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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario
<BR></FONT></U></EM><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición
internacional del Colectivo Militante<BR><U>6 de febrero
2009</U><BR>Redacción y suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV><FONT size=3>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Venezuela</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Conversación con el politólogo
Edgardo Lander</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Después de diez años de “Revolución
Bolivariana”</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial><STRONG>
<DIV align=justify><BR></STRONG></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3>El proceso bolivariano y las tensiones de un proyecto
alternativo</FONT></STRONG><BR><BR><BR></FONT><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Franck Gaudichaud *<BR>Contretemps </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://contretemps.eu"><STRONG>http://contretemps.eu</STRONG></A>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Rebelión</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.rebelion.org/"><STRONG>http://www.rebelion.org/</STRONG></A><BR><BR><BR>Politólogo
de la Universidad Central de Venezuela e investigador en el Departamento de
Estudios Latinoamericanos de la Escuela de Sociología, Edgardo Lander es un
pensador crítico del neoliberalismo en América Latina. Entre sus publicaciones
podemos mencionar: Neoliberalismo, sociedad civil y democracia. Ensayos sobre
América Latina y Venezuela, 1995 y La colonialidad del saber: Eurocentrismo y
ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas (compilador), 2000. Es también
conocido por sus análisis y textos sin concesión, pero siempre constructivos
desde la izquierda, sobre el proceso bolivariano. Cuando aún no se había
anunciado el llamado a referéndum acerca de la propuesta de enmienda
constitucional para establecer la posibilidad de reelección del Presidente
Chávez, conversamos con él sobre el proceso bolivariano después de diez años de
“Revolución Bolivariana”. Esta entrevista significa también para nosotros tomar
el tiempo para reflexionar e intentar hacer un primer balance de la experiencia
venezolana, proceso colectivo de vital importancia en el actual panorama
político de América Latina. </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Edgardo, tú trabajaste mucho el tema del proceso
bolivariano, proponiendo explicaciones problematizadas y contextualizadas
interesantes, críticas y al mismo tiempo constructivas desde el punto de vista
de la izquierda radical. En un texto definiste el bolivarianismo no como una
doctrina, sino más bien como un espacio popular donde se definen valores
nacionales venezolanos. ¿Hoy día, después de 10 años de gobierno Chávez, sigues
pensado lo mismo o modificaste tu percepción? En mismo orden de ideas: ¿Es el
proceso bolivariano un proyecto alternativo al capitalismo neoliberal?</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Creo que lo primero que habría que decir es que como
proyecto político, ideológico, estratégico, como proyecto de otra sociedad, el
bolivarianismo es un proyecto en cambio permanente, uno no podría decir que el
bolivarianismo “es”, así como si fuese una de cosa, una doctrina fija, o un
cuerpo de conceptos, de visiones de sociedad anclados en una visión bien
definida. Ha habido desplazamientos muy significativos a lo largo de los últimos
diez años, a pesar de que se siga hablando de la “Revolución Bolivariana” y se
siga hablando de “bolivarianismo”. En los tiempos iniciales, cuando se formuló
el proyecto, el presidente Chávez comenzó a plantear lo que entendía como
“Revolución Bolivariana”. Más que un proyecto de país y una idea que diese
respuesta a cómo iba a ser la economía, el sistema político, etc., eran unos
enunciados de carácter valorativo general que tenían que ver con ideas de
libertad, equidad, solidaridad, autonomía y antiimperialismo. Dos categorías
eran de particular importancia: la noción de pueblo, pensado como lo popular, y
la noción de soberanía. Se constituye así la idea medular en todo el discurso
político bolivariano: el pueblo soberano. Fue muy insistente en el discurso de
Chávez antes de las elecciones del año 1998 la idea de que había necesidad de
una vía alterna al modelo liberal, la democracia liberal que había fracasado,
pero igualmente una visión crítica de la experiencia del socialismo del siglo
XX. Se planteaba la necesidad de una opción enraizada fundamentalmente en la
historia y las culturas latinoamericanas. “Latinoamericana” no es en realidad
una conceptualización adecuada. En esos años cuando se hablaba de la “tercera
vía”, con sus connotaciones muy fuertes a lo Tony Blair o Anthony Guiddens, en
realidad la referencia tenía otro sentido. Se presentaba como otra opción
histórica, enraizada en las tradiciones de América Latina, en la compleja raíz
cultural de lo indio, de lo africano y lo europeo del proceso de constitución de
