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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM><U>boletín solidario de
información</U></EM><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT> <BR><U>9 noviembre 2009</U><BR><FONT color=#800000>Edición
Internacional de Agenda Radical</FONT><BR><U>Colectivo Militante</U><BR>Gaboto
1305 - Teléfono 4003298 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Alemania/Muro</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El espectáculo de los 20 años de la
"caída" del muro de Berlin es para esconder lo evidente: </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El fin de la historia era una
mentira</FONT></STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Pedro Aranda</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://unmundoporganar.blogspot.com/"><FONT
face=Arial
size=2><STRONG>http://unmundoporganar.blogspot.com/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial size=2>Tres han sido los temas centrales
en los medios de comunicación alemanes después del proceso electoral del 27 de
septiembre: los acuerdos para la conformación de un gobiern neoliberal
CDU(CSU)-FPD, la venta de Opel a Magna, y la celebración de los 20 años de la
desaparición del muro de Berlin. Si bien la tercera cuestión no carece de
relavancia histórica, y la caída del muro supuso un acceso a ciertas libertades
civiles para millones de personas que vivían bajo un sistema de control
burocrático esclerotizado, la realidad es que este entusiasmo por el 20
aniversario ha sido artificialmente espoleado desde medios de comunicación e
instituciones gubernamentales, y pretende algo más que celebrar:
esconder.<BR><BR><STRONG>La "Ostalgia", un fantasma recorre el este alemán. La
extrema derecha también se hace fuerte ante la desesperación social</STRONG>
<BR><BR>Esconder que un creciente descontento social que arrasa en la Alemania
del este, donde tras la caída del muro muchas personas ganaron en libertades
civiles individuales pero perdieron en derechos sociales -condición fundamental
de la libertad y justicia real, y de la que tanto se olvidan los paladines del
neoliberalismo. Se permitió a los burócratas mantener la posesión las empresas
estatales del anterior régimen, enriquecerse y vender al mejor postor,
destruyendo todo el sistema productivo y la riqueza colectiva acumulada en las
pasadas dédacas a pesar de las deformaciones burocráticas de la RDA. Un ejemplo
más de que cuando la elites pactan transiciones "por arriba", quien resulta
perdedor siempre es el pueblo llano. La solución buscada por el gobierno
occidental fue un trasvase financiero oeste-este, el mayor de la historia, en un
intento de asimilar la economía de la ex-RDA a la de la RFA, pretendiendo crear
un mercado libre unificado, de consumo e inversión privada. Se consiguió en
términos relativos, pero a unos costes sociales aberrantes, y con una hipoteca
de futuro que empieza a pasar recibo en la actulidad.<BR><BR>La apuesta de los
últimos gobiernos por una economía neoliberal con unos servicios sociales
debilitados para el conjunto del país, lejos de mejorar la situación social la
empeora, y fomenta un sentimiento anti-este entre las clases bajas y medias de
la Alemania occidental, que tienenden a culpar a los orientales de parte de los
problemas económicos del país. Esta idología perversa de "separa y vencerás" ha
sido programada desde las elites económicas y culturales, y han conseguido crear
un imaginario del "Wessi" y "Ossy", términos políticamente incorrectos, pero muy
usados y con fuertes connotaciones en el imaginario popular. Mientras se suele
asociar a la idea de "Wessi" (ciudadano de la antigua RFA) las nociones de
laborioso, dinámico y exitoso, por el otro lado tenemos asociadas a la idea del
"Ossi" (ciudadano de la antigua RDA) las nociones de pasivo, vividor de los
subsidios estatales, sin iniciativa... Nada más lejos de la realidad.
Sencillamente, en las zonas del este hay más precariedad que las ciudades
occidentales, menos oportunidades laborales y de promoción personal, y un futuro
juvenil mucho más incierto. Eso ha producido en las últimas décadas una masiva
migración juvenil y de mano de obra cualificada hacia el oeste, y un más rápido
envejecimiento poblacional y ralentización ecomómica de las zonas orientales del
país, lo que lógicamente las hace más dependientes de la intervención estatal.
