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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM>boletín solidario de información -
edición internacional</EM><BR><FONT color=#800000 size=5><U>Correspondencia de
Prensa</U><BR>Agenda Radical - Colectivo Militante</FONT><BR><U>27 de octubre
2009</U><BR>suscripciones y redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A><BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La maldita
impunidad sigue vigente</FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Carlos
Aznárez</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Resumen
Latinoamericano<BR></STRONG><A
href="http://www.resumenlatinoamericano.org"><STRONG>www.resumenlatinoamericano.org</STRONG></A>
</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>Un país que decide por voto popular no juzgar a
quienes les asesinaron hijos e hijas, hermanos y hermanas, padres, madres,
familiares, amigos, delata una sociedad con problemas muy serios. Y esto en
Uruguay se repite por dos, ya que la del domingo 25 ha sido una nueva
oportunidad fallida para anular la maldita ley de impunidad (o caducidad, para
utilizar la nomenclatura impuesta oficialmente) que se había aprobado en
anterior elección. En aquella ocasión se puso como excusa (y había razones para
ello) de que los años de terror golpearon fuerte en la población y entonces el
miedo no dejaba que se abriera una puerta a la verdadera justicia. ¿Pero ahora
qué es lo que ha ocurrido?<BR><BR>Han pasado varios años de gobierno
frenteamplista, donde poco y nada se hizo para perseguir y condenar a los
asesinos, debido a que se cumplió a rajatabla con un acuerdo parecido al que los
españoles (de derecha y de izquierda), denominaron “de la Moncloa” y en el
paisito rioplatense lleva el pomposo nombre de Pacto del Club Naval. Por el
mismo, en su momento se aseguró “una transición ordenada” y vergonzosa, que
evitara no perturbar la tranquilidad de quienes ejecutaron con ferocidad y
desprecio –vía el Plan Cóndor- la política represiva que impuso el
imperialismo.<BR><BR>Ahora se pagan las cuentas de aquellos tiempos de
contubernio, y el resultado es una nueva derrota para la salud pública y cívica
de uruguayos y uruguayas. No juzgar a quienes cometieron crímenes de lesa
humanidad, afectará, sin duda, comportamientos presentes y futuros, y generará
un peligroso tumor social que puede ser letal.<BR><BR>Las razones de que en esta
ocasión el voto popular no haya alcanzado para anular esa ley nefasta, a pesar
del esfuerzo que hicieron organizaciones de Derechos Humanos, agrupaciones
juveniles, sindicales e intelectuales, hay que buscarlas por un lado en la
persistencia de una mentalidad conservadora de buena parte de la población
uruguaya que no quiere que ninguna pesadilla del pasado perturbe su actual
status quo. Por otra parte, es evidente que la sumatoria de la derecha
partidaria (blancos y colorados), junto a la vergonzosa actitud de buena parte
de la dirigencia del Frente Amplio (que en los pasillos aseguraban estar con la
derogación de la ley y en sus actos partidarios dijeron poco y nada de votar al
“SI”), provocó que el resultado fuera la derrota. Si a esto le sumamos que el
propio candidato a presidente del Frente, un hombre que sufrió cárcel y torturas
(como estos días se han encargado de recordar cientos de notas periodísticas)
expresó sin inmutarse que buena parte de los genocidas “son unos viejitos” y por
lo tanto no vale la pena agitar tanto el parche por juzgarles, o si recordamos
que el Frente Amplio tuvo y tiene los votos necesarios en el Parlamento
para poder anular dicha ley, tendremos nuevos elementos para entender este
fracaso que tanto duele y ofende a la memoria de las víctimas y sus
familiares.<BR><BR>No, no hay disculpa alguna por lo que ha pasado. No valen las
excusas, y es casi una provocación que el tandem Mujica-Astori sostenga en la
conferencia de prensa en que se anunció la victoria y se reconoció el balotage,
que el negativo voto por el SI es “lo que quiere la gente” y hay que respetarlo.
La famosa “gente” de la que habla Astori (el hombre que firmó tratados de libre
comercio con los yanquis y coqueteó hasta la saciedad con los planes
fondomonetaristas en la región), no tuvo acceso a más información sobre lo que
se jugaba en esta votación, que la que le brindaron de manera artesanal quienes
motorizaron esta campaña contra la impunidad. No hubo ni podía haberlos, medios
de comunicación a su servicio, ni siquiera los oficiales como hubiera
correspondido, tampoco se habló –repetimos- del voto rosado en la campaña
electoral frenteamplista, debido a que dentro de esa coalición socialdemócrata
hay sectores bien definidos (el del ex guerrillero Fernández Huidobro es uno de
ellos, y los otros son quienes abrevan en la corriente de Astori) que no están
de acuerdo con que se juzgue a los militares, bajo la excusa de una imposible
reconciliación nacional. De hecho, muchas de las boletas de estas tendencias,
aparecieron en el recuento de sufragios, sin el voto rosado
anti-impunidad.<BR><BR>Finalmente, ahora la lucha de los familiares de
desaparecidos. de los ex presos politicos y de todos los uruguayos y uruguayas
dignas, deberá redoblarse para lograr que de una u otra manera los milicos
asesinos no sigan paseándose con impunidad por las calles del país. Una opción
inmediata debería ser exigir a esos parlamentarios que se llenan la boca con
discursos “progresistas”, que de una buena vez anulen la ley y abran el camino
para que los jueces –al igual que ocurre en Argentina- puedan condenar a los
genocidas. De hecho, la inconstitucionalidad de la ley ya ha sido puesta sobre
la mesa por un fallo judicial reciente. Lo que resta entonces es poner en
práctica la voluntad política necesaria que ayude a terminar con la vergüenza y
de una buena vez se pueda homenajear, en la práctica, a quienes dieron su vida
por un Uruguay libre de explotadores y explotados. No hacerlo, significará dejar
un lastre insoportable a las futuras generaciones.</DIV>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=3><FONT color=#800000
size=4>Correspondencia de Prensa</FONT><BR>boletin solidario de información -
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size=3>Gaboto 1305 - Teléf: (5982) 4003298 - Montevideo -
Uruguay</FONT></STRONG><BR></DIV>
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