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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>29 de abril
2009<BR></U>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Pandemia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La gripe porcina y el monstruoso
poder de la gran industria pecuaria<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Mike
Davis *</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Mike Davis, cuyo libro "El
monstruo llama a nuestra puerta" (trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo
Topo, Barcelona, 2006) alertó lúcida y brillantemente del peligro de una gripe
aviar pandémica de alcance mundial, explica ahora cómo la gran industria
pecuaria globalizada ha sentado las bases para un más que preocupante brote de
gripe porcina en México. (Sin Permiso)</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>The Guardian 27-4-09</STRONG>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><A
href="http://www.guardian.co.uk/">http://www.guardian.co.uk/</A></STRONG><STRONG></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Sin Permiso,
28-4-09</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.sinpermiso.info"><STRONG>www.sinpermiso.info</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Marta Domènech
y María Julia Bertomeu</STRONG><BR> <BR><BR></FONT><FONT face=Arial
size=2>La gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida
en el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza subitáneamente con una
fiebre al mundo entero. Los brotes en la América del Norte revelan una infección
que está viajando ya a mayor velocidad de la que viajó con la última cepa
pandémica oficial, la gripe de Hong Kong en 1968.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Robándole protagonismo a nuestro último asesino oficial,
el virus H5N1, este virus porcino representa una amenaza de ignota magnitud.
Parece menos letal que el SARS [Síndrome Respiratorio Agudo, por sus siglas en
inglés] en 2003, pero, como gripe, podría resultar más duradera que el SARS.
Dado que las domesticadas gripes estacionales de tipo A matan nada menos que a
un millón de personas al año, incluso un modesto incremento de virulencia,
especialmente si va combinada con una elevada incidencia, podría producir una
carnicería equivalente a una guerra importante.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ello es que una de sus primeras víctimas ha sido la
consoladora fe, inveteradamente predicada por la Organización Mundial de Salud
(OMS), en la posibilidad de contener las pandemias con respuestas inmediatas de
las burocracias sanitarias e independientemente de la calidad de la sanidad
pública local. Desde las primeras muertes por H5N1 en 1997, en Hong Kong, la
OMS, con el apoyo de la mayoría de administraciones nacionales de sanidad, ha
promovido una estrategia centrada en la identificación y el aislamiento de una
cepa pandémica en su radio local de brote, seguidos de una masiva administración
de antivirales y –si disponibles— vacunas a la población.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de
contrainsurgencia viral, señalando que los microbios pueden ahora volar
alrededor del mundo –casi literalmente en el caso de la gripe aviar— mucho más
rápidamente de lo que la OMS o los funcionarios locales puedan llegar a
reaccionar al brote original. Esos expertos han observado también el carácter
primitivo, y a menudo inexistente, de la vigilancia de la interfaz entre las
enfermedades humanas y las animales. Pero el mito de una intervención audaz,
preventiva (y barata) contra la gripe aviar ha resultado valiosísimo para la
causa de los países ricos que, como los EEUU y el Reino Unido, prefieren
invertir en sus propias líneas Maginot biológicas, antes que incrementar
drásticamente la ayuda a los frentes epidémicos avanzados de ultramar. Tampoco
ha tenido precio este mito para las grandes transnacionales farmacéuticas,
enfrentadas en una guerra sin cuartel con las exigencias de los países en vía de
desarrollo empeñados en exigir la producción pública de antivíricos genéricos
clave como el Tamiflu patentado por Roche. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La versión de la OMS y de los centros de control de
enfermedades, de acuerdo con a cual ya se está preparado para una pandemia, sin
mayor necesidad de nuevas inversiones masivas en vigilancia, infraestructura
científica y regulatoria, salud pública básica y acceso global a fármacos
vitales, será ahora decisivamente puesta a prueba por la gripe porcina, y tal
vez averigüemos que pertenece a la misma categoría de gestión "ponzificada" del
riesgo que los títulos y obligaciones de Madoff. No es tan difícil que falle el
sistema de alertas, habida cuenta de que, sencillamente, no existe. Ni siquiera
en la América del Norte y en la Unión Europea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de
capacidad como de voluntad política para gestionar enfermedades avícolas y
ganaderas, pero ocurre que la situación apenas es mejor al norte de la frontera,
en donde la vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones
estatales y las grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones
sanitarias con el mismo desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a
los animales. Análogamente, una década entera de advertencias de los científicos
fracasó en punto a garantizar transferencias de sofisticada tecnología viral
experimental a los países situados en las rutas pandémicas más probables. México
cuenta con expertos sanitarios de reputación mundial, pero tiene que enviar las
muestras a un laboratorio de Winnipeg para descifrar el genoma de la cepa. Así
se ha perdido toda una semana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero nadie menos alerta que las autoridades de control de
enfermedades en Atlanta. De acuerdo con el Washington Post, el CDC [siglas en
inglés del Centro de Control de Enfermedades, radicado en Atlanta; T.] no se
percató del brote hasta seis días después de que México hubiera empezado a