estas sociedades. Esa visión más que un proyecto de país, era una crítica a lo
que había sido la experiencia internacional del socialismo real, como de la
experiencia de lo que había sido la democracia liberal, llamada “puntofijista”,
en Venezuela desde el año 1959 en adelante i . Si se revisa el proceso del
debate constituyente del año 1999 y lo que termina apareciendo en la
Constitución, entendido como documento fundacional del nuevo orden político de
la V República, hay varias cosas que vale la pena destacar para entender qué
modelo de sociedad se está proponiendo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar, a pesar de la oposición radical que se
construye en el discurso entre democracia representativa y democracia
participativa, en el texto constitucional democracia participativa no aparece
como una alternativa opuesta a la democracia representativa, sino como
complemento que haría posible la radicalización y la profundización de la
democracia. Es por ello que las instancias básicas de la institucionalidad
democrático-liberal, en particular la separación de poderes y la existencia de
instancias de carácter representativo como la Asamblea Nacional y los Consejos
Municipales se conservan. Pero esto está acompañado de todo un ámbito de
ampliación de los terrenos de la democracia en términos de la participación:
referendos revocatorios, referendos para proponer y/o revocar leyes, mecanismos
democráticos de contraloría de la gestión pública, modalidades participativas en
el terreno de la producción, el área de la economía social, etc. Desde el punto
de vista del modelo económico y de los debates clásicos estado/mercado,
izquierda/derecha, capitalismo/socialismo, lo que aparece en ese texto
constitucional es básicamente una reafirmación de un modelo socialdemócrata: el
Estado de bienestar social, una economía en la cual el Estado tiene una fuerte
participación como propietario y como regulador. La riqueza fundamental del país
está en el petróleo. Por ello se establece en forma categórica la propiedad y el
control del Estado sobre los hidrocarburos. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Pero igualmente sobre otros sectores básicos de la economía:
electricidad, servicios públicos, industrias básicas. Esta perspectiva
representaba por un lado una cierta continuidad respecto al modelo
socialdemócrata anterior. Pero al mismo tiempo estaba absolutamente a
contracorriente de lo que ocurría en el resto de América Latina. En ese momento
de plena hegemonía del Consenso de Washington y de las políticas neoliberales de
ajuste estructural, se estaban llevando a cabo procesos sistemáticos de
privatización y desmantelamiento del Estado social en la mayor parte de los
países del continente. Con una orientación muy divergente, en la Constitución
venezolana se establece expresamente el derecho a una educación universal
gratuita, un sistema nacional de salud, un régimen de seguridad social público.
De esta manera no sólo se preservan, sino que se profundiza la garantía de
derechos sociales y económicos fundamentales. En un contexto global de hegemonía
del imaginario neoliberal, esta Constitución apunta en la dirección de
reorientaciones políticas radicales. Lo que no aparece inicialmente en el
proyecto bolivariano es el llamado “Socialismo del siglo XXI”, concepto que va
apareciendo en discusiones posteriores. La sociedad que define la Constitución
Bolivariana del año 1999 está todavía al interior de los límites de una sociedad
capitalista, y, en cierta medida, dentro de los límites del orden liberal. Pero
esto se formula tanto con orientaciones que apuntan en dirección de hacer
realidad las promesas nunca cumplidas de la socialdemocracia, como con una
profundización de las prácticas de la democracia </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>A partir del año 2002 con el golpe de abril y
después el lock-out en PDVSA ( Petróleos de Venezuela SA) en diciembre y enero
del 2003, se radicaliza el proceso gracias a la movilización ejemplar del
movimiento popular, que derrota los planes de la oposición, de la oligarquía y
de Washington. Poco a poco, aparece la figura discursiva del “Socialismo del
siglo XXI”. A partir de allí, el reto bolivariano se afirma con fuerza como un
proceso contrahegemónico, nacionalista y antiimperialista. Según mi entender,
gracias a esta lucha popular y la derrota de los planes de des-estabilización
contra el gobierno Chávez, se hace un salto adelante en términos de radicalidad
política. Esta segunda etapa del proceso se prologa hasta hoy, con altibajos y
fuertes contradicciones. Según tu análisis, ¿en qué coyuntura estaría hoy este
proceso que se radicalizó a partir del 2002?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Nos encontramos hoy en un momento diferente, el discurso
ha cambiado, los objetivos han cambiado. La definición de etapas siempre
presenta dificultades. ¿Cuándo empieza una y cuando termina otra? Pero hay que
reconocer que estamos en una fase diferente del proceso de cambio en Venezuela.
