<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>22 de setiembre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=4></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Desactivando el volcán
boliviano…</STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=4><FONT size=3>Unasur: ¿nace un nuevo
guardián regional?</FONT><BR><BR></FONT><FONT size=3>Ernesto Herrera
*</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=4></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><A href=""><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></A></DIV><STRONG><U><FONT color=#0000ff
size=3></FONT></U></STRONG>
<DIV align=justify><BR>La resolución adoptada por unanimidad en la reunión
extraordinaria de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), realizada el 15 de
setiembre en Santiago de Chile, en ningún sentido favorece la lucha de
liberación. Ni de Bolivia, ni del resto de países del continente. Convocada de
urgencia para encontrar una “solución” al “conflicto” entre el gobierno de
Morales y los prefectos fascistas que gobiernan los departamentos autonomistas,
la “Declaración de La Moneda” para nada contempla las reivindicaciones
políticas, sociales, económicas e históricas de los trabajadores, indígenas y
campesinos. En todo caso, los 12 presidentes terminaron por acordar sobre la
base impuesta por el gobierno Lula: mantener el “orden institucional”
sudamericano. A cualquier precio. <BR> <BR>Si bien la declaración
manifiesta “su más pleno respaldo al gobierno constitucional del presidente
Morales, cuyo mandato fue ratificado por una amplia mayoría en el reciente
referéndum” (punto 1), advierte “que sus respectivos gobiernos rechazan
enérgicamente y no reconocerán cualquier situación que implique un intento de
golpe civil, la ruptura del orden institucional o que comprometa la integridad
territorial de la República de Bolivia” (punto 2), y expresa “su más firme
condena a la masacre que se vivió en el departamento de Pando” (punto 5), viene
seguida de un “llamado al diálogo” (entre gobierno y oposición), “para
establecer las condiciones que permitan superar la actual situación y concertar
la búsqueda de una solución sustentable en el marco del pleno respeto al Estado
de derecho y el orden legal vigente” (punto 7). Y va más lejos: propone (mejor
dicho decide), crear una comisión para “acompañar los trabajos de esa mesa de
diálogo”, y otra comisión de “apoyo y asistencia” al gobierno de Evo Morales
(puntos 8 y 9). <BR> <BR>Estas resoluciones, que en la práctica son un
inequívoco mandato externo, tuvieron un resultado inmediato: el preacuerdo
negociado entre el gobierno y los representantes del Consejo Nacional
Democrático (Conalde, que agrupa a la oligarquía, a los prefectos autonomistas y
los grupos que son dueños de la tierra y de gran parte de la economía), el 16 de
setiembre. Este preacuerdo, supone, cuando menos, un retroceso del gobierno
indigenista. En tres aspectos: “acepta que los departamentos deben recuperar una
parte del impuesto directo a los hidrocarburos, que el gobierno había decidido
que financiara la Renta Dignidad de los jubilados, y que es una de las
principales demandas de la oposición; invita como ‘facilitadores y testigos’ a
la Unasur, la Iglesia Católica, la Unión Europea, la OEA y las Naciones Unidas;
suspende por un mínimo de un mes la convocatoria del referéndum constitucional”.
(1) Como contrapartida, el gobierno espera obtener “paz social”.
