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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>28 de octubre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Colombia<BR><BR>El país del no
diálogo<BR><BR>Constanza Vieira *</FONT></STRONG>
<BR><BR><STRONG></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>IPS, Bogotá, 28-10-08</STRONG><BR><A
href="http://www.ipsnoticias.net/"><STRONG>http://www.ipsnoticias.net/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>El político Óscar Tulio Lizcano cumplió en agosto
ocho años como rehén de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). <BR><BR>Tras huir tres días en compañía de un guerrillero que
desertó, Lizcano, de 62 años, apareció flaco, exhausto y embarrado en la mañana
del domingo ante las cámaras de TV, luego de ser trasladado por el Ministerio de
Defensa desde el sur del selvático departamento del Chocó a Cali, para
encontrarse con el presidente Álvaro Uribe. <BR><BR>"Deben comprender --dijo a
los periodistas-- mi incoherencia, por la falta del ejercicio de la palabra,
toda vez que no podía hablar, ni comunicarme con ninguno de los guerrilleros que
me custodiaban". </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Sus captores le tenían prohibido dialogar con ellos, según
cuenta. Para hacerle gambetas al silencio, le puso nombre a tres palos, y con
ellos hablaba, y hasta les daba clases. <BR><BR>Lizcano era el último
parlamentario en poder de esa guerrilla, que esperaba negociar su liberación a
cambio de la excarcelación de insurgentes presos, mediante el llamado acuerdo
humanitario. <BR><BR>Esa vía negociada parece cada vez más arrinconada debido al
rechazo social al secuestro y a la sostenida acción militar estatal, que se ha
apuntado éxitos. Mientras, en la selva esperan aún dos rehenes civiles, así como
26 militares y policías, y las cárceles se abarrotan de hombres y mujeres
combatientes. <BR><BR>Entre los militares en cautiverio está Pablo Emilio
Moncayo, hijo del profesor Gustavo Moncayo, el "caminante por la paz", que ha
recorrido a pie el tramo desde Bogotá hasta Caracas y se ha internado en la
selva en busca de su hijo, prisionero de guerra de las FARC hace más de 10 años
y sometido al canje. <BR><BR>El profesor Moncayo integró el grupo de
facilitadores que intentó en Cali, fallidamente, acercar posiciones entre el
gobierno y la imponente Minga de la Resistencia Indígena y Popular, para lograr
un diálogo cara a cara que debía ser moderado, entre otros, por el procurador
general de la Nación Edgardo Maya, como proponían los indígenas. <BR><BR>La
palabra fue de cierto modo protagonista el domingo en la occidental ciudad de
Cali. Pero no precisamente por servir de vehículo al entendimiento, sino porque
mostró hasta qué punto llega en Colombia la falta de diálogo.<BR><BR>Minga es
una palabra indígena de origen quechua, muy conocida en América del Sur y que
significa "trabajo colectivo para el bien común". <BR><BR>Llegó a sumar 45.000
personas, de ellas 40.000 indígenas. <BR><BR>Fue convocada el 12 de octubre en
primer lugar para rechazar la guerra, que mata a un indígena cada 53 horas, en
este país con 44, 6 millones de habitantes, de los cuales 1, 6 millones
pertenecen a 102 etnias diferentes. Dieciocho de ellas están en vías de
extinción, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
<BR><BR>La Minga llegó a Cali el sábado, tras un recorrido de 100 kilómetros
desde el resguardo de La María, de donde partió, en el sudoccidental
departamento del Cauca. <BR><BR>La primera semana la protesta fue reprimida
incluso a bala por la policía antimotines, con un saldo de tres indígenas
muertos y unos 170 heridos, entre ellos 39 uniformados. Pero la Minga como tal
también quedó herida, debido a la acusación presidencial de "terrorista" contra
el movimiento aborigen. <BR><BR>Así, el resarcimiento por el calificativo se
convirtió, con los días, en el primer punto de la agenda indígena con el
presidente, cuya presencia los nativos consideraron "indelegable" en la
negociación con el gobierno. <BR><BR>Los aborígenes también reclaman respeto a
sus territorios, que el gobierno firme la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la derogatoria de normas que
consideran lesivas. <BR><BR>En medio de grandes expectativas, el presidente
cedió a hablar con los indígenas el domingo en Cali. <BR><BR>A Moncayo lo
acompañaban como facilitadores Bruno Moro, coordinador residente y humanitario
del Sistema de las Naciones Unidas en Colombia, el sacerdote Darío Echeverri,
secretario ejecutivo de la Comisión de Conciliación Nacional, creada por la
Iglesia Católica, y el provincial jesuita Francisco de Roux. <BR><BR>También
eran facilitadores la líder Blanca Chancoso, de la Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador, y Pedro Núñez, vicepresidente de la
Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia, entre otros.
