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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>12 de agosto
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Brasil</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Marcha sobre la capital por reforma
real </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Después de 10
años de esperar la entrega definitiva de la parcela que ocupan y trabajan, 35
familias de Resende, en el sudoriental estado brasileño de Río de Janeiro, se
unen a la gran movilización del MST que reclama en Brasilia una reforma agraria
efectiva y recursos para producir.</FONT></STRONG> <BR></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Fabiana Frayssinet
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>IPS, agosto
2009</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ipsnoticias.net/"><STRONG>www.ipsnoticias.net/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR>Mario Laurindo sabe de qué se
tratan esas manifestaciones. Hace unos 14 años que acampó con otros compañeros
del MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) a la orilla de un
camino, de donde luego fue desalojado, y 10 que vive con su familia en el
asentamiento "Terra Libre" (Tierra Libre), a 176 kilómetros de la ciudad de Río
de Janeiro, capital del estado homónimo. <BR><BR>"Llegaremos a viejos, pero
resistiremos", comenta a IPS Laurindo, quien alguna vez dejó la favela (barrio
pobre y hacinado de las ciudades) donde vivía por no tener empleo y
consecuentemente no poder alimentarse ni acceder a servicios de salud y
escapando de la violencia ciudadana. <BR><BR>Por lo menos ahora no le falta
comida. Con su mujer y sus dos hijos -otros dos murieron-- produce para la
supervivencia familiar, desde miel a bananas. También tiene gallinas y algunas
vacas lecheras. <BR><BR>Como otras familias del campamento, Laurindo vende el
excedente de la producción en una ciudad vecina, a donde llegan diariamente,
cruzando un río en botes construidos por otro vecino. Para complementar la
alimentación familiar practican el trueque con otros acampados.
<BR><BR>"Depender de otros, nunca más. Ahora yo soy mi propio patrón", dice este
campesino adoptivo que complementa su ingreso familiar con algunos trabajos como
el de albañil. Pero, aclara, por "cuenta propia". <BR><BR>Laurindo, al igual que
Osvaldo Cutis, maestro y portavoz de Terra Libre, comparten los objetivos del
campamento del MST, que del 10 al 19 de este mes moviliza a unos 3.000 de sus
activistas en Brasilia. <BR><BR>Con la movilización en el centro del poder
político del país mediante marchas, debates, actos culturales y otras
actividades, el MST busca presionar al gobierno del izquierdista Luiz Inácio
Lula da Silva para que entregue tierras en seis meses a por lo menos 90.000
familias acampadas en el país desde 2003, muchas de ellas en condiciones
precarias a la orilla de los caminos. <BR><BR>La organización campesina, que
según resume Cutis a IPS ocupa tierras desde hace 25 años "para que se cumpla la
ley", también busca mejorar las condiciones de otras 45.000 familias "asentadas
sólo en el papel", "pasando necesidades", porque todavía esperan recursos para
vivienda, infraestructura y producción, asegura. <BR><BR>En el campamento Tierra
Libre lo sufren en carne propia. El estatal Instituto de reforma Agraria (Incra)
no les otorgue legalmente la tierra donde viven de "forma temporaria" desde hace
una década a causa de trabas burocráticas, interminables sucesiones hereditarias
y por desacuerdos de valores de expropiación en la justicia. <BR><BR>Tierra
Libre abarca unas 460 hectáreas de una antigua hacienda considerada improductiva
por los parámetros oficiales, establecidos en la norma de reforma agraria, y con
deudas laborales equivalentes a un millón de dólares de la época en que aún no
había sido ocupada. <BR><BR>El problema es que hasta que no se les conceda
legalmente la tierra no reciben ayuda del Incra en créditos y herramientas, un
beneficio que según el MST tampoco tienen muchas de las familias ya asentadas
por el gobierno de modo formal. <BR><BR>"Es difícil convencer a algunos
compañeros a invertir esfuerzos y trabajo en una tierra de la que tal vez mañana
tengan que salir", reflexiona Cutis. <BR><BR>La escuela del campamento, los
computadores, la cocina, la huerta comunitaria y otros pequeños logros los
consiguieron gracias a esfuerzos y gestiones personales frente a gobiernos
locales o instituciones financieras públicas. Otras veces por la cooperación
internacional y la buena voluntad de simpatizantes del movimiento. <BR><BR>Por
eso otro de los objetivos de la movilización de Brasilia es la ampliación de
créditos para la reforma agraria. Según el MST, hasta ahora apenas 40.000 casas
fueron construidas con crédito público. Además, debido a la crisis financiera
internacional, este año el gobierno cortó por la mitad su presupuesto para la
reforma agraria. <BR><BR>Roberto Kiel, presidente en ejercicio del Incra, admite
que, una vez otorgada la tierra, a veces la ayuda para trabajarla no llega de
forma inmediata, un problema que atribuye a los complejos vericuetos del proceso
de asentamiento que se realiza en "ciclos anuales". <BR><BR>En entrevista con
IPS, Kiel recuerda que tan solo en 2008 el gobierno legalizó la situación de
70.000 familias ocupantes, la mayoría en el último semestre del año, lo cual
"hace obvio que a veces pasen un año con nada más que la tierra", y que siempre
haya quien "este esperando en la fila". <BR><BR>"En todo el proceso no podemos
hacer un asentamiento de la noche para el día", justifica el funcionario al
explicar las demoras de la "la implementación de infraestructura y crédito" para
la producción agropecuaria de los campesinos ocupantes. <BR><BR>Sin embargo,
destaca que cuando destinan tierras públicas para legalizar asentamientos, aún
ocupadas por comunidades originales, ello viene acompañado de "todo el proceso
de desarrollo", es decir asistencia técnica para la construcción de viviendas,
para obras de saneamiento, y para otros servicios básicos como electrificación.