<BR> <BR>¿Victoria o derrota? Depende por donde se lo mire. “Si se parte
del día después del referendo de agosto, en el que Evo fue ratificado con más
del 67 por ciento, es un evidente paso atrás. Si se creen las versiones, nada
infundadas, de que estaba en marcha un golpe de Estado, el gobierno de Morales
consigue superar una de las instancias más difíciles en 30 meses, aunque el
futuro sigue siendo incierto. En todo caso, la oposición consiguió convertir en
polvo la contundente victoria de agosto, que debería haber comenzado a resolver
el “empate estratégico”. (2) <BR> <BR><STRONG>Los intereses (capitalistas)
de Brasil en juego</STRONG><BR> <BR>Para José Augusto de Castro,
vicepresidente de la Asociación de Exportadores de Brasil, la reducción del
suministro de gas, por un atentado (de grupos fascistas) al gaseoducto
binancional, fue una acción inaceptable. “Mientras los bolivianos se limiten a
agitaciones en la frontera, todo está bien. Lo que no pueden hacer es meterse
con el gaseoducto”. (3) Se entiende la reacción del empresario. Es que Bolivia
provee a Brasil más de 30 millones de metros cúbicos de gas todos los días. Lo
que significa: el 70% de lo que consume la industria de Sao Paulo, y el 100% de
la industria de Porto Alegre.<BR> <BR>Ante el “sabotaje” a la economía
brasilera, que ponía “en peligro” el suministro de gas, el gobierno Lula se
resolvió a actuar en defensa de los intereses de las fracciones decisivas del
capital. Primero, tratando de enviar una misión de alto nivel para “iniciar una
gestión de mediación” que, finalmente, no fructificó por la oposición de Evo
Morales. (4) Luego, moviendo sus piezas diplomáticas para obtener un “consenso”
en la cumbre de la Unasur, donde las iniciativas y los discursos
“polarizantes” que generan “inestabilidad” fueran rechazadas.<BR> <BR>No es
para menos. Porque los “intereses propios” de Brasil, no siempre sintonizan con
el gobierno del MAS. “La semiestatal Petrobrás sigue jugando un papel decisivo
en la explotación de los hidrocarburos bolivianos, siendo el principal inversor
en el país andino. Además, la participación de brasileños en el agronegocio es
muy importante. En Santa Cruz, unas 200 familias de agricultores brasileños
cultivan 350 mil hectáreas de soja que representa el 35 por ciento de la
producción sojera boliviana. Estos agricultores tienen peso político, ya
representan un tercio de los afiliados a la Cámara Nacional de Comercio
Bolivia-Brasil y están presentes en la Asociación de Productores de Oleaginosas
y trigo que agrupa a 12 mil agricultores de Santa Cruz”. (5) De diversas
maneras, “Brasil controla alrededor del 20 por ciento del PIB de Bolivia,
porcentaje que en los próximos años se deberá incrementar a través de
inversiones estratégicas en infraestructura, energía y minería, a menudo
financiadas por el poderoso Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.
Pero esas inversiones y esos intereses están concentrados en la “media luna”, en
particular en Tarija y Santa Cruz”. (6) <BR> <BR>La defensa de esos
“intereses propios” guió todos los pasos políticos del gobierno Lula durante la
crisis boliviana. Ya en el inicio, Itamaraty había divulgado una nota donde
decía “acompañar con gran preocupación la evolución de los acontecimientos en
Bolivia” y pedía a “todos los actores políticos (…) que respetaran la
institucionalidad democrática y retomaran los canales de diálogo y de
concertación, en la búsqueda de una solución negociada y sustentable”. (7)
Aunque la verdadera posición del gobierno Lula sobre la crisis apareció en la
declaración de Marco Aurelio García, asesor especial de Relaciones Exteriores
del Palacio de Planalto. Para García, dos aspectos se podían constatar por esas
horas en la crisis: “El negativo fue la orden de prisión para el gobernador de
Pando, Leopoldo Fernández. El positivo, dijo el, fue el establecimiento de una
agenda de negociación entre gobierno y oposición en torno a tres puntos: cambios
en el proyecto constitucional, autonomía de departamentos e impuestos”.
(8)<BR> <BR>En otras palabras, no importaba que el ejecutor de la masacre
de trabajadores y campesinos en Pando fuera preso, ni tampoco que esa masacre se
hubiera llevado a cabo con el apoyo de sicarios brasileros de la localidad
fronteriza de Brasiléia. El asesor especial contaba, antes que nada, con la
predisposición del gobierno de Morales a efectuar concesiones a la oligarquía.
Coherente, sin duda. Porque para Marco Aurelio García, la crisis en Bolivia se
puede resumir en una frase: “el problema es que el país está viviendo un proceso
de reformas, sin salirse del marco democrático, pero tanto la oposición como el
gobierno actúan como si estuvieran frente a una revolución”.
