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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT color=#800000><EM><U><FONT
size=5>correspondencia de prensa - boletín solidario</FONT></U></EM>
<BR><FONT color=#ff0000 size=6>Agenda Radical</FONT><BR>Edición internacional
del Colectivo Militante<BR><U>17 de febrero 2009</U><BR>Redacción y
suscripciones:</FONT> </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Historia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Quemado en la hoguera el 16 de
febrero de 1600, Giordano Bruno, filósofo y científico
<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Se opuso a la
autoridad embrutecedora de la Iglesia</FONT></STRONG> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Frank Gaglioti<BR>Kaos en la
red<BR></STRONG><A
href="http://www.kaosenlared.net/"><STRONG>http://www.kaosenlared.net/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR><STRONG>Un hombre de visión y coraje</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy hace cuatro siglos del 16 de febrero de 1600, día en
que la Iglesia Católica ejecutó al filósofo y científico italiano, Giordano
Bruno, por el crimen de herejía. Temprano a la mañana, fue llevado desde su
celda a la Plaza dei Fiori en Roma y quemado vivo en la hoguera. Las autoridades
de la Iglesia temían las ideas de un hombre que era conocido a través de Europa
como un brillante y atrevido pensador. En una peculiar vuelta del escalofriante
asunto, se les ordenó a los verdugos que ataran su lengua de tal modo que no
pudiera dirigirse a la gente allí reunida. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante toda su vida Bruno defendió el sistema
copernicano de astronomía, el que coloca al Sol, no a la Tierra, en el centro
del Sistema Solar. Se opuso a la autoridad embrutecedora de la Iglesia y rechazó
abandonar su creencia filosófica a lo largo de sus ocho años de encarcelamiento
por las inquisiciones veneciana y romana. Su vida permanece como testimonio de
la inclinación hacia el conocimiento y la verdad que marcaron el período
asombroso de la historia conocido como Renacimiento -del que derivan en gran
parte el arte, el pensamiento y la ciencia modernos-. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1992, después de 12 años de deliberaciones, la Iglesia
Católica a regañadientes admitió que Galileo Galilei había tenido razón al
apoyar las teorías de Copérnico. En 1633 la Santa Inquisición había forzado a un
ya envejecido Galileo a retractarse de sus ideas bajo amenaza de tortura. Pero
no se ha admitido algo así en el caso de Bruno. Sus escrituras todavía están en
la lista de textos prohibidos por el Vaticano. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La Iglesia está considerando actualmente un nuevo paquete
de disculpas. Una comisión teológica dirigida por el Cardenal José
Ratzinger, jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el sucesor
moderno de la Inquisición, ha terminado una investigación titulada “La
Iglesia y las culpas del pasado: memoria al servicio de la reconciliación”,
mediante la que propone dar una disculpa por “errores pasados”. Los resultados
han sido entregados al papa Juan Pablo II, quien debe hacer una declaración el
12 de marzo. La ejecución de Bruno es uno de los crímenes de la Iglesia que
están en consideración, pero es muy poco probable que se hagan concesiones
importantes en su caso. Un buen número de figuras de la línea dura del
catolicismo se ha opuesto a la investigación desde el principio, diciendo que el
exceso de penitencia y autocuestionamiento podrían minar la fe en la Iglesia y
sus instituciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La actitud actual de la Iglesia Católica hacia Bruno está
definida en una nota de dos páginas en la última edición de la Enciclopedia
Católica. Describe la “intolerancia” de Bruno, y lo critica declarando: “Su
actitud mental hacia la verdad religiosa era la de un racionalista” (1).
El artículo describe detalladamente los errores teológicos de Bruno y su larga
detención a manos de la Inquisición, pero falla en el momento de mencionar el
hecho más conocido -que las autoridades de la Iglesia lo quemaron vivo en la
hoguera-. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bruno ha sido por mucho tiempo honrado como mártir de la
verdad científica. En 1889 se le erigió un monumento en el lugar de su
ejecución. Tal era el sentimiento por Bruno, que los científicos y los poetas le
rindieron tributo y se escribió un libro detallando el trabajo de toda su vida.
