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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante<BR></FONT><U>20 de octubre
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Capitalismo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista con Paul Moreira, autor
del libro "Trabajar hasta la muerte"<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Ya son 25 los
suicidios en France Télécom</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Olivier
Bailly<BR></STRONG></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>Agoravox
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><A
href="http://www.agoravox.fr/actualites/">http://www.agoravox.fr/actualites/</A></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido por Rocío
Anguiano</STRONG><BR><BR><BR>El vigésimo quinto suicidio en casi dos años. Un
ingeniero de France Télécom se ahorcó el pasado jueves. El cuerpo del hombre de
48 años fue encontrado ahorcado en su casa, en Lannion (Côtes-d’Armor). El
miércoles, en Marsella, salvaron por los pelos a otro empleado de la empresa de
telefonía. <BR><BR>El hombre, un padre de familia, estaba de baja por enfermedad
desde hace un mes. La baja se la dio el médico de la empresa. Un portavoz de la
dirección de France Télécom anunció su muerte y añadió que Didier Lombard, el
Presidente del grupo que acudió al lugar de los hechos, "estaba profundamente
afectado por este gesto”. Otro empleado de France Télécom, también de Lannion,
se suicidó la noche del 29 al 30 del pasado mes de agosto. <BR><BR>Este suicidio
es el vigésimo quinto desde el mes de febrero de 2008. «Los sindicatos de France
Télécom (CGT, CFDT, FO, CFTC, CFE-CGC/Unsa, Sud), señala Le Point, hicieron un
llamamiento el jueves al personal para que el día 20 de octubre, fecha de la
próxima reunión de la mesa de negociación sobre el estrés laboral “lleven a cabo
todo tipo de actuaciones y, especialmente, asambleas generales” al considerar
que los trabajadores están “todavía en peligro”». <BR><BR>El miércoles, los
servicios de socorro pudieron impedir el gesto desesperado de un empleado de
France Télécom. Es el gesto desesperado de un colega, ejecutivo en la misma
empresa, un empleado de 54 años en baja laboral desde hace meses, que había
decidido poner fin a sus días el martes, en su casa, en el distrito once de
Marsella. Le salvaron a tiempo de una muerte por ahorcamiento. <BR><BR>Ese día,
Xavier Darcos se felicitaba en Canal + de que se hubiera podido salvar a este
hombre, al tiempo que subrayaba que estaba muy enfermo desde hace varios meses.
Antes de llevar a cabo el acto fatal, el empleado, en un impulso, envió a su
jefe un SMS informándole de sus intenciones. Este alertó inmediatamente a los
servicios de socorro. «Creo que a final de este año estaremos en condiciones de
evitar que lo que está sucediendo vuelva a pasar” declaró a su vez el Ministro
de Trabajo Xavier Darcos que acaba de lanzar un Plan de emergencia para la
prevención del estrés laboral, “las cosas se están estabilizando”». France
Télécom va a distribuir, a partir del 19 de octubre, unos cuestionarios sobre
las condiciones laborales de sus 120 000 trabajadores franceses. <BR><BR>En la
actualidad, el suicida es la víctima de un sistema que ha sido denunciado por el
periodista Paul Moreira en su libro Travailler à en mourir (Trabajar hasta la
muerte) publicado por Flammarion. <BR><BR><STRONG>Olivier Bailly: No existe
ningún estudio de carácter nacional sobre el suicidio laboral en Francia. ¿Por
qué?</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Paul Moreira: Existe una evaluación realizada en la
cuenca de Baja Normandía. A partir de esos datos regionales, parciales, se hizo
una proyección nacional que dio lugar a un informe del Consejo Económico y
Social. Según esta proyección habría aproximadamente un suicidio diario en el
trabajo por causas laborales. Cuando estrené el documental Travailler à en
mourir, hace aproximadamente año y medio, el Ministro de Trabajo de entonces,
Xavier Bertrand, había solicitado que se efectuara un estudio sobre el tema.
<BR><BR>A decir verdad, no existe una evaluación real del impacto del
sufrimiento laboral. Ni cuantitativa, ni cualitativa. En lugar de asumir el
problema y hacerle frente, se opta cada vez más por negarlo. Cosa que no me
sorprende… Enfrentarse a este tema supone enfrentarse a algo de mucho más
alcance, a saber, el funcionamiento del mundo empresarial en un momento de la
historia del capitalismo en que parece que este se ha vuelto loco.
