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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa<BR></U>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>29 de abril
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La resaca de sus
consensos<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>En torno a la aprobación de la Ley
Transitoria Electoral<BR><BR>Íñigo Errejón y Alfredo
Serrano</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Semanario La Época
(Bolivia</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=+0><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Rebelión<BR></STRONG></FONT><A
href="http://www.rebelion.org/"><FONT face=Arial
size=2><STRONG>http://www.rebelion.org/</STRONG></FONT></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><FONT face="Times New Roman"
size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR>Bolivia parecía estar embriagada de resaca
después de tanto consenso. Desde los últimos acuerdos adoptados, a finales del
año pasado respecto a los 144 artículos de la Constitución, todo parecía estar
en una calma absoluta. Incluso durante el referendo constitucional del 25 de
Enero de este año, nada parecía alterarse después de tanto consenso alcanzado
desde la llegada al gobierno de Evo. Fueron muchos los consensos en este
periodo: la ley especial de Convocatoria para la Asamblea Constituyente (Marzo
2006), el artículo del sistema de votación en el reglamento de la Asamblea
(Febrero 2007), partes del texto constitucional con la conformación de una
comisión supra-partidaria y posteriormente por una de Comisión Especial de
Consensos del Congreso (Julio 2007), y el consenso de Cochabamba (Octubre 2008)
donde se pactaron otros muchos artículos. <BR> <BR>Puede que hubiera dos
motivos para tanta resaca de consenso: agotamiento por tantos disensos o total
consenso. Pero de una manera u otra, el actual gobierno ha alcanzando más
consensos en Bolivia que en las últimas décadas a pesar de disponer de mayoría
absoluta en las elecciones (54%), mayoría absoluta para la asamblea
constituyente (51%), mayoría absoluta en el revocatorio (67%) y mayoría absoluta
en el referendo constitucional (62%). <BR> <BR>La revalidación del mandato
del Presidente Evo Morales por histórica mayoría, y la aprobación de la nueva
Constitución Política del Estado han certificado de manera nítida que la derecha
está fuera de la centralidad política, definida por el nacionalismo popular
incluyente, que incorpora un indianismo-campesinismo moderado.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>El respaldo internacional de los
gobiernos de la región al Gobierno y la institucionalidad en Bolivia, además,
desaconsejaron a la reacción cualquier salida golpista. Esto no quiere decir,
sin embargo, que ese horizonte haya desaparecido del imaginario de unas élites
que aún viven como usurpación la presencia de un indio en el Palacio
Quemado.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>La derrota de lo que el Gobierno ha llamado el “golpe
cívico-prefectural” de septiembre del pasado año dejó a la derecha desnuda.
Desnuda de programa político y liderazgo a escala nacional. Desnuda también de
representaciones de la realidad que le puedan disputar el liderazgo al Gobierno
de Evo Morales, o tan sólo oponerle “sentidos comunes”
alternativos.<BR> <BR>Después de tanta tormenta, vino la calma. Sin
embargo, cuando parecía que Bolivia navegaba por una balsa de aceite, volvieron
las tempestades. Esta vez, tocó el turno a la Ley Transitoria Electoral, cuya
aprobación constituye, por razones obvias, un choque fundamental y decisivo
entre el gobierno y la oposición. Fundamentalmente porque esa ley definirá las
fórmulas matemáticas, que, sin neutralidad ninguna como en cualquier sistema
político sucede, regirán la confrontación electoral del próximo diciembre.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esos comicios deberá decidirse la Presidencia del
Estado y el Gobierno, en lo que parece que será un plebiscito –más- sobre la
continuidad de Evo Morales; así lo afronta una derecha que ya se afana en
construir un difícil frente común que aglutine a representantes de los
moribundos partidos políticos tradicionales, como la cara aymara del
neoliberalismo Víctor Hugo Cárdenas, a la derecha regionalista del oriente, a la
socialdemocracia con aval europeo, como Carlos Mesa, y a diferentes líderes
locales que se han ido descolgando del MAS por diferencias personales o
ambiciones de liderazgo no satisfechas, como es el caso de Alejo Véliz (PULSO) o
René Joaquino (por Alianza Social). El cemento de tan variopinta coalición es,
en exclusiva, el rechazo a Morales y al huracán masista que amenaza con
jubilarlos a todos, con fuerte apuesta regional más que por elección, por
carencia de un proyecto de país. <BR> <BR>El Senado, cámara territorial
controlada por la derecha, rechazó el proyecto de Ley electoral aprobado en el
parlamento. Lo hizo, además, tratando de dilatar lo más posible el procedimiento
acercándose a la fecha límite (establecida por la constitución). A medida que el
plazo se agotaba, se convocaba al Congreso (el parlamento más el senado) para
tratar de concertar un proyecto satisfactorio para todos los actores políticos.