No es exagerado hablar de una ciudadanía de segunda categoría para los antiguos
pobladores del la extinta RDA, absorvidos por la Alemania occidental como un mal
menor, pero sin un intento real de integración en igualdad de condiciones,
incluso con cierto desdén y desinterés por su acervo cultural e historia
reciente propia.<BR><BR>Berlin es un lugar intermedio bastante ineresante en
este curioso mapa de reunificación. Durante la época de separación de la guerra
fría, ciudad de encuentro de gentes alternativas, artistas, antiguerra... Al ser
ciudad en la que se podía escapar de la obligación de realizar el servicio
militar propio de la RFA, pero sin interés para las centrales actividades
económicas por estar rodeada georáficamente por la RDA.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR>Situada en el centro de la
separación simbólica actual, se presenta capital política y cultural pero no de
la realidad económica productiva y financiera (que se distribuyen entre Munich,
Stuttgart, Francfurt, Hamburgo, y algunas otras ciudades del sur y oeste). Con
un ayuntamiento en bancarrota ("Berlin es pobre pero sexy" dijo su alcalde), una
precariedad juvenil y migrante galopante, con un nivel de desempleo reconicido
oficialmente mucho mayor que en las otras grandes ciudades alemanas, y una tasa
de trabajo sumergido no reconocida que se cifra extraoficialmente en el 30 % de
la actividad laboral, cualquier derecho laboral teórico sucumbe ante la
situación de facto en numerosos sectores económicos propios de las capas
sociales más débiles, agudizando su precariedad vital.<BR><BR>Ante esta
situación narrada en los párrafos anteriores, en su traducción política, no es
de extrañar el éxito del antiguo PDS y actual Die Linke (La Izquierda) en los
Bundeslaender (Estados-región) del este del país, sin más pretensiones aparentes
que gestionar la miseria en coaliciones con el SPD (socialdemocracia), buscando
la situación menos mala, pero sin una alternativa clara al modelo económico
imperante. Pero también hay que atender a la fuerza emergente de la extrema
derecha, que aprovecha la frustración -y desorganización- social creciente para
intriducrise no solamente en instituciones (parlamentos regionales y
ayuntamientos) sino en las calles, siendo ya peligroso en determinadas ciudades
y pueblos caminar tranquilamente por la calle si se pertenece determinados
sectores sociales "minoritarios". Y consiguiendo hacerse fuerte en lo que ya se
consideran feudos propios, y desde ahí lanzarse a dar soporte logístico a
encuentros y movilizaciones de extrema derecha a escala europea, como ocurre en
Dresden con la marcha a mediodos de febrero en un homenaje neonazi a los caídos
al final de la guerra mundial.<BR><BR><STRONG>Después del muro de Berlin ¿El fin
de la historia? No, solamente el comienzo del segundo capítulo</STRONG>
<BR><BR>Quienes se apuntaron de forma oportunista al lema del fin de la historia
en tanto lucha de clases propuganado por Fukujama no podían estar más
equivocados. Esta campaña propagandística de edulcoración y depurado de la
memoria histórica que se desarrolla con ocasión del 20 aniversario de la caída
del muro no pretende más que ocultar las problemáticas actuales, y añadir una
dosis de droga colectiva extra para ignorar durante algo más de tiempo las
consecuncias de una crisis económica que han intentado ser puestas debajo de la
alfombra durante la campaña electoral. Nada que comparar con los países del sur
europeo, pero cada vez más familias de clase media empiezan a reducir sus
aspiraciones consumistas y la contradicciones sociales empiezan a funcionar por
debajo de una calma total aparente. Y en un nivel más profundo y estratégico,
intenta conseguir que entre la juventud pese como una losa la idea que todos los
intentos de alternativa al sistema dominante acabaron en fracaso... Pero la
partera de la historia es tozuda, y empieza a asomar por la esquina de nuevo...
y en adelante no va a resultar fácil esconder mediante meras campañas
propagandísticas que la realidad cotidiana de millones de personas está
cambiando a peor.<BR><BR>Los poderosos de hoy tienen miedo de de un pasado que
fue destruido, reprimido, pero nunca superado. Porque el capitalismo en su forma
neoliberal que sufrimos hoy es la misma causa que llevó a producirse las
revoluciones socialistas pasadas, aunque estas fracasaran en sus estrategias y
chocaran con grandes traiciones y contradicciones internas que las arrojaron al
fracaso. Pero los motivos siguen vigentes, esta crisis capitalista lo recuerda,
y el fenómeno de la ostalgia (juego de palabras: nostalgia de derechos sociales
-pocos pero seguros- de la Alemania del este, RDA) en la alemania oriental no es
sino una muestra de lo que está por venir. El horizonte de la historia se abre
de nuevo en Europa, después de 20 años de totalitarismo neoliberal disfrazado de
libertad individualista y consumista, al redoble de unos medios de comunicación
que ya no comunican sino que desinforman y trabajan codo con codo junto a los
grande intereses privados para si perpetuación. Llegan las contradicciones
reales de un sistema económico insostenible en el tiempo, destructor de vidas
humanas y naturaleza. Vientos frescos del sur vienen de Latinoamérica para
recordarnos que vivimos en un mundo más internacionalizado que nunca antes, y
que la necesidad de cambio es global.<BR><BR>Cuando las elites políticas y
mediáticas de los países ricos se conjuran en llenar los telediarios no
solamente de fútbol, sino también de spots publicitarios sobre el 20 aniversario
de la caída del muro de Berlin, no lo hacen en rechazo al estalinismo (que les
vino bien al fin y cabo, con la división del mundo en áreas de influencia) ni en
defensa de las libertades y la justicia. Lo hacen para intentar enterrar la
memoria de los logros de la Revolución de Octubre, y de la lucha de los
movimientos obreros que durante dos siglos mantuvo a la elites europas en vilo.
