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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional<BR></EM><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>2 de junio
2009<BR></U>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Chile</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Un barco que navega hacia la
derecha</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Fernando de la Cuadra
*</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>ALAI, 1-6-09</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://alainet.org/"><STRONG>http://alainet.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Si es cierto, el panorama electoral chileno se ha venido
decantando poco a poco en las últimas semanas, todavía falta bastante para que
las aguas se aquieten en el movimiento perpetuo de alianzas y pactos en un año
de elecciones. Los principales competidores al sillón presidencial son Eduardo
Frei por la Concertación de Partidos por la Democracia y Sebastián Piñera por la
“Coalición por el Cambio”, una reciente sociedad entre los ya tradicionales
partidos de la derecha (UDI y RN) y un pequeño grupo de descolgados del PPD,
denominado Chile Primero. La izquierda también ha escogido su candidato: Jorge
Arrate, ex Ministro de Minería de Allende, ex Ministro de los gobiernos de
Aylwin y Frei y ex embajador de Lagos, un socialista de toda la vida que dejó
las filas del partido para construir un “Nuevo Pacto Democrático y Popular”, un
referente que junto a los partidos de la izquierda extra-parlamentaria (PC, PH,
IC) congregada en torno al “Juntos Podemos”, ha levantado su candidatura con un
fuerte sello Allendista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con bastante menor expresión, aparecen otros dos
referentes surgidos también de sendas escisiones de la Concertación. Con una
inclinación más conservadora, el Partido Regionalista de los Independientes
(PRI) formado por militantes disidentes de la Democracia Cristiana, tiene en
Adolfo Zaldívar a su figura más destacada, el cual se ha autoproclamado
candidato presidencial. Finalmente, otra facción que se escindió del Partido
Socialista en octubre del año pasado, ha conformado el Movimiento Amplio Social,
que levantó al Senador Alejandro Navarro como su abanderado presidencial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, para complicar aún más este escenario, desde
las mismas filas socialistas ha surgido repentinamente un nuevo candidato. Marco
Enríquez-Ominami, hijo del asesinado líder del MIR Miguel Enríquez (hoy día
transformado en el gran icono de la izquierda revolucionaria chilena). Marco es
un diputado joven, mezcla de galán juvenil, cineasta y filósofo, que vivió su
infancia y adolescencia en Europa. Con un visual moderno e ideas contradictorias
sobre economía y sociedad, se ha encumbrado en las encuestas con sorprendente
velocidad, llegando a pasar el 10 por ciento de intención de votos, tendencia
que puede seguir aumentando en las próximas semanas, configurando una nueva
interrogante en el escenario de las candidaturas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Los cambios en el padrón electoral</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hace un mes atrás la presidenta Michelle Bachelet
promulgó la Reforma Constitucional que establece la inscripción automática en
los Registros Electorales y el voto voluntario, quedando pendiente sólo la
promulgación de la Ley Orgánica que regulará el proceso de incorporación de los
nuevos electores. El proyecto de ley enviado por el Ejecutivo supone que se
afiliaran todas aquellas personas mayores de 17 años nacidas en Chile, los
nacidos en extranjero de padre o madre chileno (que vivan al menos un año en el
país) y los extranjeros nacionalizados con derecho a voto. Esta nómina será
actualizada mensualmente por medio de un informe que enviará el Registro Civil
al Servicio Electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo anterior representa sin lugar a dudas una importante
modificación del padrón electoral vigente hasta ahora, abriéndose la posibilidad
de inscripción de cerca de cuatro millones de chilenos y chilenas no inscritos,
la gran mayoría de los cuales son jóvenes. En los hechos, la nueva ley no
significa que estos cerca de 4 millones de personas pasen a formar parte del
padrón electoral en forma automática, pues este proceso será realizado en forma
lenta al momento de efectuar el trámite para obtener la cédula de identidad. Con
todo se espera que un número importante de jóvenes con más de 18 años se
incorporen como futuros votantes, superando con creces el escaso treinta por
ciento (30%) de los jóvenes entre 18 y 29 años que actualmente se encuentran
inscritos en los registros electorales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Que implicancias puede tener este aumento drástico del
voto juvenil? En realidad existe bastante incertidumbre de cual podría ser el
impacto que va a tener esta participación electoral en las elecciones
presidenciales y parlamentarias de diciembre próximo. Una conclusión de sentido
común nos dice que el voto de los jóvenes debiera inclinarse hacia un proyecto