Los puntos centrales de desencuentro fueron cuatro.<BR><BR>En primer lugar, las
circunscripciones especiales indígenas a la Asamblea Legislativa Plurinacional,
que según la propuesta del MAS debían ser 14, uninominales, y con candidaturas
avaladas por las organizaciones indígenas CIDOB y CONAMAQ. La derecha se negaba
a este aval para poder presentar candidatos ajenos a las comunidades. Pero se
negaban incluso, sus sectores más radicales, a que hubiese tales
circunscripciones, o establecían criterios numéricos que prácticamente las
reducían a cero. El argumento sostenido para tal negativa era propio del
liberalismo clásico, y aducía que tal configuración del sistema electoral
sobrerrepresentaba a actores a los que se reconocían derechos de participación
política no sólo en tanto que “individuos” sino también como colectividades
territorializadas. <BR><BR>El segundo desencuentro se producía
con respecto a los referendos autonómicos y regional (el Gran Chaco) que el
Gobierno quiere celebrar en los Departamentos que votaron por el no en su
momento. Su proyecto es que ahora lo hagan afirmativamente, para desarrollar un
proceso autonómico en todo el país que arrebate a la oposición su estandarte más
preciado y casi único. La oposición quería retrasar a cualquier precio los
referendos departamentales para perpetuar un sistema de autonomías de “dos
velocidades”, que remarcara la diferencia política y de poder de gestión de los
departamentos de la llamada “Media Luna”. Y menos aún aceptar un referendo
regional del Gran Chaco (que comprende Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca) que
vacíe de competencias a las departamentos de oriente respecto al control de los
recursos naturales. <BR><BR>El tercer obstáculo para la concertación se
encontraba en el voto en el exterior. El Gobierno y el MAS buscaban fórmulas que
permitieran por vez primera su participación en las elecciones de Diciembre. La
derecha, una vez más, también se opuso a ello. Los únicos argumentos provistos
giraban entorno a un supuesto fraude que se iba a venir, y también ponía serias
objeciones técnicas. Todo sin sustento alguno, y sin ningún informe que lo
avalara, pero promoviendo la desconfianza a que “el gobierno introduzca, vía
valija diplomática, votos fraudulentos en el país”, como dijo en la noche del
Jueves 9 de abril el líder de PODEMOS y ex presidente heredero del ex dictador
Hugo Bánzer, el ingeniero Jorge “Tuto” Quiroga. Antepusieron sus cálculos
electorales del exterior a cualquier razón democrática. <BR></DIV>
<DIV align=justify>Pero la objeción en la que la oposición, las oposiciones, se
parapetaron, fue en la cuestión del Padrón Electoral. A pesar de que fue
basándose en ese mismo padrón que los prefectos del oriente realizaron sus
referéndums alegales, en esta ocasión este punto fue escogido como la mejor arma
contra un proceso electoral que, reconocen, no pueden ganar en diciembre. La
maquinaria mediática asociada a las élites económicas, que controlan más del 80%
de la prensa y la televisión, nunca ha formulado una acusación concreta y
documentada contra el padrón, pero sí ha desplegado una larga campaña de
desprestigio del mismo, sobre la que retumban las acusaciones de los políticos
de la derecha de que el gobierno está preparando un fraude. En plenas
negociaciones en el Congreso, sin embargo, José Luis Exeni, Presidente de la
Corte Nacional Electoral, explicó que el Padrón ha sido revisado en diversas
ocasiones por técnicos internacionales que le conceden una consistencia del 97%.
