<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>3 de mayo
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Declaración</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Ante la epidemia de influenza en
México</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>México DF, 30 de abril de
2009<BR>Comité Político del Partido Revolucionario de los
Trabajadores</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>La emergencia sanitaria que se vive estos días por la
epidemia de influenza tiene importantes repercusiones políticas y sociales,
además de las consecuencias en la salud públicas, que requieren ser explicadas
en medio de la confusión y desconfianza que generan las contradictorias
versiones gubernamentales. Se requiere también abrir paso a la información
científica, a la verdad y a la crítica política. <BR><BR><STRONG>Una
epidemia prevenible</STRONG><BR><BR>El 24 de abril de 2009, hace escasamente 8
días, el Secretario de Salud, José Ángel Córdoba Villalobos, y el espurio Felipe
Calderón, declararon emergencia sanitaria por una epidemia de influenza porcina
que ha cobrado ya muchas vidas y se extiende por varios estados de la República
Mexicana. Esta declaración, hay que decirlo, ha sido tardía y la serie de
medidas que se han implantado, aun cuando apuntan en el sentido correcto, son
limitadas y se acompañan de amenazas a libertades democráticas (como la
posibilidad de allanamientos en hogares en los cuales se sospeche que hay
enfermos de influenza) y se orientan en el sentido de una visión autoritaria y
prepotente tanto a nivel político como del propio sistema de salud. Este último
ha mostrado, como el gobierno ante situaciones de desastre, su incapacidad para
dar respuesta a situaciones críticas que demandan respuestas amplias y eficaces
(sismos del 85 e inundaciones o huracanes que han azotado el territorio
nacional: Cancún, Tabasco, Chiapas, Sinaloa).<BR><BR>La epidemia actual de
influenza porcina estuvo precedida de múltiples advertencias de expertos y
pobladores de localidades en las cuales están emplazados grandes complejos de
producción cárnica de cerdo y de aves, particularmente La Gloria, en el estado
de Veracruz. El gobierno, no obstante, hizo oídos sordos, respondiendo incluso
con mano dura y reprimiendo a quienes se atrevieron a levantar sus voces de
denuncia, exigiendo tan sólo la realización de verificaciones sanitarias y la
aplicación de la norma de producción y vigilancia epidemiológica en granjas de
producción avícolas y porcinas.<BR><BR>Pero además, al principio de la epidemia,
el gobierno minimizó su importancia, declarando que no había nada de que
preocuparse. Un día antes de la declaración de la emergencia sanitaria
declaraba que se trataba sólo de casos de influenza estacionaria (otro catarrito
como el de la neumonía económica) y ocultó información que entró en
contradicción con los datos que hizo públicos la Organización Mundial de la
Salud, declarando alerta sanitaria mundial, en el nivel 3 de una
pandemia.<BR><BR>Nuevamente, la población ha sido engañada y desconfía de las
versiones gubernamentales y sus medidas, pero esto no es gratuito.
Paralelamente, también se ha desarrollado una amplia red de acciones y de
intercambio de experiencias, que muestran, como sucedió en los sismos de 1985 en
la Ciudad de México, el alto grado de solidaridad y compromiso que esta nación y
sus habitantes, particularmente los de abajo, son capaces de lograr y
desarrollar. Un nuevo mundo se abre paso, solidario, humanista, respetuoso de
las diferencias y sumamente creativo, que confronta al mundo de los magnates y
gobernantes corruptos. Entre los afectados, en sus barrios, unidades, en la
plaza y en sus organizaciones sociales, los trabajadores, las amas de casa, los
estudiantes, los profesionales de la salud que se ven cara a cara con el dolor y
la necesidad de enfermos, familiares y amigos, se apoyan, comentan, idean
respuestas y explicaciones, y se identifican. De estas acciones, de esta
experiencia, surge la conciencia de la necesidad del cambio, de la construcción
de un nuevo sistema sanitario, de un orden diferente, de otro México, posible y
ya necesario, un México que atienda en primer lugar las necesidades de las
mayorías, que priorice la vida sobre las ganancias, que atienda a su cultura,
sus métodos de organización y que favorezca la iniciativa colectiva para hacer