En una dedicatoria para una reunión celebrada en el Club Contemporáneo en
Philadelphia en 1890, el poeta americano Walt Whitman escribió: “Como las
valerosas mentes de América (el pensamiento viene a mí hoy) deben tanto, sobre
todo estas tierras y sus gentes, al noble ejército de mártires del pasado del
Viejo Mundo, a nosotros incumbe que despejemos las vidas y limpiemos los nombres
de esos mártires, y los abracemos en reverente admiración como al faro que nos
guía con su luz. Y propio de esto, y representando esto, todo esto quizás,
Giordano Bruno bien puede ser tenido, hoy y en el porvenir, en el mayor de los
agradecimientos de la memoria y el corazón del Nuevo Mundo” (2). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Fredrick Engels, en la línea de pensamiento de Karl Marx,
resumió el período que produjo figuras tales como Bruno, quien desafió a la
Iglesia y sentó las bases para la ciencia moderna. En una introducción escrita
durante la década de 1870 en su inconclusa “Dialéctica de la Naturaleza”, Engels
escribió: “Fue la mayor revolución progresista que la humanidad haya alguna vez
experimentado, una época que demandó gigantes y produjo gigantes -gigantes en
poder de pensamiento, de pasión y carácter, de universalidad y
erudición-. Los hombres que fundaron las reglas de la burguesía moderna tenían
todo menos limitaciones burguesas. Por el contrario, el carácter aventurero de
la época los inspiró en mayor o menor grado. Difícilmente había algún hombre de
importancia entonces que no hubiera viajado mucho, que no hablara cuatro o cinco
idiomas, que no brillara en un número de campos... </DIV>
<DIV align=justify><BR>“En aquella época la ciencia natural también se
desarrolló en el centro de la revolución general y era en sí misma profundamente
revolucionaria; de hecho, tenía que ganar luchando el derecho de existencia. Pie
a pie con los grandes italianos de quienes la filosofía moderna data,
proporcionó sus mártires para la hoguera y los calabozos de la Inquisición. Y es
característica de los protestantes la supremacía sobre los católicos en la
persecución a la libre investigación de la naturaleza. Calvino hizo quemar a
Servetus en la hoguera cuando este último estaba a punto de descubrir la
circulación de la sangre, y lo mantuvo quemándose vivo durante dos horas; por lo
menos a la Inquisición le bastó con quemar vivo a Giordano Bruno” (3). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo más característico de Bruno es su vigoroso llamado a
la razón y la lógica, en contra del dogmatismo religioso, como base para
determinar la verdad. De una manera que se anticipa a los pensadores del
Iluminismo del siglo XVIII, escribió en uno de sus últimos
trabajos, “De triplic minimoi” (1591): “Aquel que desee filosofar, antes
que nada debe dudar de todas las cosas. No debe jamás asumir una posición en una
discusión antes de haber escuchado varias opiniones, y considerado y comparado
las razones en pro y en contra. No debe nunca juzgar o tomar una posición basada
en la evidencia de lo que ha oído, o en la opinión de la mayoría, la edad, los
méritos, o prestigio del orador, pero sí debe proceder según la persuasión de
una doctrina orgánica que esté adherida a las cosas verdaderas, y a una verdad
que se pueda entender por la luz de la razón” (4). </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Una figura intelectual compleja</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Un examen del legado filosófico de Bruno revela una
figura compleja que fue influida por las variadas tendencias intelectuales de la
época, en un período en que la ciencia moderna estaba apenas empezando a
emerger. Sus entusiastas polémicas ganaron la admiración de los pensadores más
avanzados del período y la aversión de la Iglesia, cuya autoridad era sacudida
hasta los cimientos por doctos asaltos como éstos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bruno nació en la ciudad de Nola, cerca de Nápoles, en
1548, en los albores de la revolución de la Astronomía que fue anunciada por la
publicación del “De revolutionibus orbium coelestium libri VI” de Copérnico, en
1543. Copérnico afirmó que el Sol, no la Tierra, era el centro de un Universo
finito, con los planetas en órbitas circulares alrededor, y más lejos las
estrellas, en una esfera fija a una distancia considerable. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La teoría de Copérnico no solamente desafiaba las