Las confrontaciones entre gobierno y oposición y los extraordinarios niveles de
movilización y organización popular que hicieron posible tanto la reversión del
golpe de Estado como la derrota del paro petrolero-empresarial, condujeron a una
especie de nuevo pacto implícito entre gobierno y sectores populares y a una
radicalización del proceso político. Se dio igualmente una redefinición bastante
profunda de las relaciones entre gobierno y empresariado. Durante los primeros
años del gobierno de Chávez, en forma simultánea a un discurso políticamente muy
radical, antiimperialista, inclusive con un contenido de clase, se busca
promover la industria nacional mediante créditos muy baratos a los empresarios y
políticas proteccionistas. En realidad se trataba de dos orientaciones
incompatibles. Los empresarios, a la vez que se benefician de las medidas
económicas, están atentos al discurso político. Desde los primeros años hubo una
fuga de capitales muy fuerte. Los empresarios venezolanos no estaban dispuestos
a invertir en el proyecto bolivariano. En los momentos críticos del golpe de
Estado de abril de 2002 y después durante el paro petrolero-empresarial
(2002-2003), sectores prominentes del empresariado hicieron todos los esfuerzos
posibles por derrocar el gobierno. En ese período se produjo una ruptura al
parecer definitiva entre el gobierno bolivariano y la mayor parte del
empresariado. Este vio al gobierno como una amenaza a sus intereses. Por su
parte, el gobierno asumió que el proyecto de transformación que se proponía
llevar a cabo difícilmente podía contar con significativas alianzas
empresariales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El contexto internacional ha cambiado, en particular el
contexto sudamericano. De una condición de aislamiento total en un entorno de
gobiernos conservadores y neoliberales, se ha pasado a un continente en el cual
la mayoría de los gobiernos son considerados como “progresistas” o de izquierda.
En Ecuador, pero sobre todo en Bolivia, están en confrontación visiones
radicalmente distintas de la sociedad que se quiere. Es en el contexto de este
nuevo campo de fuerzas tanto internas como regionales que comenzó a plantearse
en términos ya reiterados la idea del “Socialismo del siglo XXI”. Ese proceso
condujo a la propuesta de Reforma Constitucional del año 2007, que planteaba una
ruptura bastante clara en relación a la Constitución del año 1999 y avanzaba
ideas en relación a lo que podría ser una sociedad “socialista”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Antes de abordar la derrota del referendo del 2
de diciembre 2007, creo que es interesante insistir sobre esta tensión constante
que se ve en el proceso bolivariano entre lo que podríamos llamar el
neodesarrollalismo del gobierno, esta mezcla de capitalismo de Estado y privado
(llamado en Bolivia “capitalismo ando-amazónico” por el vice-presidente García
Linera) y paralelamente la voluntad de ciertos sectores políticos (dentro y
fuera del “chavismo”) y movimientos sociales de radicalizar, desde la base, la
participación organizada, las formas de poder popular, los consejos comunales,
las experiencias de cogestión y inclusive de control obrero, planteando así
concretamente la necesidad de una alternativa socialista. Parece que esta
disyuntiva sigue siendo una contradicción clave para entender la Venezuela
actual. Podemos recordar que el 11 de junio pasado, hubo un encuentro con
sectores empresarios y banqueros donde el Presidente Chávez volvió a plantear
esta vieja idea del “reimpulso productivo” en alianza con los empresarios
“nacionales”, lo que aparece en clara contradicción con los anuncios de meses
anteriores, en particular con la nacionalización de SIDOR ii y la auto
calificación de “gobierno obrerista”. Al final: ¿cuál es la política económica
del bolivarianismo?¿Cómo ves tú lo que yo analizaría como una contradicción
fundamental en la economía política del chavismo?