frente a la adversidad y a un mundo donde los de arriba, los grandes empresarios
y su gobierno, nos confrontan día a día.<BR><BR>El Partido Revolucionario de los
Trabajadores se compromete con esta perspectiva, con las acciones preventivas de
contención de la epidemia y el apego al respeto irrestricto de los derechos
humanos y las libertades democráticas, que construya un nuevo sistema de salud,
que responda eficaz y oportunamente a este reto, y llama a castigar a los
responsables de esta respuesta tardía que ha cobrado vidas que pudieron
salvarse, y sufrimiento que pudo evitarse. El Secretario de Salud debe ser
destituido de su cargo y proceder a una investigación profunda de las causas y
medidas de prevención y control que habrán de implantarse, para que ésta, como
otras catástrofes sanitarias y “naturales”, dejen de cobrar vidas humanas y
causar sufrimiento a miles de personas, como ha sido la norma, sobre todo, en
las últimas tres décadas, las de la imposición del modelo neoliberal en México y
en el mundo.<BR><BR><STRONG>Antecedentes</STRONG><BR><BR>El 4 de abril de 2009,
La Jornada publicó un artículo sobre la lucha de la comunidad La Gloria con la
foto de un niño en una manifestación sosteniendo una pancarta con un dibujo de
un cerdo y la leyenda: “Peligro, Granjas Carrolls” (Andrés Timoteo, “Alerta
epidemiológica en Perote por brote de males respiratorios”. La Jornada, 4 de
abril de 2009). Esta manifestación fue precedida de una investigación realizada
por autoridades de salud locales, que encontraron a finales de 2008 que más del
60 por ciento de la población había cursado con una infección respiratoria
atípica de origen desconocido. Desde marzo, de hecho, se habían presentado casos
de infección respiratoria atípica en Perote y luego en Jalapa, a los cuales los
sistemas de alerta no prestaron la atención necesaria. Según María Montoya, del
Centro de Investigación en Sanidad Animal de Barcelona, el tiempo que se tardó
en identificar el tipo de gripe pudo ser determinante en los fallecimientos y la
evolución de la epidemia (María Sainz, “Por qué sólo están muriendo personas por
gripe porcina en México”. El Mundo, 28 de abril de 2009). No fue sino hasta los
primeros días de abril que se reconocieron, incluso tardíamente, los primeros
casos de influenza porcina. Inicialmente también fueron mal diagnosticados, pues
al principio se reconocieron como infecciones respiratoria por virus tipo
A:H2N3. Pero la sangre conservada de un niño de 4 años fue nuevamente analizada
y se corrigió el diagnóstico serológico. El serotipo infeccioso había sido en
realidad del tipo A:H1N1, el responsable de la actual epidemia. Antes incluso de
estos hallazgos, se ocultó información sobre brotes de gripe aviar en granjas de
producción avícola de la empresa Granjas Bachoco (Piden cerco sanitario ante
epidemia, SPI/ElGolfo.Info, 24 de abril de 2009: <A
href="http://www.elgolfo.info/web/lo-mas-nuevo/37017-piden-cerco-sanitario-ante-epidemia-.html"><STRONG>http://www.elgolfo.info/web/lo-mas-nuevo/37017-piden-cerco-sanitario-ante-epidemia-.html</STRONG></A><STRONG>),</STRONG>
aunque tal brote se ocultó a la población.<BR><BR>Se sabe ahora que el virus de
la influenza porcina cuenta con componentes genómicos humanos, porcinos y
aviarios, lo cual hace pensar que hubo transferencia genética del virus entre
distintas especies. Esto es más que factible en las condiciones de producción de
las grandes empresas cárnicas de cerdo y las granjas avícolas, que se encuentran
enclavadas en la zona de Perote, en Veracruz, pero esta advertencia se ha hecho
ya en muchos lugares en el mundo. Si este virus es de origen local o importado,
es lo de menos, el hecho es que en estas granjas se dan las condiciones de
reproducción del virus y de transferencia genética que brindan la oportunidad
para el surgimiento de epidemias de este tipo. No obstante las dos llamadas de
atención que se dieron en la zona, con la denuncia de los pobladores por la
presencia de una afección respiratoria anómala cerca de Granjas Carrol y luego
del brote de gripe aviar en las granjas avícolas, el sistema sanitario de alerta
epidemiológica no reaccionó sino hasta la diseminación de la enfermedad y la
presencia de casos graves de neumonía atípica, con varios muertos, en otras
entidades, particularmente la Ciudad de México, que por su densidad poblacional
