, PROVOCACIONES</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A finales de abril medio millar de elementos armados
ingresaron violentamente en una comunidad zapatista, pateando puertas y
allanando moradas. Secuestraron a algunos zapatistas que, después de la acción
de organismos de derechos humanos, fueron liberados. Esa comunidad también
sufrió por parte de la policía. Aunque se multiplicaban las amenazas de despojo
de tierras, también se incrementaban las respuestas zapatistas para defenderlas.
Las comunidades agredidas se quejaron de tratos degradantes. Con incendios
provocados trataron de dañarlos. <BR><BR>En mayo, varias Juntas de Buen Gobierno
informaron que era tiempo de defender lo que les correspondía y que eso estaban
haciendo. En los municipios autónomos aseguraban que el proceso de autonomía
proseguía pese a las agresiones contrainsurgentes. La Junta de Buen Gobierno de
los Altos de Chiapas se opuso a las maniobras de despojo de una porción del
territorio de uno de sus pueblos. El caso evidenció cómo la aplicación de
programas agrarios por parte de autoridades federales creaba conflictos entre
las comunidades. <BR><BR>Hacia finales de mayo hubo denuncias de otras
incursiones policiaco-militares en comunidades zapatistas, con sobrevuelo de
helicópteros e incursiones de varios vehículos de distintas corporaciones con
gente que portaba armas de grueso calibre que allanaban casas sin orden
judicial. También la organización “Las Abejas” denunció que el fiscal del caso
Acteal estaba amenazando a sus dirigentes. En otras comunidades, grupos priístas
agredían a zapatistas en torno a la disputa de agua y luz eléctrica. La Junta de
Buen Gobierno “Corazón del arcoiris de la esperanza” desmintió que los
zapatistas hubieran respondido a la agresión. Oficialmente se había hablado de
un enfrentamiento. Ellos informaron que los zapatistas habían tratado de
dialogar, pero los priístas se habían mostrado intransigentes y lo que sucedió
fue una provocación. <BR><BR><STRONG>PELIGRO DE ENFRENTAMIENTO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A finales de mayo los zapatistas hacían del conocimiento
de la sociedad civil de incursiones militares en al menos tres regiones
chiapanecas. Las agresiones iban subiendo de tono. La Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente, apoyada por policía federal, había desalojado a
campesinos en Montes Azules. El Caracol de La Garrucha condenó un operativo
militar en su territorio. Los militares pretextaban que buscaban sembradíos de
mariguana, pero las autoridades zapatistas han demostrado que en sus territorios
no se siembra ni se consume droga. <BR><BR>A principios de junio la Junta de
Buen Gobierno de Oventic previó hechos lamentables si seguían las agresiones, y
se quejó del incremento del hostigamiento por parte de perredistas. Pero la
estrategia de acoso siguió, y no se detuvieron las incursiones militares contra
comunidades zapatistas. En El Carrizal las mujeres impidieron el paso al
ejército. Increparon a los militares diciendo que querían libertad, justicia y
democracia, y no soldados. No obstante, los militares amenazaron con volver en
unas semanas. Las autoridades zapatistas dijeron que estaban especialmente
preocupadas pues se trataba de una provocación cuantitativa y cualitativamente
mayor a las anteriores y que el peligro de enfrentamiento se acrecentaba. Los
zapatistas decidieron organizar mejor la vigilancia y la resistencia ante la
amenaza del regreso de los militares a sus pueblos. Mientras tanto todos los
días siguieron los patrullajes del ejército en las cañadas zapatistas.
<BR><BR><STRONG>EL CASO DEL CERRO HUITEPEC</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro conflicto grave se dio en el municipio de San
Cristóbal de las Casas. En el año 2007 los zapatistas declararon una extensión
de 102 hectáreas en el cerro del Huitepec como reserva ecológica comunitaria. En
2008, el nuevo alcalde priísta amenazó con desalojar a los zapatistas de esa
zona. En mayo, la Junta de Buen Gobierno “Corazón céntrico de los zapatistas
delante del mundo” lanzó un comunicado, a raíz de difundirse la noticia de que
personas “supuestamente desconocidas” habían envenenado un pozo de agua que
abastecía a una colonia de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. La Junta de
Buen Gobierno recordó que las bases zapatistas habían estado protegiendo la zona
ecológica de Huitepec. No obstante, había aumentado el hostigamiento del mal
gobierno, que sin consultarlos, después que ellos habían declarado la reserva
ecológica, había decretado la expropiación dizque para crear un área natural
protegida. En abril, unos pobladores de una ranchería se habían quejado de que
el agua que salía de los pozos del cerro no se distribuía justamente, pues ellos
llevaban viviendo ahí mucho tiempo y por ser pobres no recibían suficiente agua,
mientras los ricos que habían llegado después tenían ese recurso en abundancia.