<BR></STRONG><BR>Efectivamente, se trata de una contradicción permanente y no
resuelta. Pero hay que entenderla igualmente como la inevitable ausencia de un
guión sobre la construcción de una sociedad alternativa a comienzos del siglo
XXI. Si nosotros estuviésemos en un momento histórico anterior, digamos hace
varias décadas, en tiempos del socialismo real del siglo XX, la idea de
socialismo estaría pensada expresamente en términos de la propiedad estatal de
los medios de producción. Podría en ese contexto pensarse que la solución
inmediata a los problemas de la producción pasaban por un control estatal
creciente y la socialización de los medios de producción desde arriba, en forma
centralizada. Pero eso obviamente no está planteado actualmente en ninguna parte
del mundo. Tan es así que el debate cubano actual es cómo reincorporar algunas
dimensiones de asignación de recursos en términos de precios, de mercado, dada
la ineficacia y falta de incentivos al trabajo, incluso la corrupción, de la
economía estatizada cubana con sus severos costos económicos, políticos y
sociales. En el socialismo del Siglo XXI no está presente la idea de que el
Estado va a controlar todo, aunque eso esté en el imaginario de alguna gente muy
ortodoxa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero eso también tiene que ver también con el hecho de
que el proceso bolivariano sigue siendo desde el punto de vista ideológico
extraordinariamente heterogéneo. Hay mucha gente en el gobierno, o cercana al
gobierno, que está haciendo negocios, que participan en procesos de acumulación
privada ilícita sobre la base de los recursos del Estado. Esta boliburguesía
realiza este tipo de prácticas abiertamente y lo hace acompañado de un discurso
revolucionario sobre “el Socialismo del siglo XXI” No se trata sólo de
acusaciones de la oposición, se trata de un severo problema de gestión pública
para el cual el gobierno no ha podido, o ha carecido de la voluntad política
para darle una respuesta. Por otra parte, más allá de esta indefinición
político-ideológica y de saber cómo construir esta alternativa al capitalismo,
existen graves carencias y discontinuidades en la gestión pública. Con cierta
reiteración, cuando una determinada política pública, como por ejemplo en torno
a la vivienda, no produce los resultados esperados, se nombra un nuevo equipo
responsable. Este nuevo equipo llega, remplaza al personal anterior y, en
ocasiones hace borrón y cuenta nueva, y comienza una nueva política pública sin
realizar un balance de la anterior y sin continuidad en los programas en marcha.
<BR><BR><STRONG>Después de la derrota del referendo del 2007, hablaste de una
“encrucijada crítica”, es decir que esta derrota podría haber sido una
oportunidad para hacer un balance y reelaborar, democratizar, reflexionar de
manera colectiva sobre el proceso, o al contrario, reforzar tendencias más
verticalistas, burocráticas o autosuficientes del Estado rentista venezolano.
Ahora que tenemos más distancia: ¿Cuál es el balance?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo creo que esa disyuntiva sigue sin resolverse. Todavía
no es posible decir cuál es la respuesta que el proceso ha dado a esta
encrucijada. La mayor apertura del debate político que se ha dado entre las
fuerzas políticas y sociales heterogéneas identificadas de alguna manera con el
chavismo en estos diez años fue precisamente en el momento inmediatamente
después del referendo de 2007. En esas semanas se produjo una amplia reflexión
crítica, sobre todo dentro de las organizaciones populares, donde yo diría que
por primera vez todo estaba en discusión, inclusive el liderazgo de Chávez, las
relaciones con su entorno, las exigencias de autonomía de las organizaciones
sociales, la corrupción, la ineficiencia de la gestión estatal, el sectarismo y
el autoritarismo. Todos estos asuntos dejaron de ser motivo de conversaciones
privadas para sacarse a la discusión pública. Considero que ese fue un periodo
muy fructífero que ofrecía muchas posibilidades. Lo que ocurre es que siempre
aparece una nueva coyuntura política, en este caso las elecciones, que una vez
más presionan hacia la reducción del ámbito del debate crítico, a fortalecer la
unidad del chavismo, o como se decía clásicamente “no darle armas al enemigo”.
Yo percibo que ese amplio debate democrático se ha cerrado mucho en el año 2008.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Y ahora que podemos evaluar los primeros meses de
creación y construcción del PSUV: ¿Cuál es tu análisis sobre este nuevo partido?
¿Será realmente una instancia política del pueblo para apoyar los avances del
proceso y al mismo tiempo construir una herramienta democrática independiente en
la lucha anticapitalista, por el “socialismo del siglo XXI”? ¿Esta tensión entre
el llamado a “cerrar las filas” que ahoga también el debate colectivo y la
necesidad de discutir de todo en la base parece que también aparece dentro de
este partido? Pues tengo entendido que las elecciones en el PSUV no se hicieron
realmente desde la base hacia arriba, es decir con un proceso de constitución
realmente abierto...</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo diría que semi-abierto, tanto para el proceso de
constitución de los cuerpos directivos del PSUV, como en el proceso de las
elecciones primarias para los candidatos de las elecciones regionales de
noviembre del 2008. Hubo tanto manipulación y control desde arriba, como
expresión genuina de la voluntad de la gente. En cada lugar fue diferente, pero
de todas maneras se pudo constatar con fuerza la expresión de las bases. Por
ejemplo, fue notorio que en la elección de la directiva se expreso una clara
preferencia de la militancia por los dirigentes civiles sobre los militares. En
las elecciones primarias para seleccionar los candidatos del PSUV para
gobernadores o gobernadoras y alcaldes o alcaldesas es significativo que
Aristóbulo Iztúriz obtuviese el 95% de los votos para ser candidato a la
Alcaldía Metropolitana, lo que lo coloca como el segundo hombre más popular del
chavismo iii . Una de las cosas que esta en juego en Venezuela respecto a la
democracia es obviamente el papel de los militares: la cultura militar es una
cultura vertical de la obediencia, no democrática ni deliberativa. Otro ejemplo:
la gestión del alcalde Henry Falcón en Barquisimeto ha sido considerada como
positiva por la población de dicha ciudad. Fue electo en las primarias del PSUV
a pesar que lo acusaban de no ser suficientemente revolucionario y que había
otro candidato que contaba con el apoyo de Chávez y de la estructura partidista.
