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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>12 de noviembre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Estados Unidos<BR><BR>La nueva
composición de la política norteamericana</FONT></STRONG><BR><BR><STRONG><FONT
size=3>Lee Sustar</FONT></STRONG><BR><STRONG></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Obrero Socialista, Chicago, Illinois <BR></STRONG><A
href="http://www.obrerosocialista.org"><STRONG>www.obrerosocialista.org</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducido por Giovanni
Roberto</STRONG><BR> <BR><BR>Con un afro-americano listo para asumir el más
alto cargo en un país construido sobre la esclavitud, la arrolladora victoria de
Barack Obama en las elecciones presidenciales es un evento que transformará la
política estadounidense. <BR> <BR>Ahora vienen los asuntos difíciles, retos
mayores a los que cualquier otro presidente se haya enfrentado desde la Segunda
Guerra Mundial. <BR> <BR>¿Qué políticas económicas impulsará Obama para
enfrentar la peor crisis financiera desde la década de 1930 y que arrastra al
mundo hacia una profunda recesión? ¿Cumplirá el hombre que se distinguió como un
oponente a la guerra de Irak su promesa de retirar las tropas estadounidenses?
¿Ocurrirá el tipo de cambio fundamental que sus seguidores tan claramente
quieren? <BR> <BR>Por ahora, los seguidores de Obama justamente están
celebrando. Nacido en 196 - cuando la segregación racial era la ley en el sur de
Estados Unidos, los activistas por los derechos civiles eran linchados, y la
policía usaba perros y mangueras a presión contra los jóvenes negros - el
ascenso de Obama es emblemático de lo mucho que EEUU ha cambiado, aún cuando el
país todavía se haya desfigurado por un vicioso racismo que pone más
afro-americanos en la cárcel que en la universidad. <BR> <BR>Cualquiera que
se oponga al racismo no pudo evitar ser conmovido por la vista en el Parque
Grant de Chicago la noche de las elecciones, donde una alegre multitud
multirracial de 250,000 personas celebró la nueva perspectiva de cambio.
Familias enteras acudieron a escuchar el discurso de victoria de Obama;
trabajadores sindicalizados llevaron pancartas pro-Obama; un gran número de
inmigrantes sin derecho a voto también llegaron a la manifestación.
<BR> <BR>El espíritu de la noche fue capturado por grupos de jóvenes negros
y blancos - muchos todavía sin edad para votar - que intercambiaban cánticos de
“O-ba-ma! O-ba-ma!” a través de la avenida Michigan, la calle principal de una
de las ciudades más segregadas de EE.UU. <BR> <BR>"¿Qué significa para mí
tener a un afro-americano electo presidente? No puedo siquiera ponerlo en
palabras", dijo Darrel Washington, un maestro negro en las escuelas primarias de
Chicago. <BR> <BR>La victoria de Obama no sólo se basó en el rechazo
popular a George W. Bush, sino también en la sensación entre la base demócrata
de que las viejas formas de la política deben desaparecer. <BR> <BR>Durante
las primarias, Obama inspiró a jóvenes activistas con sus alusiones a los
movimientos sociales del pasado - desde los huelguistas de las sentadas de la
década de 1930, a los activistas de los derechos civiles de la década de 1960 -
y declaró a su propia campaña como un movimiento similar. <BR> <BR>Los
organizadores de base de la campaña de Obama crearon las condiciones para su
victoria en la primaria en Iowa, abrumando al bien financiado equipo de Hillary
Clinton, quiénes habían visto las primarias como una simple formalidad. Obama
prevaleció aun después de que una desesperada Hillary Clinton recurriera al
proselitismo racista, declarándose a sí misma como la candidata de los
"esforzados americanos, blancos americanos". <BR> <BR>Incluso después de
que Obama lograra la nominación, los principales medios de comunicación
impulsaron esta idea: que los trabajadores blancos - Joe Sixpack, Joe el
plomero, o como quieran llamarlo- eran demasiado racistas para apoyar a un
afro-americano. <BR> <BR>Acto seguido, John McCain cosechó el terreno arado
por Clinton. Agitando los supuestos antecedentes musulmanes de Obama, su
"elitismo" y sus vínculos con ex-radicales, los republicanos repitieron la
táctica que utilizaron por primera vez en 1968—la creación de una reacción de la
extrema derecha blanca que les ha permitido dominar Washington la mayor parte de
los últimos cuarenta años. <BR> <BR>Pero el día de la elección mostró algo
muy diferente. Las encuestas a la salida de los centros de votación mostraron
que una mayoría - de negros y blancos- no sostuvo la campaña de difamación de
McCain en contra los republicanos. <BR> </DIV>
<DIV align=justify>Ahora la pregunta es cómo Obama y el Partido Demócrata
utilizarán su poder en Washington, sobre todo en los asuntos más importantes
para los votantes—la economía y las ocupaciones estadounidenses de Irak y
Afganistán. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Una mirada más cercana a las posiciones políticas de Obama -
a diferencia de su retórica del momento - apunta hacia una gran brecha entre las
esperanzas y las expectativas de sus simpatizantes y el timorato y moderado
programa que ha presentado. <BR> <BR>Después de todo, Obama no es un
político fuera del sistema. A pesar de su habilidad para impulsar a trabajadores
y jóvenes a salir a votar, su campaña contó con grandes cantidades de dinero
provenientes de donantes corporativos, permitiéndole gastar un estimado de 650
millones de dólares, lejos la mayor cantidad en la historia de EEUU. Para sacar
provecho de esos fondos, Obama, el ex organizador comunitario, rechazó el
sistema de financiamiento público creado para contrarrestar el papel del gran
capital en la política. <BR> <BR>Con el apoyo de la comunidad empresarial
vino la constante moderación en las posiciones de Obama, especialmente después
de que le tomó la delantera a Hillary Clinton en las primarias. Aunque Obama
tomó de vez en cuando posiciones progresistas - como llamar a que el salario
mínimo estuviese automáticamente ligado al aumento de la inflación - él en
ningún caso es el "socialista" descrito por la campaña de McCain.