opiniones cosmológicas de la Iglesia, sino también la rígida jerarquía social
del feudalismo. La visión previa del Universo, cuidadosamente ordenada, con la
Tierra como centro, reforzaba el rígido orden feudal, con los siervos en la base
y el Papa en el pináculo. Lo peligroso de la teoría de Copérnico era que
implicaba que si el credo de infalibilidad de la Iglesia se podía desafiar en la
arena cosmológica, entonces su posición social también podía ponerse en duda.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Iglesia estaba ya sitiada por todos lados. En 1517,
Martín Lutero clavó sus “95 tesis” en las puertas de la iglesia en Alemania,
denunciando las prácticas de la Iglesia Católica, el primer soplo en la reforma
protestante que se extendió a través de Europa. El Vaticano respondió con un
contraataque -la Contrarreforma- para cualquier persona que se atreviera a
desafiar la doctrina católica. En 1542 estableció la Inquisición romana para
hacer cumplir sus decretos con tortura y ejecución. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así, Bruno entra en un mundo en plena efervescencia. En
1563 ingresa en el monasterio de Santo Domingo, donde llamó la atención de las
autoridades de la Iglesia por su poco ortodoxas opiniones religiosas. Utilizó su
tiempo como novicio para familiarizarse no sólo con los trabajos filosóficos de
los antiguos griegos, sino también con pensadores europeos más contemporáneos.
Fue entonces cuando encontró el trabajo de Copérnico, el que iba a tener un muy
profundo impacto en su vida. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bruno tomó las órdenes religiosas en 1572, pero las
abandonó en 1576, después de viajar a Roma. Lo habían descubierto leyendo textos
del filósofo humanista holandés Erasmo, y huyó antes de ser denunciado a las
autoridades eclesiásticas. Pasó el resto de su vida hasta su captura recorriendo
Europa, promoviendo y discutiendo sus ideas filosóficas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de tres años en Italia fue a Ginebra, dominada
por entonces por una secta protestante conducida por Calvino. Pronto entró en
conflicto con las autoridades académicas al publicar un folleto donde señalaba
que un profesor de filosofía de esa localidad había cometido 20 errores en una
conferencia. Fue encarcelado por las autoridades calvinistas y puesto en
libertad sólo después de retirar su ofensiva publicación. Veintiséis años antes,
los calvinistas habían quemado en la hoguera a Servetus, doctor español,
geógrafo y hombre de letras, por sus opiniones científicas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces Bruno viajó a Toulouse, en Francia, en donde dio
una conferencia sobre “De anima” de Aristóteles, y escribió un libro sobre
mnemotecnia –sistema para el entrenamiento de la memoria-. Llegó a París en
1581, y con la fama de su prodigiosa memoria atrajo la atención del rey Enrique
III. El rey encontró un puesto para él en la Universidad de Francia después de
que la autoridad eclesiástica hubiera prohibido su entrada a la Sorbona. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante su estancia en París escribió tres libros, dos
sobre mnemotecnia, y una obra titulada “The Torch-Bearer, by Bruno the
Nolan, Graduate of No Academy” (El Portador de la Antorcha por Bruno el
Nolan, graduado en ninguna academia), “Called the Nuisance” (Llamado al
fastidio). En esta obra Bruno describe su tiempo en el convento dominicano de
Nápoles y presenta una estremecedora acusación contra la Iglesia. El comentario
de la obra de Giovanni Gentile describe así la caracterización que Bruno hace de
la Iglesia: “Usted verá arrebatos de carteristas, ardides de tramposos y
empresas de granujas en una entremezclada confusión; también deliciosa
repulsión, dulces amargos, decisiones absurdas, fe confundida y esperanzas
lisiadas, caridades de tacaños, jueces nobles y serios para con los asuntos de
otros hombres con poca verdad en los propios; mujeres viriles, hombres
afeminados y voces de astucia, no de misericordia, de modo que el que más cree
es más engañado, y por todas partes el amor al oro” (5). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Bruno fue forzado a abandonar Francia en 1583 y viajó a
Inglaterra, donde su estancia de tres años demostró ser uno de los períodos más
fructuosos de su vida. Lo introdujeron en una sociedad anhelante de todas las
formas de aprendizaje del italiano y que tenía ya una considerable comunidad