<BR><BR><STRONG>OB: Su libro se centra en Renault. ¿Por qué esa
elección?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: Internet desempeña un papel esencial (y
circunstancial...) en la elección de Renault. Cuando se difundió el documental
Travailler à en mourir en France 2, la repercusión fue enorme. El nivel de
audiencia demostraba, sobre todo, que la película había puesto el dedo en la
llaga. A raíz de esto, puse una entrada en mi blog en la que decía que había
estado a punto de titular la película Travailler plus pour mourir plus (Trabajar
más para morir más). <BR><BR>Me llegaron muchos comentarios de los internautas.
Uno de ellos era de Sylvie, la viuda de Antonio, uno de los empleados que se
había suicidado en Renault. Ella me decía que efectivamente debería haberla
llamado así porque esa es la realidad que se está imponiendo en algunas
empresas. Entablamos un dialogo. Después nos vimos y me di cuenta de que ella
había reflexionado mucho sobre el tema. Decidí escribir un libro que prolongara
la película pero que incluyera también la historia de los muertos de Renault.
Hubert Prolongeau, que es mi amigo, tenía un proyecto similar con Flammarion.
Unimos nuestras fuerzas. Lo que me interesaba era entender con la mayor
objetividad posible lo que había pasado. No se trataba de denunciar simplemente
a los jefes directos que son también víctimas. <BR><BR>Por ejemplo, la jefa de
Antonio. Sin duda, algo tiene que ver con su muerte. Pero curiosamente,
indagando, descubrimos que es la única que fue a decir la verdad a los
investigadores, a la policía. Ella insistirá en verlos mientras toda la empresa
se escondía debajo de la mesa. Y dice que no le extraña que Antonio se
suicidara, que la presión era enorme. Todo lo contrario de la versión oficial de
Renault. Esta mujer va a cargar toda su vida con la culpabilidad de la muerte de
un hombre. Y de una forma u otra, porque se tiende a simplificar siempre, se la
considerará el chivo expiatorio de la historia. Lo que es injusto. Porque
realmente son un sistema y una mecánica quienes han llevado a un hombre a la
muerte. Es lo que intentamos mostrar en el libro, con sutileza, con un máximo de
detalles y entrevistándonos con toda la gente posible. Lo que no ha sido
realmente fácil. El mundo de la empresa, es hoy el mundo del silencio. Es más
fácil encontrar mafiosos o yihadistas dispuestos a hablar que empleados de las
grandes compañías francesas. <BR><BR><STRONG>OB: ¿La mediatización de estos
suicidios por causas laborales es suficiente para cambiar las
cosas?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: La movilización de la sociedad civil es lo que dará
lugar a las leyes. Los políticos van por detrás de la realidad. Intentan
controlar el espectáculo y cuando realmente les desborda, actúan. Hace poco
estuve en el programa de Franz-Olivier Giesbert (Vous aurez le dernier mot en
France 2) al que también habían invitado a Xavier Darcos, el Ministro de
Trabajo. Le pregunté si realmente había un problema en las empresas francesas y
me respondió: «Usted tiene una imagen de la empresa similar a la de la película
La Tapadera pero hay muchas empresas donde todo va muy bien». ¡Lo sé! Ese no es
el problema, sino qué se debe hacer en aquellas en las que las cosas van mal. Y
son muchas. <BR><BR>Hoy lo único que hace reaccionar a la empresa no es la
moral, porque no tiene, solo tiene una vocación económica: producir beneficios
para sí misma y para sus accionistas. Su talón de Aquiles es su imagen. Eso es
lo que le sirve de moral. Hoy lo que ha hecho que los responsables de Renault o
de France Télécom se muevan no es la muerte de sus empleados, sino el impacto
sobre la imagen de la empresa, el hecho de que haya clientes que se desabonen de
Orange, que haya gente que elija una marca que no sea Renault en el momento de
cambiar de coche. Una de las formas más eficaces de luchar contra el clima
infernal que ha impuesto un cierto tipo de gestión en las empresas es la
reacción de la sociedad civil. Que nosotros, los periodistas, le prestemos más
atención, que los sindicatos estén más atentos, que se hable más sobre ello. No
hay nada como la palabra y la transparencia para mejorar las cosas. Las
empresas, como por lo demás todo el mundo, cuando se sienten escrutadas tienden
a modificar su comportamiento. Los políticos irán por detrás. Harán lo que la
sociedad civil les imponga. <BR><BR><STRONG>OB: Industria automovilística
(Renault y Peugeot), energía (central EDF de Chinon), telefonía (Orange y SFR),
bancos. ¿Por qué estos sectores se ven más afectados que otros?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: El tema está muy relacionado con los objetivos y la
individualización. En Renault ha sido el contrato 2009, impuesto por Carlos
Ghosn, que aumenta espectacularmente la producción y sus ritmos. Ghosn presenta
las cosas con una especie de amenaza velada: «o lo conseguimos o vamos hacia un
plan social masivo»; «No son objetivos sino compromisos» - en inglés la palabra
es commitment un término muy fuerte para indicar un compromiso profundo que se
firma con la sangre. <BR><BR>En France Télécom, evidentemente, se trata de la
entrada en el mundo de la competencia, lo que ha provocado una reorganización.
