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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional<BR></EM><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>28 de julio
2009<BR></U>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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size=3>Nicaragua/Honduras</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Fantasmas de
guerra cruzan la frontera</FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>José Adán Silva
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>IPS, Estelí, 28 de julio
2009</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ipsnoticias.net/"><STRONG>http://www.ipsnoticias.net/</STRONG></A>
</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Los dramáticos recuerdos de guerra afloran a raudales
entre los habitantes del norte de Nicaragua, convulsionada con la presencia del
depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y el consecuente incremento de
fuerzas policiales y militares a uno y otro lado de la frontera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Zelaya, víctima del golpe cívico-militar del 28 de junio,
permanece desde el jueves pasado en las cercanías del puesto fronterizo de Las
Manos, ubicado en el norteño departamento de Nueva Segovia, parte de la zona que
fue escenario en los años 70 y 80 de dos cruentas guerras civiles. <BR><BR>Por
allí pasó a sangre y fugo la insurrección izquierdista que culminó en 1979 con
la derrota de la añeja dictadura de la familia Somoza y la instauración de la
democracia de la mano del Frente Sandinista de Liberación Nacional, para luego
sufrir, a su vez, el embate en los años 80 de la contrarrevolución (Contra),
financiada por Estados Unidos y con base en el sur de Honduras. <BR><BR>Antes de
partir hacia la norteña ciudad de Estelí, que en 1979 fue destruida por las
bombas lanzadas por la Guardia Nacional de Somoza, el depuesto Zelaya llamó a su
pueblo a una insurrección popular y anunció la instalación de un puesto de
operaciones en ese lugar. <BR><BR>Se fue en caravana, escoltado por tropas
especiales de la Policía Nacional nicaragüense y acompañado del canciller de
Venezuela, Nicolás Maduro, y del ex comandante Edén Pastora, el legendario
guerrillero sandinista que dirigió el asalto al Palacio Nacional en agosto de
1978 y que desde 1980 combatió militarmente a sus antiguos compañeros desde el
borde sur del país. <BR><BR>Una vez en Estelí, Zelaya fue hasta Las Manos, a 216
kilómetros de Managua, donde se encontró con simpatizantes de su país que
cruzaron la frontera por varios senderos. El viernes, el derrocado presidente
cruzó las cadenas de la guardarraya, se adentró a su país unos metros y luego de
una llamada regresó a suelo nicaragüense. <BR><BR>Sus seguidores se instalaron
en refugios de edificios públicos facilitados por las autoridades municipales y
otros fueron instalados en tiendas de campañas, bautizadas por los mismos
seguidores como "Campamentos de la Libertad". <BR><BR>El mandatario hondureño,
aunque sigue llamando a una insurrección y a protestas pacíficas, anunció la
creación de columnas de simpatizantes con nombres de próceres hondureños para
ingresar a su país y encabezar "la resistencia interna". <BR><BR>En respuesta,
la dictadura encabezada por Roberto Micheletti ordenó un toque de queda militar
en la frontera con Nicaragua, colocó retenes en las carreteras que unen a ambos
países, se controlan los autobuses y vehículos, bajando a los pasajeros hombres,
requisando documentos y deteniéndolos a los extranjeros, especialmente si son
nicaragüenses y salvadoreños. <BR><BR>Si no explican su estadía, los bajan, los
interrogan y los detienen o los deportan bajo custodia militar, según
testimonios recogidos por IPS en la zona de tensión. <BR><BR><STRONG>Ruidos de
guerra </STRONG> <BR><BR>Habitantes y autoridades civiles nicaragüenses han
asegurado que en el departamento de Chinandega, vecino al de Nueva Segovia, se
han avistado vuelos militares hondureños en localidades cercanas al municipio
del río El Guasaule, en la frontera entre ambos países, que han aumentado los
temores a un nuevo conflicto armado. <BR><BR>"Son aviones F-5 de fabricación
estadounidense, pertenecientes a la Fuerza Aérea Hondureña, que sobrevolaron los
alrededores del municipio El Triunfo, del departamento de Choluteca, en el
vecino país y muy cerca de la frontera con Nicaragua", dijeron fuentes
policiales a IPS. <BR><BR>Pero fuentes oficiales del Segundo Comando Militar
Regional del Ejército de Nicaragua, ubicado en Chinandega, han minimizado los
alcances de estas incursiones aéreas. "Son vuelos que ocurren al otro lado, en
cielo hondureño, no nos toca comentar al respecto y nosotros mantenemos los
puestos en normalidad", dijo a IPS el coronel Juan José Sevilla, jefe del
destacamento. <BR><BR>Sin embargo, pobladores vecinos a las ciudades
nicaragüenses de Somoto, Nueva Segovia y Chinandega reportaron a IPS y a otras
agencias de noticias y medios de comunicación que han visto un reforzamiento de
tropas nicaragüenses en los puestos fronterizos. <BR><BR>"Han pasado varios
convoy y hay más movimiento de tropas. Circulan de madrugada y han reforzado los
pasos ‘ciegos’ en la frontera", dijeron a IPS varios comerciantes de Somoto, en
el departamento de Ocotal, donde se ubica el puesto migratorio El Espino.
