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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>14 de noviembre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>India</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El genocidio de los
transgénicos<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Miles de
campesinos indios se suicidan tras utilizar cultivos genéticamente
modificados</FONT></STRONG><BR><BR><FONT size=3><STRONG>Andrew
Malone</STRONG></FONT><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Global
Research<BR></STRONG><A
href="http://www.globalresearch.ca/"><STRONG>http://www.globalresearch.ca/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido del inglés para
Rebelión por Sinfo Fernández</STRONG><BR><BR><BR>Cuando el Príncipe Carlos
afirmó que miles de campesinos de la India estaban suicidándose tras utilizar
cultivos GM [transgénicos], fue tachado de alarmista. En realidad, como este
escalofriante informe revela, es aún PEOR de lo que él temía. </FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Los niños estaban inconsolables. Mudos de miedo y
luchando por contener las lágrimas, se acurrucaban junto a su madre mientras
amigos y vecinos preparaban el cuerpo de su padre para la cremación sobre una
ardiente hoguera levantada sobre los agrietados y estériles campos cercanos a su
casa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras las llamas consumían el cadáver, Ganjanan, de
doce años, y Kalpana, de catorce, se enfrentaban a un futuro sombrío. Aunque
Shankara Mandaukar había confiado en que su hijo y su hija tendrían una vida
mejor bajo el boom económico de la India, se tienen que enfrentar ahora a un
trabajo de esclavos por unos cuantos peniques al día. Sin tierra y sin hogar, se
hundirán en lo más hondo.<BR><BR>Shankara, campesino respetado, marido y padre
cariñoso, había puesto fin a su propia vida. Menos de veinticuatro horas antes
se había bebido una taza de insecticida químico al tener que enfrentarse a la
pérdida de sus tierras a causa de las deudas. Se desesperó al no poder devolver
una deuda equivalente a las ganancias de dos años. No pudo encontrar
solución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aún había huellas en la tierra por donde se había
retorcido en su agonía. Otros campesinos le miraron –sabían por experiencia que
no tenía sentido intervenir- cuando se dobló sobre la tierra, gritando de dolor
y vomitando.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gimiendo, se arrastró hasta un banco situado en el
exterior de su sencillo hogar, situado a unas 100 millas de Napgur en la India
Central. Una hora después, ya no se oía ruido alguno. Había dejado de respirar.
A las cinco de la tarde de un domingo, la vida de Shankara Mandaukar se
apagó.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando los vecinos se reunieron para rezar alrededor de
la casa familiar, Nirmala Mandaukar, de 50 años, les contó cómo volvió a todo
correr de los campos para encontrar muerto a su marido. “Era un hombre afable y
cariñoso”, dijo llorando suavemente. “Pero ya no podía más. La angustia mental
era demasiado grande. Lo hemos perdido todo”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La cosecha de Shankara fracasó durante dos años seguidos.
Desde luego, el hambre y la pestilencia forman parte de la antigua historia de
la India.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la culpa de ha muerte de este respetado campesino la
tiene algo más moderno y siniestro: los cultivos genéticamente modificados
(GM).</DIV>
<DIV align=justify><BR>A Shankara, como a millones de campesinos indios, le
habían prometido anteriormente insólitas cosechas e ingresos si dejaba de
cultivar con las semillas tradicionales y en su lugar plantaba semillas GM. Pero
las cosechas fueron un fracaso, y no le quedaron más que fuertes deudas y ningún
ingreso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por eso Shankara se convirtió en uno de los 125.000
campesinos que se estima se han quitado la vida como consecuencia de la
despiadada campaña que ha convertido a la India en un campo de pruebas de los
cultivos genéticamente modificados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La crisis, denominada por los activistas el “Genocidio
del GM”, se puso recientemente de relieve cuando el Príncipe Carlos afirmó que
la cuestión del GM se había convertido en una “cuestión moral global” y que ya
era hora de poner fin a su imparable marcha.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hablando a través de vídeo-conferencia en la capital
india, Delhi, enfureció a los dirigentes de las compañías dedicadas a las
biotecnologías y a algunos políticos al condenar “la tasa verdaderamente atroz y
trágica de suicidios de pequeños campesinos en la India, producto… del fracaso
de muchas de las variedades de cultivos GM”.<BR>Poderosos grupos de presión GM y
prominentes políticos se han alineado contra el Príncipe, afirmando que las
cosechas genéticamente modificadas han transformado la agricultura de la India,
proporcionando mayores cosechas que nunca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El resto del mundo, insisten, abrazará ese “futuro”
imitándoles.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces, ¿quién dice la verdad? Para averiguarlo, viajé
al “cinturón del suicidio” en el estado de Maharashtra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que me encontré fue tremendamente inquietante, con
graves implicaciones para los países, incluido el Reino Unido, que hacen preciso
debatir si al permitirse la plantación de semillas manipuladas por los
científicos no se están violentando las leyes de la naturaleza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las cifras oficiales del Ministerio indio de Agricultura
confirman efectivamente que, conformando una crisis humanitaria inmensa, más de
1.000 campesinos se quitan aquí la vida cada mes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gente sencilla, rural, que se está quitando la vida
agonizando lentamente. La mayoría ingieren un insecticida, una cara sustancia
que les prometieron no necesitarían cuando les coaccionaron para plantar los
caros cultivos GM. Al parecer, muchos están masivamente endeudados con los
prestamistas locales, habiéndose endeudado hasta las cejas para poder comprar
esas semillas GM.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Los expertos que están a favor de los GM afirman que es la