italiana y extranjera de exiliados. Muchos habían huido para evitar la
persecución por sus ideas filosóficas y religiosas poco ortodoxas. Bruno tuvo
discusiones con la reina Isabel I, atraída por la perspectiva de discutir
asuntos filosóficos directamente en italiano. Bruno atrajo rápidamente a un
número de intelectuales que trataban con impaciencia las ideas filosóficas de la
época. <BR>Bruno publicó seis libros en Inglaterra, todos en italiano,
elaborando completamente sus ideas filosóficas por primera vez. Fue uno de los
primeros filósofos en discutir cuestiones científicas en su idioma. El hecho en
sí de publicar en italiano fue un desafío abierto a la Iglesia, que intentaba
mantener el latín como lengua de conferencia intelectual y así limitar una mayor
difusión de ideas. El trabajo innovador de Copérnico había sido publicado
solamente en latín. Tan asustadas estaban las editoriales de Bruno, que ninguna
de ellas se identificó en los textos impresos. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La opinión de Bruno sobre el
Universo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Las ideas sobre cosmología de Bruno están delineadas en
“The Ash Wednesday Supper” (Cena de miércoles de ceniza), “Cause, Principle and
Unity” (Causa, principio y unidad) y “On the Infinite Universe and Worlds”
(Sobre el Universo y los mundos infinitos), y representan una brillante
anticipación del desarrollo científico y filosófico futuros. En algunos aspectos
las conclusiones a que llega con su audaz intuición supera el trabajo de
sucesores como Galileo y Kepler. Sus obras están escritas en diálogos, donde los
personajes de Bruno discuten varias posiciones filosóficas desde diversos puntos
de vista, y uno de ellos representa al mismo Bruno. <BR>En “La cena de miércoles
de ceniza” es uno de los primeros en plantear la existencia de un Universo
infinito, que contiene un número infinito de mundos similares a la Tierra. Así
rechaza los límites del sistema de Copérnico, que postula un Universo finito
limitado por una esfera fija de estrellas un poco más allá del Sistema Solar.
Bruno argumentó que el Sol no era el centro del Universo, y que si fuera
observado desde cualquier otra estrella no se vería diferente de ellas. Incluso
especuló con que los otros mundos estuviesen habitados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El filósofo alemán Ernst Cassirer explicó la
significación del concepto de Bruno de un Universo infinito como sigue: "Esta
doctrina... fue el primer y decisivo paso hacia la liberación del hombre. El
hombre ya no vive en el mundo de un prisionero encerrado dentro de los angostos
muros de un Universo físicamente finito. Puede atravesar el aire y romper con
todos los límites imaginarios de las esferas celestiales que han sido erigidas
por una metafísica y cosmología falsas. El Universo infinito no fija ningún
límite a la razón humana; por el contrario, es el gran incentivo de la razón
humana. El intelecto humano se entera de su propio infinito al medir su poder
con un Universo infinito" (6). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los otros tres trabajos de Bruno publicados en Inglaterra
-“The Expulsion of the Triumphant Beast” (La expulsión de la bestia triunfante),
“Cabal of the Cheval Pegasus” (El complot del caballo Pegaso) y “On Heroic
Frenzies” (Sobre frenesíes heroicos)- contienen una incisiva crítica a la
Contrarreforma. El historiador italiano Hilary Gatti observó en su libro
“Giordano Bruno y la ciencia del renacimiento”: “El sentido de estos últimos
trabajos del italiano, en mi opinión, es... encontrar una transición de una
esfera intelectual dominada por una visión del mundo en términos esencialmente
teológicos, a una esfera intelectual dominada por una visión del mundo en
términos esencialmente filosóficos. En este paso de la teología a la filosofía,
todas las formas de religión reveladas reciben un áspero tratamiento, pero por
sobre todo la religión cristiana, que dominó la vida y la cultura de la Europa
del siglo XVI, a menudo con violencia y opresión” (7). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Fue en Inglaterra donde Bruno tuvo su impacto más
profundo. Sus opiniones fueron discutidas en círculos intelectuales y los
argumentos presentados en sus libros dan un sabor a las deliberaciones
contemporáneas. Dos eminentes científicos, William Gilbert y Thomas Harriot, se
convirtieron en destacados defensores de las opiniones cosmológicas de Bruno.
