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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>10 de enero 2009</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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size=3>Palestina/Urgente</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>La agresión de Israel a Palestina:
u</FONT><FONT face=Arial>n análisis materialista histórico</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Un culpable tras las
sombras</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El "problema palestino" es
consecuencia del desarrollo del capitalismo en la región. Y la solución que se
pretende es siempre la misma: eliminar lo que sobra<FONT
size=2></FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><BR><STRONG>Fabián Harare *</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Crítica, Buenos Aires, 6-1-09<BR></STRONG><A
href="http://www.criticadigital.com/"><STRONG>http://www.criticadigital.com/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR>A comienzos del siglo XX, Palestina conformaba
una economía sobre la base de pequeños productores rurales. Entre 1948 y 1967,
el Estado de Israel produjo un violento desalojo de la población rural
originaria, que fue expulsada hacia tierras marginales (Gaza y Cisjordania).
Aquellos que sabían cultivar sus tierras se vieron sin medios para producir, sin
su casa y en la necesidad de trabajar para otros. Es decir, una parte importante
de propietarios palestinos fueron convertidos, por la fuerza, en obreros. De un
lado, el capital concentró tierra y recursos. Del otro, una inmensa masa de
población sin qué vivir: los migrantes judíos y los refugiados
árabes.<BR><BR>Los “nuevos” trabajadores tuvieron que emplearse en
establecimientos palestinos, jordanos e israelíes. En 1967, Israel conquistó las
tierras palestinas y la casi exclusividad de su mano de obra. Sin embargo, no
parecía prudente incorporar 4 millones de pobres a un Estado que los había
expropiado recientemente. Además, Israel es un Estado confesional. Por lo tanto,
no podía aceptar una mayoría “hereje”. Lo que se resolvió es que los espacios
fueran “ocupados”, pero no “anexados”. Los palestinos fueron considerados
“habitantes”, pero no “ciudadanos”. Se dividió, entonces, a la clase obrera
israelí: trabajadores ciudadanos y sindicalizados, frente a una mayoría con
salarios miserables y sin derecho social ni político alguno. Éstos debían cruzar
la frontera todos los días, para ir a sus lugares de trabajo. Cisjordania y Gaza
se convirtieron en un reservorio de mano de obra barata que podía ser
“precintada” geográficamente, en caso de ser necesario. El drama palestino es,
por lo tanto, una consecuencia de la expropiación (expulsión de tierras) y
proletarización (convertirse en obrero) que se desata en Israel luego de 1948 y
que permite la expansión de relaciones capitalistas en la región. Esto, bajo el
velo de una diferencia religiosa, que es real, pero que no explica el problema:
trabajadores musulmanes, cristianos y drusos sí tienen ciudadanía israelí,
mientras los palestinos de la Jordania musulmana son segregados.<BR><BR>En la
década del ’90, tanto el desarrollo tecnológico como la concentración de
empresas produjeron una menor necesidad de brazos. Asimismo, Israel comenzó a
recibir inmigrantes de Europa Oriental, que trabajaban en las mismas condiciones
que los palestinos. Por lo tanto, éstos se convirtieron en población “sobrante”.
Hoy son sólo una fuente de conflicto. Gente que se no se resigna a morir de
hambre. El “problema palestino” es, entonces, consecuencia del desarrollo del
capitalismo en la región. Y la solución que se pretende es siempre la misma:
eliminar lo que sobra (¿no se hizo aquí lo mismo con los indígenas?). No es un
problema cultural, ni religioso. Nunca lo fue. No hay que expulsar a judíos ni a
árabes. Tan sólo hay que dar con el verdadero culpable, que suele ocultarse tras
diferentes máscaras.<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Historiador, investigador del CEICS y docente de la
Universidad de Buenos Aires.</DIV>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT color=#800000
size=3>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de los
Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay<BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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