pobreza rural, el alcoholismo, las sequías y las “preocupaciones agrícolas” las
razones de esa horrorosa cantidad de víctimas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero como descubrí durante un viaje de cuatro días a
través del epicentro del desastre, esa no es toda la historia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En un pueblecito que visité, 18 campesinos se habían
suicidado después de que se los tragaran las deudas de los GM. En algunos casos,
las mujeres se habían hecho cargo de las granjas de sus maridos muertos, sólo
para acabar matándose ellas también.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Latta Armes, de 38 años, bebió insecticida cuando sus
cosechas fracasaron, dos años después de que su marido desapareciera cuando las
deudas GM le desbordaron.<BR>Dejó a un hijo de diez años, Rashan, al cuidado de
familiares. “Llora cuando piensa en su madre”, dijo la tía de la fallecida,
completamente desmoralizada, sentada a la sombra cerca de los campos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pueblo tras pueblo, las familias cuentan cómo han ido
endeudándose después de que les convencieran de comprar semillas GM en vez de
las tradicionales semillas del algodón.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La diferencia de precio es escandalosa: 10 libras [*] por
100 gramos de semillas GM, comparado con lo que cuestan las semillas
tradicionales: menos de 10 libras por mil veces la cantidad anterior.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero los vendedores de los GM y los funcionarios del
gobierno habían prometido a los campesinos que esas eran unas “semillas
mágicas”, que producían mejores cosechas libres de parásitos e insectos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, en aras a promocionar el consumo de semillas
GM, en muchos bancos de semillas del gobierno se prohibió la venta de las
variedades tradicionales. El gobierno indio, desesperado por escapar a la
devastadora pobreza de los años posteriores a la independencia, estuvo de
acuerdo en permitir que los gigantes de las nuevas biotecnologías, como el líder
del mercado estadounidense Monsanto, vendieran sus nuevas creaciones en
semillas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A cambio de permitir que las compañías occidentales
accedieran al segundo país más poblado del mundo, con más de 1.000 millones de
personas, el Fondo Monetario Internacional concedió préstamos a la India en las
décadas de los ochenta y los noventa, ayudando así a lanzar una revolución
económica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero mientras ciudades como Mumbai y Delhi han avanzado
mucho, las vidas de los campesinos han retrocedido hasta la Edad Media.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque las zonas de la India en las que se han plantado
semillas GM se han duplicado en dos años –hasta alcanzar los 17 millones de
acres [**]-, muchos granjeros han pagado un precio terrible. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lejos de ser unas “semillas mágicas”, las variedades de
plantas de algodón GM a prueba de pestes han sido desvastadas por unos gusanos
que atacan los capullos y que son un parásito voraz.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tampoco les dijeron a los campesinos que esas semillas
requerirían el doble de riego. Y esto ha acabado siendo una cuestión de vida o
muerte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A causa de la sequía sufrida durante los últimos dos
años, muchos cultivos GM se atrofiaron y murieron, dejando a los campesinos con
deudas agobiantes y sin medio alguno para poder pagarlas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al haber pedido préstamos a los prestamistas
tradicionales a intereses abusivos, cientos de miles de pequeños granjeros se
han tenido que enfrentar a la pérdida de su tierra al fracasar las caras
semillas, mientras que los que aún podían luchar se enfrentaron a una nueva
crisis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el pasado, cuando las cosechas fracasaban, los
campesinos podían aún salvar las semillas y volverlas a plantar al año
siguiente. Pero con las semillas GM no se puede hacer eso. Y se debe a que las
semillas GM contienen la denominada “tecnología de exterminio”, lo que significa
que han sido genéticamente modificadas para que las cosechas resultantes no
produzcan semillas aprovechables.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como consecuencia, los campesinos tienen que comprar
nuevas semillas cada año a los mismos prohibitivos precios. Para muchos, eso
significa la diferencia entre la vida y la muerte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tomemos el caso de Suresh Bhalasa, otro campesino que fue
incinerado esta semana, dejando viuda y dos niños. Al caer la noche, una vez
terminada la ceremonia y mientras los vecinos salían fuera de sus casas a la par
que las vacas sagradas regresaban de los campos, su familia no dudaba de que sus
problemas se originaron en el momento en que se les animó a comprar Algodón BT,
una planta genéticamente modificada creado por Monsanto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Ahora estamos arruinados”, dijo la viuda del muerto, de
38 años. “Compramos 100 gramos de semillas de Algodón BT. Nuestra cosecha
fracasó dos veces. Mi marido se deprimió mucho. Se fue al campo, se tumbó entre
el algodón y tragó insecticida”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los habitantes del pueblo le colocaron en un rickshaw y
le llevaron al hospital por caminos de cabras. “Gritaba que había tomado el
insecticida y que lo sentía mucho”, dijo, mientras su familia y vecinos acudían
a su hogar a expresarle su solidaridad. “Cuando llegaron al hospital ya estaba
muerto”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al preguntarles si el muerto era un “borracho” o sufría
otros “problemas sociales”, como alegan los funcionarios partidarios de los GM,
el tranquilo y digno grupo de campesinos estalló colérico: “¡No! ¡No!”, exclamó
uno de los hermanos del muerto. “Suresh era un buen hombre. Enviaba a sus niños
al colegio y pagaba sus impuestos”</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Se vio asfixiado por esas semillas mágicas. Nos venden
las semillas diciendo que no necesitarán pesticidas caros pero sí los necesitan.