<BR><BR>Los facilitadores nunca lograron poner de acuerdo a la Minga y al
presidente sobre el lugar del encuentro. <BR><BR>La Minga quería ir, completa,
al diálogo con Uribe en la plazoleta del Centro Administrativo Municipal (CAM),
tal como lo habían acordado sus emisarios con el alcalde la ciudad, Jorge Iván
Ospina. <BR><BR>Mientras, el gobierno limitó el encuentro a 200 delegados en el
teatro Imbanaco del canal Telepacífico, "por razones de seguridad". <BR><BR>"Se
radicalizaron las posiciones de la Minga, diciendo que si no era en la plaza, no
era", relató a IPS Luis Evelis Andrade, presidente de la ONIC. <BR><BR>"Y él
(Uribe) diciendo que era en Telepacífico y que no podía ir al CAM por seguridad.
Al final se fue el día, y no se pudo ni una cosa ni otra. Se propusieron sitios
intermedios, y nada", resumió Andrade. <BR><BR>"Pero al final, Uribe apareció en
el CAM --cuando ya los nativos se iban--, a hablar de temas indígenas, sin que
los indígenas estén. Es una cosa bien extraña", expresó. <BR><BR>La Minga
sesionó por su parte tanto en el CAM como posteriormente en la Universidad del
Valle. Y aunque logró ventilar sus temas en el plano nacional e internacional,
la meta de exponer sus causas delante del presidente Uribe no fue cumplida, al
menos por ahora. <BR><BR>Uribe optó por exponer su posición, junto con ministros
y viceministros, a través del Canal Institucional de televisión. Pero la Minga
ni se enteró, reunida como estaba a esa hora en la estatal Universidad del
Valle. <BR><BR>Así como los guerrilleros desperdiciaron la oportunidad de
dialogar con su rehén, y éste con ellos, en Cali se perdió una oportunidad de
diálogo que, sin embargo, puede ser retomada el domingo próximo. <BR><BR>Uribe
anunció que ese día abrirá espacio en su agenda a los indígenas. Por ahora no
hay acuerdo sobre el lugar, ni sobre cuántos, y así puede volver a enredarse el
acercamiento. <BR><BR>Hasta ahora los diálogos de paz en el longevo conflicto
colombiano, ininterrumpido desde 1964, han sido siempre entre gobiernos y grupos
en armas, en ocasiones con participación de comisiones integradas por
personalidades civiles. <BR><BR>La Minga está proponiendo un cambio sustancial:
un sector civil, popular y desarmado sienta al gobierno a dialogar, y
precisamente en torno a las causas de la guerra. <BR><BR>Quizá es algo tan nuevo
en la vida política colombiana que el presidente no supo cómo responder.
<BR><BR>Lo que ocurra en los próximos días demostrará si para el gobierno este
novedoso escenario es o no un asunto menor, si gambetea otra vez el encuentro,
lo convierte en palabras al viento o, simplemente, dialoga. <BR><BR>El lunes, la
Minga retornó a sus territorios. Los indígenas se comprometieron con las
autoridades de la Universidad del Valle a dejar el lugar tan limpio como lo
encontraron.<BR><BR><STRONG>Los desafíos de la logística</STRONG> <BR><BR>Alojar
a unos 40.000 indígenas constituyó un enorme desafío para la estatal Universidad
del Valle, en esta ciudad de Cali. Se destinaron 35 de las 100 hectáreas del
campus. <BR><BR>Desde el viernes se suspendieron clases y actividades
administrativas, salvo aquellas relacionadas con la permanencia de la Minga, y
se dispuso que el funcionamiento se reanudara sólo cuando las comunidades
nativas decidieran abandonar la sede universitaria. <BR><BR>Para enfrentar los
requerimientos de la avalancha humana, al principio calculada en 20.000
personas, las autoridades nombraron una comisión, encabezada por el vicerrector
Edgar Arenas, que trabajó con los estudiantes indígenas de la universidad.
<BR><BR>Éstos hicieron parte de un equipo de cerca de 300 personas: 140
limpiadores y limpiadoras, 80 vigilantes, 30 empleados de mantenimiento e
infraestructura, 40 brigadistas de emergencia de la universidad y personal del
servicio médico interno. <BR><BR>También se sumaron miembros del consejo
estudiantil, grupos de estudiantes, afiliados al sindicato de trabajadores de la
universidad y algunos profesores.<BR><BR><STRONG>Esfuerzo mancomunado</STRONG>
<BR><BR>La universidad trabajó con la alcaldía de Cali y las delegaciones
locales de la Defensoría del Pueblo (ombudsman), la Procuraduría General de la
Nación (ministerio público) y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
<BR><BR>Se agregó el "apoyo de las Empresas Municipales de Cali, que nos están
suministrando gratuitamente el agua en los diferentes hidrantes existentes en el
campus", dijo Arenas a IPS. <BR><BR>Para el rector de la Universidad del Valle,
Iván Enrique Ramos, "esta Minga es un acontecimiento histórico". <BR><BR>"Es la
primera vez en muchos años que se presenta una movilización indígena de tal
magnitud","hay que reconocer el alto grado de organización del movimiento
indígena caucano", subrayó. <BR><BR>El lunes, la Minga retornó a sus
territorios. Los indígenas se comprometieron con las autoridades de la
Universidad del Valle a dejar el lugar tan limpio como lo encontraron. <BR><BR>*
Con aportes de Judith Henríquez Acuña (Cali). </DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000>Edición internacional
del Colectivo Militante - Por la Unidad de los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 -
Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo - Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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