progresista o de izquierda, considerando que una tendencia “natural” de este
grupo etáreo se vincula a los ideales de justicia social, opción por el cambio y
rebelión, anhelos que encarnarían mejor los partidos de izquierda o
progresistas. Sin embargo, una reciente encuesta realizada a lo largo del país,
revela que la intención de voto de los jóvenes se orienta mayoritariamente hacia
el representante de la derecha en la próxima contienda presidencial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, un porcentaje significativo de jóvenes estaría
dispuesto a elegir a Sebastián Piñera (38%) con relación a Eduardo Frei que
obtiene un 31% en este segmento de los electores (18-25 años). Junto con ello,
es interesante consignar que la intención de voto entre los no inscritos es
incluso mayor en el caso de Piñera, que obtiene un 41% frente al candidato de la
Concertación que sólo concita una adhesión del 28%. Es decir, contra las
previsiones más simples, tanto entre los jóvenes como entre los que aún no se
encuentran inscritos en los registros, a esta altura de la campaña la intención
de voto para el abanderado de la derecha es claramente superior.[1] </DIV>
<DIV align=justify><BR>El candidato de la derecha se presenta además como una
especie de Obama chileno, anunciando una renovación de las prácticas políticas y
prometiendo una administración eficiente, transparente y honesta, en síntesis,
representa “el cambio”. Así, los ideólogos de la derecha señalan que un aspecto
central en la campaña de su abanderado debiera ser “atraer a la gente que no le
gusta la actual forma de hacer política, pero que está dispuesta a entrar para
cambiarla”, un discurso orientado a ese enorme conglomerado de jóvenes
descontentos con las viejas generaciones que siguen dominando la escena política
chilena.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de que la embestida derechista se ha sustentado
en el desgaste que ha venido sufriendo el pacto gobiernista en sus casi 20 años
en el poder, no menos cierto es que el propio Piñera ya se encuentra en una fase
de declive, la que se ha acentuado bastante en las últimas semanas. Actitudes
populistas y de efecto publicitario han tenido más bien una respuesta de rechazo
por parte del electorado en general e incluso de sus propios socios en la
Alianza por Chile. Su asociación con sectores desgajados del PPD ha sido
interpretado como un gesto de astucia, oportunista y más bien carente de ética,
que como una apuesta serie en ampliar la base de apoyo para un programa
pluralista de modernización y cambio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, el representante oficialista se encuentra
en una situación de estancamiento. A pesar de colocar rostros jóvenes en su
comando, Eduardo Frei hereda la pesada carga de la Concertación -originalmente
un bloque de partidos que encarnaban las aspiraciones democráticas de la
ciudadanía- que se fue convirtiendo demasiado rápidamente en un acuerdo cupular
restricto a un pequeño número de conspicuos dirigentes y “operadores”
profesionales vinculados al engranaje de sus respectivas máquinas partidarias,
distanciados irreversiblemente de sus militantes de base y de la población en
general. En una tentativa tardía por representar al mundo popular y a los
sectores excluidos del sistema político vigente, la Concertación ha firmado un
pacto con el Partido Comunista para apoyarse mutuamente en la justa
parlamentaria y de esta manera, posibilitar que este último consiga elegir dos o
tres diputados para el próximo periodo y de paso, asegurase el apoyo de los
comunistas en una -casi cierta- segunda vuelta electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este escenario ha surgido la figura de
Enríquez-Ominami, llamado de díscolo, por su negativa a someterse a la orden
partidaria (socialista) de apoyar al candidato oficial de la Concertación. De
estilo jovial y con un discurso que enfatiza la necesidad de renovar los rostros
de la política, este diputado ha concitado una significativa adhesión entre
aquellos votantes con menos de 35 años, capturando simultáneamente la intención
del voto juvenil de los dos candidatos con más opciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Continúa la incertidumbre</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Dejando a un lado el “fenómeno” Bachelet[2], cualquier
radiografía de la situación electoral puede ser errática, debido a la dinámica
en curso y a las efectivas posibilidades de que opciones presentes pueden
cambiar en los próximos meses. Ello puede depender de varios factores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un elemento importante a tomar en cuenta es el impacto de
la crisis económica mundial en el desarrollo de la actividad interna. Los
indicadores económicos han tenido un desempeño mediocre en los últimos meses y
la población está experimentando cotidianamente los efectos de la baja en el
crecimiento, la restricción del crédito y el alza de los alimentos y, en
general, el clima de incertidumbre que se abate sobre todos los agentes
económicos. El desempleo para el último trimestre móvil llegó al 8,5%, lo cual
representa un aumento de 1,2% con relación a igual periodo del año anterior.