No puedo hablar con autoridad porque no he investigado en esta empresa, pero lo
que descubro cuando leo los periódicos es alucinante. El colmo: la política de
trasladar a los ejecutivos cada tres años para que tengan una movilidad
permanente. Muchas veces, cuando los directivos se toman por demiurgos, hay
hombres que mueren. <BR><BR>En los bancos sucede lo mismo. Utilizan un discurso
que no es solo económico sino que está ideologizado: la ambición, la promoción,
los objetivos... Y, curiosamente, todo esto recae sobre los mejores. En el
fondo, los que mejor lo llevan son lo que encuentran vías de fuga para evitar
que los triture la máquina. A menudo, los que mueren son los que se implican de
verdad en el trabajo, para quienes este representa una parte importante de su
identidad, quienes tienen miedo de no estar a la altura... Los muertos de los
que hablamos son frecuentemente directivos, es decir aquellos que están más
aislados, que están metidos en historias de entrevistas individuales con
objetivos anuales, para quienes el colectivo está completamente dividido. Hay
más sufrimiento entre esta gente que entre los obreros en donde, a pesar de
todo, pervive algo del espíritu colectivo de los talleres. <BR><BR><STRONG>OB:
¿Cree que estos suicidios son generacionales, que afectan más a los mayores que
a los jóvenes?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: No. Por ejemplo, Antonio, en Renault, no llegaba a
los cuarenta años cuando se suicidó. A priori la presión sobre la gente de
cincuenta años es mayor porque hay además toda una ideología que manda señales
del tipo “eres viejo, ya no sirves para nada". <BR><BR><STRONG>OB: Los suicidios
están menos relacionados con el trabajo en sí o con las condiciones laborales
que con la forma de gestión de la empresa. ¿Qué diferencia cree que existe entre
esta forma de gestión y el acoso moral?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: La gran diferencia es que el acoso moral es una
especie de arreglo de cuentas entre un empleado y su responsable jerárquico que
hará todo para destruirle, porque le tiene manía. En los suicidios de los que
hablamos, lo importante no es eso, sino la estructura, la reorganización, la
fusión, el hecho de que los empleados pierdan el contacto con su superior. Es el
caso de Raymond, que trabajaba en Renault. Raymond pierde el contacto con un
superior que podía ayudarle, respaldarle, tras una reorganización en la que
dividen los equipos en dos. <BR><BR>El objetivo es producir catorce modelos más
(30%) sin contratar personal y reduciendo los costes. Se llega a una situación
en donde la gente trabaja entre un 30 y un 40 % más. A raíz de esta
reorganización, Raymond pierde a su superior jerárquico y se encuentra con un
responsable directo que no conoce el sector y, además, lo admite. <BR><BR>Por
encima llega, y esto es consecuencia directa de la reorganización, un equipo de
directivos matriciales, tipos a los que llaman los jemeres rojos de Renault
porque tienen acceso directo a Carlos Ghosn, y que los ingenieros y técnicos ven
como policías. Estos señalan los errores, los problemas, las preocupaciones,
envían correos electrónicos con 47 copias y presionan para que los plazos se
cumplan. No son jefes “normales”. No se puede contar con ellos ni buscar una
solución con ellos. Su misión consiste en localizar los problemas y,
eventualmente, conseguir que se solucionen. No es tampoco una labor de
destrucción, pero el impacto que esto puede tener en gente vulnerable que
empieza a desestabilizarse, puede ser terrible. <BR><BR><STRONG>OB: ¿Qué piensa
de la actitud de la CPAM (1) que no establece ninguna relación entre el suicidio
y las condiciones laborales en Renault?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: Esto es válido en el caso de Raymond que se suicidó
en su casa, incluso cuando en su nota de suicido denuncia claramente sus
condiciones laborales y a sus directivos. Como ocurrió en su casa, asunto
cerrado. Pero hay casos peores. Antonio que se suicidó en el Technocentre (2).
