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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>14 de noviembre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia<BR><BR>Paramilitarismo y
reclutamiento de menores<BR></FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Los niños perdidos de "El
Alemán"</FONT></STRONG></DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>El Bloque Élmer Cárdenas escondió por
tres años la desmovilización silenciosa de 156 menores que estuvieron en la
guerra. Ahora son considerados víctimas. ¿Será el único caso?
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Verdad Abierta</STRONG><BR><A
href="http://www.verdadabierta.com/web3/"><STRONG>http://www.verdadabierta.com/web3/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>En octubre de 2005 ocurrió una desmovilización
silenciosa. Lejos de las cámaras y casi en la clandestinidad, 156 niños que
hacían parte de las filas del Bloque Élmer Cárdenas de las autodefensas, que
operaba en Urabá bajo el mando de Freddy Rendón, el 'Alemán', se encontraron con
sus familiares en la escuela El Mello, de Necoclí, y volvieron a sus
casas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno nunca se enteró de este evento, ni el país lo
habría hecho si no es porque durante las versiones libres un fiscal de Justicia
y Paz le mostró al 'Alemán' un libro donde aparece un reportaje del fotógrafo
Julián Lineros y en el que se puede ver, en medio de un entrenamiento militar,
los rostros de varios menores. Sólo en ese momento el ex paramilitar y sus
abogados entendieron la gravedad del tema. El reclutamiento de menores es un
crimen de lesa humanidad castigado duramente por las cortes internacionales y
hasta ahora ha sido un delito invisible, y del que pocos -casi ninguno-
paramilitares han hablado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo paradójico es que todos los bloques de las
autodefensas (paramilitares), sin excepción, reclutaron menores.
Infortunadamente, en todas las guerras los niños son carne de cañón, por su
audacia, su agilidad y porque la idea del matar y el morir todavía no se ha
racionalizado, como en la vida adulta. <BR><BR>Uno de ellos es Anderson (*).
Tiene ojos pequeños de mirada fija, y piel canela. Ahora tiene 19 años, pero
tenía 15 cuando un día dejó la vereda en la que vivía en Necoclí y se presentó
voluntariamente al campo de El Roble, del Bloque Élmer Cárdenas. Abandonado por
su padre, con una madre enferma, aunque para todos era un niño, él se sentía
como el hombre de la casa, y pensó que tenía que ponerle el pecho a la vida. No
encontró mejor camino que enrolarse en la guerra. Le pagaban un salario mínimo y
tenía asegurada la subsistencia. Al llegar al campo de entrenamiento se vio a sí
mismo demasiado flaco, pues a su alrededor todos eran jóvenes acuerpados, por
eso mintió sobre su edad, y dijo que tenía 17. Muchos lo hacían. <BR><BR>Lo que
siguió para Anderson no se parecía en nada a sus sueños. Le empezó a hacer mucha
falta su mamá y la comida de la casa. De inmediato tuvo dudas sobre si seguir
adelante, pero ya no tenía marcha atrás. Luego lo enviaron al Río Salaquí, en
Chocó, como fusilero. Allí se combatía todo el tiempo, faltaba la comida, y las
condiciones del clima eran extremas. Cargar el fusil, 500 tiros y su propio
morral, era demasiado pesado. "El cuerpo se fue acostumbrando, pero no la
mente", dice. No habían pasado muchas semanas cuando ya estaba arrepentido de
estar allí. Más aun después de que en su primer combate vio morir a un compañero
que estaba pelando una caña, al que de repente le dieron una ráfaga. Anderson no
reaccionó. Se quedó paralizado y de no haber sido porque otro combatiente lo
jaló hacia el piso, lo habrían matado. Luego tuvo el peor combate de su vida.
"Nos cogieron subiendo por una loma. Duramos tres días enfrentados con la
guerrilla hasta cuando llegó el helicóptero y nos apoyó. Lloré mucho en ese
combate, me sentía solo, atrapado. Tenía ganas de volarme. Permanecía de mal
genio, apartado y solo. Muchas veces pensé en meterme un tiro", cuenta.
