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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante<BR></FONT><U>5 de octubre
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China<BR><BR>A sesenta años de la
Revolución<BR></FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Guillermo Almeyra<BR></STRONG><STRONG>La Jornada,
México, 4-10-2009<BR></STRONG><A
href="http://www.jornada.unam.mx/ultimas/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/ultimas/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> <BR>La revolución china de 1911-1912, dirigida por
Sun Yat-sen, derribó el imperio manchú e instaló la república. Fue una
revolución democrática, descolonizadora, modernizadora, como la persa o la
mexicana, sus contemporáneas, pero aunque puso en movimiento a la sociedad, no
pudo realizar ninguna de sus tareas democráticosociales fundamentales, como la
liberación del imperialismo, la revolución agraria, la liquidación del poder de
los señores locales. Después de la revolución rusa de 1917, el estalinismo
sometió a la Internacional Comunista y obligó al Partido Comunista Chino a
integrarse en el partido nacionalista –el Kuomintang dirigido por el general
Chiang Kai-shek, al cual incluso afilió a la III Internacional y ese gobierno
corrupto y represor se afirmó. En la segunda revolución china (1925-1927) que
siguió hubo un comienzo de la revolución agraria, contra los generales y
terratenientes nacionalistas, y los obreros de Shanghai y Cantón se levantaron
en armas, llevados a la aventura por la necesidad de Stalin de cubrir así su
capitulación anterior ante la burguesía nacional china. La terrible represión
posterior barrió de la escena política al pequeño proletariado chino y a la
oposición de izquierda, muy fuerte entre los cuadros de la Internacional y en el
movimiento sindical. El mismo Chen Duh-siu, fundador y primer secretario general
del PC chino, después miembro de la Oposición de Izquierda Internacional, murió
en las cárceles del Kuomintang junto a muchos de sus compañeros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los restos del Partido Comunista, dirigido entonces por
Mao Zedong, un militante de segunda fila, se refugiaron en las zonas campesinas
más alejadas y desde allí iniciaron una guerra, primero contra Chiang Kai-shek y
después contra éste y contra los invasores japoneses, lucha heroica que les
permitió construir un gran ejército campesino.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fue éste quien triunfó en la guerra de liberación
nacional, que fue también una revolución agraria controlada por un partido cuyos
cuadros eran de origen urbano y que se hizo desobedeciendo las órdenes de Stalin
de formar un gabinete de unión nacional entre el PC y el Kuomintang. Un
partido-ejército de base campesina y de ideología estalinista y estructura
vertical y burocrática lideró una revolución que se hizo sin los obreros pero en
nombre de objetivos obreros, como el socialismo.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Conducida con mano de hierro por una burocracia omnipotente,
China realizó una profunda reforma agraria y emprendió el camino de su veloz
crecimiento industrial. En éste perdió la austeridad y los objetivos
igualitarios de las primeras fases para llegar al partido y al gobierno actuales
que admiten millonarios en su seno y piensan sólo en términos
tecnocráticosburocráticos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sofocada en los años 50 la revolución democrática y de
liberación nacional, comenzó una modernización capitalista de China, centralista
y bismarckiana, sostenida por las enormes inversiones de capitales chinos de la
diáspora (más de 100 mil millones de dólares) y por las inversiones de las
trasnacionales, atraídas por los bajísimos salarios, las terribles condiciones
de trabajo, la falta de protección ambiental y la inexistencia de una
resistencia sindical. La acumulación capitalista en China se hizo así combinando
el aporte del capital exterior con la explotación de la mano de obra de origen
campesino. El comunismo estalinista del maoísmo fue así la vía china al
desarrollo del capitalismo nacional, impulsado por Deng Xiaoping y sus
seguidores, del mismo modo que la burocracia en la Unión Soviética abrió el
camino a los nuevos rusos, surgidos de su seno y transformados en grandes
burgueses tras despojar al pueblo de sus fábricas y bienes. China pasó a ser una
potencia capitalista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Deliran, sin embargo, los que hablan de China, primera
potencia mundial. El crecimiento económico ha sido y es impresionante, pero
China produce las mismas mercancías que los países imperialistas a costa de su
medio ambiente profunda y peligrosamente alterado, y de los salarios de sus
trabajadores, y lo hace con los mismos valores del capitalismo, mezclados en la
ocasión con el pensamiento conservador y reaccionario tradicional de Confucio
para hacer respetar a quienes mandan en todos los órdenes de la vida. China
tiene una productividad menor a la de los países imperialistas, terribles
contradicciones entre su crecimiento industrial y urbano y el de su agricultura,
enormes problemas ecológicos y depende del dólar y de los bonos del Tesoro de
Estados Unidos tanto como Washington depende de ella. La democracia, la
ciudadanía, la autogestión de los trabajadores, bases del socialismo, no existen
en el capitalismo de Estado chino. Entonces, a pesar de sus enormes logros
económicos y sociales, puede ser una potencia, pero ni es la primera en el
capitalismo ni, mucho menos aún, es una potencia no capitalista cuyo curso se
pueda imitar. La base de sustentación del régimen de Pekín es el nacionalismo
chino –han, para ser más preciso–, no la voluntad popular de construir el
socialismo, porque los chinos hoy son invitados a enriquecerse. Hasta mediados
del siglo XIX China aportaba más del tercio del PIB mundial y estaba
legítimamente orgullosa de su cultura superior. Después fue una semicolonia.
Ahora vuelve a tener un papel económico de primer plano, y eso estimula el
orgullo nacional, pero está siendo colonizada –como nunca antes en su historia–
por la cultura y la tecnología depredadoras de la barbarie capitalista en su
versión estadunidense. Y eso es muy grave.</DIV>
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<DIV align=center><FONT size=3><STRONG><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
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Militante</FONT><BR></STRONG></FONT><A
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size=3><STRONG>Gaboto 1305 - Teléf: (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</STRONG></FONT><BR></DIV>
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