Ante este panorama el gobierno ha creado un plan de crédito de apoyo a las
pequeñas empresas con subsidios para la compra de equipos, capacitación y, lo
más importante, reprogramación de las deudas contraídas. Si estas y otras
medidas tomadas por el Ejecutivo no son suficientes para revertir los impactos
de la crisis en el ámbito interno, es altamente probable que los sentimientos de
inseguridad, desesperanza y temor al futuro sean traspasados a la coalición de
gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y frente a la crisis el voto conservador o sin una fuerte
base doctrinal (electorado precario en palabras de Antonio Cortés Terzi)[3] se
torna aún más conservador. Por eso, es importante monitorear y evaluar el
desarrollo o evolución de la crisis para tener una idea más aproximada de lo que
podrían venir a ser las tendencias del electorado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro aspecto a ser considerado dice relación con el grado
de cohesión o desgajamiento que siga experimentando el bloque de gobierno.
Efectivamente, todas las renuncias, salidas y desmembramientos hacia la derecha
o la izquierda de la Concertación, representan claros indicios de la etapa de
descomposición o de crisis terminal que enfrenta este conglomerado, crisis que
no sólo enuncia un agotamiento del proyecto progresista y ciudadano que aspiraba
construir, como también indica su incapacidad para “disciplinar” a sus diversos
componentes en torno a un objetivo más concreto, que le permita dar continuidad
en el plano administrativo a un quinto gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se puede interpretar esta indisciplina precisamente a
partir del desencanto que ha implicado la decadencia de una opción que se
sustentaba durante mucho tiempo como alternativa al dilema democracia versus
autoritarismo, pero que no ha encontrado fuerzas para reciclarse y dar un paso
que le permita transformarse en una proyecto país que desmonte la estructura
heredada de la dictadura y se vincule a una nueva cultura política asentada en
la equidad, inclusión y participación democrática.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Del conjunto de factores apuntados anteriormente podemos
extraer dos conclusiones. La primera es que aún en la eventualidad de que la
Concertación obtenga un triunfo en la próxima contienda electoral, este
conglomerado se encuentra cerrando un ciclo iniciado en 1998 (año del
plebiscito) y su propensión al fraccionamiento debe continuar, ante lo cual
parecen quedar sólo dos salidas: pensar en una renovación radical o decidir
francamente su auto-disolución. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una segunda conclusión es que en todos los escenarios
probables, la tendencia apunta a que el próximo gobierno deberá situarse más a
la derecha que la actual administración Bachelet, lo cual representa un claro
retroceso con relación a los avances alcanzados en materias tales como respeto a
la diversidad, inclusión, protección social y, especialmente, en lo concierne a
una mayor democratización de la sociedad chilena. Todo esto se daría además en
el marco de una oposición de izquierda fragilizada y restringida por los
compromisos electorales que ha asumido el Partido Comunista. </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>* Fernando de la Cuadra es sociólogo chileno. Miembro de la
Red Universitaria de Investigadores sobre América Latina (RUPAL): <A
href="http://fmdelacuadra.blogspot.com">http://fmdelacuadra.blogspot.com</A></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[1] Resultados del “Estudio Nacional de Opinión Pública.
Elecciones presidenciales 2009”, realizado por la empresa TNS – Time, marzo
2009. <BR>[2] Resulta interesante que pese a la caída de apoyo a los partidos de
la Concertación, la aprobación a la gestión de la presidenta ha experimentado un
importante repunte y, muy especialmente, la popularidad de la propia Bachelet ha
tenido un alza espectacular en el último tiempo. En un reciente sondeo realizado
a nivel nacional por la empresa Adimark, todos los indicadores de la Mandataria
mejoraron. La evaluación de su gestión logró un 68,5 por ciento de aprobación,
siendo que un 82 por ciento de los encuestados señaló que Bachelet es la persona
más querida por los chilenos. <BR>[3] “Conversación sobre Chile con Antonio
Cortés Terzi”, en sitio Gramsci e o Brasil. <A
href="http://www.acessa.com/gramsci/?page=visualizar&id=1014">http://www.acessa.com/gramsci/?page=visualizar&id=1014</A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
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size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
edición internacional<BR></FONT></STRONG><A
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Militante</FONT><BR></FONT></STRONG><A
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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<HR>
</DIV>
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