permite la difusión amplia y rápida, ante la falta de medidas de prevención
oportunas.<BR><BR><STRONG>Una reacción tardía de las
autoridades</STRONG><BR><BR>Las primeras declaraciones del Secretario de Salud,
en el sentido de que se trataba de influenza estacional y que la evolución de
los casos no era de preocupar, retardaron la respuesta ante lo que era ya una
emergencia sanitaria. Por si fuera poco, las estadísticas presentadas en México
diferían de las que posteriormente dio a conocer la Organización Mundial de la
Salud, una vez que se presentaron casos en otros países, particularmente Canadá
y Estados Unidos, pero también en el Estado Español, Gran Bretaña y Nueva
Zelanda, a los que han seguido otros países. La presencia de estos casos allende
las fronteras de México motivaron la declaración del nivel 3 de pandemia en un
principio y luego nivel 4 (epidemia internacional en la cual ya hay presencia de
casos que no son sólo importados sino que se han dado por contagios locales
–caso particularmente de estados Unidos y el Estado Español—y la afectación de
países de al menos dos regiones del mundo). Una vez que estalló el conflicto de
las cifras, y ante la presión internacional y de la opinión pública nacional, al
gobierno mexicano y al Secretario de Salud no le quedó otra que declarar la
alerta sanitaria y poner en marcha una serie de medidas tendientes a controlar
la diseminación de la enfermedad. <BR><BR>Todo esto pone de manifiesto la
preeminencia de las ganancias sobre la vida humana. Las grandes empresas
transnacionales y nacionales de producción de carne de cerdo, pollo y huevos,
pueden saltarse normas y reglamentos, aún a riesgo de la salud y vida de la
población. De nada valen las denuncias y exigencias de quienes siendo afectados
reclaman la verificación sanitaria y el diagnóstico oportuno de los males que
les aquejan. El sistema sanitario, de vigilancia tanto a nivel veterinario como
humano, puede hacerse de la vista gorda para permitir a las empresas respectivas
seguir con el negocio. Por eso podemos decir que la presente crisis sanitaria es
expresión también de la irracionalidad capitalista y señal de una crisis
civilizatoria, como lo muestran los resultados de la producción industrializada
de cerdos y aves para la alimentación.<BR><BR><STRONG>La falta de confianza de
la población</STRONG><BR><BR>Por otra parte, los antecedentes de manipulación de
información y fraudes (recuérdese tan sólo la “elección” de Calderón o “el
catarrito” de la crisis económica), para no hablar de los fiascos en prevención
y control de enfermedades transmisibles en nuestro país (cólera, dengue,
tuberculosis y paludismo), hacen que la población desconfíe y rechace las
versiones oficiales y dé respuestas autónomas, pues además ha habido
contradicciones en las declaraciones y ocultamiento de cifras. Así es como, no
obstante la campaña de miedo y la inclusión entre las medidas preventivas de
acciones que vulneran los derechos humanos y libertades democráticas (como la
posibilidad de allanamiento de hogares que se plantea podrán realizarse en caso
de sospecha de enfermedad, para proceder con el diagnóstico y aislamiento), la
respuesta de la población ha sido ejemplar, especialmente en la Ciudad de
México. Las dudas entre la población al respecto tienen que ver con una
explicable, justificable y correcta desconfianza hacia las versiones
gubernamentales, especialmente por la experiencia con este gobierno espúrio. La
legítima desconfianza hacia el gobierno ha llevado a algunos a pensar que
estábamos frente a una invención que obedecía simplemente a fines
manipulatorios, aunque se trata de una epidemia real, pero que es enfrentada
autoritariamente, buscando fortalecer las medidas policiacas y represivas,
manipulando la información para desmovilizar y fomentar una visión de soluciones
individualistas y de encierro en las casas familiares.<BR><BR>Una vez reconocida
la epidemia y que se declaró la emergencia sanitaria, las medidas de prevención
y control han sido acatadas por la población, promoviéndose entre las
comunidades y las organizaciones sociales la información y la implantación de
las acciones pertinentes. Compromiso y solidaridad han marcado el comportamiento
de la Ciudad de México en particular, gestándose una dinámica que apunta a otra
forma de organizar la vida cotidiana y la interacción humana, pero esto también