Gilbert, cuyo “De Magnete” (1600) fue el texto básico sobre magnetismo hasta el
siglo XIX, se destacó en un grupo que discutía sobre asuntos científicos. Estaba
particularmente interesado en desarrollar sus teorías magnéticas con relación a
las opiniones cosmológicas de Bruno. Harriot era un notable matemático y
astrónomo, de quien se pensó que habría descubierto las manchas solares antes
que Galileo. Harriot intercambió cartas con Kepler en 1608 discutiendo la
concepción de Bruno de un Universo infinito, lo que Kepler rechazaría. Harriot
era uno de los científicos instruidos por el noveno conde de Northumberland -un
seguidor devoto de Bruno-. Northumberland tenía una biblioteca extensa de los
trabajos de Bruno que puso a disposición de los científicos de su círculo.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bruno fue forzado a volver a Francia debido a la
declinación en la fortuna de su patrón, el marqués de Mauvissiere, con quien
había viajado a Inglaterra. A su regreso a París produjo tres obras, pero fue
forzado a irse después de su desafío a debatir desde todos los ángulos los temas
de “Ciento veinte artículos sobre la naturaleza y el mundo”, lo que lo puso en
la mira de los partidarios de la Iglesia. Entonces viajó a Alemania, en donde
residió en Wittenberg y Marburg hasta 1588. Lo forzaron a dejar Marburg tras
entrar en conflicto con las autoridades luteranas, luego deambuló por Europa
-Praga, Helmstedt, Francfort y Zurich-. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1591 Bruno volvió a Italia al ser invitado por un
noble veneciano, Zuane Mocenigo, para educar a la aristocracia en mnemotecnia.
Mocenigo lo denunció posteriormente a la Inquisición. Bruno fue arrestado el 23
de mayo de 1592, interrogado sobre sus trabajos filosóficos, y el 27 de enero de
1593 entregado a la Inquisición en Roma por petición directa del nuncio papal,
Taverna, actuando en nombre del papa Clemente VIII. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante su detención en Roma lo interrogaron por siete
años sobre todos los aspectos de su vida y de sus opiniones filosóficas y
teológicas. El 15 de febrero de 1599 la Inquisición encontró a Bruno culpable de
ocho actos específicos de herejía, los que la Iglesia no ha revelado hasta
ahora. Según los limitados documentos disponibles, Bruno fue procesado por sus
opiniones “ateas” y por la publicación de “La expulsión de la bestia
triunfante”. Él se negó a retractarse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La Inquisición entregó su veredicto el 20 de enero de
1600: “Por este medio, en estos documentos... pronunciamos sentencia y
declaramos al antedicho hermano Giordano Bruno un impenitente y pertinaz hereje,
y en vista de haber incurrido en todas las censuras y dolores eclesiásticos del
Canon santo... Ordenamos y mandamos que debe ser enviado a la corte
secular... que puedas ser castigado con el castigo merecido, si bien nosotros
solemnemente rogamos que él (el gobernador romano) atenúe el rigor de las leyes
referentes a los dolores de tu persona, que tú no estés en peligro de muerte o
mutilación de tus miembros. </DIV>
<DIV align=justify><BR>“Además, condenamos, reprobamos y prohibimos todo lo por
ti mencionado y tus otros libros y escritos por heréticos y erróneos,
conteniendo muchas herejías y errores, y nosotros ordenamos que todos los que
han llegado o puedan llegar en el futuro a manos de la oficina santa sean
destruidos y quemados públicamente en la Plaza San Pedro y ellos colocados en el
índice de Libros Prohibidos” (8). </DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de la nota falsa de preocupación por el bienestar
físico de Bruno, el veredicto de la Inquisición era una sentencia de muerte.