Durante la investigación, descubrimos que al principio la CPAM no quiso
reconocer el accidente laboral. Y lo hizo sin notificárselo ni a su esposa ni al
empleado. Sylvie se reveló y cambió el rumbo de las cosas. <BR><BR>La actitud de
la CPAM me dejó pasmado. ¿Incompetencia? ¿Miedo de meterse en el terreno de
empresas tan grandes como Renault? No tenemos la respuesta porque, como de
costumbre, se negaron a hablar con nosotros. <BR><BR><STRONG>OB: Además de los
métodos de gestión que generan estrés entre los empleados, ustedes hablan
también de explotación de la mano de obra en precario.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: Sí, Patrick Darcy que trabajaba en Arcelor sin estar
declarado. Rudy Norbert que trabajó 21 horas seguidas. Gérard Libier murió
directamente en la empresa. Jean-Luc Pruvost, otro trabajador temporal,
acumulaba los peores horarios, por ejemplo de 21 h a 5 h de la mañana, el tipo
de horario que necesita al menos tres días de recuperación, es decir, el tiempo
para que el organismo se reponga. Sin embargo, le llamaban durante ese periodo
para que trabajara de nuevo, lo que es totalmente ilegal. Sufrió un accidente
vascular. Un paro cardiaco. Es difícil demostrar que este ataque se debiera
únicamente al hecho de que se ignoraran los horarios de recuperación. En cambio,
sí se sabe que hubo una infracción a la legislación laboral. Y si existe la
legislación laboral también es para proteger la salud de los trabajadores.
<BR><BR><STRONG>OB: Da la impresión de que la inspección de trabajo esta
totalmente desarmada.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>PM: Uno de los grandes problemas en Francia es que, a
parte de Gérard Filoche que es conocido como el lobo blanco y que ejerce su
libertad de expresión arriesgando su carrera, los inspectores están sujetos al
secreto profesional. Con los más valientes es posible tener una conversación off
the record donde revelan algunas cosas, pero no es posible acceder a sus
informes. <BR><BR>Una de las medidas positiva para los asalariados sería
devolver la libertad de expresión a los inspectores de trabajo, que pudieren
convertirse en fuentes de información, como en los países normales y
democráticos. Los inspectores de trabajo son la autoridad pública, somos
nosotros, son el ojo independiente de la sociedad civil dentro de las empresas.
No hay razón para que deban guardar el secreto profesional. Debería ser posible
leer y comentar sus informes. Esta podría ser la forma de conseguir que las
empresas actúen un poco mejor. <BR><BR><STRONG><U>Nota de la
Traductora:</U></STRONG> <BR><BR>(1) CPAM: Caisse Primaire d’Assurance Maladie
(organismo que se encarga de gestionar la asistencia sanitaria, con funciones
similares a las de la Seguridad Social).<BR>(2) Technocentre: centro de
investigación de Renault en donde se diseñan los futuros vehículos de la marca y
en el que trabajan aproximadamente doce mil personas. Desde finales del año 2006
han sido varios los empleados de este centro que se han quitado la vida. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
edición internacional<BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR><STRONG><FONT size=3><FONT
color=#800000 size=4>Agenda Radical - Colectivo
Militante</FONT><BR></FONT></STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG><FONT
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Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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