La Junta de Buen Gobierno comunicó a los pobladores quejosos que el agua estaba
dentro de la reserva zapatista y que harían que el agua se distribuyera también
a los pobres. <BR><BR><STRONG>LA LUCHA POR EL AGUA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras hacían una inspección, los zapatistas habían
encontrado a una docena de personas que estaban en los manantiales. Quien los
dirigía, había dicho de manera agresiva que no pediría permiso a la Junta de
Buen Gobierno para hacer uso de los manantiales. Los de la Junta le respondieron
que no era esa la manera de entenderse y que debían acudir a la Junta antes de
hacer algún trabajo en la reserva, que no se trataba de quitarles el agua sino
de distribuirla también a los pobres. <BR><BR>El portavoz del grupo que
encontraron los zapatistas insistió en que no le importaba lo que dijera la
Junta de Buen Gobierno. Los representantes de ésta se dieron cuenta de que con
esas personas no se podía llegar a un acuerdo. Acudieron con la gente pobre que
vive en los alrededores del Huitepec para exhortarlos a no dejarse engañar, para
reiterarles que los zapatistas luchaban por la vida de los pobres y de toda la
gente buena y honesta, y para orientarlos a buscar a la Junta de Buen Gobierno
para encontrar la manera de distribuir con justicia el agua que brotaba de la
madre tierra. En cuanto al envenenamiento, la Junta de Buen Gobierno anunció que
se estudiaría qué sustancias habían sido introducidas al agua. Al parecer, había
sido contaminada con herbicidas. Los priístas de San Cristóbal de las Casas
quisieron inculpar a los zapatistas, pero no pudieron probar esa falsa
acusación. Una provocación más. <BR><BR><STRONG>¿PREOCUPACIÓN
ECOLÓGICA?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A mediados de junio, un grupo priísta intentó entrar a la
reserva zapatista pretextando que quería sembrar árboles, pero con la intención
de apoderarse de la zona. Como los zapatistas sostienen una movilización
continua y rotatoria, pese a las confrontaciones verbales y a las amenazas, los
priístas no pudieron ingresar al área protegida. En la prensa se ha demostrado
que la preocupación ecologista del alcalde es puro engaño, pues se preocupa más
por alentar fraccionamientos exclusivos, muchos de los cuales han atentado
contra mantos hídricos de la ciudad. En cambio, la zona de la reserva ha sido
protegida por los zapatistas con fines ambientalistas. <BR><BR>En julio se
difundió que el gobierno municipal, intentaría, con apoyo federal desalojar de
esa área a los zapatistas. El alcalde fue acusado de “comprar apoyo” para
despojar a los zapatistas, quienes se declararon listos para resistir el
desalojo de una tierra que es de sus antepasados.<BR><BR><STRONG>CENTENARES DE
PRESOS POLÍTICOS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante los primeros meses del 2008 otro proceso
conmocionó a Chiapas. Varias decenas de presos en cárceles de ese estado se
pusieron en huelga de hambre para que les restituyeran sus derechos, pues habían
sido privados de su libertad sin observar un debido proceso legal y habían sido
sometidos a tortura y a tratos crueles e inhumanos para obtener declaraciones
autoinculpatorias. En México y en Europa hubo muchas movilizaciones de apoyo a
los ayunantes. <BR><BR>A finales de marzo fueron puestos en libertad algunos de
ellos y los demás siguieron en su lucha. El Comité de Derechos Humanos Fray
Bartolomé de las Casas (CDHFBC) planteó que se debían considerar como derecho
interno los tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano. El caso
ponía en evidencia la crisis penitenciaria mexicana. Se volvió a tratar el caso
de dos zapatistas encarcelados injustamente en Tabasco por un crimen que no
habían cometido, calificándolos evidentemente como presos políticos a quienes el
gobierno había querido utilizar para presionar a los zapatistas. Estos presos
también se sumaron a la huelga de hambre. La Junta de Buen Gobierno de Roberto
Barrios denunció que esos presos habían sido trasladados de Tabasco a una cárcel