En algunos casos la diferencia entre el candidato que ganó y el que perdió fue
reducida, y de acuerdo a las normas previamente establecidas, esto le daba a la
dirección del partido la opción de escoger entre los dos primeros. La selección
de quien llegó en segundo lugar fue motivo de descontento en algunas zonas del
país. El PSUV es un campo de tensión: ni representa el ejercicio pleno de la
democracia desde la base, ni es un espacio que pueda controlarse completamente
desde arriba. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Y cómo vislumbras el actual contexto político,
después de la derrota electoral de 2007 y de la campaña para las elecciones de
gobernaciones y alcaldías de noviembre 2008?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para darte un antecedente y una respuesta, yo creo que el
año 2007 fue un año catastrófico desde el punto de vista del proyecto de cambio
en Venezuela. Fue catastrófico porque creo que hubo por parte de Chávez y de la
dirección política del proceso una evaluación muy equivocada de lo que significó
el triunfo electoral de Chávez en el año 2006. Se interpretó el triunfo
electoral del año 2006 como que si sesenta y tanto por ciento de la población
venezolana estaba dándole carta blanca y estaba expresa y concientemente optando
por el socialismo. En esto es necesario considerar las múltiples imprecisiones
con las cuales se presentaba dicha propuesta. En Venezuela amplios sectores de
la población asocian el “socialismo” directamente con la experiencia cubana. Por
las razones que sea, entre ellas la imagen que transmiten los medios
corporativos, la visión que la mayoría de la población tiene de Cuba está
asociada a asuntos como la escasez y la falta de libertad. En el año 2007,
estaban pendientes en la agenda política del chavismo dos asuntos muy
importantes. Estaba planteado el proceso de constitución de los Consejos
Comunales y la creación del PSUV. Por la forma en que se elaboró e impulsó, la
reforma constitucional terminó por subordinar todo lo demás, incluso la gestión
pública, a las exigencias coyunturales de la agenda electoral del referéndum.
Una expresión muy notoria de esto fue la experiencia de módulos de Barrio
Adentro abandonados, el incremento de la inseguridad, la escasez de leche, de
huevos, y demás productos alimentarios básicos. Con su subordinación a los
intereses electorales partidistas se obstaculizó la posibilidad de constituir a
los Consejos Comunales como organizaciones sociales plurales. Todo esto
contribuyó a niveles importantes de malestar. El referéndum se dio en este
contexto, en esas condiciones de desgaste. La reforma constitucional contó con
la aprobación de tres millones menos de votantes que los que sufragaron por
Chávez en la elecciones presidenciales del año anterior. Fue la primera derrota
político-electoral de este gobierno. Por otra parte, la construcción del partido
también estuvo afectada por la prioridad dada a la movilización en torno al
referéndum. En lugar de crearse en un momento no electoral, el proceso de
creación del partido se hace en un contexto en el cual cada decisión está
directamente pensada en términos de quién va a ser candidato a qué. Para la
oposición venezolana la derrota de la propuesta de reforma constitucional
constituye un hito muy importante. Tiene la oportunidad de aprender de los
severos errores de los años anteriores, aislar a los sectores golpistas de la
derecha más radical e intentar avanzar hacia un frente unitario, no sólo para
las elecciones regionales de este año, sino también para las elecciones
parlamentarias del año 2010 y las presidenciales del 2012. En este sentido,
logró presentar candidatos unitarios únicos de la oposición para la mayoría de
los cargos en disputa en las elecciones regionales de noviembre del 2008...
