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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR>Agenda Radical - Colectivo Militante<BR></FONT><U>26 de julio
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Semestre negro<BR><BR>Las bajas de
guerrilleros disminuyeron un 60 por ciento pero las de soldados y policías
aumentaron un 26 por ciento. La simetría de resultados entre las dos partes
preocupa al gobierno</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Por primera vez
en el gobierno Uribe las cifras de la guerra son desfavorables para los
militares. ¿Qué está pasando?</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Revista Semana, Bogotá,
25.7-2009</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.semana.com/"><STRONG>http://www.semana.com/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify><BR>El presidente Álvaro Uribe siente fascinación por las
cifras. Sea cual sea el tema del que está hablando, saca a relucir los millones
de subsidios que les ha dado a los pobres, los desmovilizados que han dejado las
armas, la disminución de los homicidios y secuestros. Aunque en ocasiones estas
cifras han generado controversia, todo el mundo reconoce que reflejan los éxitos
de la seguridad democrática, y que en esta materia el país ha avanzado
mucho.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, este año las cifras de la guerra cambiaron
radicalmente de tendencia. Por primera vez desde que Álvaro Uribe es Presidente,
los resultados de la Fuerza Pública, relacionados oficialmente por el Ministerio
de Defensa, son desfavorables para el gobierno y siembran muchos interrogantes
sobre lo que está pasando en el campo de batalla. <BR><BR>Cayeron todos los
resultados en la lucha contra los grupos armados. Los guerrilleros muertos en
combate pasaron de 736 durante el primer semestre de 2008 a 298 en el primer
semestre de este año. Una disminución del 60 por ciento, la tasa más baja de la
era de Uribe. Más dramática aun es la disminución de las cifras de miembros de
bandas criminales abatidos. Mientras en el primer semestre del año pasado
murieron 375, en los primeros seis meses de este año van 34. <BR><BR>Los
militares dan dos explicaciones. La primera es que para frenar el controvertido
body count, el Ministerio de Defensa ordenó privilegiar la desmovilización y las
capturas, por encima de las muertes. No obstante, estos indicadores también
disminuyeron. Las Fuerzas Armadas explican también que la caída se debe a que
las Farc son más pequeñas que antes (8.500 combatientes). Pero hace cuatro años,
cuando las Farc estaban en 12.000, perdían tres veces más hombres que ahora.
<BR><BR>Lo que tiene aterrados a varios observadores es la posibilidad de que
los números de hoy sean mucho más realistas, y que de los del pasado, varios
estuvieran distorsionados por los falsos positivos. <BR><BR>Dentro de las
Fuerzas Militares hay quienes piensan que los batallones se han paralizado por
miedo a terminar involucrados en procesos judiciales y que no están combatiendo.
Pero las cifras dicen lo contrario. Durante este año, sólo el Ejército ha
realizado cerca de 7.000 operaciones o misiones tácticas. La cifra de soldados
muertos y heridos ha crecido, lo que demuestra que lejos de estar eludiendo la
pelea, los soldados están poniendo el pecho en zonas muy complicadas.<BR><BR>Las
fuerzas oficiales han tenido un mal semestre. De enero a junio hubo 259 soldados
y policías muertos, lo que significa un aumento del 26 por ciento si se compara
con los 205 del primer semestre del 2008. También hubo 911 heridos, una cifra
mayor que los 871 del año anterior. <BR><BR>Aunque las minas son el factor más
crítico para los soldados y policías (representan casi el 60 por ciento de las
bajas), preocupa que hay un repunte de otro tipo de acciones como emboscadas y
el uso de francotiradores. <BR><BR>Pero más alarmante resulta comparar los datos
de las Fuerzas Armadas y de las Farc. Mientras hace tres o cuatro años, cuando
estaba en pleno auge el Plan Patriota, la guerra arrojaba una relación de cinco
insurgentes fuera de combate por cada soldado o policía que caía herido o
muerto, hoy esa relación es de uno a uno. Algo que los analistas consideran
preocupante si se tiene en cuenta que en Colombia hay 50 miembros de la fuerza
Pública por cada guerrillero. <BR><BR>El body count es un termómetro importante
para saber qué esta pasando en una guerra, pero no necesariamente sirve para
medir quién gana o quién pierde en una confrontación. Baste recordar que en
Vietnam murieron 725.000 vietnamitas y apenas 55.000 soldados norteamericanos.
Y, sin embargo, Estados Unidos perdió esa guerra. Y que un conflicto empantanado
como el de Irak ha dejado más de 150.000 muertos, de los cuales apenas el 3 por
ciento es del Ejército invasor, y la inmensa mayoría, civiles. <BR><BR>Las
cifras no permiten ver, por ejemplo, el control territorial. En este campo, las
Farc han perdido muchísimo terreno. Según estimativos oficiales, su influencia
ha retrocedido en el 68 por ciento del territorio, y mientras en 2003 la guerra
estaba al rojo vivo en sitios donde vivía el 34 por ciento de la población, hoy
ésta se desarrolla en zonas remotas y aisladas donde apenas vive el 9 por ciento
de los colombianos. <BR><BR>Los números en bruto tampoco permiten ver qué está
pasando en el plano estratégico, donde las variables políticas son importantes.