chiapaneca. El CDHFBC exigió que fueran excarcelados. A finales de mayo
defensores de derechos humanos denunciaron el trato cruel que se daba a los
presos políticos. <BR><BR>A principios de junio fueron puestos en libertad los
dos zapatistas después de haber padecido doce años de injusta prisión. El
periódico “La Jornada” recordó que el gobernador chiapaneco había reconocido al
inicio de su gestión que había en Chiapas centenares de indígenas presos por
causas políticas, condenados en procesos judiciales plagados de irregularidades,
muchos de ellos ligados al zapatismo. Había prometido revisar cientos de
expedientes que habían sido identificados como casos de represión, pero había
cumplido sólo en parte y a cuentagotas. En julio, el CDHFBC denunció la
persecución, agresión y amenaza de muerte perpetrada por paramilitares contra
uno de los defensores de los presos políticos. <BR><BR><STRONG>APOYO AL
“LABORATORIO AUTÓNOMO INDÍGENA”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los zapatistas no están solos. En varias ciudades
europeas se han organizado movilizaciones de apoyo a sus comunidades. En Atenas,
un encuentro internacional zapatista se manifestó en contra de la embestida del
gobierno mexicano contra las comunidades zapatistas, exigió que se cumplieran
los Acuerdos de San Andrés y demandó la libertad de los presos políticos. Grupos
anarquistas lanzaron un comunicado en el que señalan que la lucha de los
zapatistas “en contra del opresivo y explotador estado de cosas, tanto en México
como en todo el mundo, constituye el esperanzador ejemplo de un laboratorio
autónomo indígena donde la democracia verdadera se ejerce por todos y para
todos”. Consideraban la lucha de los zapatistas como expresión de la guerra
social global y de muchos niveles en contra de toda forma de explotación y
dominación y en contra de la descomposición de lo humano. <BR><BR>La Comisión
Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH) en su sexta
visita a México analizó las amenazas en contra de las comunidades zapatistas.
Sostuvo que en la masacre de Acteal hubo responsabilidad gubernamental y, a
pesar de ello, después de tantos años no se había hecho justicia y proseguía la
impunidad. Constató que campesinos zapatistas habían sido agredidos y torturados
y al presentar el informe de su sexta visita alertó sobre lo “extremadamente
crítica” de la situación de los derechos humanos en México. Manifestó su
profunda preocupación por las incursiones policiaco-militares en comunidades
zapatistas. Otras organizaciones de derechos humanos evidenciaron que la
movilización militar en Chiapas era de tal magnitud que no se había visto en
años.<BR><BR><STRONG>APRETANDO EL CERCO MILITAR</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales
y Económicas de Chiapas (CAPISE) ha puntualizado que, ante la decisión de los
zapatistas de organizar la Otra Campaña por todo México para construir
alternativas a la situación imperante, el gobierno había respondido con mayor
militarización y ataques a las bases zapatistas. Se había incrementado la
ofensiva en contra de los pueblos zapatistas y el Subcomandante Marcos había
vuelto a la clandestinidad. El Ejército había aumentado su presencia en
territorio zapatista con el pretexto del combate a la droga y el gobierno había
logrado un silencio mediático -a excepción de “La Jornada”- sobre la
militarización y sobre los constantes ataques a comunidades zapatistas.
<BR><BR>Desde la llegada de Calderón a la Presidencia de la República se han
establecido 79 campamentos militares en Chiapas, de los cuales 56 en territorio
indígena, un 90% de ellos con tropas especiales que se apoyan en paramilitares.
Los paramilitares están conformados por indígenas a los que se quiere enfrentar
a los zapatistas para hacer aparecer que los problemas son por conflictos
intercomunitarios. El gobierno ha lanzado operaciones militares contra
autoridades civiles zapatistas, y está cerrando las pinzas con la construcción
de nuevas carreteras para apretar más el cerco militar sobre la zona zapatista.