Tenemos que comprar las mismas semillas a la misma compañía cada año. Nos están
matando. Por favor, cuéntele al mundo lo que está pasando aquí”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Monsanto ha admitido que la deuda desorbitada había sido
un “factor en la tragedia”. Pero, al señalar que la producción se había
duplicado en los últimos siete años, un portavoz añadió que había otras razones
para la reciente crisis, tales como las “lluvias intempestivas” o la sequía,
añadiendo que los suicidas siempre habían formado parte de la vida rural
india.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los funcionarios declaran también que las encuestas dicen
que la mayoría de los campesinos indios quieren semillas GM, sin duda animados
por las agresivas campañas de marketing.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante el curso de mis averiguaciones en Maharastra, me
encontré con tres investigadores “independientes” rastreando los pueblos para
informarse sobre los suicidios. Insistieron en que las semillas GM eran sólo un
50% más caras, para terminar admitiendo que la diferencia era de 1.000%.</DIV>
<DIV align=justify><BR>(Un portavoz de Monsanto insistió después en que sus
semillas “sólo cuestan el doble” del precio de las semillas “oficiales” que no
son GM, pero admitió que la diferencia podía ser inmensa si las tradicionales y
más baratas semillas eran vendidas por comerciantes “sin escrúpulos”, que a
menudo también venden “falsas” semillas GM, propensas a las plagas).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante los rumores de inminentes indemnizaciones del
gobierno para detener la oleada de muertes, muchos campesinos dijeron que
estaban desesperados por conseguir cualquier ayuda. “Queremos superar nuestros
problemas”, dijo uno. “Sólo queremos que nos ayuden para que se acabe esta
cadena de muertes”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Príncipe Charles está tan consternado por la grave
situación de los suicidios de los campesinos que está montando una entidad de
beneficencia, la Fundación Bhumi Vardaan, para ayudar a los afectados y promover
los cultivos orgánicos indios en lugar de los GM.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los campesinos de la India están también empezando a
contraatacar. Además de tomar como rehenes a los distribuidores de semillas GM y
de organizar protestas masivas, el gobierno de uno de los estados está
emprendiendo acciones legales contra Monsanto por los costes desorbitados de las
semillas GM.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Todo eso llega tarde ya para Shankara Mandaukar, quien tenía
unas 80.000 rupias (alrededor de 1.000 libras) de deudas cuando se quitó la
vida. “Le dije que podríamos sobrevivir”, dijo su viuda, con sus niños junto a
ella mientras la oscuridad lo invadía todo. “Le dije que podríamos encontrar una
salida. Me contestó que prefería morir”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la deuda no murió con la muerte de su marido: a
menos que pueda encontrar una forma para devolverla, no podrá permitirse llevar
a sus niños a la escuela. Perderán sus tierras, teniendo que unirse a las hordas
que mendigan por miles a los lados de la carretera por todo este inmenso y
caótico país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Precisamente lo más cruel de todo es que son los jóvenes
los que más sufren por el “Genocidio GM”, la misma generación que se suponía iba
a salir de una vida de dureza y miseria gracias a esas “semillas mágicas”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aquí, en el cinturón suicida de la India, el coste del
futuro genéticamente modificado es homicidamente alto.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas de la
traducción</U></STRONG></DIV><STRONG><U></U></STRONG>
<DIV align=justify><BR>[*] Alrededor de 15 euros.<BR>[**] 1 acre = 4.048,8
metros cuadrados.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT color=#800000><STRONG><FONT size=3>Correspondencia de
Prensa - Agenda Radical - Boletín Solidario</FONT></STRONG><BR><STRONG><FONT
size=3>Ernesto Herrera (editor): </FONT></STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>