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Ahora si analizamos los resultados de los
comicios de noviembre que el propio mandatario Hugo Chávez presentó como "las
más importantes de la historia de Venezuela" durante un discurso antes del
verano pasado: ¿Cuál es el balance de esta elección en la cual participaron nada
menos de 17.300 candidatos en más de 330 municipios y 21 Estados? ¿Cómo el PSUV
salió de esta contienda y cuales son las perspectivas tanto para la izquierda
como para la oposición?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los resultados electorales del 23 de noviembre pueden ser
considerados como un revés electoral para el gobierno de Chávez, a pesar de que
logró la victoria en 17 gobernaciones, en la gran mayoría de las alcaldías en
todo el país y obtuvo una ventaja de más de un millón de votos sobre la
oposición a nivel nacional. El gobierno perdió en la Alcaldía Metropolitana de
Caracas y en Maracaibo, así como en cinco estados, entre ellos los tres de mayor
población del país, Zulia, Carabobo y Miranda. Agregándole a esto la derrota en
el estado Táchira, las áreas más pobladas de la compleja y tensa frontera con
Colombia pasan a manos la oposición. Se dibuja un nuevo mapa
político-territorial en el país. La oposición domina en los estados más poblados
mientras que el chavismo prevalece en el resto del territorio nacional. Se
estima que aproximadamente 44% de la población tendrá gobernadores o alcaldes de
oposición. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este avance importante, pero no decisivo de la oposición,
está siendo interpretado por los dos lados como una victoria propia. El gobierno
reivindica que la mayor parte del territorio nacional sigue siendo chavista,
mientras que la oposición reivindica su triunfo en los estados de mayor
concentración de población. En el contexto post-electoral, la pugna pasa al
terreno de las interpretaciones confrontadas de lo ocurrido. ¿Quién ganó y qué
consecuencias tienen estos resultados para el futuro del país, para el proyecto
de cambio encabezado por Chávez? ¿Significan estos resultados electorales una
confirmación del respaldo al proceso de cambio, a la profundización de las
reformas dirigidas a construir el socialismo del siglo XXI y para un nuevo
intento de reforma constitucional para eliminar las restricciones a la
reelección presidencial? ¿O por el contrario se define una nueva correlación de
fuerzas a nivel nacional que abre la posibilidad de una victoria de la oposición
en las elecciones del a o 2012? La respuesta a estas interrogantes no se puede
deducir de las cifras electorales, dependerá de la capacidad política que
desarrollen gobierno y oposición a partir de esta coyuntura. A la luz de estos
resultados, pasa a ser de medular importancia la disposición del gobierno y del
PSUV para llevara cabo una amplia reflexión crítica y autocrítica sobre las
causas que condujeron a estos resultados. Nuevamente la población ha expresado
su descontento con la gestión pública de alcaldes y gobernadores chavistas. Sin
excepción alguna, todos los alcaldes, metropolitanos y municipales que han
gobernado la ciudad de Caracas durante estos 10 a os han tenido gestiones que
han sido evaluadas por la población como extraordinariamente deficientes. Por
muchos de ellos se había votado por lealtad a Chávez, a pesar de tener sobre
ellos una opinión muy desfavorable. Los problemas de la inseguridad, el tráfico,
la basura, la iluminación, la ausencia de espacios públicos de encuentro y
distracción, etc., etc., lejos de haberse corregido, se encuentran, en Caracas,
en condiciones aún peores que hace una década. No es posible avanzar en la
dirección de un proceso de transformación profunda de la sociedad si
simultáneamente no se tiene la capacidad de gestión pública requerida para
mejorar las condiciones de la vida cotidiana de la población. Parece que se
asumiese que como se está en la tarea estratégica de "hacer la Revolución", no
fuese necesario ocuparse de algo tan secundario como la basura. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El año 2009 será un año particularmente crítico para la
consolidación del proceso de transformación que vive Venezuela. Las voluminosas
reservas internacionales probablemente permitirán al gobierno proteger a la
economía venezolana de los impactos más negativos de la crisis económica y
financiera global. Sin embargo, si, como parece, la crisis global se hace más
profunda y se prolonga en el tiempo, a partir del a o 2010 la baja de los
precios del petróleo con seguridad tendría un muy profundo impacto sobre el
ingreso fiscal y el gasto público, motor de la expansión económica que se ha
dado en el país durante los últimos 20 trimestres. Las elecciones de la Asamblea
Nacional de ese a o se realizarían en condiciones muy poco favorables para el
gobierno. Por ello, ó los severos problemas existentes de ineficiencia de la
gestión pública, la corrupción, la inseguridad, etc., se abordan durante este
próximo a o con decisión, y con ello, se responde a las expectativas que los
sectores populares tienen en relación a su gobierno, o los partidos y las
fuerzas de la oposición -aunque no sean capaces de presentar opciones de futuro
atractivas- podrían aparecer para muchos, por lo menos, como mejores gestores de
lo cotidiano. La oposición hará todo lo posible por construir esta imagen en sus
nuevos ámbitos de gobierno regional de aquí al a o 2012. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Para concluir, dentro de los aspectos más
positivos y adelantadores del proceso bolivariano están las experiencias de
participación popular (como los consejos comunales) y también la impresionante
politización de vastos sectores populares, que hasta el momento habían sido
sistemáticamente marginados por el sistema político y económico dominante.