En la estrategia gubernamental está también la “pantalla” de la protección al
medio ambiente. Por otro lado, las organizaciones civiles de apoyo a las
comunidades zapatistas se han desgastado en las campañas de liberación de presos
políticos. Algunos se liberan, pero son apresados otros. El CAPISE ha encontrado
que el despliegue de las fuerzas castrenses se ha redefinido de manera alarmante
en contra de los zapatistas. El despliegue táctico-militar corresponde a una
lógica de guerra regular e irregular, y penetra en zonas francas donde suponen
se mueve “un supuesto enemigo”. El ejército violenta las zonas francas, cierra
el espacio de libre movimiento que debe existir en tiempos de tregua y de paz,
obstaculiza el espacio de lucha civil y pacífica propuesto por los pueblos
zapatistas y muestra intransigencia contra pueblos que construyen un proyecto
integral en materia de libre determinación indígena. <BR><BR>Así, se está
mostrando el rostro de un gobierno impuesto que reprime y despoja con
escandalosa impunidad. La nueva ofensiva se centra de manera muy concreta en
contra del EZLN, de las autoridades civiles zapatistas, de sus bases de apoyo, y
contra la Otra Campaña. <BR><BR><STRONG>EL “OLOR DE GUERRA”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El periodista de “La Jornada” Luis Hernández Navarro
escribió sobre la nueva provocación gubernamental contra el zapatismo. Aunque
desde 1994 el gobierno ha querido ligar a los zapatistas con el narcotráfico
para desprestigiarlos, no lo ha logrado porque los zapatistas prohiben la
siembra y el tráfico y consumo de enervantes. Ni siquiera permiten beber y
vender alcohol en sus territorios.<BR><BR>El nuevo intento, burdo, de los
gobernantes para ligar al zapatismo con el crimen organizado quiere aprovechar
la ola de resentimiento nacional en contra del narcotráfico tratando de
erosionar las corrientes de opinión favorables a los zapatistas y poderles
propinar un golpe definitivo. Los zapatistas han respondido al gobierno que los
deshonestos, terroristas y narcotraficantes no están en zonas zapatistas, “sino
enredados con el mal gobierno”. El periodista informó que el Ejército montó una
de sus más peligrosas provocaciones en un sitio que acababa de ser visitado por
el Subcomandante Marcos. <BR><BR>Desde La Otra Jovel, Eugenia Gutiérrez difundió
un artículo que tituló “El olfato del Subcomandante”. A medio año de que Marcos
dijera que “olía a guerra”, las agresiones contra los zapatistas se han
agudizado en grado sumo: los testimonios de la violencia del Estado -reportada
constantemente por las Juntas del Buen Gobierno, documentada por organismos
civiles, y videograbada por brigadistas solidarios- dan cuenta de ese olor
bélico. A pesar de esto, las comunidades, aunque están a la espera de la
ofensiva militar, siguen haciendo su vida cotidiana.<BR><BR><STRONG>UN AÑO DE
ATROPELLOS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En mayo de 2008 el CDHFBC publicó su balance anual de los
derechos humanos en Chiapas. Abarca de marzo de 2007 a marzo de 2008. Constata
desalojos forzados, por ejemplo en Montes Azules, donde se documentaron
agresiones contra comunidades que tenían varias décadas de asentamiento. Da
cuenta de desalojos, asesinatos, desplazamientos, daños materiales, desaparición
de poblaciones, fragmentación social de las organizaciones que tenían la
posesión de la tierra. Todas, acciones perpetradas por funcionarios
gubernamentales. Documenta la criminalización de la protesta social. Anota que
el engranaje institucional promueve la inconformidad, la protesta y la
resistencia, modifica la legislación penal y persigue y hostiga a los luchadores
sociales violentando los más elementales derechos humanos. El gobierno equipara
a los luchadores sociales con delincuentes y está en contra de quienes defienden
los derechos humanos. <BR><BR>La lucha de los presos políticos por demostrar su
inocencia ha evidenciado la ineficacia y la politización del sistema de
justicia. No obstante, el hecho de que varios consiguieron su liberación
apoyados por movilizaciones cívicas muestra que la acción solidaria puede
contrarrestar la criminalización de la protesta social. El CDHFBC hizo una larga
lista en donde se ve que violadores de los derechos humanos se reciclan en
nuevos puestos de poder político y se sigue encubriendo a los responsables de la
política genocida en Chiapas. <BR><BR><STRONG>NO SON HECHOS
