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color=#800000><EM><U>correspondencia de prensa - boletín
solidario</U></EM> <BR><FONT color=#ff0000>Agenda
Radical</FONT><BR>Edición internacional del Colectivo Militante<BR><U>16 de
noviembre 2008</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El matarife
<BR></STRONG></DIV></FONT>
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size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Iván Márquez
(Miembro del Secretariado del Estado Mayor Central de las
FARC-EP)</FONT></STRONG> <BR></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Agencia Bolivariana de
Prensa</STRONG></FONT></DIV>
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href="http://www.abpnoticias.com/"><STRONG>http://www.abpnoticias.com/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
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<DIV align=justify>El cruel asesinato de miles y miles de civiles a manos del
ejército para luego presentarlos en sus “falsos positivos” como guerrilleros
dados de baja en combate, es el más reciente y horroroso grito de victoria de la
“seguridad democrática” del presidente Uribe. No puede ahora ése presidente
matarife rasgarse hipócritamente las vestiduras cuando siempre midió en litros
de sangre el éxito de su política. No puede ahora posar de querubín celestial el
padre de los incentivos perversos de la política de recompensas cuando ha segado
con ellos tantas vidas de inocentes en Colombia. Aunque aparezca con el rostro
contrito diciendo que todo ocurrió a sus espaldas, este Uribe sigue siendo el
mismo que condecoró al general Rito Alejo del Río por haber masacrado a la
población civil de Urabá, y sigue siendo el mismo que se solazaba hace poco ante
el cuerpo ensangrentado de Raúl Reyes y ante la mano cercenada de Iván Ríos,
cuyos cadáveres aún no ha devuelto a los suyos.<BR><BR>Ningún gobierno, ningún
pueblo del mundo debe darle crédito a un mentiroso teatral, y cínico manipulador
de la opinión. Lo que pasó en las dictaduras del Cono Sur, a pesar de su
gravedad, es apenas un pálido fulgor ante el voraz holocausto humanitario
activado por Uribe en el norte de Suramérica. Tanta barbarie y tanta impunidad
ofenden a la humanidad.<BR> <BR>Cuando el ministro de defensa, señor
Juan Manuel Santos, reitera e insiste que este gobierno ha matado en seis años a
más 30 mil guerrilleros, uno se pregunta quiénes serán entonces esos muertos si
la guerrilla sigue en sus mismos puestos de combate contra la tiranía. Es
necesario identificar también a los miles de masacrados que los paramilitares
entregaron al ejército a fin de que los utilizaran como partes positivos de su
sucia guerra contrainsurgente. Las organizaciones de derechos humanos en el
mundo debieran ayudar a esclarecer este dantesco drama humanitario del
victimizado país del olvido que es Colombia.<BR><BR> Lo que se ha
descubierto hasta ahora es apenas la punta del iceberg de la infamia. La triste
historia de los jóvenes de Soacha que fueron llevados engañados por el ejército
hasta Ocaña para ser ultimados a nombre de la política de “seguridad
democrática” de Uribe, es la misma, taciturna y luctuosa, de un universo de
ciudades, de pueblos y de campos de Colombia implacablemente castigados por la
política fascista. Cuántos crímenes de jóvenes desempleados…, cuántos campesinos
asesinados por el ejército en las serranías y en las selvas presentados como
guerrilleros muertos en combate en el marco del funesto Plan Patriota… Las
cárceles están llenas de “falsos positivos”, o mejor, de millares de inocentes
presos acusados injustamente de guerrilleros y terroristas por la perfidia del
régimen actual. El inicuo sistema judicial premia con ascensos a los jueces y
fiscales que más condenen guerrilleros extendiendo así la práctica de los
“falsos positivos” a la justicia. Colombia necesita ser iluminada por potentes
reflectores que contribuyan desde el exterior a disuadir los desafueros del
poder.<BR><BR>Derrotado por las evidencias -no sin antes jurar y jurar que los
abatidos fueron muertos en combate-, Uribe se vio forzado a destituir a algunos
generales de División y de Brigada, así como a 5 comandantes de batallones para
lavarse las manos y apaciguar la tormentosa crítica; sin embargo sustentó esta
decisión en el argumento peregrino de que salían por falta de control a sus
tropas y por confabulación con delincuentes, negando que se trata de un problema
estructural. “Ahora el éxito se medirá por desmovilizaciones y capturas”-dijo-,
sin explicar convincentemente la directriz 029 de noviembre del 2005 en la que
su entonces ministro de defensa Camilo Ospina, actual embajador en la OEA,
establecía recompensas por muertos, material de guerra y equipos incautados al
enemigo. También parece que se olvidó que él mismo instauró a comienzos de su
gobierno una red de más de 1 millón de sapos o informantes movidos por las
recompensas. Si los generales y los coroneles objeto de sanción salieron, como
dice Uribe por “confabulación con delincuentes”, debiera aplicarse entonces la
misma consideración a los que se reunieron con delincuentes mafiosos de la
“Oficina de Envigado” en la misma sede del gobierno: el Palacio de
Nariño. <BR><BR>El diario El Tiempo, del que son propietarios los
Santos, es decir, el ministro de defensa y el vicepresidente, refiriéndose a la
purga de 27 militares tituló con oscuros tintes de cortina de humo: “Barrida
ejemplar”; “Hay serios indicios de negligencia en el mando”; “Actuaban en
contravía de la seguridad democrática y de la doctrina y el honor militar”; “No
es un problema estructural”. Tan estructural es que si actuaran en consecuencia
tendrían que irse hasta ellos mismos, incluido el presidente. Ya se fue ese
sanguinario comandante del ejército, general Mario Montoya, porque entendió que
era causa perdida intentar tapar el sol con las manos. El espantoso hecho
delictivo estimulado desde el gobierno de segar vidas por recompensas y
ascensos, no debe quedar en una destitución mediática; debe conducir a una
responsabilidad penal.<BR><BR>Duele e indigna ver cómo algunos politólogos,
directores de noticias y columnistas estipendiados le hacen eco a la
manipulación mediática puesta en marcha por el presidente Uribe y los señores
Santos. Otros han optado por un inexplicable silencio cómplice frente a este
pavoroso crimen de lesa humanidad. Hasta el silencio de algunos purpurados ha
hecho sollozar a Dios. No debe demorar más el juicio y el castigo a los
carniceros del Palacio de Nariño.<BR><BR>Montañas de Colombia, noviembre 4 de
2008.</DIV>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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