<BR><BR>El Incra afirma que de 2003 a 2008, durante la gestión de Lula, se
legalizó la tenencia de tierras para 519.000 familias, 59 por ciento del número
total de asentados formalmente en toda la historia de Brasil, con la entrega de
43 millones de hectáreas. <BR><BR>Asegura, además, que de 2003 a 2009 destinó en
créditos a esos campesinos casi 4.352 millones de reales (2.380 millones de
dólares). <BR><BR>Kiel justificó también la demora en actualizar -desde 1975--
los índices oficiales de improductividad, utilizados oficialmente como parámetro
para expropiar un inmueble rural, que deberían, legalmente y por acuerdos
firmados, ser actualizado cada cinco años. <BR><BR>Una demora que atribuyó a la
"complejidad" de ese proceso, que es "muy difícil", porque aun siendo un tema
con "base científica", a veces "se reviste de una ideología y dificulta la toma
de decisiones", explicó. <BR><BR>"Sólo es una cuestión de tiempo", anticipó al
asegurar que "Lula no dejará esa decisión para el próximo gobierno".
<BR><BR>Kiel dice también que el gobierno ha invertido más recursos en
agricultura familiar que empresarial. Y asegura que, en el marco de la política
agrícola, el mercado interno es "una prioridad", porque "primero tenemos que
comer en Brasil", y sólo en segundo lugar el gobierno estimula la exportación
del "excedente". <BR><BR>El MST rebate esa afirmación. Según Marina dos Santos,
de la dirección nacional del MST, el gobierno de Lula priorizó el gran negocio
agropecuario, como la caña de azúcar, café, naranja, algodón o la ganadería
extensiva, con mira a la exportación en detrimento de la reforma agraria.
<BR><BR>Joao Pedro Stedile, economista y también miembro de la coordinación
nacional del MST, observa que ese modelo fue implantado a partir de los años 90
de forma "totalmente dependiente" de los intereses del capital financiero y de
las empresas transnacionales. <BR><BR>Conglomerados extranjeros que, según dice
en un artículo publicado por el diario Folha de São Paulo, "pasan a controlar el
mercado con la garantía de compra de las materias primas, imponiendo los
precios". <BR><BR>"La mayor parte de la producción se destina al mercado externo
y, por tener que repartir el lucro, los hacendados buscan aumentar la escala,
concentrando todavía más la tierra y la producción", y elevando la utilización
de prácticas no sustentables como el uso de agrotóxicos, advierte. <BR><BR>El
MST considera asimismo que el gobierno se concentró en el proceso de
regularización de las propiedades agropecuarias que, aunque considera
importante, "no puede ser llamada reforma agraria porque no democratiza, no
cambia la estructura de tenencia" de tierras. <BR><BR>Cutis destaca que una
reforma agraria verdadera resolvería además otros problemas graves de Brasil
como el desempleo urbano. Muchos como él en el movimiento, son ex campesinos que
en el pasado emigraron a la gran ciudad en busca de trabajo. <BR><BR>Después de
perder el empleo y sin perspectivas, Curtis se unió al MST para volver al campo
que ahora no quiere abandonar nunca más en un proceso que califica como de
"rescate de dignidad de las personas". Pero admite que para tener la tierra "hay
que seguir luchando siempre".</DIV>
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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