<BR><BR>De hecho, cuando los combates con los frentes 57 y 58 de las Farc
arreciaban y los paramilitares tenían largas jornadas de caminatas, a veces sin
comida y en medio del fragor, algunos de los muchachos se pegaban tiros a sí
mismos para ser sacados de la zona. "Yo vi a un motorista que se pegó un tiro en
el pie, pero quedó inválido. También dos o tres que se dispararon en la mano
para ser relevados". Pero aun así, no tuvo el valor.<BR><BR>Un día, cuando
estaba 'ranchando' (cocinando para todo el grupo), escuchó que el comandante de
su compañía recibió una llamada y luego reunió a los menores y les dijo:
"Ustedes se van para sus casas". En la mesa de negociación que se había creado
entre el gobierno y el Bloque Élmer Cárdenas, el alto comisionado Luis Carlos
Restrepo le había advertido al 'Alemán' que los menores no podían ser
desmovilizados como todos los combatientes, sino que éstos serían entregados al
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. No recibirían tratamiento de
victimarios, sino de víctimas, pues así están considerados en el mundo
entero.<BR><BR>El estado mayor del Bloque Élmer Cárdenas se reunió y consideró
que los menores debían volver a sus hogares, y que si los entregaban al
Bienestar Familiar, los separarían de sus familias. Por eso decidieron hacer una
"devolución" de los niños a sus madres, directamente. Sin embargo, esto no era
lo que estaba establecido en los procedimientos con el gobierno.<BR><BR>Anderson
salió de la zona de combates con otros 80 menores, de los cuales apenas ocho
llevaban armas. La travesía fue larga y difícil, pues hubo escaramuzas con
milicianos de las Farc en varios puntos. Cuando llegaron a la vereda El Mello,
se encontraron con los demás muchachos, y durante casi una semana estuvieron en
terapias colectivas con sicólogas contratadas por el propio Bloque Élmer
Cárdenas, jugando fútbol y reponiendo fuerzas. Hasta cuando llegó el día de la
salida.<BR><BR>En un gran evento, donde participaron más de 300 personas, los
muchachos, con sudaderas, camisetas y tenis nuevos, y su millón de pesos en el
bolsillo, formaron en una cancha. Una improvisada tarima sirvió para los
discursos, en los que se les prometió una vida nueva, con casa propia o parcela.
El 'Alemán' y los otros comandantes empezaron a leer en una lista, uno por uno,
los nombres de los muchachos, y en ese momento se lo entregaban directamente a
la mamá o al papá.<BR><BR>Anderson se fundió en un abrazo con su mamá. "Me
tocaba todo el cuerpo, la cara, y me preguntó varias veces ¿estás bien?",
recuerda. Pero otros de los niños recibieron coscorrones. "Algunos se habían ido
de sus casas sin decir nada y los padres los habían dado por desaparecidos",
dice Alejandro Toro, desmovilizado del Bloque Élmer Cárdenas, quien hoy lidera
la fundación Construpaz, que agrupa 300 ex combatientes. <BR><BR>El problema es
que estos 156 niños quedaron completamente por fuera del proceso de
reincorporación. Como oficialmente nunca existieron, no fueron desmovilizados,
no han tenido acceso a educación, atención sicosocial o proyectos productivos.
Apenas ahora la Fiscalía está recorriendo la región, tratando de encontrarlos a
todos, y vincularlos al proceso no como desmovilizados, sino como víctimas que
tienen derecho a una reparación. Todos son ya mayores de edad y al igual que
todos los jóvenes de esa región, están sin empleo y recibiendo ofertas de volver
a las armas, esta vez con las bandas emergentes del narcotráfico que comanda
'Don Mario'. <BR><BR>Esta desmovilización pasó inadvertida para el gobierno y
para la OEA, que le hacía seguimiento al proceso. Inexplicablemente, ni unos ni
otros preguntaron qué había pasado con los menores, hasta cuando el tema salió
en una versión libre, y hace pocos meses se presentó la controversia y entre
Freddy Rendón y el alto comisionado Luis Carlos Restrepo hubo mutuas
recriminaciones. <BR><BR>De todos modos, el 'Alemán' ya confesó el
reclutamiento, y varias víctimas -especialmente madres de hijos menores que
murieron en combate- exigen reparación. Este será el primer delito por el que
este ex jefe paramilitar reciba imputación de cargos. Sin embargo, queda
planteada la duda sobre qué pasó en los otros bloques, pues oficialmente
Bienestar Familiar recibió menos de 300 menores desmovilizados, lo que no
corresponde con la realidad de unos grupos armados que usaron a los niños como
carne de cañón. <BR><BR>* Nombre cambiado.</DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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