Puede que las Farc tengan menos bajas ahora, pero han perdido tres miembros del
Secretariado y varios cuadros de muchos años de antigüedad. Y eso cuenta mucho a
la hora de un balance. También su legitimidad política ha disminuido en zonas
donde el Estado la está ganando, como es el caso de La Macarena, y han perdido
libertad de movimiento en países vecinos. <BR><BR>No obstante, las cifras sí
permiten ver tendencias en el corto plazo y a encender las alarmas sobre lo que
está pasando. <BR><BR>Una primera observación es que por más sangrientas y
trágicas que sean estas cifras, que incluyen campos minados, ataques con
francotiradores y emboscadas brutales con explosivos, reflejan que los combates
cada vez más producen bajas solo del Ejército y los grupos guerrilleros, y que
menos civiles mueren en el fuego cruzado como ocurría, por ejemplo, cuando las
Farc tomaba pueblos. <BR><BR>Eso no quiere decir que la tragedia humanitaria
haya cesado: una tercera parte de las víctimas de minas son civiles, el
desplazamiento forzado no ha menguado, y en muchas partes se han incrementado el
reclutamiento y los homicidios. <BR><BR>La minas les están haciendo un daño
enorme a los militares y les han dado una ventaja relativa a los guerrilleros.
Alfonso Cano les escribió a sus hombres en un documento reciente que "con el uso
de las minas y explosivos se equilibran las cargas frente a un enemigo numeroso,
bastante equipado y con gran poder de fuego". Hasta ahora lo están logrando en
zonas como Meta, norte de Antioquia, Tolima y Cauca, donde han construido
verdaderas murallas de minas. Un segundo aspecto del análisis es que están
muriendo más soldados porque la guerra está en zonas más profundas, donde están
los cuarteles generales de la guerrilla y desconocidas para los militares. La
pregunta que muchos se hacen hoy día es si es necesario pagar el costo humano de
llevar la guerra al corazón de la manigua, o se requieren estrategias más
eficaces, con más inteligencia, que ahorren muertes inútiles. <BR><BR>En los
últimos meses, sin embargo, el Observatorio del Conflicto de Nuevo Arco Iris ha
constatado que mientras las Farc llevan a los soldados a sus más remotas
madrigueras, donde hay campos minados, también tienen unidades, posiblemente del
movimiento bolivariano, acercándose de nuevo a las cabeceras urbanas. "Este año
han hostigado 11 veces a Miraflores, en el Guaviare", dice Ariel Sánchez,
investigador de este observatorio, quien recuerda que tanto en este municipio
como en Garzón, Huila, han sido secuestrados dos concejales, a pesar de la
presencia de la Fuerza Pública. <BR><BR>Un tercer elemento que señalan analistas
como Gerson Arias, de la Fundación Ideas para la Paz, es que después de siete
años de ofensiva militar y de los golpes sufridos, la guerrilla -en cabeza de
Alfonso Cano- se ha adaptado y ha empezado una reingeniería de sus fuerzas y su
modo de operar. <BR><BR>Al respecto, el profesor Alejo Vargas, del Grupo de
Seguridad y Defensa de la Universidad Nacional, se pregunta con qué velocidad el
gobierno y las Fuerzas Militares podrán responder a esa "adaptación" de las
Farc. Es decir, si el gobierno tiene la capacidad de recobrar la iniciativa.
<BR><BR>Para el analista David Spencer, del Center for Hemispheric Defense
Studies, "la guerra es así, tiene altos, planos, bajos y estancamientos", como
expresión de momentos tácticos. Lo importante es que las Fuerzas Militares
encuentren cómo superar estos estancamientos. La guerrilla está protegiendo más
sus fuerzas y quizá del lado del ejército el impacto de los falsos positivos,
más la euforia que dejaron los éxitos pasados, ha llevado a bajar la
guardia.<BR><BR>En todo caso, las cifras, por controvertidas que sean, muestran
que algo está cambiando y que las Farc, en su debilidad, tienen gran capacidad
de hacer daño. El interrogante es si este gobierno, con sus últimos aires, es
capaz de darle un viraje a la estrategia y mantener la iniciativa con
operaciones de inteligencia y alta tecnología que le sigan dando resultados
contundentes contra la dirigencia de las Farc. Al tiempo que le permita ahorrar
la sangre de los soldados que hoy se está derramando en una persecución cuerpo a
cuerpo en lo profundo de la selva.</DIV>
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size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
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size=4>Agenda Radical - Colectivo Militante<BR></FONT></STRONG><A
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Uruguay<BR></FONT></STRONG></DIV>
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