¿Cuáles son los aspectos que habría que reforzar par desarrollar y potenciar
estas formas de autoorganización democrática y colectiva, de “poder popular”?
¿Cuál sería la estrategia en Venezuela para construir un proyecto
contrahegemónico viable, una alternativa real al capitalismo neoliberal? En fin,
¿como forjar lo que llamaste “un mundo de democracia sin fin” y que nosotros
podríamos llamar “socialismo del siglo XXI”?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>El reto central es imaginar una sociedad diferente, ¿cómo
podría ser una sociedad post- capitalista? Es este un reto que tiene que ver
tanto con las particularidades de Venezuela, como con el cambio de época a nivel
mundial. Yo creo que hay quizás dos ejes de tensión principal para pensar en un
proyecto democrático alternativo para Venezuela. Un primer tema, es el tema de
los límites del planeta, sobre todo pensado desde un país petrolero como
Venezuela. Es evidente que la construcción de un proyecto de sociedad
alternativa al orden destructor del capitalismo necesariamente tiene que
representar un patrón civilizatorio alternativo desde el punto de vista de la
producción, del imaginario de lo que es riqueza y buena vida, de los patrones de
consumo depredadores que son hoy hegemónicos. Esa dimensión no puede ser para
después, para una fase posterior del proceso de cambio. Es un asunto urgente que
tiene que ver con la continuidad o no de la vida en el planeta Tierra. Estoy
convencido de que si no se encuentran respuestas desde el anti-capitalismo, si
no hay respuestas alternativas democráticas a la crisis ambiental planetaria,
terminarán por imponerse respuestas profundamente autoritarias en una sociedad
de creciente apartheid global. Los grandes muros de contención y la represión
sistemática de los desplazados económicos son sólo el inicio de este proceso.
Desde el punto de vista de la lucha de los movimientos campesinos e indígenas de
América Latina y en muchas regiones del resto del mundo, el tema de la
democracia y el de la vida, no son cosas separadas, son de modo integral parte
de la propia cosmovisión y de la propia práctica. Pero los gobiernos siguen
pensando (y lo que es peor, actuando) en términos de crecimiento, de progreso,
de “producto interno bruto”, de “ingreso per cápita” como criterios de éxito. En
Venezuela no le hemos dado respuesta a estos urgentes retos. La dependencia de
la economía venezolana de la renta petrolera, lejos de disminuir, se acentúa.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, este modelo rentista de desarrollo genera
un alto nivel de estatismo, centralización y verticalismo. Otra dimensión
esencial para pensar en un proyecto anticapitalista democrático es el referido a
la relación entre autonomía y estatismo. Esta tensión tiene una presencia
medular en la historia de la Venezuela petrolera. A nombre de la sociedad, el
Estado venezolano ejerce el control de las principales riquezas del país, pero
carece de la capacidad de gestión que sería necesaria para que, efectivamente,
dichos recursos respondan a las necesidades del conjunto de la sociedad, en
particular de los sectores sociales tradicionalmente excluidos. En Venezuela, la
relación entre Estado y organizaciones sociales, entre Estado y partido, tiende
a ser una relación muy vertical. La autonomía de las organizaciones sociales
tiende a ser vista por el gobierno como una amenaza. Y eso lo vemos en todas
partes. En el movimiento sindical identificado con el proceso de cambio hay una
tensión muy fuerte entre tendencias que priorizan el apoyo, a veces
incondicional, a las políticas gubernamentales, y tendencias que buscan la
construcción de organizaciones autónomas. Si las organizaciones sindicales se
convierten en apéndices del Estado, toda la riqueza de la experiencia histórica
del movimiento obrero se pierde. Ocurre lo mismo con los Consejos Comunales. Ha
habido y continúa existiendo una tensión muy fuerte entre, por un lado, la
concepción de los Consejos Comunales como la organización popular de base,
expresión del conjunto plural de los sectores de la sociedad, participando y
decidiendo a nivel local sobre sus propios asuntos y, por el otro, concebir al
Consejo Comunal como “rojo, rojito”, como el encuentro de base de los chavistas.