imponer medidas de urgencia. No hay excusa que valga. Lo paradójico de esta
gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido ya pronosticada
con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un artículo
importante a poner en evidencia que, "tras años de estabilidad, el virus de la
gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo
vertiginoso".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde su identificación durante la Gran Depresión, el
virus H1N1 de la gripe porcina sólo había experimentado una ligera deriva desde
su genoma original. Luego, en 1998, una cepa muy patógena comenzó a diezmar
puercas en una granja de Carolina del Norte, y empezaron a surgir nuevas y más
virulentas versiones año tras año, incluida una variante del H1N1 que contenía
los genes internos del H3N2 (causante de la otra gripe de tipo A que se contagia
entre humanos). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los investigadores entrevistados por Science se mostraban
preocupados por la posibilidad de que uno de esos híbridos pudiera llegar a
convertirse en un virus de gripe humana –se cree que las pandemias de 1957 y de
1968 fueron causadas por una mezcla de genes aviares y humanos fraguada en el
interior de organismos porcinos—, y urgían a la creación de un sistema oficial
de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que prestó
oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de
dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe
porcina? Hace mucho que los virólogos están convencidos de que el sistema de
agricultura intensiva de la China meridional es el principal vector de la
mutación gripal: tanto de la "deriva" estacional como del episódico
"intercambio" genómico. Pero la industrialización granempresarial de la
producción pecuaria ha roto el monopolio natural de China en la evolución de la
gripe. El sector pecuario se ha visto transformado en estas últimas
décadas en algo que se parece más a la industria petroquímica que a la feliz
granja familiar que pintan los libros de texto en la escuela. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1965, por ejemplo, había en los EEUU 53 millones de
cerdos repartidos entre más de un millón de granjas; hoy, 65 millones de cerdos
se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha significado pasar de las
anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los que, entre estiércol y
bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes patógenos a la velocidad
del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con más que debilitados
sistemas inmunitarios.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research
Center publicó un informe sobre la "producción animal en granjas industriales",
en donde se destacaba el agudo peligro de que "la continua circulación de virus
(…) característica de enormes piaras, rebaños o hatos incremente las
oportunidades de aparición de nuevos virus por episodios de mutación o de
recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre
humanos". La comisión alertó también de que el promiscuo uso de antibióticos en
las factorías porcinas –más barato que en ambientes humanos— estaba propiciando
el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes, mientras que los vertidos
residuales generaban brotes de escherichia coli y de pfiesteria (el protozoo que
mató a mil millones de peces en los estuarios de Carolina y contagió a docenas
de pescadores).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cualquier mejora en la ecología de este nuevo agente
patógeno tendría que enfrentarse con el monstruoso poder de los grandes
conglomerados empresariales avícolas y ganaderos, como Smithfield Farms (porcino
y vacuno) y Tyson (pollos). La comisión habló de una obstrucción sistemática de
sus investigaciones por parte de las grandes empresas, incluidas unas nada
recatadas amenazas de suprimir la financiación de los investigadores que
cooperaran con la comisión. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se trata de una industria muy globalizada y con
influencias políticas. Así como el gigante avícola Charoen Pokphand, radicado en
Bangkok, fue capaz de desbaratar las investigaciones sobre su papel en la
propagación de la gripe aviar en el sureste asiático, es lo más probable que la
epidemiología forense del brote de gripe porcina se dé de bruces contra la
pétrea muralla de la industria del cerdo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso no quiere decir que no vaya a encontrarse nunca una
acusadora pistola humeante: ya corre el rumor en la prensa mexicana de un
epicentro de la gripe situado en torno a una gigantesca filial de Smithfield en
el estado de Veracruz. Pero lo más importante –sobre todo por la persistente
amenaza del virus H5N1— es el bosque, no los árboles: la fracasada estrategia
antipandémica de la OMS, el progresivo deterioro de la salud pública mundial, la
mordaza aplicada por las grandes transnacionales farmacéuticas a medicamentos
vitales y la catástrofe planetaria que es una producción pecuaria
industrializada y ecológicamente desquiciada.</DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>* Mike Davis es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO.
Traducidos recientemente al castellano: su libro sobre la amenaza de la gripe
aviar (El monstruo llama a nuestra puerta, trad. María Julia Bertomeu, Ediciones
El Viejo Topo, Barcelona, 2006), su libro sobre las Ciudades muertas (trad. Dina
Khorasane, Marta Malo de Molina, Tatiana de la O y Mónica Cifuentes Zaro,
Editorial Traficantes de sueños, Madrid, 2007) y su libro Los holocaustos de la
era victoriana tardía (trad. Aitana Guia i Conca e Ivano Stocco, Ed. Universitat
de València, Valencia, 2007). Sus libros más recientes son: In Praise of
Barbarians: Essays against Empire (Haymarket Books, 2008) y Buda's Wagon: A
Brief History of the Car Bomb (Verso, 2007; traducción castellana de Jordi Mundó
en la editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2009). </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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