ocurre en localidades de menor tamaño. En todo caso, dados los recursos
sanitarios con que cuenta el Distrito Federal, e incluso la firme respuesta del
gobierno capitalino, las medidas de control han impactado sobre la diseminación,
no sin algunos contratiempos y fallas de atención e incluso discriminación en
sectores de trabajadores desprotegidos, como los outsourcing de limpieza,
seguridad o mantenimiento, que siendo población trabajadora de escasos recursos
y sin prestaciones sociales ha tenido que enfrentar las peores condiciones para
atenderse en casos de enfermedad. Finalmente el acceso al servicio de salud y la
calidad del mismo son diferenciadas según el estrato social de quien
enferma.<BR><BR>Al mismo tiempo, como resultado de la campaña que introduce el
miedo se produce también una reacción “antichilanga” (contra los habitantes de
la Ciudad de México) en algunas zonas del país (un par de automóviles con placas
del DF fueron apedreados en el estado de Guerrero, por ejemplo), paralela a las
medidas discriminatorias contra los mexicanos en el extranjero. Es ésta una
reacción equivocada, con profundas raíces reaccionarias y racistas, que debe
hacerse a un lado pues se trata de un fenómeno convirtiéndose en pandemia no
atribuible a una ciudad, un país o una raza en particular, sino a la
irracionalidad capitalista que pone por delante las ganancias sobre la salud de
la población y la responsabilidad e ineficacia de un gobierno, sin legitimidad y
opuesto a los intereses de la mayoría del pueblo por su entrega a los intereses
de una minoría de capitalistas nacionales y extranjeros, que enfrenta la crisis
con más medidas autoritarias, represivas y policiacas.<BR><BR>Tras un primer
momento en que la Secretaría de Salud emitía comunicados en que daba cifras de
casos confirmados y sospechosos (es decir de aquéllos –los sospechosos—que
presentan signos y síntomas compatibles con la influenza y sus complicaciones
–neumonía atípica grave--, éstos no han tenido una verificación por exámenes de
sangre --inmunoanálisis con serotipificación específica, en la cual se reconoce
la presencia del virus en el individuo--, lo cual hace la disparidad de cifras
entre enfermos y muertos confirmados y sospechosos), ahora sólo está dando las
cifras de confirmados, reduciendo así la impresión del impacto de la epidemia y,
de hecho, ocultando información nuevamente. No obstante esto, la proporción de
muertos entre los enfermos (tasa de letalidad) ha mostrado un comportamiento
diferenciado, tanto a nivel de distintas entidades en nuestro país, como sobre
todo a nivel internacional. En México, la tasa de letalidad más baja se da en el
Distrito Federal, en tanto que la más alta se presenta en San Luis Potosí, al
menos hasta cuando teníamos mayor información; por otra parte, en Estados Unidos
y Europa esta misma tasa es mucho menor que en México. Dado que esta epidemia
está provocada por un nuevo virus, difícilmente puede pensarse que esta
diferencia obedece a cambios en la susceptibilidad de los pobladores de los
distintos países o regiones de México, más bien debe pensarse que esta
diferencia da cuenta de deficiencias en la calidad de la atención, ya sea por
dificultades de accesibilidad (que retrasan la consulta en una institución de
salud, acudiendo en fases avanzadas de la enfermedad) o deficiencias en la
calidad misma de la atención (ya sea por falta de recursos humanos, diagnósticos
o terapéuticos, una vez que se ha atendido: en el DF se han presentado casos de
niños –aunque también ha pasado con adultos y no sólo en el DF, pero aquí fluye
más rápido la información-- que han sido mal diagnosticados y no son internados
a tiempo, cuando vuelven lo hacen en condiciones más graves; dos de ellos, al
menos, han muerto). <BR><BR><STRONG>El modelo neoliberal y sus implicaciones en
salud<BR></STRONG><BR>Si bien ante un brote como éste, en que el agente
infeccioso es nuevo en cuanto a su perfil inmunogénico, y habría que producir
una nueva vacuna, el gobierno mexicano ha dado pasos desde el gobierno de
Salinas de Gortari para impedir una respuesta propia, nacional, ante una
emergencia, desmantelando la planta productora de vacunas, que era de propiedad
federal. En la década de los años 50´s y 60´s, México contaba con laboratorios
que producían la mayor parte de las vacunas que se consumían. Los instituto de
Higiene y Virología tenían esta capacidad productiva, pero desde el gobierno de