<BR> <BR>En lugar de aplicar una redistribución substancial de la riqueza,
Obama simplemente quiere esperar a que la rebaja de impuestos de Bush expire y
aumentar los impuestos a los que más ganan de un 35 al 39.6 por ciento. Sin
embargo, como Chuck Collins, del Institute for Policy Studies señala, la
propuesta de Obama es mucho más amigable con los ricos que la del presidente
republicano Dwight Eisenhower en la década de 1950: <BR> <BR>En 1955, por
ejemplo, los 400 contribuyentes de mayores ingresos en Estados Unidos
promediaban unos 12 millones de dólares en ingresos, en dólares actuales. Ellos
pagaban, luego de lagunas jurídicas, el 51.2 por ciento de ese dinero en
impuestos. <BR> <BR>Pongamos esas cifras en una perspectiva contemporánea.
En 2005, nuestros 400 contribuyentes más ricos promediaban 214 millones y
pagaban impuestos federales sobre esa esplendida suma, después de explotar
ciertas lagunas legales, a una mera tasa de 18.5 por ciento... Estuviera
[el presidente] Ike [Eisenhower] alrededor reprendería… al senador Barack Obama,
por haber asumido una postura demasiado tímida en relación a los impuesto de los
ricos. <BR> <BR>Una cuestión aun más urgente que los impuestos es el
rescate del sistema financiero, así como el Secretario del Tesoro de Bush, Henry
Paulson, empieza a apresurarse a distribuir los 700 millones de dólares
entre los bancos e instituciones financieras antes de que Obama asuma el
cargo el 20 de enero. Este "rescate" es, en efecto, la mayor transferencia de
riqueza de los trabajadores a los ricos en la historia de EE.UU.
<BR> <BR>¿Pondrá Obama un fin a esta colosal estafa, diseñando un programa
económico que ponga en su centro los intereses de los trabajadores? ¿Usará la
administración Obama la propiedad gubernamental de Fannie Mae, Freddie Mac y
parte de los grandes bancos, para poner fin a los remates de casas? ¿Habrá un
programa de estímulo económico que cree puestos de trabajo seguros y duraderos?
<BR> <BR>El equipo económico de Obama no muestra inclinación alguna hacia
tales cambios. Mientras algunos economistas liberales y pro-sindicatos como
Jared Bernstein, es contado entre sus asesores económicos, Obama cuenta mucho
más con figuras del establecimiento, como el ex Secretario del Tesoro Robert
Rubin y el ex Presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, ambos con una larga
trayectoria favoreciendo las grandes empresas a expensas de los trabajadores.
<BR> <BR>El mismo "realismo" domina la política exterior del equipo de
Obama. Atacado tanto por Hillary Clinton como por John McCain debido a su
inexperiencia en materia de política exterior, Obama se rodeó de ex secretarios
de Estado, ex funcionarios de la CIA, generales y académicos comprometidos con
una política exterior imperialista. El estilo puede cambiar - cultivará más
aliados, más acuerdos internacionales - pero la sustancia será la misma.
<BR> <BR>Obama planea dejar a decenas de miles de tropas
estadounidenses en Irak para asegurarse que un gobierno pro-Estado Unidos
sobreviva. Y como subrayó en repetidas ocasiones durante la campaña, Obama
quiere escalar la salvaje guerra en Afganistán, donde la búsqueda de Osama bin
Laden enmascara lo que realmente es la determinación de EE.UU. de ocupar un
lugar estratégico en Asia. Además, Obama ha asumido agresivas posiciones con
respecto a Venezuela y se ha puesto a la derecha de la administración Bush en
relación a Israel. <BR> <BR>Esto no quiere decir que ningún cambio sea
posible. Decenas de millones de personas quieren una nueva dirección. La
pregunta es si éstas pueden organizarse para luchar por esa dirección.
<BR> <BR>Tomemos, por ejemplo, la propuesta Ley de Libre Elección de los
Empleados (EFCA, por sus siglas en inglés), que haría desaparecer gran parte de
la legislación laboral pro-empresarial y haría más fácil para los trabajadores
afiliarse a un sindicato. Obama se ha comprometido a firmar la legislación si
ésta llega a su escritorio, pero los republicanos y los demócratas conservadores
en el Congreso ya están recibiendo una lluvia de dinero de parte de los
cabilderos de las empresas decididas a matar el proyecto de ley, lo mismo que
hicieron en 1994, cuando una legislación que prohibía la sustitución permanente
de huelguistas murió en un Congreso demócrata. <BR> <BR>Hoy, sin embargo,
la posibilidad de pasar la EFCA es mucho mayor, dado el sentimiento de cambio,
la magnitud de la crisis económica y la pérdida de credibilidad de las grandes
empresas. <BR> <BR>La misma dinámica existe en relación con las guerras de
Irak y Afganistán. Aquellos que le tomaron la palabra a Obama acerca de una
retirada de las tropas estarán decepcionados si dicha acción no sucede, y muchos
de los que vieron la guerra de Afganistán como un mal necesario comenzarán a
cuestionarse lo que irá mostrándose cada vez más como una guerra de conquista
imperial. En este contexto, es posible reconstruir el movimiento anti-guerra
sobre una base más sólida. <BR> <BR>Dado la multiplicidad de las crisis que
asecha a Estados Unidos, el cambio está llegando, pero qué tipo de cambio y en
interés de quién depende de que si los trabajadores se organizan para luchar, y
de cómo se organicen.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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