AISLADOS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay una nueva ofensiva que va contra la población con el
fin de garantizar condiciones de mayor enriquecimiento de los poderes
económicos. La nueva clase política traiciona la voluntad democrática para
favorecer a unos pocos a costa de las mayorías en medio de violaciones a los
derechos humanos. <BR><BR>Después de su informe, el CDHFBC registró un número
récord de incursiones militares y policiacas en comunidades de Chiapas, que
responden a una lógica de contrainsurgencia, donde operan de manera mixta
fuerzas militares, policiales y actores locales, en despliegues tácticos sobre
territorios donde existe una población civil organizada en torno a justas
demandas sociales. Los testimonios hablan de allanamientos, agresiones físicas y
verbales. Los ya numerosos operativos documentados muestran la agudización del
plan de contrainsurgencia mediante el desprestigio de comunidades y
organizaciones con el objetivo de ganar para el gobierno el apoyo de la
población civil, estableciendo un clima de hostigamiento sicológico por medio
del despliegue territorial y de reconocimiento, lo que les permite también
observar la respuesta de la que es capaz la población a tales operaciones. Las
incursiones militares son asistidas por actores federales, estatales y locales,
no corresponden a hechos aislados y responden a una lógica de ofensiva a
poblaciones indígenas en resistencia. <BR><BR>En junio, el ministro jubilado de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación había dicho que advertía el
renacimiento del delito de “disolución social”. En un manifiesto público de
luchadores sociales y de personalidades se señaló que el gobierno y la derecha
intentan criminalizar la solidaridad, la conciencia, el pensamiento crítico y la
investigación social para proscribir y aniquilar una larga tradición de
hermandad que ha caracterizado al pueblo mexicano. <BR><BR><STRONG>SOLIDARIDAD
DEL MST</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gustavo Esteva, académico comprometido con las luchas
populares llamó la atención de que se ha llegado a una situación límite: ante
las agresiones a sus comunidades, a los zapatistas no se les deja más opción que
la defensa armada. La especialista en Derecho Indígena Magdalena Gómez consideró
que los recientes operativos del Ejército y de las diversas policías en el
territorio ocupado por las Juntas de Buen Gobierno zapatistas muestran la
decisión de romper con el espacio de gobierno indígena que se ha logrado
construir y desde la sociedad civil hay que cuestionarse por qué no existen
espacios de interlocución a ningún nivel. La Comisión de Concordia y
Pacificación en el Congreso de la Unión es sólo una reliquia enmohecida. Así, no
hay razón para que la sociedad civil se cruce de brazos ante la embestida brutal
contra las comunidades zapatistas. <BR><BR>A mediados de julio el Movimiento de
los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil manifestó indignación y rechazo
total por las incursiones militares en las comunidades zapatistas. Este
movimiento social teme que se declare una guerra abierta que el Estado mexicano
procuraría legitimar, pero cuyo verdadero objetivo es la destrucción del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Advirtieron que si el gobierno
mexicano continúa atacando a las comunidades zapatistas, ese importante
movimiento brasileño utilizará todos los medios a su alcance para generar
movilizaciones de solidaridad con los zapatistas y en repudio a la política
militar y represiva del Estado mexicano. Los Sin Tierra brasileños exigen al
gobierno mexicano retirar las fuerzas armadas destacadas en la zona de conflicto
en Chiapas.<BR><BR>También más de doscientos colectivos de varias partes del
mundo exigieron al gobierno de México cesar sus agresiones a los zapatistas y
lamentaron el silencio cómplice de los medios de comunicación mexicanos.
<BR><BR>En México, un grupo de abogados democráticos entregó en las embajadas de
Francia, Italia, Dinamarca y Alemania una carta solicitando a los respectivos
gobiernos miembros de la Unión Europea recomendar al gobierno mexicano que
respete la ley y deje de agredir y hostigar con el Ejército a las comunidades
zapatistas. Señalaron que se estaba violando la Ley para el Diálogo, la
Conciliación y la Paz Digna en Chiapas aprobada hacía años por el Congreso de la
Unión, así como los instrumentos internacionales de derechos humanos.