Salinas y luego en el de Ernesto Zedillo está capacidad se desmanteló,
fusionando laboratorios y luego creando una paraestatal llamada Laboratorios de
Biológicos y Reactivos de México, SA de CV (Birmex). Esta institución produce
tan solo dos vacunas de las 12 del esquema básico de vacunación (Thelma Gómez,
“México desoyó a la OMS”. El Universal, 30 de abril de 2009).<BR><BR>Los
antecedentes, así como el volumen y calidad de la investigación en virología,
inmunología, genómica y biología molecular dan cuenta que en México existe la
capacidad científica y tecnológica para producir las vacunas requeridas; pero el
gobierno ha preferido importarla y beneficiar con ello a laboratorios
transnacionales, en una franca política de sumisión tecnológica y científica,
que tiene implicaciones sanitarias evidentes. Países como Brasil y Cuba, por el
contrario, han invertido para mantener su autosuficiencia en este campo,
mostrando con ello que tal dependencia y la condición “tercermundista” obedece
más bien a elecciones de política económica y prioridades marcadas por apego a
un modelo: el neoliberal.<BR><BR>En estos momentos la producción de una vacuna
se hace necesaria, aun cuando esto tome varios meses y no se pueda con ella
prevenir el brote actual. Será, no obstante, de suma utilidad para prevenir
tanto en otros países como aquí mismo en México futuros brotes y extensión a
otros estados, para evitar la repetición de una epidemia. Además, será necesario
redoblar esfuerzos y hacer cumplir las normas de verificación y reglamentos de
vigilancia sanitaria en la producción de cárnicos (no sólo puercos y aves, por
cierto), pues este fenómeno tiende a generalizarse en todo el emporio del
agrobusiness, que pone a la sociedad a la cola de las prioridades del mercado,
por ejemplo en la producción de caña de azúcar y maíz para la producción de
etanol para generar energía eléctrica, y la introducción de transgénicos en un
campo afectado por la importación de maíz y otros productos agrícolas en el
marco del Tratado de Libre Comercio.<BR>Se vive en este terreno también las
consecuencias de estos años de política neoliberal que ha reducido la inversión
en investigación científica como parte de un modelo educativo mercantilizado y
los diversos procesos de privatización de los servicios de salud y
seguridad.<BR><BR>Pero no todo es negativo. Muchas organizaciones de
trabajadores han manifestado su apoyo a las medidas de control de la epidemia y
de prevención, no sin hacer críticas a los aspectos reprobables del accionar del
gobierno y la Secretaría de Salud. Este Primero de Mayo, cuando normalmente
miles de trabajadores saldrían a las calles a mostrar su descontento ante las
consecuencias nefastas de la crisis económica y la respuesta y orientaciones que
el gobierno ha implantado, se ha optado por seguir las medidas preventivas que
plantean evitar, en primer lugar, la exposición al contagio con la aglomeración
de multitudes, incluso pequeños grupos, posponiendo unos días la
movilización o realizando otros actos de protesta, al tiempo que en otras
ciudades, como en Cuernavaca, sí se realizó la manifestación en las calles. Las
medidas de paro parcial de la actividad económica han provocado reacciones
solidarias de diverso tipo entre la población, como para el cuidado de los
niños, en la misma casa, al compartir en la pareja o la familia extensa, los
vecinos, por turnos, su atención. Los grandes almacenes de autoservicio, por
otro lado, se negaron a cerrar sus puertas, aduciendo su rol como abastecedores
de víveres, como si no se recordara que cuando anunciaron hace algunos meses su
“solidaridad” con las “medidas” del gobierno espurio, bajando o conteniendo los
precios de sus mercancías, lo hacían después de haber reetiquetado los
productos; dado el temor que infundió la situación en algunos sectores, muchas
tiendas departamentales vivieron momentos de grandes aglomeraciones de público
que acudieron a hacer “compras de pánico”, contraviniendo así una de las
principales medidas de prevención.<BR><BR>Sin duda que las medidas dispuestas
tendrán un negativo impacto en la economía, que ya se encontraba maltrecha, pero
el efecto será diferenciado para las distintas clases sociales e incluso en sus
diferentes estamentos. En tanto los que viven al día tienen repercusiones
drásticas sobre su vida cotidiana, otros incluso se han visto beneficiados
