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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>3 de enero 2009</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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size=3>Palestina/Urgente</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El podrido
estado de Egipto es demasiado impotente y corrupto para actuar<BR><BR>Robert
Fisk</FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>The
Independent</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.independent.co.uk/"><STRONG>http://www.independent.co.uk/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido para Rebelión por
S. Seguí</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.rebelion.org/"><STRONG>http://www.rebelion.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR>Hubo un tiempo en que nos
preocupábamos por las masas árabes –es decir, los millones de árabes comunes y
corrientes que poblaban las calles de El Cairo, Kuwait, Amman y Beirut– y de su
reacción ante los constantes baños de sangre de Oriente Próximo. ¿Podría Anuar
el Sadat poner coto a la ira de su pueblo? Y ahora, tras tres décadas de Hosni
Mubarak –La vache qui rit, como se le sigue llamando en El Cairo– ¿podrá Mubarak
poner coto a la ira de su pueblo? La respuesta, por supuesto, es que se les va a
permitir a los egipcios, kuwaitís y jordanos chillar en las calles de sus
capitales, para ponerlos luego a buen recaudo, con ayuda de las decenas de miles
de policías secretos y milicianos gubernamentales que sirven a los príncipes,
los reyes y los ancianos gobernantes del mundo árabe. </FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Los egipcios exigen que Mubarak abra el paso fronterizo
de Rafah que comunica Egipto con Gaza, que rompa sus relaciones diplomáticas con
Israel, incluso que envíe armas a Hamás. Y hay una especie de perversa belleza
en la respuesta del gobierno egipcio: ¿por qué no protestar por los tres pasos
fronterizos que los israelíes se niegan a abrir? Y, después de todo, el puesto
fronterizo de Rafah está políticamente controlado por las cuatro potencias que
elaboraron la hoja de ruta, entre ellas Gran Bretaña y Estados Unidos. ¿Por qué
entonces echar la culpa a Mubarak? </DIV>
<DIV align=justify><BR>Admitir que Egipto ni siquiera puede abrir su frontera
soberana sin permiso de Washington nos dice todo lo que hay que saber sobre la
impotencia de los sátrapas que nos gobiernan Oriente Próximo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Si se abre el paso de Rafah –o se rompen las relaciones
con Israel– se vienen a bajo los cimientos de Egipto. Cualquier gobernante árabe
que tomase medidas de este tipo vería cómo se le cortaba la ayuda económica y
militar de Occidente. Y sin subvenciones, Egipto es un país en bancarrota. Por
supuesto, esta situación funciona también en la dirección opuesta. Los líderes
árabes no van a hacer más gestos temperamentales para nadie. Cuando Sadat voló a
Jerusalén –“Estoy harto de estos enanos”, dijo de sus pares, los líderes árabes–
lo pagó con su propia sangre en El Cairo, en la tribuna desde donde pasaba
revista a las tropas cuando uno de sus soldados lo calificó de faraón antes de
dispararle hasta la muerte. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La verdadera desgracia de Egipto, no obstante, no es su
respuesta a la carnicería de Gaza. Es la corrupción que se ha instalado en una
sociedad, la egipcia, en la que la idea se servicio –sanidad, educación,
auténtica seguridad para la gente de la calle– simplemente ha dejado de existir.
Es un país en el que la primera obligación de la policía es proteger al régimen,
en el que los que protestan son apalizados por la policía de seguridad, en el
que las mujeres que se oponen al interminable gobierno de Mubarak –que
probablemente pase a su hijo Gamal, a pesar de lo que nos digan— son objeto de
abusos sexuales por agentes de polícía de paisano, en el que los prisioneros del
complejo de Tora-Tora son obligados por sus guardianes a violarse mútuamente.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se ha desarrollado en Egipto una especie de fachada
religiosa en la que el significado del Islam queda oculto por su representación
física. Los funcionarios civiles egipcios y los funcionarios gubernamentales son
con frecuencia escrupulosos en su práctica religiosa, a la vez que toleran y
hacen posible el trucaje de las elecciones, las transgresiones de la ley y la
tortura en las prisiones. Un joven doctor estadounidense me describió
recientemente el modo cómo en un hospital de El Cairo los médicos, ocupados,
simplemente bloqueaban las puertas con sillas de plástico para impedir el acceso
a los pacientes. Y en noviembre, el diario egipcio Al Masry al Youm informaba
cómo los médicos abandonaban a sus pacientes para asistir a las oraciones
durante el Ramadán. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y junto a todo esto, los egipcios tienen que vivir entre
la destrucción diaria de sus degradadas infraestructuras. Alaa al Aswani ha
escrito con elocuencia en el diario cairota Al Dastour que los mártires del
régimen superaban en número a todos los muertos de las guerras de Egipto contra
Israel –víctimas de accidentes ferroviarios, hundimientos de transbordadores,
derrumbes de edificios urbanos, enfermedades, cáncer y envenenamiento por
pesticidas— todos ellos víctimas, en palabras de Aswani, de “la corrupción y el
abuso de poder.” Abrir el paso fronterizo de Rafah a los heridos palestinos –a
los médicos se los devuelve a empujones a su prisión de Gaza una vez que los
ensangrentados supervivientes de los ataques aéreos han sido arrojados a
territorio egipcio— no va a cambiar el muladar en el que viven los propios
egipcios. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sayed Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá en
Líbano, fue capaz de instar a los egipcios a “levantarse por millones” para
abrir la frontera con Gaza, pero no lo harán. Ahmed Aboul Gheit, el débil
ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, sólo supo insultar a los líderes de
Hezbolá y acusarlos de intentar provocar “una anarquía similar a la que han
creado en su propio país.” </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero él está bien protegido, como también lo está el
presidente Mubarak. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El malestar de los egipcios es en muchos aspectos tan
hondo como el de los palestinos. Su impotencia ante el sufrimiento de Gaza es un
símbolo de su propia enfermedad política. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>