<BR><BR><STRONG>LAS NUEVAS FORMAS DE HACER POLÍTICA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilberto López y Rivas, con larga experiencia en el
estudio de las autonomías, ha reflexionado sobre la propuesta para una nueva
democracia por medio de la autonomía. Está convencido de que los zapatistas han
trascendido el autogobierno y lo han profundizado a partir del “mandar
obedeciendo”, de la rotación de cargos de autoridad, de la revocación del
mandato, de la participación planeada y programada -en donde intervienen mujeres
y jóvenes y no sólo los adultos varones-, de la reorganización equitativa y
sustentable de la economía, de la adopción de una identidad política
anticapitalista y de la búsqueda de alianzas. Los zapatistas han realizado un
cambio cualitativo de las autonomías apropiándose de su territorio al extender
el poder desde abajo. Esto ha implicado una ruptura con las viejas formas de la
política. <BR><BR>Los zapatistas han visto a la política como algo tan serio que
no puede ponerse en manos de los políticos profesionales y han creado otra forma
colectiva de hacer política. Impulsan una red multiétnica de comunidades,
regiones y pueblos diversos. Se preocupan por ir más allá de los conflictos
intercomunitarios por linderos y recursos, dando respuestas unidas ante los
embates de los estados y de las organizaciones capitalistas. Van conformando un
sujeto autonómico que garantiza la cohesión interna por medio de la construcción
de consensos, de una auténtica democracia verdaderamente participativa, tratando
de superar divisiones étnicas y políticas, luchando contra la corrupción y los
intentos de cooptación por parte del Estado. Este nuevo sujeto impulsa la
movilización de pueblos y comunidades en la defensa de sus derechos y de sus
demandas. <BR><BR>López y Rivas enfatiza que este tipo de autonomía está lejos
de los estereotipos de autarquía que se les ha querido endilgar. Los procesos
autonómicos producen cambios sustanciales, rechazan la aculturación modernizante
y el repliegue tradicionalista y defienden de veras el bien común, la
solidaridad y el respeto a la naturaleza, trasponiendo los límites de la
etnicidad. Es ésa la autonomía que los poderosos, con el Estado mexicano a la
cabeza, quisieran destruir completamente atacando a los zapatistas.
<BR><BR><STRONG>ZAPATISTAS: CONSTANTES EN LA VÍA PACÍFICA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El filósofo Luis Villoro ha insistido en que la
democracia que quieren los zapatistas es una en la que no quepa la violencia ni
la represión. Y efectivamente, han ido consolidando un proyecto de construcción
de un mundo en el que quepamos todos. Con el grito “Ya basta” irrumpieron
militarmente en 1994, pero pronto aceptaron el llamado de grandes sectores de la
sociedad civil nacional e internacional para que en lugar de hacer hablar a las
armas dieran espacio al intercambio de las palabras. Emprendieron el camino del
diálogo, consiguieron la firma de los Acuerdos de San Andrés en 1996, pero
fueron traicionados por el gobierno. Intentaron todas las vías institucionales
hasta que en 2001 el Estado mexicano en su totalidad -con el acuerdo de los
Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial- los ignoró con la tramposa Ley
Indígena, que daba la espalda a lo fundamental de los acuerdos de San Andrés.
<BR><BR>Desde entonces optaron por construir por su cuenta espacios de
autonomía. Fuera de las primeras semanas de enero de 1994, todo su caminar ha
sido en la vía pacífica. Su decisión ha sido radical en cuanto a la construcción
de una nueva convivencia social, en donde se respete la dignidad, haya
participación de todos, se consiga una democracia de fondo y se busque la
justicia. <BR><BR>Los zapatistas han sido heroicos en la adopción de la vía
pacífica. Pero todos sabemos que existe la legítima defensa. Los poderes
opresores los han estado agrediendo con la finalidad de arrinconarlos a la única
salida de la legítima defensa. La situación es muy crítica. Pero todavía podemos
impedir que se arranque de la tierra esa vital planta que es el zapatismo.
<BR><BR><STRONG>ES URGENTE, EL TIEMPO SE ACABA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo este recuento ha tenido por objeto sensibilizar a
quienes están interesados en los derechos humanos y a quienes se preocupan
porque no se conculque la dignidad humana para que encuentren las formas de
detener las graves agresiones que injustamente están padeciendo las ejemplares
comunidades zapatistas. <BR><BR>Si fueran masacradas, el retroceso histórico
sería muy severo y se abriría el camino para que los intentos de búsqueda de una
vida mejor para la mayoría de las personas sean cruelmente reprimidos. Hay que
impedir el proyecto depredador de los poderes opresivos levantando la voz,
exhibiéndolos mundialmente, e imaginando y poniendo en acción medidas que
garanticen la expresión pacífica de la autonomía zapatista. Y hay que apurarse
porque el tiempo se acaba.<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>* Investigador, corresponsal de Envío en México</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT color=#800000
size=3>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de los
Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay<BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>