(nuevamente las tiendas de autoservicio, que hicieron su agosto con las “compras
de pánico”, o las empresas productoras de medicamentos, suministros y otros
productos usados en la atención de pacientes y en la prevención (cubre bocas,
por ejemplo, o soluciones desinfectantes).<BR><BR>Especial atención merecen, por
otra parte, las disposiciones restrictivas de libertades democráticas, como la
relativa a la inviolabilidad del domicilio, o del derecho de manifestación y
reunión, que con el pretexto de la emergencia sanitaria han sido puestos en
cuestión, dando así un paso más a medidas autoritarias y restrictivas de
derechos elementales, que pretenden justificar el estado militar y policiaco,
antes justificado por la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia
organizada, ahora por medidas de prevención de una epidemia. Los revolucionarios
declaramos nuestra total oposición a la violación de derechos y limitación de
libertades, a la vez que nos pronunciamos totalmente solidarios de las medidas
de prevención y control de la epidemia, con pleno respeto de la dignidad y
libertad de las personas, sin discriminaciones de ningún tipo, pues ante todo
asumimos el compromiso de cuidar a nuestros niños, jóvenes y mujeres
embarazadas, que en esta epidemia son los más vulnerables. Tanto en ésta, como
en toda acción en política y en prácticas sanitarias, los revolucionarios
luchamos por prolongar la vida, una vida plena con dignidad, libertad, justicia
e igualdad, buscando la felicidad y construir en armonía con la naturaleza un
mundo en el que quepan todos los mundos, y asumimos el compromiso de apoyar y
fomentar las medidas pertinentes para mitigar los efectos de esta epidemia, que
es ya internacional.<BR><BR>En medio de la emergencia sanitaria y seguramente
inmediatamente después, nuevas luchas sociales se desarrollarán. Habrá que
impulsarlas y fomentar la organización correspondiente, amplia y unitaria.
Habremos también de redoblar esfuerzos en defensa de los derechos humanos, que
al saldo de impunidad e injusticia previos, marcado por la gran cantidad de
presos, perseguidos y desaparecidos políticos, hay que agregar ahora la
necesaria oposición a medidas legislativas y de gobierno que se están aprobando
en estos días para restringir derechos democráticos y políticos. Pero también en
el terreno social y defensa de la economía popular, pues el ataque contra los
derechos y el nivel de vida del pueblo trabajador que ya se venía viviendo con
la recesión económica, ahora el desempleo, los despidos, la mayor pérdida del
poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores y sus familias amenazan
con recrudecerse con la crisis sanitaria, al tiempo que continúan luchas
ejemplares necesitadas de mayor apoyo, como la huelga, ya de 21 meses, de los
mineros de Cananea.<BR><BR>Los pregoneros de la globalidad enfrentan ahora un
reto mayúsculo, pues enfrentan al mismo tiempo la debacle de su modelo económico
y la aparición, cada vez más frecuente, de fenómenos emergentes o catástrofes
naturales (tsunamis, inundaciones como la de Nueva Orleáns, terremotos,
enfermedades emergentes) que ponen en cuestión la viabilidad del sistema
capitalista y su capacidad para brindar seguridad, alimento, trabajo y la
posibilidad incluso de una vida digna, a veces la duda de la continuación de la
vida misma. En conclusión, es cada día más evidente que no es capaz de
satisfacer incluso las más elementales necesidades de la mayoría de la población
y un nuevo mundo es necesario, un modelo que atienda en primer lugar las
necesidades de la mayoría de la población, que ahora incluso es segregada. Otro
mundo nace sin embargo de esta crisis, un mundo solidario y de apego a la vida y
sus encantos, que muestra que hay otro modo, que otro<BR>mundo, otro México, por
supuesto, es posible, pero también urgente y necesario. Un mundo basado en el
respeto y la solidaridad entre los hombres y las mujeres, así como entre los
pueblos.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
edición internacional<BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000 size=4>Agenda Radical - Colectivo
Militante</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
size=3>Agendaradical@egrupos.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT
size=3>Gaboto 1305 - Teléf: (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>