(9)<BR> <BR><STRONG>Un mandato que no resuelve la
crisis</STRONG><BR> <BR>Como podía esperarse, al final la cumbre de
Santiago de Chile se posicionó por el “orden institucional”. Y el papel de Lula
fue determinante para garantizar una declaración de “equilibrio”. El presidente
de Brasil “no quiere derechistas con delirios de secesión en su fronteras, pero
tampoco aprueba las reformas que afectarían a Petrobrás y a los latifundistas de
la soja, o los aumentos del gas que abastece a los industriales de San Pablo (…)
Como se demuestra en Haití, las intervenciones brasileñas incluyen el uso de
gendarmes con fines muy poco humanitarios, ya que la clase dominante de ese país
aspira a emular a China, Rusia o Sudáfrica en el rol de potencia regional. Lula
especialmente apuntala a las multinacionales que han salido al exterior a
comprar empresas y garantizar abastecimientos. Pretende repetir el camino
seguido por Felipe González para posicionar a nuevas empresas extranjeras en
América Latina”. (10)<BR> <BR>Solamente Venezuela se salió del libreto
lulista. Radicalizó el escenario político y regionalizó la crisis boliviana,
forzando a los otros presidentes a pronunciarse en respaldo de Evo Morales. En
tal sentido, delimitó aguas, ofreció solidaridad, y condenó sin ambigüedades a
Estados Unidos. Una actitud completamente diferente a la asumida por Rafael
Correa, que hizo sociedad con Lula en la negativa de incluir en la declaración
una crítica explícita a la administración Bush como lo proponía
Chávez.<BR> <BR>De hecho, la Unasur adopta con la “Declaración de La
Moneda”, una postura de guardián de la “estabilidad” regional. Y, sobre todo, de
preservación del “buen clima de negocios”, tanto para las empresas
transnacionales como para las clases propietarias locales. Si esta es la nueva
“integración sudamericana” - tantas veces publicitada por los adeptos del
“progresismo” e incluso por sectores más a la izquierda - los trabajadores,
indígenas y campesinos de América del Sur se enfrentan a otro peligro. Porque en
la práctica, lejos de cuestionar realmente la hegemonía de Estados Unidos, estos
gobiernos se dan a la tarea de desactivar la radicalización política y
desmovilizar a la clase trabajadora. <BR>Obviamente, el mandato que emerge de la
Unasur no pone fin a la crisis boliviana. Tampoco lo hace el diálogo iniciado
entre el gobierno indigenista y la oposición oligárquica. El desenlace continúa
abierto. La crisis política (del Estado como tal y por extensión de su marco
institucional) se alimenta de las brutales contradicciones socio-económicas y
culturales, que han llevado a la situación de un “régimen fracturado” entre el
gobierno de La Paz y los departamentos autonomistas. En tal sentido, el “empate
estratégico” no deviene esencialmente de una mera lucha por tales ventajas o
concesiones constitucionales. Sino que resulta de una aguda y frontal lucha de
clases por el poder. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el punto de vista estrictamente político, el
gobierno de Evo Morales retorna a las negociaciones desde una posición más
favorable. Los prefectos de la “media luna” han quedado debilitados y perdieron
el control de Pando. “Sin embargo, el terreno del diálogo y el papel
‘facilitador’ de la Iglesia y la ‘comunidad internacional’ los benefician para
buscar en las negociaciones lo que en las calles no lograron consolidar...
contando a su favor con la política conciliadora del MAS, como adelanta la letra
del preacuerdo”. (11)</DIV>
<DIV align=justify><BR>El poder de Evo Morales continúa residiendo en la fuerza
de los movimientos sociales. Como lo demuestran las movilizaciones que, al día
de hoy (21 de setiembre), continúan desarrollándose. Más de 20 mil campesinos
han tendido un cerco sobre Santa Cruz y advierten que mantendrán el bloqueo de
caminos en tanto dure el diálogo en Cochabamba. “Quienes organizan los bloqueos,
la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa (Fmcbs), la Confederación de
los Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), la Federación Sindical Unica de
Trabajadores Campesinos de Santa Cruz (Fsutc-SC), el Movimiento de los
Trabajadores Campesinos e Indígenas Sin Tierra (MST) y la Federación Sindical de
Colonizadores de Santa Cruz (FSC-SC), declararon que repudian la masacre en
Pando, piden juicio para los dirigentes cívicos y prefectos de la Media Luna y
exigen que se apruebe la convocatoria a referéndum por la nueva Constitución”.