Lo hacen para extender el desánimo, llamar a la desmovilización social y repetir
de forma más azucarada aquello que la Thatcher decía con voz metálica "There is
not alternative" (TINA). Lo repiten como si de un mantra se tratara, de
diferentes formas y en distintos tonos... tienen miedo.<BR><BR>Saben que la
historia del capitalismo en su fase neoliberal solamente tiene una final
posible, muy bien simbolizado en la escena inicial de película La haine: "Cuando
un tipo está cayendo desde la azotea piensa -por ahora todo va bien, por ahora
todo va bien- pero llegará el momento en que llegue al suelo y eso es lo
peor".<BR><BR>Saben que los que nada tienen que perder, que comienzan a ser cada
vez más, pueden dar sorpresas. Tienen miedo, y contra eso que temen usan la
propaganda masiva.<BR><BR><STRONG>Los muros de la vergüenza alrededor del
mundo... ¿Por qué se olvidan de ellos y los silencian? Quedan muchos otros por
derribar y un mundo por cambiar</STRONG> <BR><BR>Si decimos arriba que esta
conjuración no se realiza en nombre de las libertades y la justicia, es porque
estos mismos políticos, medios de comunicación e intelectuales que hablan con
una boca muy grande exclusivamente de la caída del muro de Berlin como un
problema único e incomparable del pasado, se olvidan conscientemente de traer la
cuestión al presente y de realizar comparaciones que son obligatorias al hablar
de muros políticos en el mundo actual.<BR><BR>¿Cómo al hablar del muro de Berlin
y olvidarse al mismo tiempo del muro de la vergüenza que destruye al publo
palestino? ¿Y el muro que bloquea a los migrantes mexicanos en camino al "libre"
mercado laboral estadounidense que al mismo tiempo se permite vender sus
productos en México y toda la región? ¿Y el muro de Europa en su forma de
sistema Frontex de control de fornteras y centros de internamiento (Guantánamos)
para migrantes que buscan escapar de la miseria de países esquilmados por los
intereses de esas potencias económicas que los rechazan? ¿Y los nuevos muros
como los de Ostrovany en Eslovaquia o los campos italianos para gitanos? Estos
son los muros del silencio. Construidos contra trabajadores migrantes y minorías
étnicas. Muros de policias contra protestas de trabajadores y parados que
empiezan a arreciar en diferentes países. Muros constriudos para destruir
pueblos enteros, como en Palestina o el Sáhara occidental.<BR><BR>Son los muros
de la mentira oficial. Los muros construidos por los ministerios de defensa
cuando deberían llamarse ministerios de ataque, los llamados medios de
comunicación cuando se les debería llamar de incomunicación. Para hablar de
liberalismo y la supuesta libertad que ofrece este sistema, hace falta ignorar y
esconder esos muros, olvidarlos. Esos muros que muestran la contradicción
flagrante entre la libertad de movimiento de mercancias y la restricción de
moviento de personas. El capitalismo necesita de fuertes muros en su práctica
cotidiana; los acuerdos de liberalización económica en el marco de la
Organización Mundial del Comercio solamente han servido para privatizar y hundir
la calidad de los servicios públicos, y solamente han necesitado como
contrapartida que la sombra de la crisis asomara un poco para que los diferentes
gobiernos reaccionaran de forma proteccionista con sus propios mercados,
poniendo más muros a los productos de países empobrecidos.<BR><BR>Está claro que
detrás detrás de la épica y absolutización del muro de Berlin está el intento de
hacer mirar hacia otro lado, de no querer ver los otros muros sobre los que se
sustenta el sistema capitalista victorioso, ese que prometía libertad y justicia
a todos los pueblos del mundo. Y que para conseguir esas supuestas bondades no
encuentra otra forma que construir barreras físicas y legales para expulsar a
migrantes que escapan de miseria, invasiones de países y destrucción del madio
ambiente para disponer de materias primas baratas para un mercado mundial de
materias cada vez más competitivo. Este sistema necesita de muchos más muros,
más grandes y crueles, que cualquier otro sistema que haya existido sobre el
planeta.<BR><BR>Esto es lo que quieren escondernos dirigiendo todos los focos
hacia un muro que ya no existe y cuya realidad actual se reduce a mero reclamo
turístico. Reclamo el cual, que si todo los pedazos de muro que se venden en las
tiendas del souvenirs berlinesas fueran verdaderos, debería haber sido tan largo
como para rodear no solamente una ciudad sino un continente entero. Tal vez esta
sea una buena metáfora de la crisis financiera que amenaza con llevarse todo por
delante: se pretende vender todo lo más rápido posible, aunque no exista en
realidad, y sin preucuparse por los métodos. Son vendedores de humo. Y para
vender humo hace falta mucho espectáculo y propaganda.</DIV>
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