<BR><BR>En Managua, los jefes del ejército niegan el incremento de
movilizaciones militares en la zona. "Nuestras tropas tienen órdenes precisas y
actúan en las labores de rutina, no tenemos nada que ver como ejército con la
situación de Honduras", dijo el general de brigada Adolfo Zepeda, jefe de
relaciones públicas de las Fuerzas Armadas nicaragüenses. <BR><BR>Según Zepeda,
el ejército acantonado en la frontera está enfocado en la lucha contra el
narcotráfico, la protección del ambiente y el combate contra el contrabando.
<BR><BR>"Nuestras tropas tienen instrucciones precisas del comandante en jefe,
general Omar Halleslevens, de no permitir que seamos provocados por una
situación en el vecino país", dijo Zepeda a IPS vía telefónica.
<BR><BR>Nicaragua, que comparte 922 kilómetros de frontera con Honduras, ejerce
vigilancia militar en el área con cuatro comandos: Nueva Segovia, Chinandega,
Jinotega y el Destacamento Militar Norte, que abarca los municipios de Waspán y
el Río Coco. Precisamente de esa zona, ubicada en la Región Autónoma del
Atlántico Norte de Nicaragua, indígenas mískitos de Honduras han ingresado al
lado nicaragüense por temores a las patrullas militares de su país, informaron
medios locales de la zona. <BR><BR>Según los reportes de prensa de esas zonas
selváticas, el ejército de Honduras ha aumentado también la presencia militar,
sobrevuelan la línea en helicópteros artillados y requisan e interrogan a los
indígenas que cruzan históricamente el río en labores de comercio. <BR><BR>La
información no ha sido confirmada oficialmente, sino que sólo lo han hecho
representantes locales nicaragüenses en la zona y transmitida al gobierno
nacional en Managua. <BR><BR>También una fuente del ejército nicaragüense
acantonada en Las Segovias, dijo extraoficialmente que tropas del país vecino
han cavado trincheras y reforzado torres de observación tanto en los puestos
legales de tránsito como en los llamados ‘pasos ciegos’ en sitios como Las
Limas, Las Dificultades, Cifuentes y Las Trojes, colindantes con Nueva Segovia.
<BR><BR><STRONG>Recuerdos de la contra</STRONG> <BR><BR>Tanto el gobierno
de Nicaragua, representado por el presidente izquierdista Daniel Ortega, como el
régimen de facto por medio de Micheletti, se han acusado de tratar de provocar
militarmente para llevar a un conflicto que regrese al poder por la fuerza a
Zelaya. <BR><BR>Micheletti señaló en rueda de prensa a comienzos de este mes que
se reportaron "movimientos de tropas" del lado de Nicaragua y llamó entonces a
Ortega a "respetar la soberanía hondureña". <BR><BR>Ortega rechazó las
acusaciones y el 19 de este mes, en la celebración del 30 aniversario del
triunfo de la revolución sandinista, acusó al régimen de Micheletti de intentar
fabricar "la infiltración de tropas nicaragüenses en suelo hondureño para crear
un conflicto internacional y desviar la atención sobre el golpe militar".
<BR><BR>"Quieren inventar un incidente para que el pueblo diga que el problema
en Honduras no es la asonada, pero nuestro ejército no va caer en esa
provocación", dijo Ortega. <BR><BR>La militarización de la zona, las acusaciones
de uno y otro gobierno de provocación, el lenguaje con simbolismos bélicos y la
presencia de campamentos de simpatizantes de Zelaya en la zona recordaron a
muchos pobladores la creación de los campamentos de la Contra
(contrarrevolución) de los años 80. <BR><BR>"Antes, la Contra venía de Honduras
a atacar Nicaragua, ahora parece que los campamentos de los zelayistas se
preparan a entrar al otro lado a atacar al gobierno catracho", dijo Sebastián
Lizano Pérez, productor y vecino del municipio de Somoto. <BR><BR>"Dios quiera
que no venga otra guerra, pero las cosas se están poniendo feas y hay mucho
nerviosismo entre la población", dijo a IPS el pastor Alejandro Malespín, que
lidera una iglesia evangélica cercana a Las Manos. <BR><BR>"Hay alarma en la
población, efectivamente a nadie le gusta oír llamados a la guerra y ver
militares por todos lados, hay que detener ese ambiente hostil", dijo a IPS la
trabajadora social Sonia Zavala, quien labora en un proyecto no gubernamental
con familias campesinas de Ocotal. <BR><BR>La presencia de Zelaya y su llamado a
"una insurrección", así como la organización de su "resistencia interna" desde
suelo nicaragüense ha generado división y rechazo en algunos sectores políticos
y civiles de Nicaragua. <BR><BR>Según un sondeo realizado por una firma
encuestadora y publicada por el rotativo La Prensa, siete de cada diez
nicaragüenses consultados consideran una "actitud irresponsable" el llamado a la
insurrección de Zelaya. <BR><BR>La encuesta de la firma M y R Consultores, que
incluyó entrevistas a 800 personas, reveló que el 72,6 por ciento de ellos
dijeron que el llamado de Zelaya a la insurrección "puede desembocar en un baño
de sangre" y "arrastrar a Nicaragua a un conflicto". <BR><BR>La oposición
política al presidente Ortega ha anunciado desde el Congreso legislativo una
ordenanza para expulsar a Zelaya del país o un llamado a la cancillería a que
regule las actividades del ex presidente hondureño.</DIV>
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size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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