(12)</DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, pese a esta fuerza de los movimientos
sociales, el presidente boliviano sigue siendo una pieza clave. Portador de una
legitimidad popular incontestable y abanderado del “antiimperialismo aymara”, su
posición en el curso de la crisis abre un manto de dudas. “Evo adoptó una
conducta muy vacilante frente a los alzados, que dejó sin protección a sus
partidarios en las zonas autonómicas. Los paramilitares sacarán partido de este
tipo de indecisiones, especialmente si se repite el trágico error que cometió
Salvador Allende al designar a Pinochet. El estado de sitio en manos de una
comandancia tan dudosa constituye un arma de doble filo (…) Desde el referéndum,
Morales ha logrado reunir las condiciones políticas necesarias para implementar
los cambios sociales que los oprimidos esperan de su gobierno. Pero estas
transformaciones no prosperarán si persiste el objetivo estratégico de forjar el
“capitalismo andino”, compartiendo el poder con la oligarquía. En el mejor de
los casos, este proyecto permitiría gestar un modelo sudafricano de sustitución
de elites obsoletas por nuevos grupos privilegiados (…) En varias negociaciones,
Evo ha sabido aprovechar las torpezas de sus oponentes, pero ahora parece
dispuesto a revisar la Constitución en ciertos temas – como impuestos y reforma
agraria – vitales para los movimientos sociales. La batalla es compleja, pero en
Bolivia los tiempos políticos son muy cortos y la audacia es el recurso más
preciado”. (13)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y, finalmente, el imperialismo. Como siempre, un factor
central en la crisis. Si bien Estados Unidos estuvo marginado de la resolución
adoptada por la Unasur y vio frenada su operación golpista, debiendo incluso
sufrir la expulsión de dos embajadores (en Bolivia y Venezuela), no abandonará
el escenario. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el momento, el gobierno Bush ha decidido mantener sus
vínculos con las actividades contrarrevolucionarias a través de la Agencia de
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y de la Fundación
Nacional para la Democracia que hace en Bolivia lo que estuvo haciendo en
Venezuela: “ayudando a la oposición”. Aunque a modo de adelanto fue un paso más
allá: incluyó a Bolivia en una "lista negra" de países que “no lograron cumplir
sus obligaciones de limitar la producción de droga el año pasado”. (14) Es
decir, que la estrategia imperialista continuará por el camino de la
desestabilización, alimentado a los grupos oligárquicos que pretenden un “cambio
de régimen”. </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>* Miembro del Colectivo Militante (Uruguay) y de la redacción
de Construyendo, mensuario de la Coordinadora de Unidad Revolucionaria
<STRONG>(</STRONG><A
href=""><STRONG>http://construyendo.nuevaradio.org/</STRONG></A><STRONG>).</STRONG>
Es editor del boletín solidario de información Correspondencia de Prensa-Agenda
Radical: <A href=""><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR> <BR>1)
Raúl Zibechi, “La Unasur apaga su primer incendio. Brasil hace la diferencia”.
Semanario Brecha, Montevideo, 19-9-08. <BR>2) Ibdem. <BR>3) Ibdem. <BR>4) Diario
La Razón, La Paz, 15-9-08. <BR>5) “Imperio brasilero emerge en Bolivia”. Diario
Folha de Sao Paulo, 22-5-08. <BR>6) Raúl Zibechi, artículo ya citado del
semanario Brecha. <BR>7) Citado por Jeferson Choma, “Lula hace el juego a la
ultraderecha en Bolivia”. Sitio del Partido Socialista dos Trabalhadores
Unificado: <A href=""><STRONG>www.pstu.org.br/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>8) Citado por el diario O Estado de Sao Paulo, 17-9-08.
<BR>9) Citado por José Natanson, “Reforma y Revolución”. Diario Página/12,
Buenos Aires, 17-9-08. <BR>10) Claudio Katz, “Tiempos de valientes”. Diario
Página/12, Buenos Aires, 19-9-08.<BR>11) “Un balance de la asonada”.
Suplementos/Claves Nº 6, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Buenos
Aires, 18-9-08. <BR>12) Sebastián Ochoa, “Sucre reclama por el carnicero de
Pando”. Diario Página/12, Buenos Aires, 21-9-08.<BR>13) Claudio Katz, “Tiempos
de valientes”, artículo ya citado.<BR>14) Haider Rizvi, “Gobierno de
EEUU–Oposición autonomista. El matrimonio secreto”. Inter Press Service (IPS),
18-9-08. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>