Bruno fue desafiante hasta el final. Gaspar Schopp de Brelau, un reciente
converso al catolicismo y testigo del enjuiciamiento, declaró que Bruno exclamó
al oír la sentencia: “Quizá ustedes, que pronuncian mi sentencia, tienen más
miedo que yo, que la recibo” (9). </DIV>
<DIV align=justify><BR>La Santa Inquisición y sus torturadores se recuerdan
solamente como si fuera un símbolo del producto de una maliciosa travesura. Pero
Bruno ha resistido la prueba del tiempo. Un examen de su vida revela a un
auténtico hombre del Renacimiento, con un apasionado interés por todos los
aspectos del saber humano, que participó con gran energía y determinación en la
turbulencia intelectual de su época. Sus percepciones fueron una contribución
importante a las ideas que pusieron la base para la ciencia moderna. Su
obstinada negación a reverenciar la autoridad, el poder y el aparato represivo
de la Iglesia Católica, la institución de mayor alcance en sus días, sería sin
duda una inspiración para los siglos por venir. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El filósofo alemán Georg Hegel resumió a la generación de
los pensadores a la que Bruno perteneció en “Conferencias sobre la
historia de la filosofía”: “Estos hombres se sentían a sí mismos dominados, como
realmente lo estaban, por el impulso de crear la existencia y obtener la verdad
a partir de ellos mismos. Eran hombres de naturaleza vehemente, de carácter
salvaje e inquieto, entusiastas, que no podían alcanzar la calma del
conocimiento. Aunque no puede negarse que había en ellos una maravillosa visión
de lo que era verdadero y grandioso, por otra parte no hay duda que se
deleitaron con todas las formas de corrupción del pensamiento y del espíritu,
así como de sus propias vidas. Se encuentra así en ellos gran originalidad y
energía espiritual subjetiva; al mismo tiempo, el contenido es heterogéneo y
desigual, y es grande la confusión de sus mentes. Sus destinos, sus vidas, sus
escritos -que llenan a menudo muchos volúmenes- sólo manifiestan esta inquietud
de sus seres, este desmembramiento, la rebelión de su ser interno contra la
existencia corriente y el deseo de salir de ella y alcanzar la certidumbre.
Estos individuos notables realmente se asemejan a las revoluciones, a las
vibraciones y a las erupciones de un volcán que se ha vuelto activo en las
profundidades, trayendo a la superficie nuevos avances, los que aún son salvajes
e incontrolables" (10). <BR><BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>1. La Enciclopedia Católica (<A
href="http://www.knight.org/advent/cathen/03016a.htm">http://www.knight.org/advent/cathen/03016a.htm</A>)
</DIV>
<DIV align=justify>2. Citado en “Los mundos infinitos de Giordano Bruno” por
Antoinette Mann Paterson, 1970, página IX <BR>3. “Dialéctica de la naturaleza”
de Fredrick Engels, páginas 21-22 <BR>4. “De triplici minimo” de Giordano Bruno,
según lo citado en “Giordano Bruno y ciencia del renacimiento” por Hilary Gatti,
1998, página 4 <BR>5. Citado en “Giordano Bruno, su vida y pensamiento” por
Dorothea Waley Singer , 1950, página 22 <BR>6. Citado en “Los mundos infinitos
de Giordano Bruno” por Antoinette Mann Paterson, 1970, páginas 33-34 <BR>7.
“Giordano Bruno y ciencia del renacimiento” de Hilary Gatti, 1998, página 229
<BR>8. Citado en “Giordano Bruno, su vida y pensamiento” por Dorothea Waley
Singer, 1950, páginas 176-177 <BR>9. Citado en “Giordano Bruno, su vida y
pensamiento” por Dorothea Waley Singer, 1950, página 179 <BR>10. “Lecturas sobre
la historia de la filosofía” de G. W. F. Hegel, volumen 3, página 115-116 </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=3>Correspondencia de Prensa -
Agenda Radical - Boletín Solidario<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000>Edición internacional del Colectivo Militante - Por la Unidad de
los Revolucionarios<BR>Gaboto 1305 - Teléfono (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>