También señaló que se podía mejorar cruzando los datos con los del registro
civil, pero que hacerlo de nuevo sería muy costoso, tardaría un año
aproximadamente y el resultado sería menos fiable. Los senadores y
parlamentarios de la derecha le acusaron de estar “vendido” al Gobierno,
mientras que los prefectos y “Comités Cívicos” del Oriente se ponían a trabajar
recolectando firmas para un referéndum sobre el cambio del padrón, que no se
sabe si se celebraría con los mismos datos que se impugnan. <BR> <BR>En
esta confrontación, el MAS cedió en primera instancia, y también en segunda. En
primera, porque se aceptó el reempadronamiento del 30% del electorado (casi
700.000 votantes) para subsanar cualquier irregularidad posible (por ejemplo,
las duplicaciones de inscripción). Una vez solventada la enésima petición de la
oposición, se venía la siguiente zancadilla. Tocaba hablar del empadronamiento
biométrico para la próxima contienda electoral. <BR><BR>Cuando el Jueves 9 de
abril el Presidente de la República, Evo Morales, se declaró en huelga de hambre
junto con los dirigentes de la Central Obrera Boliviana y la Central Sindical
Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, entre otras organizaciones, hizo
temblar el tablero político boliviano. Desde ese momento se generalizaron
piquetes de huelga de hambre por todo el país, pasando ampliamente de los mil
huelguistas durante el fin de semana. Morales abrió de esta forma una dinámica
de reactivación y refuerzo de los vínculos entre movimientos sociales y
Gobierno, que la cesión de ciertos aspectos en la negociación con la derecha
podía haber dañado –como en el caso de la reducción de escaños indígenas y la
indignación de algunas organizaciones. Pero esta huelga de hambre también truncó
los planes de la oposición, en el sentido de que internacionalizó el conflicto
haciendo pasar a un segundo plano mediático las quejas de la derecha, ahora bajo
el peso de una amplia presión popular a favor del cumplimiento de la Nueva
Constitución Política del Estado y la aprobación de le Ley de Régimen Electoral
Transitoria. <BR><BR>Cuando el bloqueo institucional parecía crónico, la presión
ejercida por dicha huelga de hambre y una división en las filas de los diputados
y senadores de la oposición posibilitaron un acuerdo. Evo Morales accedió a la
conformación de un nuevo Padrón electoral biométrico, dando de nuevo síntomas de
querer máxima democracia (solo se dudaba por una cuestión de tiempos). Esto
eliminó cualquier otra posible excusa de la oposición para no más bloqueos en el
camino, ni más razones para no concertar la ley electoral que permitirá a los y
las bolivianas elegir Presidente y Vicepresidente, así como Asamblea Legislativa
Plurinacional (antiguo parlamento, ahora compuesto por 130 diputados: 70
provenientes de circunscripciones uninominales, 53
de plurinominales y 7 de especiales indígenas) y
Senado (de nuevo cámara territorial con 36 senadores, cuatro por departamento),
en Diciembre. <BR><BR>En el
acuerdo, el MAS cedió reducir el número de circunscripciones especiales
indígenas de 14 a 7 –lejísimos de las 18 propuestas por las organizaciones de
originarios del oriente boliviano, que también se quedaron sin su derecho de
aval exclusivo a estos candidatos. Se instala una circunscripción especial,
diseñada para representar a las minorías indígenas de cada departamento, en
siete de los nueve que existen en el país: Chuquisaca y Potosí cedieron las
suyas en aras del consenso.
<BR><BR>También se renunció a la paridad de género en las listas, con el
argumento de que de esa forma la derecha pretendía invalidar el tándem
Evo-Álvaro para las presidenciales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los referendos autonómicos se celebrarán el mismo 6 de
diciembre, en los departamentos que votaron por el “no”, ahora llamados por el
gobierno a cambiar el sentido de su elección para privar a las élites regionales
orientales del único estandarte político con capacidad de arrastre de masas que
les queda: autonomía para todos, también en el nivel departamental. La pelea
autonómica y por la reestructuración del modelo territorial del estado, sin
embargo, dará mucho más que hablar en los próximos meses. En la pugna por la
geografía del poder en el país encontrará, de nuevo el gobierno, la férrea
oposición de unas élites atrincheradas en oriente.
<BR><BR>La razón de tantas renuncias por parte del Gobierno es el optimismo de
cara al futuro. Pareciera que cualquier salida al bloqueo institucional con el
que la derecha lleva impidiendo el desarrollo de la nueva Constitución sea
necesariamente para mejor.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante la celebración de la aprobación de la ley, Evo
Morales solicitó al movimiento popular un 70% de apoyo para gobernar sin
ataduras ni chantajes de la derecha. Cálculos gubernamentales parecen indicar
que con algo menos se conseguiría el mismo efecto. Está por ver, en todo caso,
que tanta concesión en la fórmula no de un escenario de difícil
institucionalización de la hegemonía indígena y popular.<BR> <BR>En
definitiva, después de tantos consensos, vino la resaca que volvió a ser
interrumpida por lo de siempre: la oposición oponiéndose a lo que fuera. El MAS
-y con Evo a la cabeza- volvió a dar señales de ultrademocrático, con una nueva
búsqueda de consensos. El problema de este esquema no son –por graves que
vienen siendo- las cesiones a las antiguas élites, revitalizadas por los errores
y complejos del gobierno. El verdadero peligro es jugar al consenso con una
clase dominante que nunca aceptará ninguna inclusión subordinada, ni más
resultado que la reacción. Esperemos que el tiroteo y detención de mercenarios
húngaros en Santa Cruz, con arsenal de guerra, no sea la enésima prueba de que
el gobierno baila consenso mientras la oligarquía toca melodías de guerra. Amén.
</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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