Se supone que los Consejos Comunales son el ámbito privilegiado de la democracia
participativa. Sí eso son sometidos a una lógica partidista sectaria, y se
someten en forma instrumental a las necesidades que va definiendo para gobierno
y/o el partido coyuntura política, gran cantidad de la población se siente
excluida de ante mano y los Consejos Comunales pierden su potencial como núcleos
básicos de la democracia participativa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Venezuela es un país que tiene una tradición de
organización social autónoma limitada. Antes del año 1958 éramos una sociedad
con muy poca experiencia democrática aún en términos liberales. Después de 1958,
el control político partidista de la sociedad fue muy fuerte. Los partidos
dominantes, Acción Democrática (AD) y COPEI, fueron instrumentos de la
distribución de los recursos del Estado y por esa vía tendían a controlar y
someter la mayor parte de las organizaciones y asociaciones de la sociedad
venezolana. Controlaban todo, desde la elección de un centro de estudiantes en
un liceo hasta la directiva de una asociación cultual. Permeaban al conjunto de
la sociedad. En los años del gobierno bolivariano, se ha impulsado un acelerado
proceso de ampliación y fortalecimiento de las organizaciones sociales de base,
producto de políticas públicas orientadas a este objetivo. Es el caso, por
ejemplo, de las políticas sociales en el ámbito de la educación, salud o de la
producción. Están concebidas en términos de su contribución a la construcción
del tejido social, la ciudadanía, la organización comunitaria. En esta
dirección, el modelo de salud comunitaria conocido como “Barrio Adentro” es
paradigmático. El establecimiento del módulo de salud en la comunidad y la
presencia de médicos en éste carece por completo de sentido sin la existencia de
una comunidad organizada en Comités de Salud que le den sustento a su actividad.
La otra cara del impulso organizativo de estas iniciativas públicas reside en la
dificultad para avanzar en la construcción de modalidades organizativas y
tejidos sociales autónomos que no sean permanentemente dependientes del Estado y
sus recursos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para concluir, la capacidad de preservar o construir
autonomía desde un proyecto popular alternativo depende de muchos factores, pero
sobre todo de la presencia de organizaciones de base pre-existentes, con
experiencia de lucha y de participación colectiva. Depende también de las
orientaciones políticas que tengan los propios funcionarios del gobierno: si ven
las políticas públicas en términos instrumentales, clientelares, o por el
contrario como un instrumento de promoción de la organización social popular
autónoma. La experiencia en ese sentido en estos años ha sido muy diversa, pero
la tensión en relación al control vertical y a la autonomía, es quizás, del
punto de vista de la democracia radical, uno de los ejes modulares para mirar lo
que está pasando en Venezuela y pensar la construcción de “un mundo de
democracia sin fin”. </DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>* Nota de Agenda Radical:</STRONG> Franck Gaudichaud
es miembro del equipo editorial de Rebelion y del Comité de Redacción de la
revista Dissidences (<A
href="http://www.dissidences.net">www.dissidences.net</A>) Colabora regularmente
con el sitio de la revista La Breche de Suiza (<A
href="http://www.alencontre.org)Es">www.alencontre.org)</A> Actualmente es
profesor de Civilización hispano-americana en la Universidad de Grenoble 3 en
Francia. Autor entre otras obras de "Poder Popular y Cordones Industriales.
Testimonio sobre la dinámica del movimiento popular urbano en Chile 1970-1973"
(LOM-DIBAM, Santiago de Chile, 2004); y "Operación Cóndor. Notas sobre el
terrorismo de Estado en el Cono Sur" (Sepha, Madrid, 2005). Fue coordinador
del trabajo colectivo "El volcán latiniamericano. Izquierdas, movimientos
sociales y neoliberalismo en América Latina" (Textuel, París, 2008).
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>i El Pacto de Punto Fijo fue un acuerdo firmado en 1958
entre dos partidos políticos: Acción Democrática (AD) y COPEI, pocos meses
después del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez. Este pacto permitió
la alternancia en el poder de estos dos partidos durante 40 años, en base a la
exclusión del PC venezolano y de la izquierda radical y también gracias al
clientelismo y la corrupción generalizadas. <BR>ii Siderúrgica del Orinoco o
Sidor es un inmenso complejo siderúrgico situado en el Estado de Bolívar. En
manos de una multinacional italo-argentina (Techint), su nacionalización es el
producto de un largo conflicto laboral y de 3 meses de movilización de los
obreros. Chávez decidió nacionalizarla en contra de la opinión de su ministro
del trabajo de entonces. Ver: Ricardo Galíndez, SIDOR, la clase obrera tumba un
ministro y alcanza una nacionalización . <BR>iii Considerado como uno de los
representantes del ala izquierda del chavismo, Aristóbulo Iztúriz fue alcalde de
Caracas en 1994 y ministro de la educación del gobierno Chávez. Perdió la
elección municipal en noviembre 2008 por la alcaldía mayor de Caracas. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>