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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>18 de noviembre 2008</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>República Democrática del
Congo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El Congo se desangra en una guerra
por un mineral clave para fabricar celulares y PCs </STRONG></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Es el coltán. El 80% de las reservas
mundiales están en ese país. La batalla por su control es
total</FONT></STRONG><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Alejandra Pataro</FONT> </STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Clarin, Buenos Aires, 17-11-08</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.clarin.com/"><STRONG>http://www.clarin.com/</STRONG></A><BR> <BR></DIV>
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<DIV align=justify>El ataúd, diminuto como el cuerpo que lleva dentro, se hunde
en la fosa cavada en el suelo húmedo de la selva. El bebé en su interior apenas
alcanzó el año de vida. Murió de hambre, a pocos kilómetros de la ciudad de
Goma, en el Este de la República Democrática del Congo, mientras la guerra
estallaba a su alrededor. Su madre, obligada a desplazarse por los combates, no
encontró techo ni comida. La tumba de su bebé, el menor de cinco hermanos, yace
en el bosque apenas marcada con una cáscara de banana. Las imágenes de la BBC
dejan la garganta hecha un nudo. No hay dudas: el infierno, otra vez, se ensañó
con Africa.<BR><BR>Cientos de miles de personas protagonizan una catástrofe
humanitaria en los confines orientales de la RDC, donde grupos armados luchan
por el control de las riquezas minerales. El resultado es una guerra infinita,
miseria humana y un paraíso de biodiversidad en franca desaparición.<BR><BR>Al
frente de 6 mil hombres, el general rebelde congoleño, el tutsi Laurent Nkunda,
desató a fines de octubre una ofensiva contra las tropas regulares congoleñas en
la provincia de Kivu Norte que derivó en violentos enfrentamientos, arrasó
aldeas y dejó en situación de desesperación a "un millón de desplazados", según
denuncia el Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza. Una
legión de civiles sin techo ni comida, cuyos hijos mueren de hambre y las
mujeres son violadas por bandas, navega a la deriva. No hay alimentos, no hay
agua, no hay electricidad. <BR><BR>Las tropas de paz de Naciones Unidas en la
RDC, la MONUC (el mayor ejército que la ONU tiene desplegado en el mundo, con
17.000 efectivos, de los cuales 9 mil están en la zona), piden refuerzos y
exigen tregua.<BR><BR>"La causa de la pelea gira en torno a la razón esgrimida
por Nkunda: 'Defender los derechos de la minoría tutsi que vive en la RDC y
combatir a los rebeldes hutus'. Nadie sabe si existe otra agenda encubierta
detrás de los combates", escribe en una larga carta reclamando ayuda Jean Pierre
Jobogo, ranger del Parque Nacional de Virunga, el más antiguo de Africa,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y escenario del drama. Según
sus palabras, el conflicto se explica como netamente étnico. Pero lo cierto es
que las reservas minerales siempre han cebado y ceban las armas en este rincón
del planeta.<BR><BR>El frondoso Este congoleño es rehén de guerrillas, milicias,
Ejército, explotadores de recursos naturales y traficantes que conviven entre
una marea de desplazados y refugiados. Se estima que sólo en la región operan 23
grupos armados y todos van por lo mismo: la riqueza bajo suelo.<BR><BR>Hoy la
lista de tesoros encerrados en el Congo incluye oro, cobre, zinc... Pero hay un
mineral que interesa en particular: coltán, utilizado para la fabricación de los
juguetes predilectos del siglo XXI: celulares, computadoras y hasta la célebre
PlayStation de Sony.<BR><BR>"Más de 30.000 niños y niñas matan y mueren" en la
RDC "para que en los países desarrollados podamos hablar por celular o escribir
un e-mail", denunció Amnistía Internacional, agregando otro dato espantoso al
drama, el fenómeno de los niños soldados. Según AI, una de las causas del
conflicto es la lucha por el control del coltán, del que la RDC "posee el 80% de
las reservas mundiales".<BR><BR>La ironía es que a pesar de su riqueza, la RDC
es uno de los países más pobres del mundo. Aquí un kilo de coltán cotiza una
"fortuna" de 40 dólares que seguramente serán usados para adquirir armas. El
control de las tierras es en realidad el control de las minas. Todos explotan.
Todos venden y trafican en un circuito de corrupción y explotación en el que las
grandes corporaciones siempre están dispuestas a comprar.<BR><BR>"También hay
partes del Ejército congoleño fuera de control. Básicamente se está ante una
situación en la que en cada lugar donde hay tropas del Ejército, se las ve mal
pagadas y sin servicios, entonces se vuelcan a explotar a la población y los
recursos locales para satisfacer sus necesidades", explicó a Clarín Guy
Debonnet, especialista del programa de Patrimonio Natural de la
UNESCO.<BR><BR>"Pero el verdadero problema en el Congo por el momento es
básicamente la inseguridad y el estado de anarquía", sigue Debonnet, quien pasó
cinco años en la RDC.<BR><BR>La historia y el destino han sido macabros con este
vasto y rico pulmón africano desde el mismo día en que el navegante portugués
Diogo Cao descubrió las aguas marrones del gigantesco río Congo hace 600 años,
iniciando una sangrienta cruzada por los tesoros ocultos en el Continente
Negro.<BR><BR>Nada parece ser más apropiado que la elección de Joseph Conrad
para bautizar a esta región como "el corazón de las tinieblas".<BR><BR>De Cao a
nuestros días ha sido un desfile de atrocidades: las garras, cadenas y
"chicotes" de Leopoldo II de Bélgica en su "Estado libre del Congo", con sus
cinco millones de muertos, el tráfico de esclavos, la fiebre por el marfil, el
traumático camino hacia la independencia y las guerras interétnicas.<BR><BR>La
primera guerra del Congo, entre 1996 y 1997, terminó con la caída del presidente
de Zaire, Mobutu Sésé Seko, y la toma del poder por parte del líder rebelde
Laurent Desiré Kabila. El país pasó a llamarse República Democrática del
Congo.<BR><BR>La segunda guerra del Congo estalló en 1998, involucró a nueve
países y dejó un saldo de más de tres millones de muertos. La lucha por el poder
en la RDC culminó oficialmente en 2003 con un gobierno de transición, a manos de
Joseph Kabila, quien fue electo en las urnas en 2006. Pero en el Este la guerra
nunca terminó.<BR><BR>"El Este del país aún está bajo un conflicto intenso y la
tragedia humana de muerte y desplazamiento es apabullante para cualquier escala
de valores", resume a Clarín la conservacionista Samantha Newport, dedicada a la
preservación en el Parque de Virunga.<BR><BR>Según Newport, Virunga, en Kivu
Norte, es "una ubicación estratégica para Nkunda y sus hombres, debido a la
proximidad con Ruanda y Uganda".<BR><BR>Los conservacionistas como Newport se
han convertido en una de las voces más fuertes e insistentes de denuncia sobre
lo que ocurre en Congo. Porque además del desastre humanitario, la guerra
--advierten-- se está devorando la selva. "La gente ignora que todos dependemos
del CO2 generado por el bosque", dice en su carta Jobogo, el ranger de Virunga,
y lamenta: "A nadie le importa." </DIV>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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