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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional<BR></EM><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>8 de mayo
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Pandemia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Influenza
A/H1N1: la punta del iceberg</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Alejandro
Nadal<BR>La Jornada, México, 6-5-09</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial color=#0055ee size=2><A
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
color=#0055ee size=2></FONT><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Pocos percances industriales tienen la capacidad de
revelar los defectos más profundos de una sociedad. La reciente epidemia de
fiebre porcina es un caso emblemático. Aunque para muchos es una calamidad caída
del cielo, la realidad es que se trata de un desastre industrial, similar al de
Bhopal, en India (1984) o al de Chernobyl (1986).<BR><BR>Al igual que esos
eventos, el desastre del virus de influenza porcina A/H1N1 muestra con
extraordinaria claridad las lacras de un sistema industrial grotesco, de un
gobierno ineficiente, y seguramente corrupto, además del colapso del sistema de
salud pública.<BR><BR>El desastre de las fábricas granjeras Carroll (GCM) dice
mucho sobre nuestra “civilización”. Lo fundamental es que no se trata de una
calamidad que nos cae del cielo, o de un evento altamente improbable. Para nada.
Al igual que la crisis económica, el desastre de la epidemia de A/H1N1 es el
resultado predecible de la acción humana y de fallas de políticas regulatorias
que pueden y deben ser cambiadas. Es la consecuencia de una forma de producir
cárnicos que es repugnante en su inmundicia. El trato despiadado a los animales
dice mucho de la falta de respeto que puede tener el ser humano consigo
mismo.<BR><BR>En esta industria el proceso de producción comienza con el empleo
masivo de métodos de inseminación artificial. Esto empobrece la variabilidad
genética de los animales y para mantenerlos vivos en confinamiento se necesitan
cantidades masivas de antibióticos y vitaminas. En algunas plantas porcícolas se
administran fuertes dosis de estimulantes que desencadenan un apetito voraz para
que los animales ganen peso rápidamente. Esto se complementa con dosis masivas
de hormonas para rápido crecimiento.<BR><BR>Las importaciones de maíz amarillo y
de soya, al amparo del TLCAN, son clave para este sistema. Esos insumos
proporcionan carbohidratos y proteínas fácilmente digeribles que permiten a los
animales confinados ganar peso más rápidamente que en la ganadería
extensiva.<BR><BR>La concentración de decenas de miles de cerdos en espacios
reducidos impone el intercambio de virus entre animales. Este tráfico abre las
puertas a mutaciones rápidas y al surgimiento de mutaciones patógenas cada vez
más resistentes. La aparición de agentes patógenos afecta a la población de
cerdos, pero algunas mutaciones permiten traspasar las barreras entre especies y
los humanos pueden verse afectados.<BR><BR>No existe una norma oficial mexicana
sobre el hacinamiento de cerdos en granjas porcícolas (lo que dice mucho). La
NOM-062-ZOO-1999 para animales de laboratorio establece que cerdos de 20 kilos
deben tener un espacio mínimo de 0.56 metros cuadrados. Es un indicador terrible
de lo que deben ser las condiciones en las fábricas porcícolas.<BR><BR>Eso sí,
existe una norma oficial (NOM-060-ZOO-1999) sobre “transformación de despojos
animales para su empleo en la alimentación animal”. Contiene las
especificaciones para utilizar despojos de cerdos en plantas reductoras con el
fin de usarlos “en la alimentación de rumiantes”. Sí, leyó usted bien y lo puede
corroborar en el Diario Oficial del 28 de junio de 2001. Es un escándalo
relacionado con toda la producción de carne.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La industria de cárnicos busca economías de escala, pero
los costos para la sociedad en materia ambiental y de salud humana son cada vez
mayores. En el plano económico estas gigantescas concentraciones de animales son
la otra cara de la destrucción de la economía campesina de pequeña escala, más
generadora de empleos y más apta para un manejo responsable del medio
ambiente.<BR><BR>El círculo se cierra con una noticia sorprendente: Granjas
Carroll es socio anfitrión de 22 proyectos dentro del Mecanismo de Desarrollo
Limpio del Protocolo de Kioto para reducir emisiones de gases invernadero. Los
proyectos no se han puesto en operación, pero ya fueron certificados ante la
Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático. En estos esquemas
el biogas producido por digestores anaeróbicos (en las lagunas de oxidación) es
enviado a un generador de electricidad para la planta. Es decir, se utilizará
gas metano (CH4) en lo que vendrían siendo proyectos de cogeneración (de entre
100 y 550 KWh) y reducirán el volumen de emisiones entre 3 mil 700 y 18 mil
toneladas de CO2 equivalente. Los certificados asociados a estas reducciones
pueden venderse en el mercado mundial de carbono.<BR><BR>El CH4 es un gas de
efecto invernadero mucho más potente que el CO2, así que en el casino del
mercado mundial de carbono, las reducciones de metano pueden ser un negocio muy
lucrativo. Bonito mecanismo de desarrollo “limpio”. Literalmente, nunca antes
había estado tan cerca la mierda del dinero. (Éste y otros aspectos de la
catástrofe de la influenza porcina son el objeto de un trabajo colectivo que se
dará a conocer próximamente.)<BR><BR>Ahora que comienzan a levantarse las
medidas de la emergencia, lo peor de todo es que regrese la normalidad de la
barbarie. Los tiempos del cambio han llegado y deben ser aprovechados de manera
constructiva.</DIV>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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